jueves, 27 de febrero de 2020

UNA CRUZADA NUEVA CONTRA LA PERVERSIÓN Y LA INFAMIA


UNA CRUZADA NUEVA CONTRA LA PERVERSIÓN Y LA INFAMIA
La Constitución Española, en su artículo 30.1, dice: Los españoles tienen el derecho y el deber de defender a España. Pero los primeros que, de hecho, no defienden a España -o se hacen los distraídos- son quienes están a la cabeza de las Instituciones.
Y muchos de ellos no sólo no la defienden, sino que la agreden y difaman. El síntoma revelador de que nos hallamos ante una sociedad enferma consiste en que esta aberración se toma con escalofriante naturalidad por la ciudadanía.
La plebe no sólo parece ignorar esta perversión, sino que acepta que a quienes se esfuerzan por defender a la patria común y por denunciar los crímenes de los tiranos y las distracciones de los tibios se les etiquete como ultraderechistas, conspiranoicos y otras insidias de similar jaez. Lo mismo que acepta, por el contrario, que aquellos que nos administran y gobiernan, hispanófobos activos y confesos, sean tenidos por demócratas, por ciudadanos progres y dialogantes.
Ni que decir tiene que esta disparatada percepción e inconcebible permisividad de la mayoría ciudadana, facilita que los delincuentes copen todos los resortes del poder -incluido el poder mediático-, y en nombre de su autoridad democrática encaucen opiniones, dicten leyes totalitarias y arrasen lo que se les cruce en el camino con absoluta impunidad.
Todo lo anterior viene a cuento para subrayar la grave pérdida de rigor intelectual y moral en la política -y en la sociedad en general- en estos años lamentables, así como para recordar que nuestras pobres leyes, sobre todo la fundamental entre ellas, la Carta Magna, han sido tan permanentemente burladas que ya han perdido su significado original. Por eso urge un proceso constituyente regenerativo que, en la actualidad, sólo puede venir de la mano de VOX, a pesar de que algunos despistados aún persistan en postular a los genuflexos del PP y a los advenedizos de C’s.
Debiera quedar claro de una vez por todas que los frentepopulistas y sus secuaces tienen poder, pero no son fuertes. Es más, su obsesión por detentar el poder hasta sus últimas consecuencias viene dada porque el despotismo lo tapa todo y dependen de él para ocultar su debilidad y su horror. En el poder radica su supervivencia. Su instinto de rebaño va siempre contra los fuertes e independientes, como su instinto de mediocres va siempre contra lo excepcional.
Eso sí, tales fantoches unen a su infinito resentimiento la funesta habilidad para hacer que su poder político dure más que la fuerza social que lo sostiene. La historia política de España, durante este paréntesis partidocrático que constituye la Transición, es, con su indudable putrefacción social, la de una gobernanza política basada más en el sostén de la apariencia que en el de la realidad social, pues existe el fenómeno de una opinión ciudadana sometida a una desmesurada manipulación, a un apabullante adoctrinamiento.
Y por si esto fuera insuficiente, sometida sobre todo a una Ley Electoral que denigra a la razón y a la justicia y atenta contra la convivencia en igualdad de los españoles -lo cual no debe dejar de subrayarse una y otra vez-, ya que otorga más valor al voto de unos sobre otros, según en qué región estén censados. Y que, no por casualidad, recompensa a la antiespaña.
Por eso es muy posible que sin este inconcebible atentado a la dignidad del pueblo soberano y sin el vértigo de un agitprop que provoca la fascinación de la sociedad ante el poder diablesco de los patopolíticos, sin esta mística de la dominación en la que el sentido común no tiene cabida, tal vez su objetivo se hallase separado de la opinión pública. De ahí, también, que debamos preguntarnos: ¿quién es aquél a quien los liberticidas más aborrecen? Sin duda el que denuncia sus abusos y subsidios y quebranta sus códigos doctrinarios, desarticulando con ello los palos del abusivo sombrajo bajo el que se acogen.
Desde su puesta en escena, VOX ha sido atacado con las armas más bajas. Los frentepopulistas saben bien lo que muchos peperos parecen aún desconocer, que para los españoles de bien VOX es la única oportunidad regenerativa.
Y la prueba es que no han dejado de ejercitarse contra él mediante su copioso bagaje de bajezas. Desde el escenario donde se representa el enredo, todos los farsantes se han dedicado a apedrearlos con insidias y maledicencias, sin que entre esta casta y sus perros de presa informativos alguien se haya sentido culpable ni se haya mordido la lengua para fulminarse con su propia ponzoña.
Así las cosas, esta época nuestra ha de verse por los hombres y mujeres de bien como una cruzada contra la perversión y la infamia. Si este debe ser el objetivo por antonomasia, la consecuencia lógica no puede ser otra que el obligado enfrentamiento del ciudadano recto y libre contra la corrupta figura del parásito tortuoso y estéril; es decir, el patriotismo y la excelencia, contra la hispanofobia y la vileza; la razón y la justicia contra la depravación y la vesania.
Existen naturalezas destructoras o índoles acollonadas y alevosas que acaban acogiéndose a una secta -a un partido, a un lóbi- para fortalecer desde el grupo ese afán destructor o para arropar su sumisión o su perfidia en el rebaño. Y, por el contrario, hay gente dispuesta a defender su libertad y dignidad -un código de principios-, y dedica su vida a defenderlos frente a los sujetos anteriores.
Sería un grave error que VOX se limitara a defenderse de las múltiples agresiones verbales y físicas que ha recibido, va a recibir y está recibiendo. Bien está que explique su programa y que exponga razonablemente sus posiciones morales, sociales y políticas, pero, a la vez que las expone, el paso definitivo consiste en contraatacar a sus adversarios, enfrentándolos a sus trampas y perversiones, que son innumerables y nefandas.
Estos chavistas narcofinanciados, herederos del Gran Terror estalinista, a quienes los adoctrinados suponen moralmente superiores no son ni siquiera personas, porque dejándose arrastrar por la codicia y por las ideologías del odio han de ser reputados como esclavos de ínfima condición, puesto que se complacen en servir a tantos y a tan inicuos amos.
Quienes se jactan de su democrática estirpe, plebeyos y bastardos se habrían de llamar, porque su biografía se alimenta del delito y se halla muy alejada de la virtud, que es la única fuente de nobleza.
Para cualquier partido con fines regeneradores resulta primordial tener siempre a mano las hemerotecas y no olvidarse un punto de la realidad, tanto pretérita como presente. Así podrá poner en evidencia las aberraciones de quienes han descompuesto el país siempre que han podido, como es el caso de estos saqueadores paranoicos, que no dejan de contradecirse y retorcerse, dado que la maldad sigue una trayectoria sinuosa.
Por eso hay que atacarlos sin descanso, para que sean ellos quienes expliquen sus abominaciones ante los tribunales. Es asombroso que los liberticidas hayan llegado tan lejos contando con un inexistente bagaje racional y un llamativo vacío de virtud. Van contra la naturaleza en general y contra la de sus semejantes en particular. Y recelan de la realidad porque les deja sin careta. De ahí su odio a la legitimidad y a la certeza, y a quienes se las recuerdan.
Hemos llegado a un punto en el que no caben los pasos atrás. Con un adversario vigoroso y convencido, estos perturbados no tienen media bofetada política, pues todo su acervo cultural está basado en la propaganda, es decir, en la mentira.
La ciudadanía libre, de la mano de VOX, está obligada a desmantelar el agitprop liberticida enfrentándolo a sus taras morales y a sus contradicciones doctrinales, y poder así redactar una nueva Constitución mucho más justa y razonable, es decir, una Carta Magna para el bien de España, no para el provecho de terroristas y delincuentes.
Jesús Aguilar Marina  ( El Correo de Madrid )

LOS ANTECEDENTES GOLPISTAS DE ERC


LOS ANTECEDENTES GOLPISTAS DE ERC
Pocos habrían imaginado hace una década que la Esquerra Republicana de Cataluña, formación sobre la que el insigne escritor catalán Josep Pla había dicho que estaba “llena de los tópicos del humanismo más insincero y tronado”, sería decisiva en 2020 para sostener el gobierno de España, pese haber intentado proclamar la república catalana en una intentona golpista y estar sus líderes encarcelados cumpliendo condena por sedición. En el caso español, sin duda se cumple a rajatabla eso de que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra.
ERC nace en 1931 a partir del partido Estat Catalá de Macía, un ex coronel del ejército que se había pasado del españolismo al catalanismo. Personaje un tanto ridículo, imitador de Mussolini, que elucubró en 1926, desde Francia, una marcha “liberadora” sobre Cataluña con apenas 500 voluntarios armados, incluidos franceses e italianos, que se desbarató sin llegar a cruzar los Pirineos.
A él se unió el grupo de Companys, un abogado que había adquirido cierto renombre defendiendo anarquistas y que presidía la agrupación Republicá Catalá, además participaban otros elementos procedentes del entorno del periódico L´Opinió. Se trata pues de un partido nacionalista, pero a diferencia de la LLiga, que contaba con un pensamiento y estrategia más elaborados, propugna un credo catalanista elemental, mezclado con una ideológia jacobina pequeño burguesa.
La proclamación de la II República da la posibilidad a este grupúsculo de obtener un protagonismo impensable frente al nacionalismo de Cambó y la Lliga, hasta entonces principal representante del catalanismo. Maciá secundado por Companys, concejal electo, se apropia el día 14 de abril de 1931, por la fuerza, del ayuntamiento y diputación de Barcelona proclamando la República Catalana.
Instaurada la II República tras la huida de Alfonso XIII, ERC, aprovecha la popularidad ganada por el golpe de efecto que aunó republicanismo y catalanismo en el momento más oportuno, y obtiene en Cataluña, en las primeras elecciones republicanas, un magnifico resultado, que una vez aprobado el polémico estatuto de autonomía de Cataluña, catapultó, primero a Macía, y tras su muerte a Companys, a la presidencia de la Generalidad de Cataluña.
Instalado en el poder Companys apostó por un separatismo cada día más extremista. Con ocasión de la declaración de inconstitucionalidad de la Ley de Contratos de Cultivo de la Generalidad, por parte del Tribunal de Garantías Constitucionales creado por el gobierno Azaña, que estimó un recurso de la Lliga, es decir del catalanismo de derechas, al considerar que el parlamento catalán había vulnerado el reparto de compendias al entrar a regular tal cuestión, Companys, en vez de acatar la decisión judicial decidió forzar un enfrentamiento con la autoridades republicanas en Madrid.
Companys se negó deliberadamente a la salida negociada del conflicto, acudiendo a la demagogia ramplona de siempre, para espolear los sentimientos catalanistas, presentando la cuestión como una afrenta del gobierno de centro-derecha, y en definitiva de España, a los catalanes. Companys dijo que los catalanes sufrían una agresión “de los lacayos de la monarquía y de las huestes fascistas monárquicas” y advirtió, en clara incitación al uso de la violencia, que no se repetirían las ocasiones en que los catalanes habían sido injuriados y no habían sabido responder con la violencia precisa.
Mientras el órgano de ERC, el diario L´Opinió proclamaba: “El parlamento catalán, que es soberano responderá a España […] ¡No somos más que catalanes¡, y en el Parlamento en Madrid, el portavoz de ERC denunciaba las “agresiones tan manifiestas a la autotomía de Cataluña” y la retirada de las Cortes de su formación.
Companys siguió alimentando el fuego de la radicalización. Instaló como conseller de gobernación a Dencás otro patético personaje, que, imitando los aspavientos teatrales de Maciá, había creado los “escamot” una milicia de atrezo para el partido, a modo de bufa imitación de los fascios italianos, que hacía gala de un furibundo credo secesionista.
El conflicto entre Generalidad y Estado se saldó con un acuerdo por el que la Ley se adaptaba en su reglamento a las peticiones del gobierno central. Sin embargo, la violencia había anidado en el ánimo de la sociedad catalana, y la quema del Palacio de Justicia de Barcelona por unos nacionalistas exaltados, anunciaba que más que una solución, se abría un paréntesis en espera de acontecimientos.
Y estos llegaron el 6 de octubre de 1934. Companys apostó por la total ruptura con la legalidad democrática republicana alzándose en armas en connivencia con el PSOE en lo que fue, ni más ni menos, que un intento de golpe de estado. La disculpa, la entrada en el gobierno del partido más votado en las últimas elecciones, la derechista CEDA.
Companys, desde los balcones de la Generalidad lanzó la siguiente arenga: “Las fuerzas monarquizantes y fascistas que de un tiempo a acá pretenden traicionar a la República han logrado su objetivo y han asaltado el poder. Los partidos y los hombres que han hecho publicas manifestaciones contra las menguadas libertades de nuestra tierra; los núcleos que predican constantemente el odio y la guerra contra Cataluña, constituyen hoy el soporte de las instituciones.
Todas las fuerzas auténticamente republicanas y los sectores sociales avanzados, sin excepción ni distinción, se han levantado en armas contra la audaz tentativa fascista. Cataluña enarbola su bandera y llama a todos al cumplimiento del deber y a la obediencia absoluta al gobierno de la Generalidad, que, desde este momento, rompe toda relación con las instituciones falseadas. En esta hora solemne, en nombre del pueblo y del parlamento, el gobierno que presido asume todas las facultades del poder en Cataluña, proclama el estado Catalán dentro de la República Federal Española …”
Companys contaba con los aproximadamente 3.400 escamots de Dencás y Badia y unos 400 mozos de escuadra al mando de Pérez Farras, tanto la Guardia de Asalto como la Guardia Civil, pese a su dependencia formal de la Generalidad, no se sumaron a la intentona golpista.
La intervención en Barcelona de las tropas del ejército leales a la República, compuestas de unos 500 hombres, bajo el mando del general Batet frustraron el golpe, sin apenas resistencia de los nacionalistas, que se rindieron tras los primeros intercambios de disparos. Los escamots salieron huyendo, demostrando que apenas servían para algo más que desfilar y fanfarronear ante fatuos mercaderes.
En cuanto a los rabassaires, pequeños agricultores catalanes, cuyo apoyo popular esperaba la Esquerra, no se embarcaron en la insensata aventura de Companys. El pronunciamiento había comenzado el 6 de octubre y finalizó la mañana del día 7, apenas había durado unas horas, pero la estúpida ambición de Companys y la Esquerra dejó aproximadamente 73 muertos innecesarios.
Detenido y juzgado el sedicioso presidente de la Generalidad fue condenado a 30 años de prisión. Con el triunfo del Frente Popular en 1936 Companys salió de la cárcel, e increíblemente, pese a su reciente pasado delictivo fue restablecido en su cargo de Presidente de la Generalidad, como si nada hubiese pasado.
De lo poco arrepentido que estaba de su actuación antidemocrática, y de lo poco que le importaban las vidas de los ciudadanos da fe el propio Azaña, que critica la intención de Companys una vez excarcelado, de presentarse inmediatamente en Barcelona para “tomar posesión del gobierno por la fuerza”, “disparate colosal, repetir otro 6 de octubre, y hacérmelo a mí”.
Desde la cárcel Companys había jugado sus bazas políticas al colaborar en la tarea del Frente Popular de atraerse los votos de los anarquistas. La Esquerra envió al diputado Trabal, que en compañía de Salvat y Farreras, negoció con los líderes anarquistas su apoyo electoral. A cambio, tras las elecciones de febrero del 36 y la llegad al gobierno de los frentes populistas, fue excarcelado y repuesto en su cargo.
Sin importar cual sea la legalidad española a violar, ya sea republicana o monárquica, la trayectoria golpista de ERC sin duda se trata de un hecho histórico incuestionable. Evidente resulta el paralelismo entre la falta de escrúpulos del gobierno de Pedro Sánchez y el del Frente Popular a la hora de anteponer su afán de poder frente al marco legal y lo que es peor, el bien común de los españoles.
Mateo Requesens ( El Correo de Madrid

miércoles, 26 de febrero de 2020

LA TRANSPARENCIA DEL PUÑO


A Pablo Iglesias e Irene Montero les gusta hablan con el puño en la boca, o la mano abierta tapándose las palabras, una costumbre  copiada de los futbolistas que  durante los partidos se comunican de esa manera para evitar que los contrarios puedan leer sus labios y descubrir la estrategia que piensan poner en marcha.
 Pero desde que,  además de chalé, cama, niños, niñeras,  escoltas, perro, y demandas,  comparten un lugar en el gobierno y el banco azul les ha separado, ya no tienen más remedio que comunicarse o por teléfono o sin taparse los dientes, y no sé lo que es peor.
Tal vez parezca una exageración que me atreva a criticar ese comportamiento cuando – ¡faltaría más! – cada uno puede taparse lo que le venga en gana cuando habla con los demás, pero a mí se me antoja un gesto inadecuado  en  el templo de la palabra, donde aunque sea mintiendo, lo normal es que los diputados  hablen a calzón quitao, y si quieren hacerse alguna confidencia que elijan otro momento o se envíen un whatsapp, que tampoco es un método seguro porque al final se sabe todo y Mariló Montero acaba enterándose de que la quieren azotar.
Reconozco que me provocan una cierta curiosidad las confidencias secretas que se hacen en lugares públicos, porque aunque solo se intercambien chismes o asuntos sin sustancia, mi imaginación me lleva a construir un guion  exótico sin fundamento,  y yo necesito algo de chicha confirmada para que el relato final resulte creíble.
Quizás es que de tanto viajar en el Metro estoy mal acostumbrado porque allí cada día alimento mi imaginación con los cotilleos  de gente a la que no conozco, mientras se escucha  de fondo el traqueteo de las vías y el silbato que anuncia el cierre de las puertas de los vagones.
Aunque alguno lee un libro, otros oyen música en  sus auriculares, la mayoría son esclavos de sus teléfonos y los demás  intentamos captar los mensajes que involuntariamente emiten,  porque la  ausencia de voces hace más expresivo el lenguaje gestual de los silencios.
Me da la sensación de que nadie se siente observado y por eso viven con naturalidad sus conversaciones telefónicas,  algunas tan interesantes que, en más de una ocasión, he llegado a no bajarme en la estación a la que iba con tal de no perderme el final de una discusión de ex amantes en la que ella llevaba los pantalones.
¡De algo tiene que vivir el fabulador de historias!
Pero como creo que las ideas rebotan  esta mañana me he trasladado con la imaginación al hemiciclo del Congreso , que unos  días se parece a  la línea 6   del Metro, que pasa por todas las estaciones,  y las más de las veces se asemeja a la línea 4, que está en obras  y tiene suspendido el servicio.
Diego Armario

EL GOBIERNO LEGITIMA LA SEDICIÓN



La mesa de negociación que hoy se constituye en Barcelona entre los gobiernos central y catalán es una farsa de la que Sánchez es plenamente responsable. No es una mesa de negociación, porque lo que pretenden los nacionalistas -amnistía y autodeterminación- no son negociables; y no es una mesa de gobiernos porque el aún presidente Torra va a sentar a dirigentes separatistas ajenos al Gobierno autonómico.
En realidad es otra más de las mentiras sobre las que Pedro Sánchez construyó su investidura, porque se trata de un acto de legitimación de un Ejecutivo sedicioso y de unos condenados por el TS a los que se rehabilita a distancia solo por el hecho de aceptar la existencia misma de la tal mesa.
La presencia de Josep María Jové, un imputado por el 1-O y probable «ideólogo» del proceso separatista, da la medida de la ausencia de escrúpulos de Sánchez y del resto de ministros que van a mantener semejante interlocución. La farsa consiste en aceptar este formato de claudicación como un acto de «reencuentro» con quienes, lejos de querer reencontrarse, están afirmando día tras día que quieren irse de España, llevándose consigo a todos los catalanes.
La mesa de Sánchez y Torra, inhabilitado por la Justicia, también es una farsa porque el PSOE y el Gobierno central regalan a los nacionalistas la representación total de Cataluña, dando al nacionalismo la carta de naturaleza política a la que siempre ha aspirado: la de encarnación fiel del verdadero pueblo catalán, sin adherencias españolistas.
Esta, y no otra, es la mesa en la que hoy Pedro Sánchez vuelve a reflejar sus prioridades, que empiezan y acaban en dos objetivos: aprobar unos presupuestos generales del Estado como sea y sellar con el nacionalismo aquel «cordón sanitario» que Rodríguez Zapatero quiso aplicar al Partido Popular desde 2003.
En la mesa formada por el nacionalismo catalán y por el Gobierno socialista se van a sacrificar algunos de los principales valores del orden constitucional, el primero de ellos, el de la dignidad democrática. Unos sediciosos condenados y otros fugados de la Justicia van a sentirse reconocidos en la escena de una mesa en la que el Gobierno del Estado que fue agredido -desde su Jefe de Estado a sus jueces y policías, pasando por sus leyes, su Constitución y su unidad- se humilla con tal de satisfacer su apetito de poder.
Es el mismo Gobierno que luego se atreve a dar lecciones de moderación y talante democráticos a la oposición constitucionalista y que, con este discurso, aumenta la distancia entre uno y otra para llegar a acuerdos de Estado, los únicos que han permitido a España avanzar como sociedad moderna y libre. La mesa de hoy es una mesa de involución democrática de la que Pedro Sánchez es el único responsable
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ABC

LA MESA DE LA CLAUDICACIÓN



Conviene recordar el origen del humillante disparate en forma de mesa de negociación que va a perpetrar hoy el Gobierno de Sánchez con el del inhabilitado Torra. Conviene recordar que esa mesa que Sánchez, haciendo de la necesidad virtud, pretende ahora convertir en benevolente emblema de su voluntad de diálogo no es más que la indigna claudicación que quería evitar cuando decidió repetir las elecciones para no tener que depender de los separatistas.
La apuesta le salió mal y perdió muchos votos, pero en lugar de explorar la vía constitucionalista pactando con el PP y Cs se abrazó a Pablo Iglesias y confió la gobernabilidad al chantaje perpetuo de ERC. Que le puso esta mesa extraparlamentaria como condición de su investidura y ahora le obliga a celebrarla como condición para empezar a negociar los Presupuestos.
Según la propaganda de Moncloa, ERC no quiere saber nada de JxCat y ha iniciado un camino de moderación; pero ni sus declaraciones avalan esa fantasía ni los hechos tampoco: hoy la orilla separatista de esa mesa seguirá liderándola Torra junto con Pere Aragonès y otros diputados de JxCat y ERC en comandita, incluido el imputado Jové, en cuya agenda según el juez consta el diseño del golpe del 1-O y de la futura república.
Lo peor no es que esa mesa sea el símbolo de la rendición de Sánchez a las exigencias de un separatismo que no se arrepiente de sus delitos. Ni que sea una prueba de su desprecio por los cauces institucionales y la enésima impugnación de la vigencia de la Constitución por la vía de los hechos después de hacerlo por la vía de las palabras; recordemos lo que sentenció el mismo Sánchez tras verse con Torra en Barcelona, cuando fue recibido como un jefe de Gobierno extranjero: «La ley no basta».
Lo peor no es que esa reunión margine a los constitucionalistas catalanes, proyectando la imagen de que toda Cataluña está representada en la parte secesionista de esa mesa. Lo peor es que en la orilla gubernamental se sienta Pablo Iglesias, cuya misión tanto en la moción de censura como en la coalición de Gobierno nunca fue defender la soberanía nacional ni la unidad de España, sino asumir el proyecto plurinacional con derecho de autodeterminación del otro lado de la mesa.
Por eso da igual que del encuentro de hoy salga o no algo concreto. La propia imagen supone una dolorosa derrota del constitucionalismo y un balón de oxígeno para la posverdad del separatismo en el extranjero, cuyo delirio de dos naciones negociando en pie de igualdad será hoy avalada por el presidente del Gobierno, por mucho que intente disfrazar su claudicación.
Los daños institucionales de su felonía son incalculables y los efectos duraderos. Las cesiones de Sánchez a cambio de sostenerse personalmente en el poder aceleran la centrifugación del Estado. Y será difícil que ese proceso pueda revertirse.
El Mundo

Sánchez contra Europa y EEUU: el campo perderá 14.000 millones

Ante la  amenaza del narco criminal Maduro de  publicar la lista de políticos corruptos del PSOE, así como revelar la financiación de las primarias de Sánchez, con cantidades pagadas a través de los paraísos fiscales de Aruba y Curazao, y nunca declaradas a la Hacienda española,  lo que constituye un delito de cárcel, el guerracivilista y traidor Sánchez ha dado un giro de 180º en su política exterior a favor de Maduro.


Esto, en la práctica, ha supuesto la ruptura de relaciones con EEUU, y relegar a España al último lugar en la negociación de los  Presupuestos europeos. La izquierda española ha votado nuestra propia ruina, con un gobierno de ignorantes, sectarios y traidores que parecen haber salido de una escombrera.

EEUU a raíz del incidente de Barajas, ha denunciado que además de dinero en efectivo para pagar sobornos a funcionaros para que ayuden a dar un golpe de Estado comunista en España, la criminal Delcy Rodríguez trajo, en su ya famosa visita a Barajas, copia de la documentación probatoria de que tanto socialistas como comunistas españoles habían sido financiados por la narco dictadura venezolana.

Por ello EEUU nos advierte: "la Casa Blanca no está dispuesta a tolerar más cobertura política sanchista al régimen comunista de Caracas" y, para empezar, rompen todas las relaciones en materia de intercambio de  información de "inteligencia" y amenazan con "graves sanciones a Repsol y a cualquier empresa española que comercie con Venezuela", a la vez que mantienen en pie todas las sanciones previas a "la aceituna y al aceite de oliva español", que ya fueron levantadas a Italia y Portugal. 

Respecto a la UE, la situación es mucho peor aún. El pasado Viernes 21, después de una corta reunión con el Presidente del Consejo de Europa, Charles Michel, que desprecia profundamente a Sánchez, el traidor y guerracilista Presidente de media España, manifestaba al salir "ha sido una reunión altamente decepcionante". 

Conocido el apoyo incondicional a Maduro de nuestro gobierno, Sánchez se ha convertido en el apestado de Europa. En su reunión, Charles Michel le diría, en esencia: "esto son lentejas aquí no hay nada que discutir".

España pasará a ser contribuyente neto en el periodo de 2021 a 2027, pagará 2.000 millones más por el Brexit y sufrirá  un recorte drástico en cohesión y agricultura. Este es el precio de la traición a la política exterior europea.

 Pero no solo eso, es que además este indigente mental llamó, por orden de Maduro, a Merkel,  Macron y Boris Jonhson para pedirles que no recibieran a Juan Guaidó. Y no solo es que le dijeran que no, como cabría esperar, es que también se indignaron con que osase pedirles tamaña barbaridad.

La España de Sánchez en Europa ha perdido el poco respeto que le quedaba, justo cuando se discute el Presupuesto 2021-2027. 

Se incrementa en 2.000 millones nuestra contribución, se reducen un 14% los subsidios agrarios y un 12% los fondos estructurales, lo cual representa un desastre para el campo y para las regiones mas pobres. Si a esto le unimos las sanciones de EEUU, por las ayudas al Airbus, supondrán un coste de 14.000 millones de euros en el periodo presupuestario solo para el campo.

El problema, además, es que el mentiroso compulsivo Sánchez, y su gobierno de analfabetos y sectarios, incapaces de gestionar un puesto de pipas, están ocultando a la opinión pública los drásticos recortes que se avecinan.

Por primera vez desde nuestra entrada en UE,  España será pagador neto y ya no receptor para cubrir el agujero del Brexit.

Pero eso es solo la excusa, la realidad es que hemos tirado toda nuestra credibilidad a la basura, al formar un gobierno que causa burla y desprecio en el mundo civilizado. Burla cuando ven la foto de un Consejo de Ministros multitudinario y único en Europa, que mas parece el camarote de los hermanos Marx, con 700 coches oficiales para la legión allí presente mas todos sus enchufados de lujo directos. Y desprecio por aliarnos con criminales y alejarnos de esta manera de Europa y EEUU.

Pero esto es sólo lo que vendrá a partir de ahora. 

El problema para el campo, que afecta a casi a medio millón de trabajadores, como es el de la bajada de los precios en origen, deriva no como el falsario Sánchez afirma, de que los grandes supermercados paguen poco, sino de la desastrosa política de este siniestro personaje, que ha firmado acuerdos de libre comercio para los productos agrícolas, con los países de Mercosur (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay), y con Sudáfrica y Marruecos, sacando pecho por ello, cuando lo que firmaba era la ruina del sector agroalimentario español, pues estos países, tienen una mano de obra mucho mas barata y hacen uso de abonos y pesticidas prohibidos en Europa.

La indocumentada ministra Reyes Maroto diría de este desastre para el campo español: "Mercosur es un acuerdo muy importante que España ha estado liderando, que sin duda tiene un efecto muy positivo, y estoy convencida de que lo tendrá en el conjunto de la economía española".

Y como  premio a la labor de la marxista ecologista radical, Teresa Ribera Rodríguez, que esta destruyendo la industria del automóvil, poniendo impuestos al diesel para igualarlo en precio al de las gasolinas, algo que no existe en ningún otro país europeo, y por destruir el campo español,  el traidor a España Sánchez la ha nombrado Vicepresidenta.

Asi que, señores agricultores, cuando vengan a Madrid con sus tractores, a no ser que quieran dejarse matar de hambre sin protestar, ya saben quienes son los culpables de su ruina y, en consecuencia, a dónde tienen que llevar sus tractores: a la Moncloa y a la Castellana, a la Vicepresidencia de Transición Ecológica y de los grandes Expresos Europeos
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Roberto Centeno, Catedrático de Economía