martes, 29 de septiembre de 2015

Artur Mas,imputado por el 9-N

Artur Mas, este lunes, durante una rueda de prensa de la candidatura Junts pel Si.
 Albert Garcia Artur Mas, este lunes, durante una rueda de prensa de la candidatura Junts pel Si.

La citación de Artur Mas como imputado se produce como consecuencia de la querella que ha interpuesto la Fiscalía General del Estado por la supuesta comisión de delitos de desobediencia grave, prevaricación, malversación y usurpación de funciones en el proceso participativo del 9-N. La querella también se dirigió contra la vicepresidenta catalana Joana Ortega y la consellera de Educación, Irene Rigau, también por los mismos delitos.
El aspecto común de las condenas para los cuatro delitos por los que tendrá que responder, y que a continuación se detallan, es que conllevan penas de inhabilitación.
El delito de desobediencia: Conlleva una pena de multa de tres a doce meses e inhabilitación especial para empleo o cargo público por tiempo de seis meses a dos años.
Obstrucción a la justicia o usurpación de funciones está castigada con las penas de prisión de seis meses a un año, multa de tres a ocho meses y suspensión de empleo o cargo público por tiempo de uno a tres años.
Prevaricación administrativa está penada con la inhabilitación especial para empleo o cargo público por tiempo de siete a diez años.
Malversación, la pena de multa es de seis a doce meses, y suspensión de empleo o cargo público por tiempo de seis meses a tres años. El Código Penal especifica, además, que si el culpable no reintegra el importe de lo distraído dentro de los diez días siguientes al de la incoación del proceso, se le impondrán penas de tres a seis años e inhabilitación absoluta por tiempo de seis a diez años.

lunes, 28 de septiembre de 2015

Barcelona para a Artur Mas y Rajoy:Cs y CUP ganan el 27-J


Artur Mas no será presidente de Cataluña, Ahora queda Rajoy
Artur Mas no será presidente de Cataluña, ahora queda Rajoy

Trampa de los partidos: el voto en Barcelona vale la mitad que en Tarragona, Girona y Lleida. En Barcelona votaron 4 millones de catalanes (85 escaños), pero los partidos, conscientes de que el dinamismo de la sociedad civil en una gran ciudad les perjudica, priman por ello los caciquismos de los territorios periféricos y prácticamente los igualan: Tarragona (410.000 votos, 18 escaños), Girona (380.000, 17 escaños), Lleida (226.000, 15 escaños). Es otra de las trampas de la partitocracia: si un ciudadan@ = un voto es una máxima democrática, en España se incumple flagrantemente y por ello en Cataluña igual: 1 millón de votos periféricos (3 provincias) aportan 50 escaños y 4 millones de catalanes de Barcelona no son representados por 200, como les correspondería, sino solo por 85, prácticamente la mitad. Quiere esto decir que el voto de un gironés, tarraconense o ilerdense vale el doble que el de un barcelonés.
Número de votos por escaño según provincia basado en la regla D'Hont
Número de votos por escaño según provincia basado en la regla D’Hont

Aún así y a pesar de este handicap ha sido Barcelona la que ha logrado parar las estratagemas de Artur Mas (CDC), Oriol Jonqueras (ERC) y Mariano Rajoy (PP) para perpetuar el actual y declinante ciclo político y ha castigado prácticamente a todos los partidos salvo a Ciudadanos (Cs) y las CUP, que obtienen un indiscutible éxito electoral. JxSí pierde 9 escaños y baja del 43% al 39%, descenso que sería aún mayor si se computara la abstención. La segunda derrota más abultada es la del Partido Popular (PP), que pierde 8 escaños y ya queda en penúltimo lugar. La tercera derrota más clara es la de los socialistas del PSC, que vuelven a bajar 4 escaños. También pierde Podemos, que presentándose en alianza con ICV, la rama catalana de Izquierda Unida, no llega a los 13 escaños anteriores y pierde dos, quizás también arañados por la CUP. Los triunfadores son muy claros: Cs sube de 9 a 25 (+ 16), lo que significa que arrebata los 8 escaños del PP, los 4 del PSC y otros 4 que rebaña a otros partidos fuera de su espectro ideológico y nuevos votantes. La otra subida es la de la CUP (+ 7), muy seguramente a costa de JxSí y Podemos.
Sánchez Llibre y Durán Lleida: grandes perdedores
Sánchez Llibre y Durán Lleida: grandes perdedores
Como curiosidad hay que analizar también otros “restos”: el Partido Pirata pierde 17.000 votos y desaparece, al igual que los 14.000 de UPyD. Los 60.000 votos de la derecha de Plataforma per Catalunya también son una incógnita: o bien han salvado del absoluto naufragio al PP, o se han ido a la abstención o incluso algunos a Cs. El animalista PACMA sube de 20.000 a 30.000 votos y los 100.000 de la Unió de Durán Lleida y Sánchez Llibre también se quedan en el tintero del extraparlamentarismo.
La sustitución de Antonio Baños por David Fernández, positiva para la CUP
La sustitución de David Fernández por Antonio Baños, positiva en votos para la CUP

Si prescindimos de la distorsión que significa reducir el peso de los votantes de Barcelona y aún con ella, comprobamos por qué a pesar de la victoria en escaños del teórico independentismo (JxSí + CUP), éste no alcanza la legitimidad electoral de un proceso de este calibre. La CUP advertía antes de los comicios que esa legitimidad requería un 55% de los votantes (prescindiendo también de la abstención a pesar de que los suyos eran electores previamente abstecionistas), pero ambos partidos se han quedado en el 48%. Eso puede explicar por qué la mayoría de los titulares de la prensa oficial hablan de victoria “a medias” de ambas plataformas. También las urnas parecen ratificar que la sustitución de David Fernández por Antonio Baños ha sido positiva en votos para la CUP. La polémica foto del ya ex diputado abrazado a Artur Mas, en medio de la vorágine de las acusaciones por corrupción, ha pesado más que su valiente iniciativa de mostrarle su zapato a Rodrigo Rato y anticiparle que le esperaba la cárcel.
Inés Arrimadas, candidata a la presidencia de la Generalitat para las elecciones al Parlamento de Cataluña
Inés Arrimadas, candidata a la presidencia de la Generalitat por Ciudadans (Cs)

No obstante, lo más relevante de estas elecciones ha sido que Barcelona capital ha decantado la balanza y anticipa, como suele ocurrir en las grandes ciudades, futuras tendencias de la periferia: en la metropoli el PP pierde 40.000 votos y pasa de segunda a ¡sexta fuerza política! y permanece igual en la provincia barcelonesa. La alianza CDC-ERC pierde también 15.000 votos en la capital, pero se queda igual en la provincia, el PSC pierde 3000 sufragios capitalinos y mantiene los de la periferia barcelonesa y la alianza Podemos-IU pierde 10.000 votos en Barcelona y gana 6.000 en la provincia. El despegue de Cs y las CUP en Barcelona es espectacular: los de Albert Rivera ganan 80.000 votos en la capital y casi 350.000 contando la provincia, mientras que las CUP suben en Barcelona 55.000 votos y en toda su provincia 160.000.
Candidatos de Junts pel Sí
Candidatos de Junts pel Sí

Victoria con retroceso de JxSí: 1.616.962 (39,57%). Escaños: 62 (CiU y ERC tenían 71, luego con la nueva marca pierden 9 escaños aunque solo 8.000 votos). Análisis: a la candidatura de Artur Mas (CDC), Oriol Junqueras (ERC) y Raul Romeva (indep) le respaldaron prácticamente los mismos que votaban a los viejos partidos, pero si tenemos en cuenta las 102.000 “fugas” de la UDC de Durán (extraparlamentario) y el subidón de la CUP (110.000) es fácil adivinar cuánto aportaron los independientes: aproximadamente 200.000 votos, suficientes para maquillar algo la debacle de ambos partidos, muy castigados por la corrupción o su amparo. Lo que no pudieron es evitar la disminución de 9 escaños porque a pesar de la concentración de la nueva marca, la dispersión de su voto tradicional y el desgaste de los dos viejos partidos y de sus candidatos fue un peso muerto (-200.000 votos) que los candidatos independientes no pudieron superar del todo. Aún así, en esta candidatura los políticos profesionales no copan todos los escaños y de hecho la CUP ya ha advertido que no votará a Artur Mas, lo que perfila a Romeva o a un “tapado” o “tapada” como próximo presidente/a de la Generalitat.
Los medios oficiales hablan de participación alta con 1,2 millones de abstencionistas
Segunda Opción: Abstención: 1.195.168 (22,56%). Votaron 445.000 personas más que en 2012 pero eso no significa “éxito de participación”, como coinciden todos los diarios oficiales: ningún medio de comunicación cuenta a los abstencionistas, sean estos activos o no, y lo cierto es que en Cataluña son la segunda opción, cifra con la que a cualquier sistema político le es difícil legitimarse. Quiere esto decir que entre 40 y 50 escaños (el cálculo matemático puro sería de 46 actas) son deslegitimadoras del régimen de partidos, por mucho que éstos se encarguen de silenciarlo. Los votos en blanco (21.880)(0,41%) y nulos (15.865)(0,3%) han sido esta vez más residuales que en 2012, que llegaron hasta los 85.000 entre ambos.

El separatismo en Quebec perdió con el 49,4%; a Artur Más le llega con el 47,7%

Tras saltarse la legalidad, quiere saltarse también el rechazo de la mayoría


 
Las elecciones catalanas de ayer, que los separatistas plantearon de forma ilegal como un plebiscito para la independencia de esa región española, han acabado torciéndose para ellos.

Junts pel Sí pierde 9 de los escaños que sumaron CiU y ERC en 2012
Hasta ayer los diputados de CiU y ERC sumaban 71 escaños: Junts pel Sí ha obtenido 62. Se trata de un rotundo fracaso de Artur Mas, que además de perder apoyos no ha logrado la mayoría absoluta. Los independentistas radicales de la CUP ya avisaron el sábado de que no apoyarían su investidura, así que Mas no podrá contar con los 10 diputados de esa formación ultra para seguir siendo presidente de esa comunidad autónoma. Es poco probable que otro partidos le apoyen.
Artur Mas ni siquiera cuenta con apoyos suficientes para gobernar
El 4 de septiembre Artur Mas vinculó su continuidad a una mayoría suficiente para gobernar: “Continúo si hay capacidad de articular una mayoría en el Parlament que haga posible tirar adelante un gobierno”. A día de hoy esa mayoría no la tiene. Aunque la CUP se abstuviese, si los demás partidos votan contra la investidura de Mas, sumarían en total 63 escaños, uno más que Junts pel Sí. Y aunque logre pactar la abstención de algún otro partido para facilitar esa investidura, Junts pel Sí necesitará permanentemente el apoyo de otra formación para sacar adelante cualquier iniciativa. Eso si Junts pel Sí no se deshace, algo que podría ocurrir si ERC decide desvincularse de Mas, lo cual es probable teniendo en cuenta que su alianza les ha perjudicado.
Las candidaturas separatistas no llegan, juntas, al 48% de los votos
Hay que señalar, por otra parte, que los votos de Junts pel Sí y de la CUP, sumados, no llegan al 48% del total. Es decir, son menos de la mitad de los votos emitidos por los catalanes, y eso si descontamos los votos en blanco y los nulos. A pesar de ello, anoche Artur Mas se apresuró a decir que ese resultado legitimaba su desafío separatista. Me pregunto cómo piensa vender semejante desvergüenza ante el mundo y en particular ante los propios catalanes. En primer lugar, porque lo celebrado ayer eran unas elecciones autonómicas, y no un referéndum de reforma de la Constitución, que tendría que haberse celebrado en toda España. A día de hoy y conforme a la reglas de juego de nuestra democracia -votadas y apoyas masivamente por los catalanes-, Cataluña sigue siendo España. Ni siquiera se ha iniciado el proceso de reforma previsto por la propia Constitución y que sería necesario para separar a una parte del territorio español de “la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles”, como afirma el Artículo 2 de nuestra Carta Magna. Lo que pretende Artur Mas, así pues, es un delito de sedición en toda regla, un atentado grosero contra nuestra democracia que merece una respuesta contundente por parte del gobierno y de todos los demócratas, igual que la tuvo el golpe del 23F.
Quebec sigue siendo Canadá tras un 49,42% de votos separatistas en 1995
Pero incluso en el caso de que lo de ayer hubiese sido un referéndum sobre la independencia de Cataluña -que no lo fue-, y Artur Mas tuviese todo el respaldo de la legalidad para obrar en consecuencia con el resultado, ¿cómo convencer a ningún demócrata de que el 48% de los catalanes basta para proclamar la independencia? El referéndum sobre la independencia de Quebec en 1995 se saldó con un 49,42% de los votos a favor de la separación, y ésta no se produjo. Cito el caso de Quebec porque es el que más machaconamente ha manejado el nacionalismo catalán para buscar una referencia internacional con la que compararse. Así pues, si sigue adelante en su desafío sedicioso, Artur Mas estaría burlándose doblemente de la democracia, al saltarse la legalidad constitucional que los catalanes apoyaron de forma abrumadora y también -y lo digo sin rodeos- al pretender secuestrar a todo el pueblo catalán con su proyecto separatista sin tener siquiera la mitad de los votos. Si ya había motivos suficientes para ordenar la detención y procesamiento de este individuo y de los demás cabecillas de su intentona golpista, las elecciones de ayer han dado aún más motivos. En este escenario sería doblemente escandaloso e imperdonable que el Gobierno de España desertase de su deber y no actuase con firmeza parar detener en seco este ataque a nuestra democracia y llevar ante la Justicia a quienes lo están perpetrando.

domingo, 27 de septiembre de 2015

Son la castuza de toda la vida: mucho nepotismo y enchufismo a tutiplén

 Alcaldes populistas, entre ellos Carmena, Colau y Kichi.


Han pasado 100 días desde que los alcaldes populistas tomaran el poder en Madrid, Barcelona, Zaragoza o La Coruña. El programa ‘la Sexta Noche' analizó el 26 de septiembre de 2015 cuál ha sido el papel de estos ediles en estos más de tres meses en el poder.
Poco o nada han hecho en beneficio de sus ciudades salvo, en el caso de Madrid y Barcelona, enchufar y diestro a sus familiares -Carmena se pasa la ley por el arco de triunfo y 'ficha' como jefe de Gabinete al marido de su sobrina-.
Eduardo Inda, director de OkDiario, apuntaba que:
En Madrid y Barcelona los primeros cien días de Manuela Carmena y Ada Colau se han caracterizado porque la inversión se ha frenado en seco y porque los inversores se están yendo. En Barcelona, por una sencilla razón, la señora Colau ha dicho que no se pueden hacer más hoteles y más alojamientos turísticos. Y en Madrid la ‘Operación Campamento', que iba a crear decenas de miles de puestos de trabajo, el edificio de la Plaza de España y la ‘Operación Chamartín, están empantanados porque este gobierno no quiere que se hagan.

Añadía que:
En segundo lugar, si por algo se han caracterizado estos dos gobiernos que son los más significativos de la nueva legislatura es por el nepotismo, por el enchufismo, por la vieja política. Son como la castuza de toda la vida. ¿Qué hacen? ¿A quién elijo para el puesto de confianza de los tres millones y medio de ciudadanos que hay en Madrid? ¡A mi sobrino! La señora Colau, ¿a quién elijo para un cargo financiado por el Ayuntamiento de Barcelona? ¡A mi marido! Y la señora Maestre, la número dos de Carmena, la que manda realmente en el Ayuntamiento de Madrid, ¿quién es el mejor como número dos de la agencia tributaria municipal? ¡Mi papá, tracatrá!
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El grosero tucumano – Alfonso Ussia

 

 
«Podemos», con el beneplácito de Ada Colau, ha infiltrado en el Ayuntamiento de Barcelona a un montonero tucumano que se ha permitido el lujo y el placer de vejar y humillar a la Bandera de España desde el balcón principal de la sede municipal barcelonesa. Las Fiestas de la Merced, celebradas con jolgorio en la Plaza de San Jaime, que alberga al Ayuntamiento y al Palacio de la Generalidad.
En España, dada la tibieza, la dejadez, la debilidad y el desmoronamiento moral de su Gobierno, la ilegalidad ha triunfado sobre las leyes. Se exhibe desde el balcón del Ayuntamiento barcelonés una Señera estrellada, que es una bandera no oficial además de partidista, y se forcejea para impedir que el portavoz del PP en el Ayuntamiento barcelonés intente mostrar la Bandera de España, que no sólo es oficial, sino obligatoria. Todo ello, con las cómplices sonrisas de Albert Bosch –al que presentó su libro independentista el Presidente del Congreso de los Diputados, Jesús Posadas–, Ada Colau, Artur Mas y Javier Trías, felices de contemplar la vejación a la Bandera de todos protagonizada por un tucumano comunista llamado Gerardo Pisarello. Un italo-argentino que nadie sabe qué coños pinta en el equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Barcelona, exceptuando a Pablo Iglesias, claro está.
Pisarello, que sabe muy poco o casi nada, o menos aún que nada de la reciente Historia de España, ha justificado su desprecio a la Bandera de la nación que le ha acogido y le da de comer con un tuit miserable: «No me esperaba esta escena en el balcón del Ayuntamiento en medio de las Fiestas de la Merced-15. Me ha salido el alma republicana. Gerardo Pisarello». Esa Bandera que un argentino del Tucumán humilla desde el balcón del Ayuntamiento de Barcelona fue la Bandera de la Primera República Española, que no cometió el error y el insulto de cambiar sus colores y composición, a excepción de la corona Mural por la Real. Pero este argumento detallista no pasa de ahí. Lo que resulta indignante es que ni el Fiscal –la Fiscal–, ni la Justicia, ni el Gobierno se han manifestado al respecto. Un tipejo como Pisarello tiene que ser deportado a su país inmediatamente, y que se ría –si se atreve-, de la bandera albiceleste argentina desde un Ayuntamiento tucumano. Cristina Fernández, la viuda de Kirchner, la princesa del bótox, la madre de los pobres y millonaria en el exterior, no aceptaría una humillación a la Bandera de todos los argentinos. Pero aquí, todo es posible, todo es realizable, todo es correcto y todo responde a la libertad de expresión, aunque los beneficiarios de esa libertad de expresión sean unos forajidos importados. Claro, que mucha culpa tienen también nuestros jueces, que han considerado que llamar al Rey Don Juan Carlos I «hijo de puta» es libertad de expresión. Y que reírse del Holocausto de millones de judíos y divertirse con los cadáveres de unas niñas asesinadas y los miembros mutilados de Irene Villa, «es humor negro». Si Pisarello compareciera ante el juez Pedraz, éste le aguardaría respetuosamente a las puertas de la Audiencia Nacional para pedirle perdón por las molestias.
Ignoro la situación legal del tucumano miserable. Si es español o sigue siendo argentino.
Si es lo primero, ha cometido un delito de ultraje a la Bandera. Si es lo segundo, ha cometido un delito de ultraje a la Bandera de la nación que le ha cobijado, y en este caso –como en el anterior–, tendría que haber sido detenido y en la mejor de las conclusiones, su culo – en cualquier otro país de Europa así sería–, estaría ocupando un asiento en un avión con destino Buenos Aires. Y de allí a Tucumán, a guitarrear la «Lunita Tucumana» de Atahualpa Yupanqui mientras humilla la Bandera de la República Argentina.
En España se respeta el sentimiento republicano. En España se respeta el sentimiento separatista. Pero no puede ser respetado el insulto público a España. El montonero tucumano, volando hacia Argentina, aunque su billete lo paguemos todos los españoles.
Mamarracho.

viernes, 25 de septiembre de 2015

Los separatistas quieren conservar sus derechos pero no sus obligaciones

 

Son españoles para percibir una pensión y también lo son para juzgarles por sedición

   
Dicen querer la independencia y nos amenazan con ella, insultando a España y jactándose de que se saltarán la ley. Pero para lo que les conviene, los separatistas quieren seguir siendo españoles.
Si los nacionalistas deshacen la unidad de España, deshagamos la de Cataluña
¿Habrá que nombrar a Artur Mas general de brigada para que Rajoy le haga frente?
Una Cataluña independiente quedaría autoexcluida de la UE y de la ONU
Oriol Junqueras, de ERC y miembro de la candidatura separartista de Artur Mas, afirmó ayer que “en una Cataluña independiente aquellos ciudadanos que no renuncien a la ciudadanía española la mantendrán”. Respondía así a las advertencias, hechas ya por varios mandatarios de la Unión, de que una Cataluña independiente se quedaría fuera de la UE, ya que una región es parte de la UE por ser parte de un país miembro de la UE. En caso de independencia, Cataluña se autoexcluiría de la UE y también de la ONU al autoexcluirse de España. Así de simple. Y lo mismo sería aplicable a todos los organismos internacionales de los que Cataluña forma parte pero sólo por ser parte de España.
Una Cataluña sin pensiones o convertida en un infierno fiscal
Pero más allá de las consecuencias internacionales, lo que más nerviosos ha debido poner a los separatistas ha sido el anuncio de la Seguridad Social de que la independencia “dejaría en el aire las obligaciones y compromisos de pago en materia de pensiones”. Y no sólo eso: “Un sistema propio supondría reconstruir todo el sistema desde cero”, con el inconveniente añadido de que Cataluña ingresa en cotizaciones 4.544 millones menos de los que gasta en pensiones, según datos de 2014. El Secretario de Estado de la Seguridad Social, Tomás Burgos, ha señalado que este desfase “conllevaría un incremento brutal de cotizaciones y/o de impuestos, o bien un recorte drástico e inmediato de prestaciones” en la Cataluña independiente, aumento de cotizaciones y/o recorte de prestaciones que serían tanto mayores cuanto mayor fuese la dificultad del nuevo Estado catalán para obtener créditos, asunto complicado teniendo en cuenta que Cataluña ya es la comunidad autónoma más endeudada de España, lo que generaría lógicas dudas sobre su solvencia.
¿Seguir siendo españoles para los derechos pero no para las obligaciones?
Estas últimas horas, desde el entorno separatista y desde ciertos medios se está esgrimiendo lo que dice el Artículo 11 de la Constitución: “Ningún español de origen podrá ser privado de su nacionalidad.” Intentan, así, tranquilizar a los partidarios de la independencia de cara a la posibilidad de perder los derechos asociados a la nacionalidad española. Pero la Constitución también dice en su Artículo 1: “La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado.” Y su Artículo 2 añade: “La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles”. ¿Con qué cara exigirán, Constitución en mano, que se preserve su nacionalidad, quienes han llamado a subvertir la soberanía nacional y quebrantar la unidad de España, que también figuran en la Constitución? Los separatistas catalanes reniegan de sus obligaciones como españoles pero quieren conservar los derechos como tales. Es una demostración colosal de cara dura. Llegados a este punto, creo que está de más ponerse a hablar de pensiones, de la nacionalidad o de las membresías internacionales de una Cataluña independiente. Ante un desafío separatista, lo que toca es hablar de consecuencias legales para quienes se salten la ley para usurpar una parte del territorio español.
Lo que dice la ley sobre los delitos de sedición y de rebelión
Esto es lo que dice el Código Penal en relación al delito de sedición:
Artículo 544
Son reos de sedición los que, sin estar comprendidos en el delito de rebelión, se alcen pública y tumultuariamente para impedir, por la fuerza o fuera de las vías legales, la aplicación de las Leyes o a cualquier autoridad, corporación oficial o funcionario público, el legítimo ejercicio de sus funciones o el cumplimiento de sus acuerdos, o de las resoluciones administrativas o judiciales.
Artículo 545
1. Los que hubieren inducido, sostenido o dirigido la sedición o aparecieren en ella como sus principales autores, serán castigados con la pena de prisión de ocho a diez años, y con la de diez a quince años, si fueran personas constituidas en autoridad. En ambos casos se impondrá, además, la inhabilitación absoluta por el mismo tiempo.
2. Fuera de estos casos, se impondrá la pena de cuatro a ocho años de prisión, y la de inhabilitación especial para empleo o cargo público por tiempo de cuatro a ocho años.
Además, el Artículo 472 señala como reos del delito de rebelión a “los que se alzaren violenta y públicamente” para, entre otros fines, el siguiente: “Declarar la independencia de una parte del territorio nacional.”
Usar a los Mossos para imponer la independencia sería una rebelión armada
Lo que dice la ley está muy claro, y esta ley es aplicable en todo el territorio español, del cual Cataluña forma parte a todos los efectos. Y seguirá formando partes el lunes, pase lo que pase el domingo. Si el separatismo catalán piensa llevar a cabo un golpe de Estado para apropiarse de una parte de España, violando la soberanía nacional -porque de eso es de lo que estamos hablando, y es algo muy grave que no puede tolerar ningún país civilizado y democrático-, lo que tiene que hacer el gobierno es enviar a la Policía a detener a los golpistas. Y si los golpistas pretenden, con violencia, impedir la acción de la Policía y la aplicación de las leyes en una parte de España, entonces estaríamos ante una rebelión armada y si procede enviar al Ejército a reestablecer el orden constitucional, pues se envía. Precisamente, esa Constitución a la que algunos apelan para lo que les conviene también dice lo siguiente en su Artículo 8:
Las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional.
Ante un desafío golpista, toca actuar para defender nuestra democracia
Estas normas fueron aprobadas por todos los españoles, catalanes incluidos. De hecho, en el referéndum celebrado para su aprobación en 1978, Cataluña fue una de las regiones que más apoyó la Constitución, con una participación que superó en 32 puntos la del referéndum para el actual Estatuto catalán. Esa Constitución contempla sus propios mecanismos de reforma, y saltárselos es un atentado contra la democracia. Fue un golpe de Estado que un grupo de guardias civiles entrase pistola en mano en el Congreso de los Diputados el 23 de febrero de 1981 para imponernos su voluntad a todos los españoles, y también es un golpe de Estado que un gobierno autonómico pretenda saltarse la ley y declarar la independencia de un territorio español, usando para lograrlo la fuerza armada a sus órdenes, pues nadie tenga la menor duda de que los separatistas pretenderán usar a los Mossos d’Esquadra para imponer sus desvaríos independentistas a los catalanes que quieran mantenerse fieles al orden constitucional. Ya está bien de andar discutiendo con golpistas: con los golpistas no se debate, se les detiene y se les envía a juicio por sedición y/o rebelión. Y esto es así en cualquier país que tenga un mínimo de sentido común. Ya va siendo hora de recuperarlo en el nuestro.

Podemos reconoce que EH Bildu es el partido con el que siente mayor afinidad

La izquierda podemita vuelve a meter la pata con todas las letras. La nueva proeza la ha protagonizado Roberto Uriarte, secretario general de Podemos en el País Vasco, al declarar que EH Bildu es el partido con el que tiene una mayor afinidad programática. 

Roberto Uriarte ha indicado en Onda Vasca que los de Podemos, "programáticamente, no estamos lejos, nuestras propuestas sociales y económicas, en muchos casos, son compatibles con ello". Esta declaración la ha rematado añadiendo que “hay unos pequeños puentes que, en mi opinión, Bildu debería de tender para acercarse a las reivindicaciones de la sociedad vasca". 

 

En lo que respecta a los planes del partido morado de cara a las elecciones generales, Roberto Uriarte ha señalado que “Podemos ha abierto sus listas a todas las personas y grupos que quieran optar por el cambio". ¿Incluye a sus afines de EH Bildu en esta afirmación? El tiempo dará la respuesta. 

El gerifalte de Podemos también ha opinado sobre el separatismo. Roberto Uriarte indica que el "enfrentamiento" entre "nacionalismo español y nacionalismo vasco, catalán o lo que sea" son "falsificaciones o exageraciones de la realidad". A esto, ha agregado que "hay una inmensa mayoría de gente que no es independentista, pero también hay gente independentista, dentro de Podemos, y lo vive con normalidad".


Fuente: Negocios

miércoles, 23 de septiembre de 2015

Mas crea una 'lista negra' con ciudadanos contrarios al proceso

 
La Assemblea Nacional Catalana y Òmnium Cultural se encuentran en la elaboración de una lista en la que se señala a los catalanes contrarios a la independencia con  el fin de elaborar la estrategia electoral de Juntos por el Sí de cara a los comicios del próximo 27 de octubre.

Por ello, tal y como publica el diario ABC, ambas formaciones se enfrentan a una multa de hasta 600.000 euros por recabar datos de ciudadanos que se hayan expresado públicamente en contra de la independencia de Cataluña, porque, tal y como han denunciado Ciudadanos y Vox,  esta campaña, puesta en marcha por organizaciones de la llamada sociedad civil, podría suponer una violación de la Ley de Protección de Datos.


Precisamente, la Agencia Española de Protección de Datos, está tramitando un expediente sancionador en el que se refleja que "ambas formaciones han recogido, grabado y conservado información sobre datos de ideología relativos a personas que negaron su participación en la encuesta o que, aun habiéndola realizado, no consintieron expresamente el tratamiento de sus datos personales”.

En los últimos meses, alrededor de 30.000 voluntarios han visitado más de un millón de hogares para configurar esta lista negra anotando la calle, el número, el piso y la tendencia política de los residentes. Además, aparte de anotar el nombre del encuestado y el teléfono, se hacía mención al tipo de ambiente si el ambiente se tensaba en algún momento.

Además, ambas asociaciones han emprendido una campaña en la que los voluntarios realizan llamadas telefónicas para intentar convencer a los catalanes sobre los beneficios de la hipotética independencia en la región y además han recabado información de los formularios que rellenan todos aquellos inscritos a las actividades que organizan.


Todas estas informaciones se analizan en comisiones de enlace entre ANC y Òmnium y posteriormente pasan a la candidatura de Juntos por el Sí, que agrupa a Convergència, ERC y miembros de la sociedad civil independentista para enfocar sus futuras acciones de campaña.

martes, 22 de septiembre de 2015

Las 10 claves que explican el duro comunicado de la banca sobre Cataluña

GRA444. OLOT (GIRONA), 14/09/2015.- El presidente de la Generalitat, Artur Mas, asiste a un acto de campaña de Junts pel Sí en Olot. EFE/Robin TownsendEl presidente de Cataluña, Artur Mas /  EFE

 

Los seis mayores bancos españoles (con CaixaBank y Sabadell a la cabeza) han alertado de las graves consecuencias financieras que sufriría una Cataluña independiente. A continuación explicamos las claves del comunicado y los detalles del sector.

¿Qué entidades catalanas han firmado el comunicado?

Las seis grandes firmas con presencia en todo el territorio nacional. Dos son los grandes bancos catalanes: CaixaBank y Sabadell. Los otros cuatro son Santander, BBVA, Bankia y Popular. Es decir, la alerta llega de las entidades que controlan casi toda la red de oficinas y cajeros en Cataluña y que concentran la mayor parte de los créditos y de los depósitos de la región. Pocas voces tienen una transcendencia mayor sobre la economía real catalana que estas entidades. Las seis han publicado este informe bajo el paraguas de la Asociación Española de la Banca (AEB) y de la CECA, entidad que agrupa a las cajas y que está presidida por Isidro Fainé, que también preside CaixaBank.

¿Qué han dicho y qué quieren decir?

Los seis bancos alertan de los peligros que conllevarían la independencia y la posterior salida de Cataluña del euro. Estas entidades advierten que sufrirían una “inseguridad jurídica” que pondría en grave riesgo su capacidad para proteger a quienes tienen en ellas sus depósitos. De este modo, quedarían en el aire el flujo de préstamos a la economía real y la garantía a los depósitos. Estas dificultades llevarían a las empresas a “reconsiderar su estrategia de implantación, con el consiguiente riesgo de reducción de la oferta bancaria”.
Las entidades pretenden presionar a la sociedad catalana a falta de poco más de una semana para que se celebren las elecciones al Parlament. Lo hacen desde un sector que está muy relacionado con la actividad de las empresas (por la vía del crédito) y de las familias (por los depósitos). Por esa razón su mensaje tiene mayor calado. Las entidades alertan que podrían cerrar muchas oficinas si Cataluña declara la independencia y queda fuera de la Unión Europea.
Si estas entidades deciden cerrar sus sucursales en masa, podrían originar una fuerte contracción del crédito y un notable aumento de los tipos de interés que pesaría con fuerza sobre la economía real. Pero las entidades expresan otro temor: no poder responder de sus depósitos ante sus clientes.

¿Cuál es el tamaño del negocio bancario en Cataluña?

Cataluña es una de las regiones de España más dinámicas desde el punto de vista empresarial. Ese éxito se apoya en un gran sector financiero que genera mucho empleo. Los bancos daban trabajo de forma directa a 17.749 personas a finales de 2014, según los últimos datos oficiales publicados por la AEB. La mayor parte de esa cifra se concentra en Barcelona, donde está la sede de CaixaBank y donde hay una importante representación de entidades internacionales. En total, casi el 83% de los empleados de la banca en Cataluña se centran en la provincia de Barcelona. A finales de 2014 los bancos tenían 2.365 sucursales en la región.
Cataluña es una de las regiones españolas con mayor dependencia de la financiación del mercado porque no pueden cubrir sus necesidades con el dinero de sus clientes. Su ratio de créditos sobre depósitos se sitúa entre las más bajas de España. De hecho, sólo un 53% de los préstamos está respaldado por depósitos, lo que refleja bien la necesidad de captar capital con deuda.
Cataluña es la cuarta región más endeudada sobre sus depósitos. Es decir, su sector financiero es más vulnerable que el de otras comunidades autónomas. En total, los bancos de la región tenían concedidos 148.000 millones de euros en préstamos al final de 2014, lo que supone un 74% del PIB generado por Cataluña en 2014 según los datos del INE. El montante de los depósitos superaba ligeramente los 67.000 millones al final de ese año.
Ratio de créditos sobre depósitos por comunidades autónomas
 

¿Cuánto tardarían las entidades en cambiar de sede?

El tiempo que tarden en celebrar un consejo de administración. Ésta es una demanda que atendió el Gobierno de Rajoy en julio después de recibir algunas peticiones de grandes compañías catalanas, según se filtró a la prensa. Estas empresas querían tener flexibilidad para cambiar su registro en el caso de que avanzara la amenaza soberanista.
El Ejecutivo aprobó un cambio en la Ley de Sociedades de Capital para permitir cambiar su sede con sólo un consejo de administración y no con una junta de accionistas, como estaba establecido en la legislación. De este modo, las entidades podrían cambiar su sede en una sola mañana.
Sin embargo, en el caso de CaixaBank, sus estatutos imponen que esta decisión debe adoptarla la junta de accionistas. Sin embargo, la dirección de la compañía ya advirtió en 2014 que no garantiza que “en cualquier caso” su sede vaya a estar siempre en Cataluña, en palabras de su presidente, Isidro Fainé.

¿Qué consecuencias tendría el cambio de sedes?

Para las entidades, las consecuencias serían pocas. Precisamente, si deciden cambiar de sede es para que su negocio y su empresa sufran los menores cambios posibles. Las consecuencias serían mayores para una Cataluña independiente. A la posible contracción del crédito, tal y como han alertado las entidades, se suma el problema de tener que devolver sus préstamos en euros.
finanzascat

¿Cómo se modificarían los impuestos si las entidades con sede en Cataluña cambiasen su sede?

La principal consecuencia fiscal de una salida parcial o total de la región de las principales entidades financieras no vendría de la mano del Impuesto de Sociedades, dado que Cataluña se encuentra dentro de las autonomías de régimen común y que el de Sociedades es un impuesto que gestiona el Gobierno central. La principal repercusión llegaría a través del Impuesto de la Renta de las Personas Físicas (IRPF).
Este impuesto se paga en función del lugar de residencia del trabajador y la mitad de los ingresos obtenidos con este tributo se queda en la comunidad autónoma donde está dicha residencia. Por eso tanto un cambio de sede de una entidad con su movilización de la plantilla como un cambio de estrategia que lleve a reducir la presencia y el empleo en Cataluña afectará negativamente a los ingresos fiscales de la Generalitat.

¿Hay precedentes de un comunicado similar?

Sí. Dos de las mayores empresas españolas, Iberdrola y BBVA, se pronunciaron públicamente entre 2002 y 2003 contra las pretensiones de crear un estado libre asociado en el País Vasco incluidas en el Plan Ibarretxe. La fórmula que utilizaron tanto el banco como la eléctrica para mostrar su rechazo al proyecto separatista consistió en erigirse en defensores de la legalidad vigente. Es decir, de la Constitución Española y el Estatuto del País Vasco.
El presidente de BBVA, Francisco González, aludió a la lealtad a ambos textos legislativos cada vez que se le preguntó por la posibilidad de un cambio de sede, lo que se interpretó como un nunca desmentido por la entidad. Iñigo de Oriol, presidente de Iberdrola en 2003, utilizó la misma fórmula y llegó a definir a la eléctrica como “una empresa española con domicilio social en Bilbao”.

¿Qué impacto tendría el cambio de sede de las entidades sobre el crédito a las empresas?

Sobre el papel, ninguno. Las entidades que cambiaran su sede a cualquier región de la eurozona seguirían teniendo acceso a todas las líneas de liquidez del Banco Central Europeo (BCE) y beneficiándose de la política de tipos cero. Sin embargo, el riesgo y la incertidumbre en Cataluña golpearían con fuerza al crédito en la comunidad, como ya han alertado las entidades en su comunicado.

¿Cómo se financiarían los bancos catalanes si se quedan fuera del euro?

Los bancos catalanes que no cambiaran su sede y se quedaran fuera del euro tendrían graves problemas para conseguir financiación. En primer lugar, perderían el acceso a la financiación del Banco Central Europeo, lo que eliminaría la principal vía para captar liquidez. La alternativa sería acudir al mercado. Pero si tienen que obtener fondos en una divisa nueva, los tipos de interés que aplicaría el mercado serían prohibitivos. De este modo, sólo quedaría una opción factible: que el nuevo banco central catalán imprimiese su nueva divisa para dotar a las entidades de liquidez.

¿Aumentarían las posibilidades de un ‘corralito’?

No sólo aumentarían las posibilidades: un corralito sería muy probable. Ésta es la opinión mayoritaria de los expertos y no es extraño que piensen así. Por un lado, la incertidumbre derivada de la independencia llevaría a los ahorradores a retirar su dinero de los bancos para intentar salvar su dinero. Por otro lado, las entidades no tendrían acceso a la liquidez del Banco Central Europeo para responder a esta demanda de los clientes. En definitiva, si se une una retirada masiva de efectivo con entidades que no tienen liquidez, el resultado sólo puede ser un corralito.
El montante de los depósitos, que casi alcanza el 75% del PIB catalán, hace imposible que las autoridades puedan responder por todo este dinero ante una huida de los ahorradores. Ante esta situación, las propias entidades han reconocido en su comunicado que no pueden garantizar la situación de los depósitos en el caso de que Cataluña saliera del euro.



lunes, 21 de septiembre de 2015

Alexis Tsipras y Pablo Iglesias se echan unas risas junto a los cerdos de la Granja Animal

Tras timar a los griegos dos veces, Syriza logra que se dejen timar una vez más

Alexis Tsipras y Pablo Iglesias se echan unas risas junto a los cerdos de la Granja Animal

   
Hace muchos años, estando aún en el colegio, leí “Rebelión en la granja”, novela con la que el izquierdista George Orwell pretendía denunciar la traición del estalinismo al genuino comunismo.
La ultraizquierda no pide consultar a los españoles sobre el tercer rescate a Grecia
Los de “el miedo va a cambiar de bando” provocan que los ahorros huyan del banco
Una novela alegórica sobre cerdos bolcheviques
Usando una alegoría, Orwell sostenía que los ideales de la revolución bolchevique, representada por la rebelión de los animales de la Granja Manor, habían sido traicionados por Stalin y sus acólitos. En la novela los cerdos toman la iniciativa de la rebelión por ser los más inteligentes de los animales. Eran los guías de la rebelión y los que asumían el liderazgo de los demás. En la novela los cerdos eran el Partido Comunista. Entre ellos Orwell hacía distinciones. Había dos cerdos a los que presentaba como justos: Mayor, el más viejo, representaba a Lenin, y Snowball a Trotski, que acababa exiliado por instigación del cerdo Napoleón, que hacía el papel de Stalin. El célebre poeta T.S. Eliot rechazó la novela de Orwell por su orientación trotskista, y no le faltaba razón. El tiempo acabaría mostrando a todo el mundo que los crímenes y la opresión del comunismo no fueron una corrupción de sus esencias ideológicas, sino el desarrollo lógico de sus tesis materialistas y totalitarias. De hecho, los crímenes soviéticos empezaron ya con Lenin, desatando hambrunas que dejaron millones de muertos, con la intención de someter a la población. El cerdo Mayor era, en el mundo real, un genocida, y Snowball era uno de sus principales cómplices.
El “capitalismo de Estado”: tapando las miserias del comunismo
La novela acaba con los animales de la granja viendo una escena insólita: media docena de miembros de la casta dirigente de los cerdos, con Napoleón a la cabeza, celebran una cena con media docena de granjeros -los humanos eran los enemigos-, riendo y cantando. En esa cena los cerdos se vanaglorian de tener la propiedad de la granja animal, en la que los demás animales han acabado siendo mucho más explotados que con su antiguo propietario humano, pero acallando toda protesta. Orwell conecta con la idea de que el comunismo soviético degeneró en un capitalismo de Estado, una tesis que muchos comunistas han sostenido tras la caída del Muro de Berlín, como una cínica forma de atribuir al capitalismo los errores y vilezas del comunismo. Hay que tener en cuenta que el capitalismo implica la existencia de propiedad privada, y en el comunismo ese derecho brilla por su ausencia. En el Estado soviético los medios de producción eran propiedad del Estado. Ni siquiera las viviendas eran de las personas o de las familias que las habitaban, sino una propiedad del Estado que se asignaba siguiendo determinados criterios, entre los que no figuraba que la vivienda fuese de tu gusto o de tu elección. Aún en septiembre de 1989 la URSS se resistía a admitir la propiedad privada, sólo un par de meses antes de la caída del Muro de Berlín y un par de años antes del derrumbe del Estado soviético. Bajo el comunismo el trabajador ni siquiera era dueño de su fuerza de trabajo. El economista Vasili Seliunin, convencido anticomunista y una de las más destacadas voces críticas de la URSS en los años de la Glasnost, criticaba esa apropiación del trabajo en estos términos: “No se permite que la fuerza de trabajo se convierta en objeto y sea una propiedad individual del trabajador, que ha sido así expropiado de su fuerza de trabajo.”
Dos comunistas que se felicitan por el nuevo éxito de un engaño masivo
Estas consideraciones sobre el comunismo son necesarias para abordar una de las noticias que dejó el día de ayer: el comunista Alexis Tsipras ha vuelto a ganar las elecciones en Grecia. Desde España otro comunista, Pablo Iglesias, se ha apresurado a felicitarle por lo que considera “la victoria del pueblo griego”. Leyendo esto uno se queda tan extrañado como los habitantes de la Granja Animal al ver los cambios de consignas que ordenaba la casta porcina. El problema de muchos de esos animales es que tenían mala memoria. Yo no. Recapitulemos.
Tsipras ganó las elecciones griegas del 25 de enero, valiéndose de una serie de propuestas entre las que se incluían la reestructuración de la deuda, el aumento del gasto público, la subida de los impuestos, la nacionalización de bancos y empresas, la subida del salario mínimo y de las pensiones y una mayor rigidez en el mercado laboral. Teniendo en cuenta la precaria situación de las cuentas públicas griegas y en especial su enorme endeudamiento a causa de políticas como las prometidas por Tsipras, las propuestas de Syriza eran claramente irrealizables pues tendrían un coste astronómico que Grecia no tenía como financiar. La victoria de Syriza no fue, como dijeron algunos, una victoria del pueblo griego o una derrota de las políticas de austeridad. Antes bien, esa victoria de Syriza fue el triunfo de un engaño masivo que pronto se vino abajo. Como cabía esperar, Tsipras no pudo desarrollar sus irreales proyectos porque no había forma de financiarlos. Pero lejos de contribuir a mejorar la situación griega, las propuestas radicales de Syriza desataron el pánico y hundieron la solvencia de Grecia hasta mínimos históricos. ¿Qué insensato presta dinero para hacer fantasiosos proyectos a un gobierno que se niega a reconocer sus deudas?
Syriza, o cómo rematar del todo a un país con serios problemas
Siguiendo los consejos de su estrafalario ministro de Finanzas, Yanis Varufakis, Tsipras convocó un referéndum a modo de órdago contra la Unión Europea. Pretendía consultar a los griegos, una vez expirado el plazo de pago, si eran partidarios de asumir el pago de sus deudas. Desde Podemos defendieron esta pantomima como la panacea de la democracia, como si lo democrático fuese decir a tus deudores que vas a hacer una consulta para decidir si les pagas lo que les debes. Para colmo, Tsipras anunciaba que respetarían los resultados de la consulta “sean cuales sean”, pero que no los llevarían a cabo si triunfaba el “sí”. Es decir, que sólo haría lo que le ordenara el pueblo si era lo que le apetecía hacer. Toma democracia. La pérdida de solvencia que esto suponía para Grecia era enorme y tenía unas consecuencias inevitables. A finales de junio Grecia estaba con un pie fuera del euro y con la gente haciendo colas en los cajeros para recuperar sus ahorros: el país acabó en un corralito bancario, con una pérdida colosal de capitales y con los ciudadanos incapaces de acceder a sus ahorros y pensiones. Con sus políticas radicales Syriza acabó por hundir el país, dañando gravemente a su sistema bancario y a su tejido empresarial, con una enorme destrucción de empleos. Obligado por los acontecimientos provocados por su propia irresponsabilidad, y tras haber rechazado los dos rescates previos a Grecia, Tsipras acabó pasando por el aro de la UE para pedir un tercer rescate, aceptando unas medidas de las que abominan Pablo Iglesias y Podemos en España: reforma de las pensiones, elevar la edad de jubilación a los 67 años; eliminación de subsidios a agricultores; privatización de empresas públicas; subida del IVA; flexibilización del mercado laboral y liberalización del sector de los servicios. Es decir, que Tsipras, que dijo que no obedecería el referéndum si ganaba el “sí”, acabó desobedeciéndolo tras la victoria del “no” a la deuda, la opción que él mismo apoyó. ¿Y qué hizo Podemos? Pues Pablo Iglesias salió en apoyo de Tsipras a pesar de hacer lo contrario de lo que prometió a su pueblo.
Tsipras decidió probar si le funcionaba otra vez más el timo…
Así pues, tenemos una Grecia que es el resultado de décadas de despilfarro público, de un sistema de pensiones públicas insostenible, de un desmesurado peso del sector público sobre la economía y de un endeudamiento estatal que ha acabado haciéndose insoportable para el país. Grecia es la mejor demostración de la ruina que generan las políticas socialistas, tanto las aplicadas por el PASOK como por los conservadores de Nueva Democracia (en este aspecto Grecia se parece mucho a España, pues aquí la derecha parlamentaria también ha asumido los disparates económicos de la izquierda: más impuestos, más gasto público, más deuda pública…). Pero además Grecia demuestra también que las recetas populistas de la ultraizquierda, lejos de mejorar la situación, la agravan y mucho. Para que Grecia prospere necesita sanear su economía y aligerar el insoportable peso del Estado. Tsipras se ha limitado en estas elecciones a prometer que intentará mejorar las condiciones del rescate, condiciones que él mismo aceptó y que aprobó el Parlamento griego. A estas alturas los griegos no tenían ningún motivo para confiar en un mentiroso que traicionó sus irrealizables promesas electorales y su compromiso sobre el referéndum que él mismo convocó, y al mismo tiempo, los acreedores de Grecia ven como el trilero de Syriza insiste en regatear el cumplimiento de unas condiciones que ya había aceptado.
… y los griegos se dejaron timar de nuevo
Sin embargo, en una demostración más de que la opinión de la mayoría no siempre está del lado de la razón ni de la sensatez, los griegos se dejaron engañar ayer, una vez más, por ese timador. Si te mienten una vez la culpa es de quien te engaña, pero si te mienten dos veces, la culpa es tuya por fiarte de un mentiroso. Cierto es que las elecciones de ayer estuvieron marcadas por una alta abstención (el 45,5%), pero el hecho es que Syriza ha vuelto a ganar tras engañar a los griegos dos veces. Que Podemos llame a esto la “victoria del pueblo” me parece de chiste. Ya me imagino a Tsipras e Iglesias echándose unas risas, sentados a la mesa de los mismos políticos europeos que han aceptado llevar a cabo un tercer rescate a Grecia a costa de nuestro dinero, y sabiendo ya que la palabra de Tsipras no vale nada. A la casta porcina de Alexis Tsipras y de Pablo Iglesias el triunfo del engaño de Syriza le permite prolongar su verdadera hoja de ruta: generar inestabilidad, desesperación y miseria, que es el único escenario en el que los charlatanes del populismo pueden obtener la atención y el apoyo de millones de incautos. Pero hay algo más. En su escena final Orwell presentaba como indistinguibles a los cerdos estalinistas y a los granjeros capitalistas. Y en algo coincide esto con la cena que podrían mantener Tsipras, Iglesias, sus amigos porcinos y los políticos de la UE: tanto la izquierda populista como la clase dirigente europea, al menos la asentada en el consenso socialdemócrata (que es la mayoría), pretenden que los ciudadanos dependamos del Estado en mayor o menor medida, pero desde luego ambos sitúan esa medida muy por encima de lo que sería deseable en una sociedad libre y que no quiera verse sometida a los caprichos de una clase política instalada en el intervencionismo salvaje. Una clase política que cada vez se parece más a los cerdos de la Granja Animal.