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viernes, 30 de abril de 2021

Iglesias: "La política corre rápido y mi figura está gastada"

 EFE).- El líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, asume que su "figura está gastada" y tiene "claro" que la ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, que le reemplazó en la vicepresidencia del Gobierno cuando decidió ser candidato a las elecciones autonómicas de Madrid, "aporta más votos" que él a su formación.

"La política corre rápido y mi figura está gastada. Tienes que saber cuándo dar un paso adelante para conducir y cuándo dar un paso atrás para mantenerte en una posición más modesta", dice este viernes en el suplemento "7" del Corriere della Sera, a escasos días de las elecciones en Madrid.

“Mi papel es ponerme a las órdenes de Yolanda. En baloncesto, el pívot es el que pone más balones en la canasta. Para mí está claro que Yolanda aporta más votos que yo a nuestro proyecto", afirma en una entrevista en la que también asegura que el feminismo es "más transversal socialmente que el movimiento obrero" y que le da "vértigo" lo que ha logrado "desde el punto de vista histórico".

Iglesias insiste en la importancia del papel de las mujeres en un mundo en el que "estereotipos de varones" siguen marcando la forma de hacer política: “Todos los hombres, incluidos los que tenemos responsabilidades políticas, seguimos teniendo muchos tics, defectos que derivan del mundo machista en el que crecimos". 

"Organizaciones políticas, económicas o gobiernos que suelen estar encabezados por mujeres logran aportar una sensibilidad humana que hace que toda la estructura funcione mejor. Sin idealizarlo como una solución universal, el feminismo es la clave para las próximas transformaciones sociales", asegura.

Para el todavía líder de Unidas Podemos, está claro que "el movimiento feminista es la nueva gran revolución, está desempeñando un papel mundial comparable únicamente al que tuvo el movimiento obrero en el pasado", pero "más transversal socialmente y por eso mismo puede provocar grandes transformaciones económicas: poner la economía de los cuidados en el centro del debate, liberando energías previamente ocultas".

Y esto es posible porque "la pandemia ha cambiado los paradigmas de la política. Antes de la Covid era tabú hablar de mutualización de la deuda, gasto público y del Estado necesario para el despertar de la economía. Eran solo nuestros temas, ahora todos se han apoderado de ellos. Es hora de pedir más por la igualdad y la política social y esto se puede hacer sólo con el feminismo".

"Todos tenemos que ser feministas", afirma el candidato, que a la pregunta de qué enseña a sus hijos responde que quiere "evitarles los arquetipos" con los que él creció y "ser hombres de otra manera, hombres que lloran, que no gritan, que no levantan la mano a nadie".

Sobre sus logros políticos, Iglesias afirma que le "da vértigo" ver lo que ha conseguido "desde el punto de vista histórico" y añade: "Ni siquiera el líder del mayor partido comunista de Occidente, Enrico Berlinguer, logró llegar adonde he llegado yo: un marxista en un gobierno de la OTAN".

miércoles, 28 de abril de 2021

Yo quiero votar el 4

 No se crean que el martes 4 hay elecciones autonómicas en Madrid: las hay en toda España

Antonio Burgos

Isabel Díaz Ayuso ha hecho lo que no se atrevió Rajoy, y nos hubiera librado de esta España hosca y crispada, más dos Españas que nunca. Por cierto, para quitar hierro a tanto enfrentamiento, tanta polarización en los extremos y tantas veladas acusaciones, a propósito de los inaceptables y condenables sobres con amenazas de muerte y cartuchos de fusiles de asalto que han recibido Marlaska, Iglesias y la directora general de la Guardia Civil, para aplacar los ánimos me acordaría de la máxima del trovador de Sevilla, de Francisco Palacios ‘El Pali’: «Menos misiles y más pavías de bacalao». Yo ahora diría «Menos cartuchos de fusiles de asalto y más cartuchos de pescado frito». ¿Se imaginan que en vez de amenazas de muerte y municiones recibieran los políticos sobres no anónimos, sino firmados por sus partidarios, con deseos de suerte en las elecciones autonómicas de Madrid del próximo martes día 4 y cartuchos de pescado con las exquisiteces de los freidores de Cádiz y las freidurías de Sevilla, ese cazón en adobo, esos chocos, esas rodajas de merluza?

He dicho elecciones autonómicas y creo que he errado de tiro, ya que estamos hablando de municiones. No se crean eso que dicen que el martes 4 hay elecciones autonómicas en la Comunidad de Madrid: son en España entera. Una vez más, Madrid decide por España. El modelo que salga de esas urnas en plena pandemia, a las que nadie ha puesto el menor reparo sanitario como a las elecciones catalanas, tendrá validez para toda España. Se trata de ver si es posible una especie de ‘señor Sánchez, váyase’ o si se prefiere este Gobierno apoyado en quienes no creen en España y desean al menos acabar con el modelo de concordia del régimen de la Transición salido de la Constitución de 1978. El volantazo de Gabilondo lo dice todo. Quien también iba a perder el sueño si tenía que gobernar con Podemos es eso ahora lo que quiere; esto es, la repetición en la Puerta del Sol, en eso tan bonito de ‘la Real Casa de Correos’, del modelo que nos está gobernando España o lo que sea. Digo ‘o lo que sea’ porque para mí y para muchos españoles gobernar es otra cosa y no encadenar ocurrencias y demagogias, sobre la base del engaño. Y como botón de muestra del engaño, ahí está lo mentado de Gabilondo, de poner a Podemos tras la línea roja a decirle el ‘Vamos a ganar’.

¿Y lo del fascismo, dónde me lo dejan? Sólo les falta decir lo de 1936: «Madrid será la tumba del fascismo». Pensar de otra manera, creer en la libertad y en la separación de poderes, defender la Constitución, ya saben: es fascismo. No hay más democracia que la de los que quieren usarla totalitariamente en nombre de la izquierda. ¿Isabel Díaz Ayuso y Rocío Monasterio? Fascistas y antidemócratas. Los únicos demócratas son los que actúan en fascista para acusar a los demás. Por eso no se crean que las elecciones del 4 son en Madrid. Son en España entera, nos jugamos el futuro por voto de los madrileños. Yo quiero ser madrileño por un día para votar el día 4 por la libertad.


martes, 27 de abril de 2021

Iglesias, víctima tampoco cuela

 Si alguien carece de autoridad moral para denunciar amenazas es quien expresa su admiración a ETA y justifica las pedradas.

Pablo Iglesias, el ‘querido" a quien apela Gabilondo en un desesperado intento de evitar el batacazo que le auguran todas las encuestas, dejó de dar el pego como representante de los desheredados en el mismo momento en que abandonó su piso y su barrio de siempre para trasladarse a un chalé con piscina y jardín individuales en un pueblo de la sierra noroeste donde, según él mismo decía antes de auparse al poder, residían los ‘pijos’ que no pisan la calle. El autoproclamado azote de la casta se hizo con una Vicepresidencia y colocó a su señora en un ministerio creado ‘ad hoc’ para ella, de modo que entre los dos juntaban sendos coches oficiales con sus correspondientes conductores, una niñera a cargo del Estado, escoltas fijos en su domicilio así como en sus desplazamientos y unos quince mil euros limpios a fin de mes, tirando por lo bajo, suficientes para acumular en algo más de dos años un patrimonio que sobrepasa el millón de euros y triplica el del propio Sánchez. ¿Qué trabajador de verdad va a comprar su discurso hueco de ‘haz lo que yo digo, no lo que yo hago’? ¿Cuántos españoles formados y con experiencia pueden aspirar a semejante ascensión meteórica fuera de los pesebres que pagamos con nuestros impuestos? Iglesias vendió su alma populista al diablo del lujo que condenaba en cuanto estuvo en posición de hacerlo. Y como ahora ya nadie cree en su palabrería falsaria, como pierde votos a espuertas en los distritos obreros que creyeron ingenuamente en sus promesas de regeneración, ha cambiado de papel para interpretar el de víctima, lloriqueando por los platós ante las amenazas sufridas.

Vaya por delante mi condena sin paliativos a cualquier forma de violencia, incluida la intimidación. Viví once años con la espada de Damocles etarra pendiendo sobre mi cabeza, luego sé bien de lo que hablo. Pero si alguien carece de autoridad moral para hacer tantos aspavientos por un sobre con cuatro balas, es el líder de Podemos. Un Pablo Iglesias que jamás ha expresado su solidaridad con quienes durante cuatro décadas recibieron balas similares no en el buzón, sino en la nuca. Un Pablo Iglesias que expresó públicamente su rendida admiración a la organización terrorista ETA por haber sido «la primera en darse cuenta de que la Transición y la Constitución no eran, en realidad, sino una continuación del franquismo» (‘sic’). Un Pablo Iglesias emocionado al ver a una turba de manifestantes apalear a un policía caído y presto a justificar las piedras lanzadas contra sus adversarios culpando a los apedreados de haber ido a provocar. Un Pablo Iglesias que señala a periodistas con nombre y apellido y que denominaba al acoso ‘jarabe democrático’ hasta que empezó a padecerlo él. Ahora pretende encarnar la democracia amenazada a ver si rasca algún voto, aunque tengo para mí que Iglesias víctima tampoco cuela.

 ISABEL SAN SEBASTIÁN,

-*

Dóberman toca fondo

 

Culpar implícitamente a PP y Vox de los sobres amenazantes acredita la degradación del PSOE

Luis Ventoso

En las elecciones de 1996, González llevaba ya catorce años en el poder. Su ciclo estaba agotado y la necesidad de un cambio en España resultaba evidente. La tasa de paro se había disparado (22,8%) y los casos de corrupción embadurnaban al PSOE. No faltaba de nada: financiación ilegal con Filesa, terrorismo de Estado con los GAL y chorizadas de toda índole. Pero aun así, al PSOE le parecía inadmisible, intolerable, que otro partido que no fuese él pudiese gobernar. Para intentar frenar a Aznar, los estrategas socialistas idearon una campaña de una agresividad por entonces inédita. Fue el famoso dóberman. El anuncio arrancaba en blanco y negro, con música fúnebre e imágenes de un perro rabioso intercaladas con otras

 de políticos del PP. Una voz lúgubre advertía: «La derecha no cree en este país. Se opone al progreso». Luego el anuncio se llenaba de color, con «el país moderno, progresista y libre» del PSOE. Allí nació algo que envenena la democracia: en lugar de criticar las ideas del partido rival, lo que se hacía en la práctica era negarle su derecho a gobernar.

Desde entonces los socialistas siempre han tenido al dóberman a mano. En la campaña de 2008, Zapatero fue pillado tras una entrevista con Gabilondo explicándole que al PSOE le convenía «que haya tensión». El guión de la apelación al miedo nunca cambia: la derecha es franquista, fascista, y hay que pararla. Pueril, mendaz. Pero les ha funcionado.

El cordón sanitario ha ido extremándose, hasta alcanzar la degradación moral en que está incurriendo el sanchismo para intentar evitar a toda costa una victoria de Ayuso. El ministro de Interior, ¡que es juez!, tacha de «organización criminal» al primer partido de la oposición. En las leyes, que acorde a la Constitución son sancionadas por el Rey, añaden morcillas introductorias acusando al PP del «desmantelamiento de las libertades». Ante cuatro sobres amenazantes remitidos a cargos de la izquierda -tres con balas y uno con una navaja-, la reacción del PSOE ha sido pedir a la ciudadanía que responda en las urnas. ¿Y eso qué supone? Pues que implícitamente los socialistas están señalando a PP y Vox como autores de las amenazas, ya que de no ser así, ¿por qué relacionar los sobres con los comicios? La navaja tiznada de rojo llegó en un paquete para la ministra de Industria, Reyes Maroto, que aspira a ser vicepresidenta con Gabilondo. De inmediato compareció ante la prensa frente al Congreso, enseñando grandes fotos de la navaja y convirtiendo la amenaza en argumento electoral. Y dijo algo muy grave: «Hoy todos los demócratas estamos amenazados de muerte si no paramos a Vox en las urnas». Sin prueba alguna, culpó a otro partido de un acto criminal. Como todavía vivimos en una democracia -a pesar de la querencia de nuestra izquierda-, la policía hizo su trabajo y solo cuatro horas después destapaba que el paquete lo había enviado un enfermo mental. Dóberman nunca había caído tan bajo y a Sánchez puede salirle mal. Los madrileños perciben que el PSOE está forzando la máquina muchísimo más de lo aceptable... Y Ayuso sigue subiendo.


lunes, 26 de abril de 2021

Belarra, que rechazó condenar los crímenes nazis y comunistas, llama ‘nazis’ a los de Vox

 

Los 52 diputados de Vox votaron a favor de esa condena: Podemos la rechazó

Belarra, que rechazó condenar los crímenes nazis y comunistas, llama ‘nazis’ a los de Vox

Podemos sigue alimentando su campaña de odio y de violencia contra el tercer partido más votado en España. Hoy lo ha hecho una de sus ministras, Ione Belarra.

El Parlamento español se niega a condenar los crímenes del nazismo y del comunismo
Podemos justifica sin rodeos las agresiones contra Vox en Vallecas: «han ido a provocar»

Hace un mes Belarra votó contra una condena de los crímenes nazis y comunistas

En un mitin de Podemos en Villalba (Madrid), la ministra Belarra ha llamado “nazis” a los de Vox (ver vídeo, minuto 1:03:05) ante el jefe de Podemos, Pablo Iglesias, que se ha puesto a aplaudir. Parece que la ministra ha olvidado que hace un mes Podemos votó en contra de una condena de los crímenes del nazismo y del comunismo, una iniciativa que pedía refrendar la condena aprobada por el Parlamento Europeo en septiembre de 2019, en una moción que recordaba que los regímenes nazi y comunista cometieron asesinatos en masa, genocidios y deportaciones y fueron los causantes de una pérdida de vidas humanas y de libertad en el siglo XX a una escala hasta entonces nunca vista en la historia de la humanidad”.

Los 52 diputados de Vox votaron a favor de esa condena

Los 34 diputados de Podemos que asistieron a esa votación rechazaron en bloque esa condena. Entre ellos estaba Ione Belarra, la misma que ahora llama “nazis” a los de Vox, y también Pablo Iglesias, que ahora se presenta como defensor de la “democracia” frente al “fascismo”. Hay que recordar que los 52 diputados de Vox apoyaron esa condena de los crímenes nazis y comunistas. Ni Podemos ni Belarra están para dar lecciones de democracia a Vox.

La ministra podemita jaleó las agresiones contra Vox en Vallecas

Ya puestos a hablar de democracia, hay que recordar que el 7 de abril, el mismo día que un diputado y varios seguidores de Vox fueron agredidos a pedradas por ultraizquierdistas en el distrito madrileño de Vallecas, necesitando el diputado atención hospitalaria a causa de las heridas, Belarra no sólo no condenó la agresión sino que dio las “gracias” a los agresores:

Belarra expresó su «sintonía» con Bildu, que no condena el terrorismo de ETA

Este flirteo de la dirigente de Podemos con la violencia no es nada nuevo. En una entrevista concedida al Diario de Navarra en 2017, Belarra confesó su “sintonía” con EH Bilduun partido que se niega a condenar los crímenes cometidos por la banda terrorista ETA, incluyendo el asesinato de más de 800 ciudadanos españoles, niños incluidos. Podemos no ha tenido reparos en gobernar en Navarra y en Pamplona en compañía de ese partido. Repito: ni Podemos ni Belarra están para dar lecciones de democracia a Vox.

domingo, 25 de abril de 2021

La manipulación de la violencia en campaña

La elección es entre el progreso y la libertad que representa Ayuso y el desastre que llegaría de manos de Iglesias



Los ciudadanos somos, a veces, como marionetas en manos de intereses partidistas. Es fácilmente comprobable con el enredo organizado por «las cartas con balas». En primer lugar, hay que condenar que un loco, no cabe otro término, envíe una amenaza de estas características. Es cierto que me preocupan mucho más los que lo hacen y no avisan. Por fortuna, el ministro del Interior, la directora de la Guardia Civil y el líder de Podemos se encuentran entre las personas más protegidas de nuestro país. A pesar de ello, es repugnante que sean amenazados. Tras expresar mi rechazo más claro y contundente, hay que recordar que en esto de las amenazas hay ciudadanos de primera y de segunda. Lo digo con conocimiento de causa, porque he recibido tantos insultos y amenazas, al igual que otros compañeros periodistas, que las trato con manifiesta indiferencia. Ya saben ustedes el dicho de «perro ladrador, poco mordedor». Hasta me río de los correos que recibo. Otro grupo de segunda son los dirigentes de Vox o el PP que pueden ser insultados con absoluta impunidad, sus sedes pintadas con amenazas y sus actos electorales boicoteados sin que veamos el «escándalo» en la izquierda política y mediática.

Monasterio estuvo muy divertida cuando el viernes dijo «Iglesias, cierre la puerta al salir» que es lo mismo que éste hizo, cuando era vicepresidente, con su soberbia habitual, a Iván Espinosa de los Monteros en una comisión parlamentaria. No recuerdo que ningún editorial, artículo o comentario de izquierdas condenara el trato recibido por el portavoz del tercer grupo del Congreso de los Diputados. En cambio, ahora han salido todos como plañideras descalificando a Vox e intentando reeditar el cordón sanitario que en su día sufrió el PP en Cataluña. Es algo muy habitual en la izquierda. A nadie le escandaliza el poder de los comunistas, los populistas, los independentistas y los bilduetarras, pero en cambio hay que atacar al PP y Vox para impedir que Ayuso siga siendo la presidenta de la comunidad.

El esperpento llega al extremo de utilizar sistemáticamente las instituciones, una vez más con el fervoroso aplauso de la izquierda mediática, como se vio ayer llevando a un mitin a la directora de la Guardia Civil con el fin de aprovechar el tirón de «las cartas con balas». Por cierto, tengo mucho interés en ver cómo acaba la investigación sobre el indeseable que las envió y la sorpresa que causa que no haya ningún control en el servicio de Correos. Esto es lo más preocupante, incluso para los sufridos trabajadores de la empresa pública, porque podrían haber sido cartas bomba.

La izquierda y especialmente Podemos tenían un problema de movilización electoral. El debate fue un desastre y reforzó a Ayuso, hasta el extremo de que la propia encuesta organizada por el panfleto podemita le otorgaba un 58 por ciento frente al 30 logrado por el «gran timonel». Lo peor para Iglesias es el varapalo electoral que le puede dar Mónica García. Es una gran humillación y «a grandes males, grandes remedios». La solución ha llegado de la mano de «las cartas con balas» y hacer más bronco, todavía, la campaña insufriblemente agresiva diseñada por Iglesias. La izquierda mediática se olvida de los ataques que desató contra los periodistas y los medios de comunicación, pero sobre todo que la crispación llegó de la mano del nacimiento de Podemos. Tras el lío organizado en la Ser, algo que siento por Àngels Barceló, porque es una gran periodista y una buenísima persona, ahora hemos entrado en un todo vale para conseguir movilizar a la izquierda con el espantajo de que llega Vox. Por cierto, a Monasterio le importa poco, ya que está acostumbrada a los insultos y descalificaciones de los machos alfa de la izquierda.

Se ha dicho que es una formación indigna de tener funciones de gobierno, algo que no se dice de Podemos, los independentistas o los herederos de ETA. Los que quieren acabar con la democracia que llaman burguesa, la Constitución y la monarquía son para ellos más dignos que Vox. Por cierto, todos esos que les ríen las gracias, hacen editoriales, columnas o artículos, que viven cómodas vidas burguesas y disfrutan del capitalismo lo pasarían muy mal si gobernara el populismo de Iglesias. Es lo que sucedió en Venezuela. Las elites pijo-progres no se inquietaron con la llegada del golfo de Chávez y el indeseable de Maduro, pero luego perdieron sus medios de comunicación, sus empresas y sus comercios. Las clases medias venezolanas, incluidos los presentadores de televisión y los periodistas, no estaban preocupados porque creían que no iba con ellos, ya saben que es muy chic ser de izquierdas, hasta que lo perdieron todo. Los abogados se quedaron sin sus despachos, los profesores fueron depurados y los médicos expulsados de sus plazas. Fue la gran aportación del populismo bolivariano, del que se beneficiaron tantos podemitas, a la democracia y las libertades.

La «batalla de Madrid» es la última trinchera frente a este comunismo intervencionista que quiere gobernar con Gabilondo como presidente. La elección es entre el progreso y la libertad que representa Ayuso y el desastre que llegaría de manos de Iglesias. La una defiende la democracia y el otro la cuestiona porque es un instrumento inútil que impide el triunfo de su concepción totalitaria. Por ello, espera que el radicalismo y los ataques a Vox movilicen a la izquierda, con la inestimable ayuda de los periodistas que muestran una inquietante miopía. No se dan cuenta de que perderán mucho si tenemos un gobierno socialista comunista en Madrid. Hay quien piensa que el papel de Iglesias no sería relevante, pero olvidan que Más Madrid, aunque tenga una cara más amable, es exactamente lo mismo. La manipulación del repugnante incidente de «las cartas con balas» busca estigmatizar a Vox, movilizar a sus votantes y, sobre todo, impedir que Ayuso pueda gobernar. Es una consecuencia de su victoria en el debate electoral.


viernes, 23 de abril de 2021

El pucherazo de Madrid, detallado.

 



En mi pueblo hay más habitantes ingleses y alemanes que españoles. Me decía uno; “Guan, el socialismo, en Inglaterra ha quedado para películas de terror, hambruna o miseria” ¿Tu crees? Si, si aquí hay un golpe de Estado. Dice el alemán: Ese de la coleta hace mucho daño cara al exterior, en Alemania dan por hecho que es un testaferro de Maduro.

Esta comunidad tiene en la comarca más de 30.000 vivienda en estado de precario e ilegalidad, sin luz, sin agua potable, sin alcantarillado y las pagaron a precio de oro. La señora, Susana Díaz hizo la vista gorda, porque tres de sus consejeros eran promotores.

Una conversación entre Gaspar Zarrias y promociones DIZU (así consta en el sumario de la operación costurero que todos podéis visitar. Zarrias: “Tomás (Dizu) te he conseguido la construcción de todos los colegios de Huelva menos uno. Tomás: ¿Y….? Zarrias, todos no pueden ser. Lleva el dinero en billetes de 20 y 50 euros ¿dónde? Donde siempre. Se entiende que es en el área de servicio de Puerto Lumbreras….Dice la secretaria que es la mujer del fiscal condenado en firme por abusos sexuales a la juez titular….En esencia, la conversación no es válida porque “en esencia” la grabación estaba destinada al alcalde.

Todo esto ha pasado en Andalucía y no sigue pasando porque el colectivo socialista, nunca pensó perder las elecciones en Andalucía.

En Madrid, no les pasará.

El pucherazo consiste en alterar el resultado de unas elecciones mediante manipulación en el recuento de los votos.

El PSOE tiene el censo electoral de Madrid con los lázaros y quienes no suelen votar.

Los lázaros (votos de fallecidos que, al menos sobre el papel resucitan como el Lázaro de los Evangelios)

El “dueño” de correos es amigo y compañero de pupitre  de Sánchez, meten en un puchero 30 votos por mesa de lázaros y no votantes, el día 4 lo vacían en la saca de votos de cada mesa, la cartera solo porteará la saca y ahí se termina el control y seguimiento de las ansiadas elecciones a la Comunidad de Madrid. Ganará Ayuso, pero Pedro Sánchez será presidente de la Asamblea madrileña. PD he querido escribir Ángel Gabilondo, no Pedro Sánchez que ya es “dueño” de España con la “rara” excepción de Cataluña y País Vasco.  

Blog de Juan Pardo.

jueves, 22 de abril de 2021

El engaño de Iglesias: finge llegar en taxi al debate tras bajarse de un coche con chófer

El candidato de Podemos a las elecciones de la Comunidad de Madrid demostró anoche que su defensa acérrima hacia el taxi es solo propaganda. Tras el debate se fue también en un vehículo con chófer.


BEATRIZ GARCÍA

Estrategia política meditada. Todos los candidatos a presidentes de la Comunidad de Madrid midieron muy bien su modo de aparecer en el duelo a seis en el que era el primer debate político a doce días de las elecciones del 4-M. Si bien, con su puesta en escena, uno de los candidatos demostró que se trataba tan solo de una campaña fake con duración corta.

Si bien el candidato de Ciudadanos, Edmundo Bal, dio la nota llegando a los estudios de Telemadrid en su moto Harley Davidson, Ángel Gabilondo (PSOE) lo hizo andando, al igual que la presidenta de la Comunidad de Madrid Isabel Díaz Ayuso o la candidata de Vox Rocío Monasterio, con retraso incluido, el líder de Podemos Pablo Iglesias decidió utilizar el taxi, y más concretamente el de su candidato en listas Cecilio Rodríguez, taxista de profesión. No es la primera vez que el candidato morado recurre al uso del taxi para llegar a un debate electoral. En 2019, para las elecciones generales hizo lo propio, entendiéndose como una manera de apoyar al sector del transporte en su batalla contra las VTC. Sin embargo, todo habría sido un engaño.

Pablo Iglesias fingió llegar en taxi a Telemadrid. En las imágenes se aprecia cómo llega un coche gris, que se mete en un callejón y se para. Aparentemente la persona que está en la calle es un escolta. Después, aparece un taxi-furgoneta por el callejón, y se incorpora a la carretera detrás de un camión con una L que oculta la maniobra.

Una vez terminado el debate, no hizo falta ni fingir. Al filo de la media noche, el también ex vicepresidente recuperó sus costumbres habituales. En el mismo debate se le reprochó su cambio de vida, de vivir en Vallecas a mudarse a Galapagar en 2018. Y es que, en vez de pedir un taxi para volver a su domicilio, optó por utilizar un vehículo privado, en vez de volver a llamar a su “taxista”. En concreto se montó en un Volkswagen de color negro. Hasta ahora, cuando formaba parte del Gobierno de coalición, Iglesias contaba con un vehículo oficial propio, un Ford Mondeo. Tras su salida del Ejecutivo, perdió este privilegio y es habitual ver al ya tan solo candidato de Unidas Podemos a la Puerta del Sol y líder de Podemos utilizar un coche privado.


 

lunes, 19 de abril de 2021

Comunismo fallido y en sepia


Lo de rodear parlamentos es algo que excita las pasiones de los extremismos de izquierda y el separatismo. Pero la estrategia les empieza a fallar por cansina y Podemos ya no es creíble

La izquierda más radical quiso prolongar ayer en el barrio madrileño de Vallecas su estrategia violenta, iniciada con el acoso y las agresiones a los dirigentes y militantes de Vox reunidos días atrás en la llamada ‘plaza roja’. Algunas tribus extremistas, de esas a las que Pablo Iglesias y Pablo Echenique azuzan como una jauría, convocaron una manifestación para rodear la Asamblea de Madrid, lo que encaja muy bien con el enaltecimiento de Stalin por los comunistas que se pasearon por Madrid celebrando el aniversario de la II República. La convocatoria fue un fracaso que debería mover a los inductores de estos grupos a revisar su estrategia.

Lo de rodear parlamentos es algo que excita las pasiones de los extremismos de izquierda y del separatismo. El Congreso de los Diputados fue acosado varias veces con aquel «#rodeaelcongreso», entre ellas cuando iba a producirse la investidura de Mariano Rajoy. La pulsión antiparlamentaria de la izquierda llegó incluso al PSOE, que participó en la coacción al Parlamento de Andalucía, cuando iba a producirse la investidura de Juan Manuel Moreno, con la que se puso fin a décadas de hegemonía corrupta del socialismo. Imposible olvidar el intento de asalto violento al Parlamento de Cataluña, en 2018, por las bandas separatistas de la CUP y otros grupos violentos del arco independentista. La intolerancia de la extrema izquierda ante la democracia liberal y parlamentaria, la única que dignifica al ciudadano y respeta sus libertades y derechos, es una constante desde hace muchos años, aunque su propaganda use el espantajo de la extrema derecha para confundir a la opinión pública.

La justificación de la violencia como forma de acción antipolítica es consustancial a estos partidos, que sustituyen al ciudadano por la ‘gente’ porque les resulta más fácil hacerse representantes de una masa informe que de hombre y mujeres libres. La convocatoria de ayer fue un fracaso porque esta extrema izquierda es de otro tiempo y de otro lugar. En Madrid hoy ya no se entiende el «no pasarán», cuando por la capital de España pasan todos, cada cual con su forma de ser, de vivir y de hablar. Por eso la izquierda está permanentemente enfadada con Madrid, porque esta ciudad es una enmienda a la totalidad del discurso frentista con el que, en pleno siglo XXI y en plena Europa, quiere hacerse con el gobierno de la comunidad más pujante de España. Seguir anclada en los estereotipos de la España de los años treinta hace que la izquierda radical sea incomprensible hoy para la mayoría de los ciudadanos.

Pablo Iglesias puede seguir por esta senda estéril dando la razón, día tras día, a Isabel Díaz Ayuso con su disyuntiva «comunismo o libertad», porque en efecto son conceptos irreconciliables. O puede apearse de esa montura vieja y descompuesta que es el comunismo, y adaptarse a una ciudad y a una sociedad a las que unos radicales antisistema no van a enseñar qué es ser libres. Ahora bien, decidan lo que decidan Iglesias y su entorno, lo que representan está ya retratado en una imagen sepia de pandilleros violentos arremetiendo contra la Policía y gritando «a por ellos como en Paracuellos». Ni Madrid ni España pueden encajar en un esquema ideológico tan corruptor de la libertades.


domingo, 18 de abril de 2021

Objetivo: dañar Madrid

Señalar a la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, y de paso satisfacer a sus socios de moción de censura y de legislatura se ha convertido en la principal obsesión de Sánchez


El listado de agravios que ha sufrido Madrid en beneficio de Cataluña durante el mandato de Pedro Sánchez es demostrativo de que perjudicar a esa primera comunidad se ha convertido en el objetivo preferente del Partido Socialista en su intento de recuperar poder autonómico. La que expone ABC no es una retahíla virtual de decisiones del Gobierno que darían por sí mismas motivos justificados para que Madrid se comportase con el mismo victimismo lacrimógeno que siempre ha demostrado el independentismo catalán en su exigencia de privilegios frente al resto de autonomías. No lo es. Es una cascada escandalosa de datos objetivos y fácilmente contrastables, basada en un castigo ideológico, político y socioeconómico a la comunidad que más contribuye al PIB nacional. En menos palabras, Pedro Sánchez perjudica a Madrid a sabiendas de que gobierna el Partido Popular desde hace veintiséis años y de que sistemáticamente se le atraganta a la izquierda en las urnas. Por eso, señalar a la actual presidenta, Isabel Díaz Ayuso, y de paso satisfacer a sus socios de moción de censura y de legislatura se ha convertido en la principal obsesión de Sánchez.

El Gobierno no explica por qué margina a Madrid, por ejemplo, con el reparto de fondos de la Unión Europea, ya que esta comunidad recibe el 13 por ciento y Cataluña, el 17, lo que se salda con 422 millones de euros menos. Tampoco explica por qué sale agraviada en la distribución de los fondos estatales para empresas, ya que hasta un 30 por ciento del dinero se transfiere a la Generalitat catalana, regándola con 1.000 millones de euros frente a los 679 destinados a Madrid. Ni por qué recortó de 5.000 a 1.000 millones el plan de Cercanías diseñado en 2018. O por qué en sus primeros presupuestos inyecta a Cataluña un 60 por ciento más de inversiones públicas, o por qué ataca la escuela concertada, que en Madrid aglutina a casi 400.000 alumnos. Agravios innumerables hay incluso en la compra de material sanitario durante la pandemia, y en la justificación de por qué Madrid fue la última autonomía en acceder a la fase 1 de la desescalada. Agravio hay en la imposición a esta autonomía de un estado de alarma a la medida de Moncloa que el Tribunal Superior de Justicia declaró ilegal, o en las razones de qué el aeropuerto de Barajas ha sido un coladero del virus pese a las advertencias desesperadas de la Comunidad. Ni Pedro Sánchez ni ninguno de sus ministros han pasado un solo minuto en el hospital Isabel Zendal o en una residencia de ancianos de Madrid, pero sí han tratado de torpedear las medidas adoptadas por Isabel Díaz Ayuso en favor de la hostelería regional. La información de ABC hoy resulta apabullante.

Sin embargo, no parece estar sirviéndole tanto esfuerzo por ahogar a Madrid mientras Cataluña recibe un dinero que mayoritariamente dedica a gasto identitario. Cuando la ministra de Hacienda anuncia una batería de medidas de ‘armonización fiscal’ diseñada para dar un sablazo a los madrileños, y a las pocas horas es desautorizada por la vicepresidenta económica de su propio Gobierno; o cuando Ángel Gabilondo niega que vaya a subir los impuestos que sí le exige Sánchez, el resultado no deja de ser un reconocimiento implícito de que en el PSOE hay un debate fallido sobre la idea de que dañar a Madrid es inútil en términos electorales. Quizás el PSOE debía valorar si esa es la razón por la que lleva más de dos décadas sin gobernar. Mejor le iría si ‘armonizase’ como en el País Vasco o Navarra.

 Editorial ABC

domingo, 4 de abril de 2021

La sudadera de Iglesias y la lista antisistema

 Esta exaltación de lo ilícito como medio de trabajo refleja que Iglesias y su equipo pasan del ordenamiento legal


FRANCISCO MARHUENDA

Hay que reconocer que Iglesias está otra vez en su salsa, aunque dudo que le vuelva a funcionar. No es necesario escandalizarse con que se enfunde con la sudadera y abandone el «uniforme» de vicepresidente progre. Los pijo revolucionarios son muy dados a mezclarse con el proletariado y las crisis son el terreno abonado para sus ideas distópicas. En otras ocasiones he comentado que las mansiones de la aristocracia y la burguesía no desaparecieron con la llegada del comunismo en Rusia, China o Cuba, por citar algunos ejemplos, sino que cambiaron de manos.

Eso de vivir con modestia no es propio de los populismos, sino de democracias avanzadas del norte de Europa. Iglesias y sus amigos no vivirán en un modesto apartamento como el primer ministro holandés, Mark Rutte, o harán algo tan «excéntrico» como Aznar cuando incluyó su estancia en La Moncloa en su declaración de renta. El Palacio Real no dejó de utilizarse cuando Alfonso XIII abandonó España, tras unas elecciones municipales que los republicanos convirtieron en plebiscitarias y sufrió la «traición» de sus fieles, sino que fue ocupado por los presidentes de la Segunda República. Por cierto, Franco prefirió un edificio más modesto, aunque muy bonito y lleno de historia, como es el palacio real del Pardo que por metonimia pasó a servir como designación de la jefatura del Estado.

Tras enfundarse la sudadera, término que permite acepciones irónicas y más conociendo al personaje, decidió regresar a Vallecas y a los orígenes imaginarios de su activismo político. No hay que darle el valor de un gesto heroico, porque su abandono del Consejo de Ministros responde al aburrimiento que le atenazaba y la necesidad de salvar a su partido de un agónico declive. Es verdad que sus hagiógrafos mediáticos lo muestran como el postrer sacrificio del líder, aunque es un exceso que produce rubor y que me recuerda a los cronistas medievales cuando escribían sobre sus soberanos.

Ahora solo falta que acuda al bar de la facultad para diseñar la campaña y se completará el círculo. A Iglesias le va más el activismo que la gestión, aunque sus votantes esperaban más del caudillo populista. La excusa de que estaba en minoría en el Gobierno, algo que era evidente, casa mal con la continuidad de sus compañeros, aunque su objetivo será darle muy mala vida a Sánchez con su demagogia ahora que está fuera de los despachos que soñó asaltar.

Es interesante constatar la regresión a Vistalegre cuando derrotó a Errejón y se sembró la semilla de la destrucción de Podemos. En aquel entonces creía que su odiado enemigo podía ser un candidato ideal para ganar la Comunidad de Madrid y superar a los socialistas. Los comunistas y populistas quieren acabar con la democracia que llaman liberal, la burguesía y el capitalismo, pero antes que esto su prioridad es acabar con los odiados disidentes. La lucha fratricida entre los antiguos aliados permitió que el centro derecha recuperará la capital española y mantuviera la Comunidad de Madrid.

Casado debería tener en la futura sede del PP una sala de benefactores con las fotografías de Iglesias y Errejón en tamaño natural. Su desunión fue determinante y ahora creo que lo volverá a ser en beneficio de Ayuso que han convertido, aunque méritos no le faltan, en una de las grandes figuras de la política española y el baluarte para que los antisistema de Iglesias no consigan el gobierno de Madrid.

Hay que partir de la base de que la lista de Unidas Podemos es una clara declaración de intenciones sobre cuál es el modelo que impondría si forman un gobierno de coalición de izquierdas. Esta en su derecho a colocar a Serigne Mbaye, aunque resulta inquietante que sea el portavoz del Sindicato de Manteros, que es una actividad ilegal que vulnera los derechos de autor y de propiedad industrial. Esta exaltación de lo ilícito como medio de trabajo refleja que Iglesias y su equipo pasan del ordenamiento legal e ignoran conceptos como el mérito, la capacidad y el esfuerzo.

Lo que se trata es de vivir a costa del sacrificio de los demás. Los cineastas, escritores y diseñadores deberían reflexionar, pero también los que trabajan para las empresas que sufren la falsificación de sus productos que luego son vendidos por los manteros que apoya Iglesias. La presencia de los promotores de plataformas antidesahucios y defensores de la okupación es otro eje de su lista electoral. En cualquier caso, el mensaje es muy claro y contundente en favor de destruir la legalidad. En infinidad de ocasiones he expresado mi apoyo a alternativas habitacionales, que corresponde emprender a las administraciones públicas, así como establecer una acogida de inmigrantes de forma ordenada y responsable. Una cosa es no criminalizarlos y otra muy distinta aplaudir las actividades ilegales que atentan contra los derechos de otros ciudadanos españoles.

La izquierda política y mediática ha conseguido establecer el canon de lo correcto, algo que es, simplemente, deleznable. Por ello, las críticas a la lista de Iglesias reciben los ataques más furibundos y hay que ir con cuidado de que no te acusen de racista. Mientras los medios de comunicación, las instituciones y los artistas defienden la propiedad, porque el robo de derechos causa un daño enorme, los antisistema se muestran satisfechos de atacarlo sin que sus «compañeros de viaje» periodísticos lo critiquen. No tiene sentido, pero quién puede defender que la política populista lo tenga.

El mensaje que hay que transmitir en las escuelas, institutos, centros de formación y universidades es que no hay que esforzarse. Hay que incorporarse a Unidas Podemos, donde no importa el mérito y la capacidad. Lo único que cuenta es el amiguismo, el clientelismo y el activismo, porque es posible vivir a costa de los demás y del erario. Es decir, que paguen otros con sus impuestos para que ellos vivan bien y se enriquezcan.


Un peligro suelto

 Iglesias no tiene nada que hacer en todo el día más que maquinar maldades.

Antonio BurgosAntonio BurgosSEGUIRActualizado:04/04/2021 04:34hGUARDAR

España lo aguanta todo. Cuando ha resistido 14 meses, 14, con Pablo Iglesias como vicepresidente segundo del Gobierno de coalición, puede con todo lo que le echen. No sé de qué tenemos miedo que las vacunas, con toda la esperanza que despiertan, no vayan a remediar el caos sanitario y, de rebote, el económico. Con la pandemia ha podido Iglesias como vicepresidente haciendo lo que los señoritos andaluces toda la vida: nada. No se le conoce en este tiempo de tribulación que haya visitado una sola residencia de mayores de las que Sánchez lo nombró responsable máximo, ni que haya pisado un hospital para interesarse por los enfermos; ni, lo que es todavía peor, se haya remangado para remediar con

 ayudas del Gobierno el perfecto desastre de la hostelería, del pequeño comercio, de tantas y tantas actividades en quiebra que nos han llevado a batir todas las marcas de paro y de caída del PIB.

Este peligro suelto lo va a ser ahora más todavía, según se temía mi dilectísimo compañero de página Ignacio Camacho. Si con la teórica responsabilidad de la segunda vicepresidencia a Pablo Iglesias se le ocurrían tantas tropelías, demagogias y brindis al sol, tantas ideas con las del beri, ¿se imaginan ahora que, una vez dimitido en la vicepresidencia y salido del Gobierno, Iglesias no tiene nada que hacer en todo el día más que maquinar maldades contra Isabel Díaz Ayuso, contra el PP, incluso contra el propio Sánchez y la parte no podemita del Gobierno social-comunista? Es un peligro suelto. No sé cómo en su casoplón famoso de Galapagar no pusieron un letrero que en vez de «cuidado con el perro» dijera: «Cuidado, vicepresidente segundo dentro». Que se lo pregunten, si no, a los que han sido multados por el mero hecho de acudir a los alrededores del casoplón con una bandera de España.

¿Se imaginan la que puede liar Iglesias en la campaña electoral de Madrid? Ya repite en cada ocasión que se le presenta que va a las elecciones y ha dejado el Gobierno porque hay que salvar la democracia en Madrid y desterrar al fascismo. ¡Qué riqueza de ideas, hijo mío! Democracia, ya se sabe: es Podemos, el comunismo a la venezolana. Y fascista, todo el que no piense como yo. Ah, y las habituales menciones a la ultraderecha. Aquí tenemos un arco político mutilado: existe la ultraderecha, pero no la ultra izquierda, a la que pertenece el propio Iglesias. El del carrerón. De una indignada tienda de campaña en la Puerta del Sol el 15-M, a aspirar a seguir en la Puerta del Sol, pero como presidente de la Comunidad, dentro de la Real Casa de Correos. ¿Qué tienen estas elecciones de segundo rango que hay quienes, como Illa o ahora Iglesias, dejan el Gobierno por la perspectiva de alcanzar el poder que les den las encuestas?

Ah, y al final, pero no lo último, los dineros, el jurdó. Él e Irene Montero han multiplicado su riqueza por seis desde que son políticos. El que iba contra la casta y su señora han amasado un patrimonio de más de un millón de euros, casta pura. ¡Toma, así soy yo también comunista!

viernes, 2 de abril de 2021

Pablo Iglesias se salta las restricciones que él mismo apoyó en el Consejo de Ministros

 

Podemos presenta a sus candidatos sin mascarillas ni distancia de seguridad

Pablo Iglesias se salta las restricciones que él mismo apoyó en el Consejo de Ministros

Podemos ha hecho hoy la presentación de sus candidatos para las elecciones madrileñas del 4 de mayo. La presentación ya está provocando polémica.

Pablo Iglesias utiliza su despacho oficial para ir preparando otra ola de matonismo
¿Y qué dice el amigo gay de Pablo Iglesias de su colaboración con el régimen iraní?

Una polémica foto ocultada por Podemos pero que ha publicado Izquierda Unida

Además de por la catara de insultos lanzada por Pablo Iglesias contra sus rivales -algo nada nuevo y que responde a su estilo macarra de hacer política-, ha habido un detalle que ha sido objeto de críticas, a raíz de un tuiteo publicado por Izquierda Unida sobre la presentación de la candidatura:

Curiosamente, esta imagen no ha aparecido en el Twitter oficial de Podemos, seguramente porque se han dado cuenta de que difundirla les iba a hacer un flaco favor. Y es que en la foto vemos a Pablo Iglesias y sus compañeros de candidatura sin mascarillas y sin respetar la distancia de seguridad, unas restricciones que el propio jefe de Podemos apoyó cuando era miembro del Consejo de Ministros como vicepresidente del Gobierno.

Las restricciones que el Gobierno, con el apoyo de Iglesias, impuso a los españoles

En el Real Decreto 926/2020, aprobado por el Gobierno el 25 de octubre para declarar un nuevo estado de alarma, se señalaba lo siguiente en el Artículo 7:

“La permanencia de grupos de personas en espacios de uso público, tanto cerrados como al aire libre, quedará condicionada a que no se supere el número máximo de seis personas, salvo que se trate de convivientes y sin perjuicio de las excepciones que se establezcan en relación a dependencias, instalaciones y establecimientos abiertos al público. La permanencia de grupos de personas en espacios de uso privado quedará condicionada a que no se supere el número máximo de seis personas, salvo que se trate de convivientes”.

Así mismo, en el Real Decreto-ley 2/2021, convertido en Ley 2/2021 recientemente por el Congreso, con el apoyo del Gobierno, se indica lo siguiente en el Artículo 6.1:

“Las personas de seis años en adelante quedan obligadas al uso de mascarillas en los siguientes supuestos:
a) En la vía pública, en espacios al aire libre y en cualquier espacio cerrado de uso público o que se encuentre abierto al público”.

Ahora mismo, en la web de La Moncloa se indica así la obligatoriedad de las mascarillas:

España tiene una de las normas más restrictivas del mundo sobre uso de mascarillas, imponiendo su uso incluso al aire libre, también en aquellos lugares donde no tengas a nadie a tu alrededor en kilómetros a la redonda, lo cual es un completo absurdo. A eso hay que añadir que la citada ley impone en establecimientos comerciales, centros de trabajo, hoteles y alojamientos turísticos y espectáculos públicos una distancia de seguridad de 1,5 metros. Basta con ver la foto para comprobar que en la presentación de Podemos ni han usado mascarillas ni han mantenido esa distancia. Además, la citada ley señala lo siguiente en su Artículo 4:

“Todos los ciudadanos deberán adoptar las medidas necesarias para evitar la generación de riesgos de propagación de la enfermedad COVID-19, así como la propia exposición a dichos riesgos, con arreglo a lo que se establece en esta Ley. Dicho deber de cautela y protección será igualmente exigible a los titulares de cualquier actividad regulada en esta Ley”.

Pablo Iglesias se niega a respetar las normas que él mismo impuso a los demás

Pablo Iglesias ha sido hasta hace muy poco vicepresidente del Gobierno y ahora aspira a ser presidente de la Comunidad de Madrid. Un político como él debería dar ejemplo, y más teniendo en cuenta que esas normas las apoyó él mismo en el Consejo de Ministros. Con su presentación de candidatos de hoy, sin mascarillas y sin guardar la distancia de seguridad, el mensaje que parece lanzar Iglesias a los españoles es que se niega a respetar las normas restrictivas de derechos que ha impuesto a los demás. Una forma de ver las leyes propia de políticos que se creen por encima de ellas, la típica actitud de casta privilegiada que tanto criticaba Iglesias cuando estaba en la oposición.