domingo, 28 de febrero de 2021

Orgullo andaluz

 Orgullo andaluz

No se le perdona a Andalucía que rompiera los 40 años de hegemonía socialista de Despeñaperros abajo

Antonio BurgosAntonio Burgos

Hoy es 28-F. Día de precepto andalucista. Y no será este predicador quien no le dedique el sermón al evangelio patriótico del día. Sí, he dicho ‘patria’ y lo repito con un verso de Aquilino Duque: «Tienen los andaluces por patria el universo». Y su habla es la que, con el descubrimiento y conquista, pasó a América. Habla riquísima, que hogaño anda en polémicas y que es clara como aquel vaso de agua del histórico artículo sobre el catalán de otro andaluz, y de pura cepa, con ejercicio y servidumbre: don José María Pemán.

No sé gallego, pero me temo que los que lo hablan sentirán a partes iguales indignación y vergüenza ajena cuando escuchan que alguien que no es

 de allí intenta imitar su acento. Del mismo modo, no hay nada más odioso que un castellanoparlante tratando de imitar, y a lo mejor con buena intención, el acento andaluz. Creen que con dos ‘ozús’ y dos ‘arsa’ ya está todo solucionado. Y es algo más profundo. El habla andaluza es como un conservatorio del español clásico. Palabras perdidas y en desuso en el resto de España se mantienen aquí, como en Hispanoamérica, vivas y expresivas. Por más que el DRAE las ponga en el purgatorio de las variedades regionales raritas, hace siglos fueron habituales en el español ‘de ambos mundos’. Sí, el habla de un andaluz está a veces más cerca, por lo expresivo, por lo concreto, por la belleza de prosodia, del español hablado en Colombia que el que se oye, un poner, en Segovia.

Lo peor del habla andaluz es que a pesar de más de cuarenta años de autonomía, de aquel 28-F del ‘andaluz, este no es tu referéndum’ de Lauren Postigo, sirve como lengua de broma y de guasa. Los personajes ‘simpáticos’ de las películas y las criadas de las series de TV siguen hablando andaluz. Un andaluz más falso que una moneda de cinco euros. Y a veces quien se avergüenza en hablar con la sonoridad y precisión de su tierra es el propio andaluz. ¿Saben dónde mejor se habla andaluz? En Gibraltar. El habitante del Peñón se esfuerza en colocar las eses en su sitio cuando habla en inglés, pero cuando lo hace en el español del Campo de Gibraltar, habla en libertad, sin presión de norma alguna, como uno de La Línea o de Algeciras. Sin complejo alguno de lo que vulgarmente se llama ‘comerse las eses’. Punto en el que una copla del Carnaval de Cádiz cantó un día: «¿No nos vamos a comer las eses? Las eses y lo que haga falta, con el hambre que da tanto paro».

Y el mismo respeto que a las hablas andaluzas se le tiene al Gobierno de la Junta de Andalucía en La Moncloa: ninguno. No se le perdona a Andalucía que rompiera los 40 años de hegemonía socialista de Despeñaperros abajo, eligiendo un gobierno del PP y de Cs apoyado por Vox. Le pasa a Andalucía, y en las decisiones de Sanidad sobre medidas anti-Covid se ha visto, como a la comunidad y a la alcaldía de Madrid. Que no se les perdona que no sean de ellos. Si no hay que mandar vacunas a algún sitio, es a Andalucía. Como al habla, a Andalucía, a pesar del orgullo que los de esta tierra sentimos por ella, se la sigue tomando por el pito de un sereno.


La familia de Irene Montero 'larga' contra Iglesias: "No nos gusta"


Irene Montero y Pablo Iglesias.

La familia de Irene Montero 'larga' contra Iglesias: "No nos gusta"

En el pueblo del padre de la ministra de Igualdad no dan crédito al cambio que dio la pareja del vicepresidente segundo cuando le conoció en Vallecas.

 | ESdiario 

La de Irene Montero ha sido, sin duda alguna, una de las carreras más fulgurantes de la vida política española. Son muchos los que sospechan, incluso dentro del propio Podemos, que su ascenso hasta la moqueta ministerial no hubiera existido de no haber sido la pareja de Pablo Iglesias en el momento en el que este se convirtió en el número tres del Gobierno de Pedro Sánchez tras las elecciones generales del 10 de noviembre de 2019.

Donde no dan crédito al meteórico avance de quien sólo contaba como única experiencia laboral antes de meterse en política de la mano de Podemos una temporada de cajera en una gran superficie, es la familia paterna de la titular de Igualdad. Así se desprende de los inéditos testimonios que ha obtenido La Razón en el pueblo de Ávila donde nació el padre de Montero, Tormellas, y donde tradicionalmente gana las elecciones el Partido Popular.

 

"Nunca había dado señales de que le gustase la política o quisiera dedicarse a esto", asegura uno de sus tíos, residente en la localidad abulense, que afirma que fue el entablar amistad con la "camarilla" compuesta por tres de los cofundadores de la formación morada  -Pablo Iglesias, Íñigo Errejón y Juan Carlos Monedero- cuando se vio tentada a vivir de lo público: "La llevaron a esto".

El tío de Irene Montero confiesa que en el pueblo guardan silencio sobre la vida actual de su sobrina, con la que "todo cambió " cuando "se enamoró" de Iglesias".

Y esto último parece no ser sólo lo que la familia paterna de Montero no perdona al vicepresidente segundo del Gobierno: "En el pueblo no nos gusta. Somos gente humilde, preocupada por sacar adelante la ganadería y la tierra. Los obreros y trabajadores no pueden sentirse identificados con un político que ha dejado tirados a todos para irse a una casa que vale millones. Ha hecho lo contrario de lo que decía", afirma el tío de Irene Montero sobre Pablo Iglesias.

viernes, 26 de febrero de 2021

Entrevista a Felipe González: "Cuando un ministro jura lealtad al Rey, solo por poder y dinero, debe ser escupido por el pueblo"

 


Entrevista a Felipe González: "Cuando un ministro jura lealtad al Rey, solo por poder y dinero, debe ser escupido por el pueblo"


Juan Pardo.- En un sistema democrático limpio, nunca puede "ganar" el socialcomunismo sin dividir a la derecha como, en su día, hizo Mitterrand en Francia o este Gobierno que tenemos en España "comprando" a la extrema derecha de Vox y al centro de Cs. Churchill ganó las elecciones con la izquieda y con la derecha, pero en su estado puro y bien delimitado por Ley. Los gobiernos nórdicos y centroeuropeos ni tienen poder legistalivo "a sus anchas" ni de decretazos que no se ajusten a LEY. En teoría, la izquierda es más justa que la derecha, pero exige "trampas", la derecha conservadora es un estilo de vida. 


¿Es España una democracia plena? “No identifico un proyecto de país”. La afirmación condensa la opinión del expresidente socialista sobre el momento actual, y sobrevuela en todo momento durante la hora y media larga que dura la entrevista. Felipe González Márquez (Sevilla, 1942) sigue desplegando una inusitada actividad espoleado por sus inquietudes intelectuales y la preocupación por esa modernidad líquida de la que habla Bauman. La conversación es telemática, en su casa de Extremadura, por estricto cumplimento de los protocolos covid-19. Más que la pandemia, dice, lo que le duele es el progresivo deterioro del Estado de derecho. ¿Su receta? Revisar todo lo aprobado hasta ahora cuando acabe la pandemia para que no queden heridas.

Aunque el expresidente del Gobierno insiste en mirar al futuro más que al pasado, la casualidad ha querido que la entrevista coincida con el aniversario del intento de golpe de Estado del 23-F. En aquel entonces, la actuación del Rey desbarató el levantamiento militar entre vivas a la Constitución y la democracia. Cuarenta años después, don Juan Carlos se refugia en Emiratos Árabes acorralado por los escándalos, una parte del Gobierno se declara republicana y la extrema derecha se hace fuerte en una Cataluña que amenaza con la independencia.


PREGUNTA. Usted ha dicho en numerosas ocasiones que hay una estrategia claramente definida por parte de algunos, incluso de una parte del Gobierno, para derribar lo que se ha venido en denominar el régimen del 78. ¿Hay riesgo cierto de que se cumpla ese objetivo?

 

RESPUESTA. Lo dudo. Existe un marco constitucional que ha mostrado una gran resiliencia frente a los ataques continuos que se hacen desde el interior del propio sistema, lo cual me reafirma en algo que he dicho. La Constitución española no es militante, al contrario que la americana, de la que poco se puede dudar aunque se vivan momentos oscuros. La americana es militante. Si uno recuerda el juramento de Kamala Harris, y no sé por qué no se recuerda, no solo se compromete a respetar la Constitución, a respetarla y hacerla cumplir, sino que añadió una frase que se echa de menos cuando se tiene una Constitución no militante: que se compromete a defenderla ante todos sus enemigos externos e internos. La alemana es también militante, porque excluye a los enemigos de la ley fundamental de Bonn. En España, por el contrario, la Constitución no excluye a nadie. Por eso puede haber anticonstitucionalistas que quieran derribar el marco de convivencia dentro del sistema de representación.


P. ¿Hay que reformar la Constitución para hacerla, precisamente, militante?

 

R. No abriría ese melón. Lo que pido es lealtad a lo que se promete. Si alguien promete cumplir y hacer cumplir la Constitución y el ordenamiento jurídico con lealtad al Rey, solo le pido que cumpla su palabra. Ni siquiera le pido que acepte el sistema constitucional. Aquello del ‘imperativo legal’, que luego lo reconoció el TC, ha agrandado la fórmula del juramento. Algunas veces no hay una promesa de acatar la Constitución sino un mitin anticonstitucional. Eso es lo que hay que cambiar. No es, desde luego, lo más importante. Lo que hay que hacer es resaltar la lealtad en las reglas de juego, que es lo que falla a veces. Habría que reformar algunos puntos de la Constitución, pero quien quiera hacerlo que lo haga por los cauces constitucionales, como ha recordado Salvador Illa, a quien felicito, de paso.

 

"El que es incapaz de apoyar a las Fuerzas de Seguridad del Estado no merece gobernar"

 

P. Hablemos del debate que se ha querido plantear sobre si España es una democracia plena. La ministra portavoz sugirió que tenía que ver con una mera estrategia electoral de Iglesias de cara a las catalanas. ¿Le parece correcta esta interpretación?

 

R. No. Si fuese una táctica puramente electoral, estaría todo resuelto, ya que han pasado las elecciones. He oído decir eso incluso a personas relevantes. Me inquietó. Eso es tanto como decir a los ciudadanos que no crean lo que se habla en las elecciones. Hay dos cosas que se están degradando. Por un lado, la legitimidad de las campañas electorales y, en sentido contrario, se está legitimando mentir. No hay por dónde cogerlo.

 

Nosotros estamos entre las 23 democracias más completas del mundo. Churchill decía que la democracia es el peor sistema, siempre que se excluyan todos los demás. He escuchado incluso a un ministro, que consume Consumo, decir que el hecho de que un rapero vaya a la cárcel es la demostración de que falla la democracia en España. Es absurdo. Ustedes han publicado un artículo de Carlos Jiménez Villarejo, que para los creyentes es la Biblia. Solo hay que cambiarle al rapero y ponerle el nombre de un islamista radical. ¿Qué diría la gente? Incluso la que se moviliza en la calle. Ser rapero es tan noble como cualquier otra actividad, pero qué dirían si en lugar de eso fuera un pronazi que sugiere que hay que clavarle un piolet en la cabeza a alguien porque no le gusta. ¿Cuándo seremos capaces de superar esta división del cerebro en dos mitades? Es decir, que ve solo una parte de la verdad y no la otra.

 

La democracia española está entre las mejores del mundo. Y por cierto, las Fuerzas de Seguridad del Estado tienen una profesionalidad y eficiencia reconocidas internacionalmente. Por tanto, el que es incapaz de apoyar a las Fuerzas de Seguridad que nos garantizan una convivencia sin violencia no merece gobernar. Repito, no merece gobernar.

 

P. Hace poco más de un año, se formó el primer Gobierno de coalición en España en democracia, ¿cómo está funcionando?

 

R. Lo primero que debo decir, y lo he repetido muchas veces, comprendo que no se me comprenda, es que ningún Gobierno puede actuar de la manera que tenía prevista y programada antes de una amenaza global y tan difícil de combatir como el covid. Ninguno. Y los gobiernos que lo han intentado, como el de Brasil, se han equivocado.

 

Nadie le dice a la Unión Europea que lo previsto es mantener el pacto de estabilidad, que lo previsto no es una reacción como la del Banco Central Europeo o la puesta en marcha de fondos europeos de reconstrucción… Por favor, si es un problema de inteligencia elemental. Quiero decir, y quiero decirlo con énfasis, que hemos vivido el año más difícil de gobernanza, y le podía haber pasado a cualquiera. Por tanto, criticar es más fácil que ponerse en esta situación. La única certeza es la incertidumbre. Hacen falta áreas de consenso muy sólidas.

 

P. ¿Cómo está funcionando el Gobierno de coalición? Da la sensación de que la relación está cimentada sobre continuos desacuerdos.

 

R. La mayor parte de los gobiernos europeos son de coalición y a veces entran en crisis por razones relativamente espurias, como ha pasado con el Gobierno italiano. Conte estaba haciendo un trabajo importante y parte de la coalición lo ha derribado. Es verdad que el sistema italiano es distinto. Antes ocurrió con Salvini, que planteó una moción de censura a su propio Gobierno, del que era vicepresidente, y eso en Italia funciona, y nos lleva a Draghi. Antes a Monti. También en Alemania hay Gobierno de coalición y no parece que funcione mal.

 

"Vox puede ser efímero… o no tener techo"

 

Hay dos elementos que son clave. Uno es la lealtad y otro, saber conocer cómo funciona en España el Estado de derecho. Y eso, que cada vez importa menos porque vivimos en la anomia, es decir, en la pérdida de valor de las reglas establecidas, se resolvería, al menos en un 50%, si se hiciera un cursillo rápido sobre la ley de régimen jurídico de la Administración del Estado para que se sepa cómo funciona el Consejo de Ministros, como funciona la presidencia del Ejecutivo. Algunos no lo saben. En España, el presidente del Gobierno no es lo mismo que el primer ministro británico y, por lo tanto, hay que saber con qué reglas se actúa y respetarlas. No sé cuánto tiempo dedican a la coordinación, porque no estoy en las tripas del Gobierno, lo que sí sé es que la ley de régimen jurídico de la Administración del Estado dice, con toda claridad, que las deliberaciones del Consejo son secretas sin fecha límite para levantar los secretos y que solo son públicos los acuerdos.

 

P. ¿Habla usted con el presidente del Gobierno de forma frecuente o sigue teniendo ese sentimiento de orfandad al que se ha referido en alguna ocasión?

 

R. No sé si se pueden ligar ambas preguntas. Yo tengo como principio de actuación que no interfiero, no llamo. No hago ningún tipo de 'lobby', incluso cuando estoy muy preocupado. Me callo. Pero siempre estoy disponible. Por lo tanto, si alguien quiere saber mi opinión sobre algo, yo se la doy con absoluta libertad, con la autonomía que me da la edad, pero también la experiencia. Es más, reconozco la inmensa dificultad a la que se está enfrentando este Gobierno. A principios del año pasado, no se concretó una invitación para vernos un par de veces por dificultades de agenda del presidente, pero si algún miembro del Gobierno cree que le viene bien conocer mi opinión, es obvio que estoy disponible para ofrececérsela.

 

Entrevista a González - El fenómeno de VOX

P. ¿Cómo observa el fenómeno de Vox?

 

R. Puede ser efímero o tener techo limitado. Mitterrand ganó su segunda presidencia dividiendo a la derecha con Le Pen. Y se llevó la sorpresa de que, cuando fueron a la tercera ronda electoral, el candidato socialista, que era Lionel Jospin, quedó en tercer lugar, y el que quedó segundo fue Le Pen, lo cual obligó a la izquierda a apoyar al candidato Chirac frente a la ultraderecha. Ese es un fenómeno que hemos conocido y puede haber la tentación de querer hacer lo mismo. Pasado un tiempo, te das cuenta de que estás alimentando a alguien con quien no quieres entenderte, o que no es compatible con tu proyecto. Es una tontería decir cuánto va a crecer Vox o cuánto va a aguantar. Hemos vivido desde 2015 varias historias de sorpasos que no sorpasaron a nadie. Nadie sabe dónde va a ir esto, pero si que nunca gobernarán.

 

P. ¿El fenómeno Vox hay que vincularlo al auge del populismo o, por el contrario, tiene en España un componente territorial por la cuestión catalana?

 

R. El populismo no es homogéneo, ni siquiera identificable por una u otra posición. El populismo es un fenómeno que mina la credibilidad de la democracia y las instituciones. Para no cargarlo de ideología, a veces he dicho que triunfa cuando individuos dan respuestas simples, no sencillas, a problemas complejos, y una vez acceden al poder, les da igual por dónde tiran. La ideología no es lo que define al populismo, ni en el caso de Trump ni el de Daniel Ortega. Los populismos se pueden vestir de derechas, de izquierdas o de lo que sea.

 

En España, lo define también una reacción negativa en relación a la descentralización autonómica. Precisamente porque algunos confunden la descentralización con la centrifugación del poder, y la centrifugación lleva a veces, como hemos conocido, a reinos de taifas. Aquí cada uno hace lo que quiere y eso resulta incompatible con un proyecto para todos.

 

P. Usted ha dicho en alguna ocasión que no gobernaría nunca con alguien que cuestionara que la soberanía descansa en todos los españoles. ¿Lo sigue pensando?

 

R. Exactamente igual. Es más, lo que nos une en este espacio público compartido que llamamos España, y que es bastante más resiliente de lo que la gente se cree, es el paquete de ciudadanía, el paquete de derechos y obligaciones que afectan a la totalidad de los ciudadanos independientemente de dónde vivan. Eso es lo que nos une. Yo nunca gobernaría con cualquiera que quiera romper eso. Pero ese es mi problema. Ya tengo casi 79 años y, salvo que me alivia mucho que sea de la misma quinta que Biden, no tengo ninguna pretensión ni aspiración. Yo no lo hubiera hecho nunca, ni lo haría.

 

Entrevista a González - El diseño del Estado autonómico

P. ¿Se arrepiente en algo del diseño del Estado autonómico?

 

R. Podríamos haber dado más pasos adelante, pero no había margen de maniobra. Por eso, yo nunca hago un análisis ahistórico. Esto de confundir el momento en que se produce un acontecimiento o un pacto con el momento actual es un disparate. Para eso están las enmiendas constitucionales. Para mí, hubiera sido más sólido en el juego de las lealtades un planteamiento federal más que un planteamiento autonómico. ¿Hay elementos de diferenciación? Sí, pero nos llevaría muy lejos en la explicación. Por eso, un Estado federal no lo quieren los separatistas, y, probablemente, tampoco los separadores. Pero el Estado federal es lo que ha hecho funcionar a Alemania. Por eso digo que federalizar nuestra descentralización nos llevaría a mejorar el respeto hacia la institucionalidad.

 

En la realidad que vivimos, todos los poderes son multinivel. Desde un ayuntamiento, pasando por el poder autonómico y llegando al poder central o europeo, con quien no se cede soberanía, se comparte. Todos son multinivel. Necesitamos que nos quiten la venda de los ojos con una catástrofe como la de la pandemia para saber que el alcalde no tiene ninguna responsabilidad en materia educativa, pero si las escuelas no están limpias, ventiladas y preparadas, tenemos un problema. ¡Ay del alcalde que no se ocupe de que funcione la escuela! Es verdad que el racionalismo cartesiano no lleva a querer delimitar las competencias de unos y de otros, pero los incendios y las catástrofes no entienden de fronteras. Estamos en febrero y un fuego en Navarra ya ha afectado a Francia y al País Vasco. La descentralización tiene que ser compatible con la coordinación permanente entre los niveles del Estado.

 

"Estoy totalmente de acuerdo con el planteamiento de Salvador Illa"

 

P. Viendo el grado de polarización que existe en Cataluña, ¿cree que todavía es posible la convivencia con el independentismo? ¿Hasta qué punto la victoria de Salvador Illa podría allanar el camino?

 

R. En primer lugar, no tengo edad para resignarme. Mi cerebro, en ese sentido, es en lo único que sigue siendo joven. Por lo tanto, yo no me resigno a que un problema que se plantea como el catalán no tenga solución. No me resigno. En segundo lugar, ya que habla de Illa, ha hecho algo a lo que ya no estamos acostumbrados, no solo ha logrado liderar la primera fuerza ganando en votos y empatando en escaños, pese a la ley electoral, sino que ha hecho algo que a mí me parece digno de recordar, independientemente de su personalidad. Primero, ha dicho que hay que reparar la fractura de la convivencia interna entre catalanes, algo que se ha negado en los últimos años, diciendo que quienes no piensan como ellos no son catalanes. En segundo lugar, ha dicho que fortalecer las relaciones entre catalanes y el resto de españoles debe hacerse dentro de la legalidad constitucional y estatutaria. No fuera, sino dentro de la legalidad, que se presenta para algunos como una anormalidad, cuando es lo más normal del mundo. Y además ha dicho que el Gobierno catalán necesita ocuparse de la sanidad, de la economía, de los problemas sociales, y ahora de la violencia desatada. En definitiva, que se ocupe de los problemas de los ciudadanos. Ese es el cuadro que dibuja Salvador Illa. Como me han recordado lo de la orfandad, les diré, y muchas veces no tengo ocasión de decirlo, que estoy totalmente de acuerdo con el planteamiento de Illa.

 

P. ¿Cómo está observando el debate monarquía-república, que es casi preconstitucional? Es como si la política española hubiera regresado a antes de 1978.

 

R. El debate no es entre monarquía y república. Es curioso: si se nombraran las mejores democracias del mundo, nos encontraríamos con que la mayoría son monarquías parlamentarias. Por lo tanto, lo que hay detrás no es la forma de Estado, sino el derribo del 78. ¿Tienen derecho a derribarlo? Sí, claro. Decir que España no es una democracia perfecta es un oxímoron. Me pregunto: ¿ellos tienen un modelo de referencia alternativo mucho mejor que el nuestro? Si son los que tienen como referencia, pues, en verdad, no me tranquiliza.

 

La monarquía es una pieza más en la descomposición del régimen del 78 y, por tanto, del sistema democrático que nos hemos dado. Lo que me preocupa es que se está produciendo una creciente crispación, un creciente discurso de exclusión del otro que fractura la sociedad, y que es lo que intentamos superar en el 78 con el pacto constitucional que hicimos todos. Bueno, todos no. Es evidente que Blas Piñar no estaba en eso. Lo que primaba era la convivencia libre y democrática entre los ciudadanos españoles. Ese valor es el que me preocupa que estén poniendo en juego sin alternativas. Dicho en términos históricos: derribar es mucho más fácil que construir.

 

"El 3-O, Felipe VI cubrió el hueco de Rajoy"

 

P. ¿Cómo ha observado la salida de España del Rey emérito, usted que le conoce bien?

 

R. Lo conocí cuando era jefe de la oposición y luego lo traté durante casi 14 años cuando gobernaba. Debo decir que, en toda mi experiencia, en toda, la ayuda que prestó a la gobernanza del país y la ayuda que prestó en situaciones internacionales complejas fue invaluable. En todas.

 

Todavía me acuerdo, y de esto se ha hablado poco, de la Conferencia de Madrid entre árabes e israelíes, organizada por el secretario de Estado americano. Aquí se produjo el último encuentro entre Gorbachov, que cayó cinco o seis semanas después, y el viejo Bush, el original, no hablo de la fotocopia. Recuerdo que una cena en la Zarzuela, en la que estábamos Bush, Gorbachov, el rey Juan Carlos y yo, se convirtió en una charla que tiene un valor histórico extraordinario cuando allí afloró que, según la información de Bush, los días de Gorbachov estaban contados porque le estaban preparando un golpe del que él no era consciente. Eso fue posible por la empatía de Juan Carlos, que pudo facilitar una conversación de ese tipo, en la que saltaron todas las reglas diplomáticas. Solo puedo decir que su aportación a la gobernanza y a la proyección internacional de España me parece indiscutible. Pueden criticar lo que quieran.

 

P. Usted y el rey Felipe forman parte de dos generaciones completamente distintas. ¿Cómo está observado su reinado? ¿El discurso del 3 de octubre fue su 23-F?

 

R. Creo que está cumpliendo estrictamente sus deberes constitucionales. A veces, incluso, supliendo carencias que tenemos los responsables políticos. Por ejemplo, en los acontecimientos de 2017 en Cataluña. Su intervención fue, digan lo que digan, impecable. En esa intervención estaba cubriendo el hueco de lo que debería haber hecho con toda contundencia el presidente del Gobierno. Y es amigo mío Rajoy. Pero él está supliendo eso. Las circunstancias del 23-F eran completamente distintas, pero sin duda con la misma significación de la defensa de la Constitución y de la convivencia. Insisto, impecable.

 

P. ¿Le consulta Felipe VI, habla con usted…?

 

R. Él sabe que siempre estoy disponible, por teléfono o desplazándome, sin ningún problema. No solo tiene derecho, sino que el jefe del Estado debe pulsar la opinión de gente distinta, plural y diversa.

 

P. ¿Continúa siendo accidentalista en términos república-monarquía, como le enseñó su amigo Olof Palme?

 

R. Eso formó parte de la primera conversación que tuve con el rey Juan Carlos antes de llegar al Gobierno. Me pasaron dos cosas que quizás hoy se puedan decir. Me preguntó: ¿usted por qué no es monárquico? Y le respondí con lo que me dijo Olof Palme. La socialdemocracia sueca llevaba en su programa desde los años treinta el ‘accidentalismo’, que significa aceptar la monarquía siempre que no se interpusiera en la construcción socialdemócrata. En segundo lugar, me consultó: ¿puedo hablarte de tú? Naturalmente que puede, le dije, no hay ningún problema. El me contestó que yo también podría hablarle de tú. Y le dije: desde ahora le aclaro que yo no voy a apearle del tratamiento nunca, en la vida. Yo nunca le diría Juan o Juanito. Nunca. Y así ha sido.

 

Entrevista a González - La respuesta europea a la pandemia

P. ¿Qué opinión le merece la respuesta europea a la pandemia?

 

R. Una opinión extraordinariamente positiva. Por primera vez, se ha reaccionado bien, al contrario de lo que sucedió en 2008, que tuvimos que esperar a 2012 hasta cambiar la política monetaria con Draghi. Hubo un dolor innecesario. Ahora se ha reaccionado con decisiones importantes, como la suspensión de las reglas fiscales o el endeudamiento mutuo. El desafío es aprovechar la respuesta para hacer las reformas necesarias en nuestras economías.

 

P. Si hay que pagar las deudas, entiendo que no está de acuerdo con que la presidenta de su partido, Cristina Narbona, haya firmado a favor de la condonación.

 

R. Le matizo que ella misma aclaró que no lo hacía como presidenta del PSOE, sino personalmente. Respeto esas opiniones. Es una idea brillante e ingenua.

 

"La gestión de los fondos europeos ha de hacerse por consenso"

 

P. ¿Cómo debería canalizarse el dinero de los fondos europeos?

 

R. Nosotros tenemos un problema de empleo juvenil, y ese problema, aclaro, existe desde que yo gobernaba, y por eso me hicieron una huelga general. No hace falta ser un sabio para decir que ahí hay un problema. Yo lo intenté en 1988 y me costó la huelga de mayor éxito de la historia de España. La excusa que se puso fue el llamado contrato de aprendizaje, y lo que pretendíamos era seguir el modelo muy exitoso de formación profesional dual e inserción en el mercado de trabajo de Alemania. Aquí provocó una huelga general. Nuestro sistema sanitario, igualmente, necesita mayores recursos y ser más eficiente. Lo ideal es que esos fondos se gestionen teniendo en cuenta la opinión de actores que van a ser relevantes: el Parlamento Europeo, la Comisión y el Consejo Europeo. No me dirijo solo al Gobierno, también a la oposición, para que se pongan de acuerdo en el marco para dar la mejor utilidad a los fondos. Que haya un consenso básico. No traslademos el circo interno a un circo europeo.

 

Entrevista a González - La oposición de Casado

P. ¿Se está equivocando Pablo Casado en su oposición? Hace unos días, votó en contra del real decreto-ley y tuvo que ser Vox quien salvara al Gobierno.

 

R. Un hecho puntual no define una estrategia. Probablemente, deberían haber sido más exigentes, pero, obviamente, es un error. Está claro que lo que quería Vox no era hacer un favor al Gobierno, sino devolverle la patada que le había dado Casado en la moción de censura. Es positivo, sin embargo, que se negocien los órganos constitucionales e institucionales. Es una señal de esperanza. Hay que encontrar un espacio de acuerdo que permita hablar sobre los fondos europeos y la reconstrucción de España, porque nuestra situación es muy difícil. Hay que decir a los ciudadanos que vienen muy duras y que hay que ponerse de acuerdo para sacar el país adelante.

 

"Cuando acabe la pandemia, habrá que revisar las normas dictadas durante el estado de alarma"

 

P. Se ha criticado en ocasiones a Casado por no haber estado con el Gobierno en muchos momentos de la pandemia. ¿Qué opinión le merece el uso o el abuso del Estado de derecho durante la crisis sanitaria?

 

R. Me preocupa, y lo he dicho muchas veces, y lo estamos viendo en muchos países, que se erosione el Estado de derecho. Acepto que hay situaciones excepcionales, como el estado de alarma, y en esas situaciones excepcionales se utilizan instrumentos como los decretos-leyes. Lo que pido es que, terminado este periodo [el estado de alarma actual debería vencer el 9 de mayo], todos se tienen que comprometer a revisar esa normativa para ver con qué nos tenemos que quedar con carácter permanente y qué normativa excepcional tiene que desaparecer para recuperar la normalidad del Estado de derecho. Lo he propuesto y ha tenido poco eco, sin duda porque no represento a nadie, pero esa sería una muy buena solución.

 

P. Saliendo de nuestras fronteras, lo que es verdaderamente excepcional es que Europa acepte con normalidad un presidente como Draghi, ajeno al sistema parlamentario…

 

R. No es la primera vez, Monti estaba en el grupo de trabajo que yo presidía sobre el horizonte de Europa 2020-30. No es la mejor de las soluciones, pero, probablemente, sea la menos mala. A mí me importa mucho lo que dijo Draghi cuando le preguntaron si haría un Gobierno tecnocrático. Lo que quiero, dijo, es formar un equipo de gobierno que sea capaz de sacar a Italia de la crisis. No lo defino tecnocráticamente ni políticamente.

 

P. España se lo llegó a plantear cuando los partidos eran incapaces de formar Gobierno…

 

R. Eso siempre se plantea en un momento de atasco, y en España ha habido más elecciones de las que correspondían. Fíjese en Cataluña, donde ni siquiera sabemos si se van a repetir estas. Siempre existe esa reflexión, que, en todo caso, no sería inconstitucional, aunque desde luego no es deseable. Lo lógico es que gobierne la primera fuerza política y que haga coaliciones que estén respaldadas por un proyecto de país. Lo que me desconcierta es que no identifico cuál es el proyecto de país que tenemos. ¿Qué queremos hacer de España como país?

 

P. ¿Por qué les cuesta pactar tanto al PSOE y al PP en un contexto como el actual?

 

R. Ambos están obligados a sentarse en torno a una mesa para saber en qué están de acuerdo y arreglar los problemas. Por lo menos, los derivados de la reconstrucción de España. Tienen la obligación de sentarse, aunque eso no garantice el acuerdo. Y no encontrarán un camino más serio de consolidación que ese. ¿Eso excluye a los demás? No. Lo que es difícil es construir un proyecto de España con quien no quiere que exista un proyecto de España. Y algunos de los socios externos del Gobierno lo expresan en la tribuna del Parlamento cuando dicen que les importa un higo el proyecto de España.

 

Entrevista a González - ¿Falta liderazgo en la política española?

P. ¿Falta liderazgo en la política española? Usted ha escrito sobre ello.

 

R. No, no falta. Los líderes están siendo sustituidos por caudillos populistas, que son también líderes. Les cuento una anécdota que lleva a la categoría. Una vez, estábamos con Vaclav Havel, cuando todavía no existían Chequia y Eslovaquia, sino Checoslovaquia. Estábamos en un seminario y la pregunta más inteligente fue: "¿En qué consiste el liderazgo?". A mí, después de salir del Gobierno, me lo han preguntado muchas veces, y cuando estás gobernando no sabes en qué consiste. Tienes la obligación de gobernar y de tomar decisiones. Como me decía Javier Pradera, no me expliques la ley de régimen jurídico sino cómo reaccionas ante un problema, y cómo reaccionas ya. Yo tenía al lado a Clinton y a Cardoso, y resulta que el único que había hecho unas notas era yo, que ya llevaba tiempo fuera del Gobierno, y que posteriormente publiqué en un libro. Y lo que les impresionó es que lo tuviera ordenado. Hay que tener un proyecto político y ser lo menos mercenario posible, es decir, no venderse al mejor postor, sino lograr los objetivos. Pero eso es imposible si el líder político no es capaz de hacerse cargo del estado de ánimo de la gente. Yo conozco a muchos descerebrados que dicen que, pase lo que pase con la realidad, ellos tienen el destino previsto. Incluso cuando tienen un 10% de los votos hablan en nombre del pueblo como un todo.

 Blog de Juan Pardo.

miércoles, 24 de febrero de 2021

Calcifediol | Una revista científica certifica que reduce la mortalidad un 60% y el ingreso en UCI un 80%

The Lancet' publica resultados del estudio del Hospital del Mar de Barcelona que amplía el del Reina Sofía en Córdoba


El doctor Quesada Valerio Merino

El doctor López Miranda, uno de los investigadores del estudio sobre Calcifediol

 De Córdoba al mundo. De la investigación local a descubrimiento sanitario universal en plena pandemia del coronavirus. El estudio sobre los efectos del tratamiento con calcifediol (vitamina D) a pacientes con Covid-19 del Instituto Maimónides de Investigación Biomédica (Imibic) empieza a tener el reconocimiento, certificación y validación de prestigiosas revistas científicas.

El último éxito del estudio que iniciaron los doctores Manuel Quesada y José López Miranda en el Hospital Reina Sofía de Córdoba ha sido la publicación en la prestigiosa revista científica 'The Lancet' de los resultados tremendamente alentadores sobre la reducción de la mortalidad y también de la necesidad de ingresos en la UCI de los pacientes que toman calcifediol, un fármaco barato que contiene vitamina D, tras un estudio ampliado que ha realizado el Hospital del Mar de Barcelona sobre una base de 930 enfermos con coronavirus que se cimentó la investigación del Reina Sofía de Córdoba.

La conclusión de la publicación de 'The Lancet', de la que se ha hecho eco 'Redacción Médica', es que los enfermos con Covid-19 que tomaron calcifediol en los momentos iniciales del ingreso en el hospital barcelonés, como ya sucedió en el centro sanitario cordobés, han reducido la mortalidad en un 60 por ciento. Fue sobre un 50 por ciento en el centro sanitario de referencia de la provincia de Córdoba.

Los beneficios sanitarios del calcifediol para tratar el Covid-19 parece que no se detienen ahí. Según la publicación de la revista científica, pendiente de verificación pero con notables y esperanzadoras conclusiones iniciales, es que también se han reducido hasta un 80 por ciento la necesidad de ingresar en una UCI a los pacientes tratados con este fármaco barato con vitamina D.

La muestra sobre la que se ha realizado este estudio en el Hospital del Mar de Barcelona y del que se ha hecho eco 'The Lancet' es de 930 personas. De ellas, 551 tomaron calcifediol desde la hospitalización en los días pautados por los doctores, mientras que otros 379 no lo hicieron.

El seguimiento de unos y otros evidenció que sólo 30 pacientes de los 551 que tomaron la vitamina D en Barcelona, como recomendó el estudio que se inició en el Imibic y el Reina Sofía de Córdoba, tuvieron que pasar por la UCI. Es decir, sólo estuvieron en críticos un 5,4 por ciento de estos enfermos. Sin embargo, estuvieron en la UCI un total de 80 pacientes de Covid-19 de los 379 que no tomaron la vitamina D. Por tanto, la posibilidad de ingresar en la UCI, según los datos del estadio de Barcelona y que concuerdan con los de Córdoba, se reduce en un 80 por ciento si se toma calcifediol.

La proporción también es muy alta en la reducción de la mortalidad. Hasta el 60 por ciento, según publica 'The Lancet' sobre el estudio de Barcelona. En este caso, fallecieron 36 personas de los 551 que tomaron calcifediol (sólo un 6,5 por ciento), pero esa cifra creció hasta 57 muertos (un 15 por ciento) entre los 379 que no lo hicieron.

El primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, ya alabó el trabajo y los resultados obtenido por el estudio realizado en Córdoba sobre el tratamiento con calcifediol en pacientes con Covid-19.

Eso sí, el estudio también revela que debe suministrarse en momentos iniciales de la enfermedad y justo al ingreso hospitalario, ya que reduce el riesgo de aparición del Síndrome de Distrés Respiratorio Agudo (SDRA) en pacientes afectados por Covid-19. De hecho, el estudio también avala que el tratamiento con calcifediol cuando ya se ha desarrollado el SDRA no tiene ningún efecto en la reducción de la mortalidad o de la posibilidad de pasar por la UCI.

ABC DE CÓRDOBA

PABLO HASÉL ESTÁ EN PRISIÓN POR SUS ANTECEDENTES

 

Con las protestas de defensores de Pablo Hasél se han arrasado varias ciudades españolas, entendiendo algunos sujetos cuya ideología les tiene cegados completamente que las revueltas están justificadas porque buscan defender la libertad de expresión del rapero.

El problema es que Pablo Hasél no ha ingresado en prisión por ejercer el derecho a la libertad de expresión, pues el factor que ha determinado la ejecución de la pena privativa de libertad que se le impuso por la Audiencia Nacional a causa de actos de enaltecimiento del terrorismo y de injurias a la Corona ha sido el listado de antecedentes que tiene el rapero, que se refieren a condenas por la comisión de delitos con anterioridad.

Pablo Hasél ya fue condenado por otros delitos: en 2016, fue condenado por empujar, insultar y rociar con un líquido de limpieza a una periodista de TV3; en 2017 fue sancionado por resistencia a la autoridad; en 2018 se le impuso una pena por allanamiento; y hace escasos días fue condenado por obstrucción a la Administración de Justicia. Precisamente, si no hubiera tenido antecedentes, el músico habría podido disfrutar de la suspensión de la pena privativa de libertad.

El artículo 80 del Código Penal establece que los jueces o tribunales, mediante resolución motivada, podrán dejar en suspenso la ejecución de las penas privativas de libertad no superiores a dos años cuando sea razonable esperar que la ejecución de la pena no sea necesaria para evitar la comisión futura por el penado de nuevos delitos, especificando que, para adoptar esta resolución, el juez o tribunal valorará las circunstancias del delito cometido, las circunstancias personales del penado, sus antecedentes, su conducta posterior al hecho, en particular su esfuerzo para reparar el daño causado, sus circunstancias familiares y sociales, y los efectos que quepa esperar de la propia suspensión de la ejecución y del cumplimiento de las medidas que fueren impuestas.

Por regla general, son condiciones necesarias para dejar en suspenso la ejecución de la pena, que el condenado haya delinquido por primera vez, que la pena o la suma de las impuestas no sea superior a dos años, sin incluir en tal cómputo la derivada del impago de la multa, y que se hayan satisfecho las responsabilidades civiles que se hubieren originado y se haya hecho efectivo el decomiso acordado en sentencia conforme al artículo 127 del Código Penal.

Precisamente, Pablo Hasél buscó con ahínco lograr la suspensión de la pena privativa de libertad por la que ha dado con sus huesos en la cárcel.

La Audiencia Nacional rechazó aceptar la petición indicando que los actos del rapero “no denotan la intención del penado de reparar, al menos moralmente, el daño causado, sino que, al contrario, persiste en su actitud antisocial”, destacando que, con su “historial delictivo, resultaría absolutamente discriminador respecto de otros delincuentes, y también una grave excepción individual en la aplicación de la ley, totalmente carente de justificación, la suspensión de la ejecución de la pena”.

Por poner fin a este texto, se puede decir, en lo que se refiere a la legitimidad del derecho a la libertad de expresión y a los improperios de Pablo Hasél, quien llegó a pedir la colocación de un coche bomba contra Patxi López, que la Sentencia del Tribunal Constitucional 235/2007, de 7 de noviembre, afirma que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos “viene considerando (por todas, Sentencia Ergogdu e Ince c. Turquía, de 8 de julio de 1999) que la libertad de expresión no puede ofrecer cobertura al llamado “discurso del odio”, esto es, a aquél desarrollado en términos que supongan una incitación directa a la violencia contra los ciudadanos en general o contra determinadas razas o creencias en particular”, añadiendo que “sirve de referencia interpretativa del Convenio la Recomendación núm. R (97) 20 del Comité de Ministros del Consejo de Europa, de 30 de octubre de 1997, que insta a los Estados a actuar contra todas las formas de expresión que propagan, incitan o promueven el odio racial, la xenofobia, el antisemitismo u otras formas de odio basadas en la intolerancia (SSTEDH Gündüz c. Turquía de 4 de diciembre de 2003, § 41; Erbakan c. Turquía, de 6 de julio de 2006)”.

Por tanto, se ha buscado justificar algo que no deja de ser un abuso de derecho de una forma tan ardientemente que se ha llegado a defender a manifestantes violentos que no buscan otra cosa que imponer su concepción del mundo a los demás.

Diego Fierro ( El Correo de España )