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sábado, 4 de septiembre de 2021

Irene, eres tonte

 Que comparta Gabinete con Margarita Robles, Calviño o Escrivá se me antoja un fenómeno paranormal.

Que Irene, Irena, Ireno o como quiera que se llame la tal Montero sea ministra del Gobierno de España me produce vergüenza ajena, infinita estupefacción y no menos indignación por cuanto su nada desdeñable salario (75.000 pavos) sale de los impuestos que pago religiosamente trabajando como un cabrón. Que ostente una cartera ministerial como antes hicieron intelectos superlativos de la talla de Abril Martorell, Joaquín Garrigues, Pío Cabanillas Gallas, Martín Villa, Boyer, Solana, Esperanza Aguirre, Isabel Tocino, Pilar del Castillo, Gallardón, la tan inolvidable como superlativa Loyola Palacio o Teresa Fernández de la Vega demuestra no sólo que cualquier tiempo pasado fue infinitamente mejor sino que, increíblemente, el nepotismo continúa haciendo estragos entre nuestras élites bien entrado el siglo XXI. Y que comparta Gabinete con Margarita Robles, Calviño o Escrivá se me antoja un fenómeno paranormal. No es una afirmación machista porque la meritocracia no entiende, como acabamos de ver, de sexos. Situarla en el mismo plano que a Robles, Calviño o Escrivá es como igualar a Cristiano, Mbappé o Messi con el delantero del equipo de mi pueblo. Un disparate moral e intelectual. Lo de intentar meternos en el cerebro lo del «todos», «todas» y «todes» representa una imbecilidad que en un país normal le costaría a su protagonista el puesto, además de la lógica estigmatización pública de por vida.

Esta terminología, en la cual se incluyen palabros como «no binario», «cónyuges supérstites» para referirse a las viudas o «progenitores gestantes» para aludir a las embarazadas, es el colmo de la gilipollez. Montero sólo había tenido un trabajo antes de ser ministra: cajera en una cadena de productos electrónicos. Un empleo tan respetable como otro cualquiera. El problema es que para llegar a ministr@ lo normal es forjar previamente un currículum. Escámez empezó de botones en el Banco Central y llegó a presidente tras un durísimo periplo en puestos intermedios. Irene, sí, su único mérito consiste en ser la pareja de Pablo Iglesias. Una situación habitual en dictaduras del Tercer Mundo (Nicaragua, por ejemplo) pero abracadabrante a los ojos de cualquier tamiz democrático occidental. Machismo versión Dios. Estábamos en ésas cuando la titular de Igualdad rebuznó esta semana una frase que constituye un insulto a las mujeres en general y a las afganas en particular. Cuando se le preguntó por la psicopática represión de género de los talibanes, replicó: «En todos los países se oprime a las mujeres». Sus vomitivas palabras son, para empezar, un acto de blanqueamiento de los terroristas megamachistas que mandan ahora en Afganistán por culpa de la idiocia de Biden. Para continuar suponen un insulto a la inteligencia: en España las mujeres no visten burka, van al colegio, circulan libremente por las calles, estudian en la universidad, no son lapidadas y, obviamente, están prohibidos los matrimonios de adultos con niñas de 12 años. Queda mucho por hacer en materia de igualdad pero estamos a años luz del país que mandan esos locos barbudos a los que convendría exterminar de la faz de la tierra. Irene, por mucho dinero público que manejes, 452 kilos anuales que van a parar a amiguetes, amiguetas y amiguetos en un más que presunto acto de malversación continuada, jamás dejarás de ser lo que eres: tonte. Muy tonte.

PD: si fueras hombre o no binaria, te diría lo mismo. La estupidez no entiende de géneros.

sábado, 19 de junio de 2021

Que Felipe VI se haga «un Balduino»

 

«Ha llegado la hora de que dé un puñetazo encima de la mesa. Ya está bien»



 

 

 

EDUARDO INDA

Siempre admiré al Rey Balduino de Bélgica. Por su categoría personal, por su honradez, por su austeridad y por ejercer su papel de manera impecable. Nunca protagonizó un escándalo. En mi fascinación tiene naturalmente mucho que ver su matrimonio con una española igualmente ejemplar, Fabiola de Mora y Aragón, y el hecho de que para veranear no eligiera Saint-Tropez, Cerdeña o la muy cool localidad belga de Knokke sino un municipio español. Desde los años 60 poseía un chalé en la tan cero pija como maravillosa Motril, donde la pareja pasaba cuasidesapercibida. Villa Astrida era una excelente casa en primera línea pero no una de esas mansiones que el imaginario colectivo asocia a cualquier jefe de Estado. Allí, por cierto, en tierras granadinas, falleció en 1993. Un rey de los belgas que había protagonizado tres años antes un episodio que fue portada de todos los periódicos mundiales: con la excusa de una falsa incapacidad temporal, y de acuerdo con el primer ministro, abdicó durante unas horas para no tener que rubricar una ampliación de la Ley del Aborto con la cual estaba en completo desacuerdo. «Mi conciencia me impide firmarla», se justificó Balduino. En Bélgica, como sucede en todas las monarquías constitucionales, el Rey sanciona todas las leyes del Gobierno. España no es una excepción. La polémica que la izquierda mediática podemita ha montado a Ayuso a cuenta de sus palabras sobre el indultazo me ha recordado a lo que aconteció al mejor Rey de la historia de Bélgica hace 31 años. Lo más grave moral, ética y hasta estéticamente es que se consideren una aberración unas opiniones que son purita sensatez. ¿Acaso ese 60% largo de españoles que pensamos como la presidenta de Madrid somos una panda de fascistas, intolerantes y retrógrados? Venga ya. Más que pertinentes, las preguntas retóricas que formuló en voz alta son obligadas: «¿Va a firmar el Rey estos indultos?, ¿le van a hacer cómplice?». No hace falta ser Einstein para colegir que Felipe VI va a jugar el rol de involuntario cómplice de esta golfada. Más que nada, porque hasta Abundio sabe que discrepa al 10.000% del indultazo por mucho que calle su opinión por ese escrupuloso respeto institucional que el Gobierno socialcomunista no tiene con él. Que discrepa es una obviedad tautológica. Y no sólo porque el Supremo haya señalado unánimemente que la concesión de estas medidas de gracia es ilegal, entre otros muchos motivos porque los interesados no lo han pedido ni han mostrado arrepentimiento. También porque es física y metafísicamente imposible que un Rey de España suscriba una decisión que destroza la separación de poderes y beneficia a unos delincuentes que se quisieron cargar la unidad nacional. Así como cuando este Gobierno aliado de los golpistas prohibió a nuestro Rey acudir a Barcelona a la entrega de los despachos a los nuevos jueces yo le pedí públicamente que desobedeciera, ahora le planteo que abdique un ratito para no tener que secundar esta ignominia. Tampoco conviene olvidar que este indultazo, que responde únicamente al deseo de Sánchez de permanecer subido al Falcon hasta el Día del Juicio Final, constituye un nada involuntario palete a un monarca que el 3-O dio la cara por la legalidad en términos inequívocos. Ha llegado la hora de que dé un puñetazo encima de la mesa. Ya está bien.


domingo, 25 de abril de 2021

Iglesias, el de las residencias


Pedro Sánchez le encomendó la gestión de las residencias. No se pasó por ninguna


EDUARDO INDA

Viendo el otro día a Pablo Iglesias llegar en taxi al debate e irse en un dispositivo compuesto por dos vehículos con los consabidos guardaespaldas, me acordé de lo que nos contaban en clase de Historia acerca del conde de Romanones. Dicen que Álvaro Figueroa acostumbraba a hacer campaña en tren, el gran invento del siglo XIX. Viajaba en primera pero cuando llegaba a los pueblos a mitinear, se bajaba sistemáticamente por la puerta de tercera clase. Demagogia ruin como la de nuestro protagonista. Claro que comparar a un tipo que era un formidable jurista, que ocupó la Alcaldía de Madrid, que fue no sé cuántas veces ministro y presidente, es como poner en el mismo plano a Rafa Nadal y al 1.000 del mundo.

Que el candidato de Podemos a la Presidencia de Madrid es un miserable ya lo sabíamos. Un miserable, un presunto delincuente según el juez García Castellón y 50 cosas más. Pero jamás sospeché que el nivel de rastrerismo del pájaro fuera como el que presenciamos en ese territorio comanche que es para el PP la podemizada Telemadrid. Intentó alterar los albores del debate acusando falsamente a Ayuso de «dejar morir» a los ancianos en las residencias. Muy en la línea de lo que lleva haciendo semanas, asegurando que el Ejecutivo popular es «criminal» y vaticinando que «acabarán en la cárcel». Y, para variar, utilizó a nuestros mayores para subrayar que la «UME se encontró a ancianos con cadáveres en Madrid». La abanderada de la libertad se puso excesivamente nerviosa con el cantosamente coordinado ataque en tromba de la izquierda. Fue el único pasaje en el que le hicieron pupa, el resto los ganó por goleada. El lógico cabreo no le impidió contraatacar cuando preguntó al insultador oficial del Reino cuántas residencias madrileñas había visitado en los días más duros de la pandemia. El aludido dio la callada por respuesta porque ni ha estado, ni está, ni se le espera. En Madrid ha acudido a tantas como doctorados reales tiene Pedro Sánchez: cero. La presidenta debería haberle replicado echando mano de los datos, Madrid fue la región con menor porcentaje de óbitos de ancianos en asilos, y de Perogrullo. Y cuando más mayores han perecido en Madrid en particular y en España en general es cuando la lucha contra la pandemia estaba bajo el «mando único» del Gobierno. Todas las decisiones las adoptaba el Consejo de Ministros del que increíblemente este individuo era vicepresidente. Para más inri, por aquello de que los pueblos que olvidan su historia están condenados a repetirla, no hubiera estado de más enfatizar que su coleguita Pedro Sánchez le encomendó la gestión de las residencias. No se pasó por ninguna pero series, lo que se dice series, debió de ver no menos de una decena en los meses de confinamiento total. A las pruebas me remito: su cuenta twitter está plagada de referencias a Netflix y prácticamente desierta de alusiones a esas ratoneras que representaron para nuestros mayores las residencias. El Ministerio de Defensa negó oficialmente el miércoles que, como deslizó en el debate hablando en tercera persona, fuera él quien decidió que la UME fuera a desinfectar estos centros. Miserable, rastrero, mentiroso, torpe y, por si fuera poco, cursi. Lo peor de lo peor. Si alguien tuvo la culpa fue él. Se acabó el debate.


sábado, 16 de enero de 2021

Iglesias nos trae la pobreza energética

 


Eduardo Inda

Que Pablo Iglesias es un presunto delincuente no lo digo yo, lo suscribe en su auto del caso

Dina el magistrado García-Castellón. Que es un mal bicho tampoco es cosa mía, lo aseveran

sus nauseabundos elogios al mundo proetarra o esa «emoción» que expresó al ver cómo

pateaban a un antidisturbios. Que es un mentiroso patológico lo ratifican cientos de

manifestaciones que se demostraron como falsas en menos de lo que canta un gallo. Que es

un machista de Código Penal es una verdad incontrovertible sustentada en esas

declaraciones en el chat interno de Podemos, desvelado por Okdiario en 2016, en las que se

autocalificaba de «marxista devenido en psicópata [aquí, sin que sirva de precedente, no

mintió]» segundos antes de asegurar que le gustaría «azotar a Mariló Montero hasta que

sangrase». Y para ratificar que es un tipo que hace lo contrario de lo que predica, un

demagogo de tres al cuarto, basta con recordar que prometió que nunca dejaría Vallecas y lo

dejó. Que criticaba a los poderosos «que se esconden en sus chalés» de los alrededores de

Madrid y él se compró uno de 1,2 millones por 700.000 euros –curioso, ¿no?–. Que no

cobraría más de tres salarios mínimos y se mete en la butxaca siete. Que odia a la Guardia

Civil y ama al terrorista Otegi pero tiene a la benemérita cuidando de su casoplón. Que

pedía «jarabe democrático» en forma de escraches para el PP y ahora grita «nene, pupa»

porque se los hacen a él. Lo que toda la vida de Dios hemos dado en llamar gentucilla.

También prometió, secundado por Irene Montero, que acabarían con la «pobreza

energética». Uno de los muchos palabros que estos comunistas han introducido con éxito en

el imaginario colectivo ante la pasividad de una ciudadanía que se traga doblada su

propaganda. Aún recuerdo cómo nuestro protagonista bramaba en el Congreso contra Rajoy

por no bajar el IVA de la luz «del 21% al súperreducido del 4% o, al menos, al 10%». O

cómo se quejaba, con razón, por cierto, de que el IVA de la factura eléctrica sea «el mismo

que el de un yate». O cómo la tan enchufada como iletrada de Irene Montero publicaba un

tuit para la historia: «Sólo nosotros podemos hacer que baje la factura de la luz por algo

sencillo: no somos perfectos pero a nosotros no nos compran». Con un par. Que no son

perfectos salta a la vista, tanto como que la electricidad se ha disparado en apenas 10 días

un 38%, un 500% más que ese subidón del «8%» de la era Rajoy que le valió al entonces

presidente un linchamiento público por tierra, mar y aire. Estos no muy aseados estalinistas

son los del escudo social, los que empeñaron su palabra en la protección de los ciudadanos

más vulnerables y los que iban «a acabar con la pobreza energética». Pues bien, donde los

españoles con menos recursos pagaban 100 euros por la luz, ahora tienen que apoquinar

138. Y de bajar el IVA, ni hablamos, ya han anunciado que no se toca. Gracias, Pablo,

gracias Irene. Y ellos, entretanto, viviendo calentitos en el casoplón y disfrutando de los

150.000 pavos que se meten en A anualmente entre pecho y espalda. Y a los pobres,que les den.

viernes, 22 de mayo de 2020

Iglesias: el que nace jeta, muere jeta

Irene Montero y Pablo Iglesias en el Congreso (Foto: Francisco Toledo)

“Papá, dile al mayordomo del que habla el tonto de Pablo Iglesias que me recoja la cena”, me wasapeó mi hijo mayor entre grandes emoticonos de carcajadas el día que “el tonto” del secretario general de Podemos intentó descalificarme en directo en La Sexta Noche. “Tú, Inda”, vociferó fuera de sí después de que le metiera un meneíto verbal a cuenta de la vivienda en España, “no puedes hablar porque tienes mayordomo en casa”. Mi casa no da para tener mayordomo o mayordoma, que diría Irena Montera. Y, además, si pudiera, no lo contrataría jamás, entre otras cosas porque me parece una horterada de nuevo rico, que apostillaría el gran Marhuenda. Al niño de papá metido a político le traicionó el subconsciente porque eso, contar con edecanes a su servicio, es lo que le gustaría a él, clasista como pocos y despectivo con los pobres como ninguno. Ahí tienen ese vídeo en el que se jacta de haber pegado “a gentuza de estrato social inferior”. Debió de ser con ayuda de tíos más grandes que él porque el pájaro no tiene ni media bofetada.
En el fondo, Iglesias es un niño malcriado, un hijo único que no soporta que le repliquen, que le lleven la contraria y que hace sistemáticamente lo contrario de lo que predica. Tiene bemoles que se defina como “un hijo de la clase obrera” el vástago de una pareja que posee seis inmuebles, uno de ellos en ¡¡¡el barrio de Salamanca, el más caro de Madrid!!!, y que no ha de preocuparse por la bajada de las pensiones porque tiene la vida resuelta gracias a papá y a mamá. En el colmo de lo macabro, el amoral caudillo podemita señaló en su tan surrealista como antisintáctico comunicado que la compra del chalete en Galapagar es perfectamente viable para Irene y para él porque sus sesentañeros padres “le dejarán una herencia que nos ayudará”. ¿Qué pretendía decir? ¿Que espera que sus padres mueran para financiar antes y mejor el casoplón de al menos 700.000 euros, 2.000 metros cuadrados de parcela, 270 de vivienda, piscinaca y casa para el servicio? No afirmo, pregunto.
Vayamos por partes. Por un lado, está el apartado ético. Por otro, el legal, que incluye los agujeros negros de una adquisición que tiene más trampas que una película de indios. Yo jamás discutiré que alguien adquiera una casa de 700.000 euros, de 7,7 millones ó 77 si se lo puede permitir y si el parné lo ha obtenido honradamente. Creo en la meritocracia, en el trabajo como motor del progreso individual y colectivo y, en consecuencia, sería tan cínico como él si negase el derecho de él e Irena Montera a vivir donde les dé la realísima gana. Pero es moralmente impresentable haber soltado por esa boquita las cosas que ha soltado acerca de “los ricos”, haber puesto a parir a Luis de Guindos por adquirir un ático más barato (600.000 euros) que su chaletaco, haber defendido ese delito que es la okupación y ahora trincar una vivienda con salón en dos ambientes, baño en el jardín modelo tinaja, alcoba a lo duque de Alba, mármol travertino y huerto pijoprogre.

Por no hablar del coñazo que dan, día sí, día también, acerca de la “emergencia social” que se vive en España. O de esas mentiras que no por repetirlas goebbelsianamente 1.000 veces terminan siendo verdad: “El 25% de los españoles vive en situación de pobreza”. Tal vez es que hablan de Venezuela y la confunden con nuestro país. O de esas okupaciones que tus subordinados en el Ayuntamiento de Madrid, querido Pablo, bendicen con dinero público. O de lo pelmazo que te pusiste prometiendo con Ana Rosa por testigo que continuarías viviendo en Vallecas si un día asaltabas los cielos de La Moncloa. O de cómo te definías como el líder de los “obreros y los desheredados”. O de la que le montaste a Pedro Sánchez en el Parlamento porque “el PSOE ha renunciado a la ‘O’ de “Obrero”? Nos vendiste que eras un tipo pobre, austero y honrado porque vivías en Vallecas pero omitiste que quienes te parieron acumulan ¡¡¡seis casas!!! Por cierto: algún día me explicarás cómo tu señora madre tiene en propiedad una VPO poseyendo otros inmuebles en Madrid. Porque eso tampoco cuadra legalmente.
¿Y qué decir de su clon Irena Montera, que habla y gesticula igual que él y suelta las mismas memeces? La enchufada portavoz de Podemos se define en su currículum del Congreso como “aprendiz de la lucha por el derecho a la vivienda”. Me parto. Yo reclamaría a la digitadísima sustituta de Íñigo Errejón que cambie inmediatamente el texto por un más coherente “catedrática en la lucha por el derecho a la vivienda”. Si Irene ha podido hacerse con un inmueble tan bestia como éste, tú, españolito de a pie, puedes. Claro que puedes. Grítalo bien alto, Juan Español: “¡¡¡Sí se puede!!!”.
Su lucha les ha regalado en tiempo récord un casoplón que cuesta 2.000 euros de hipoteca al mes sin contar el mantenimiento y el servicio. ¿Cómo os lo vais a montar, parejita, un día va a ir al Congreso Irena mientras Pablo se queda en casa limpiando, cocinando, cuidando a los bebés, cultivando el huerto y limpiando la piscina y al siguiente al revés? ¿U os lo vais a montar como todos los burgueses, que cuentan con una persona de servicio o dos? ¿Vais a contratar un mayordomo perfectamente uniformado, Pablete, que os sirva las cenas con Monedero y Echenique mientras exclama “sí, señor”, “sí, don Pablo”? Por cierto: no salen las cuentas. Salvo milagro de los panes y los peces, es física y metafísicamente imposible sufragar con 4.400 euros netos de sueldo entre ambos una vivienda que se chupa un pastizal mensual: 1.700 de hipoteca, más de la mitad para mantenimiento entre piscina, jardinería, electricidad, agua y gas y más de 1.000 si contratan una persona de servicio para echarles una mano con la limpieza del hogar y el cuidado de los niños. Total: 3.700, sin contar IBI ni seguro de la casa. Es decir, que les quedan 500 para vivir. O sea, que se morirán de hambre. Si como dicen ellos un pensionista “no puede vivir con 500 euros al mes”, ¿cómo van a lograrlo ellos que van a ser cuatro?
Antes de disfrutar de tu dacha, me gustaría que aclarases algunas cuestiones. La primera es cómo has conseguido una hipoteca del euríbor + 0,50% cuando nadie en este país puede acceder a esas condiciones, ni siquiera los clientes ricachones y preferenciales, que se tienen que conformar con el 0,80% en el mejor de los casos. La segunda es cómo te las has ingeniado para que la Caja de Ingenieros te otorgue un crédito que representa al menos el 90% del importe total de la vivienda. Ningún banco pasa del 80%. La Caja de Ingenieros, tampoco: nosotros le dimos al simulador, metimos tus datos y todo el rato nos salía en rojo lo mismo: “No puede concederse, excede el 80% del precio total”. Conclusión: tú eres casta, castuza pura y dura, más castuza que nadie. Eres uno más de esos “oligarcas” de los que tanto se te llena la boca cuando mientes por tierra, mar y aire, en la tele, en la radio, en los periódicos o en los mítines. Otra cuestión: ¿cuánto os van a costar las reformas que, según tú, le vais a meter a la vivienda? ¡Ah!, se me olvidaba: ¿estás seguro de que sólo habéis apoquinado 660.000 euros más el 10% de Impuesto de Transmisiones Patrimoniales, actos jurídicos documentados, notaría, registro y gastos, es decir, 726.000? ¿Nos quieres hacer creer que sólo cuesta 700.000 pavos la finquita y el casoplón?
La última y te dejo en paz, que seguramente estás haciendo el mudanzón. ¿Has empleado parcial o totalmente los 272.000 dólares que la dictadura venezolana te transfirió al paraíso fiscal de las Islas Granadinas? O, lo que es lo mismo, ¿has abonado parte de la casa en billetes o ha sido todo en A? Simple curiosidad, amigo. Espero que despejes todas estas dudas porque, en el mientras tanto, todos continuaremos pensando que aquí hay gato encerrado. Tu última jugada es de una inmoralidad infinita, sólo comparable a tus patrañas y a tu demagogia. Ahora quieres que sean los militantes de tu partido los que te blanqueen un casoplón sólo al alcance de los más pudientes sabiendo además, como sabes, cómo metéis el puchero en las votaciones los barandas de Podemos. Tranki, saldrá que “sí”. Basta que los 400 informáticos que tenéis en nómina para calumniarme en la red hagan una buena faena. Dicen que el que nace jeta, muere jeta. Siendo suave hay que concluir que jeta naciste, Pablo, y jeta morirás.

domingo, 4 de noviembre de 2018

Querido ‘Chepas’, perdón ‘Coletas’, perdón, Pablo Iglesias

El Lider de Podemos,Pablo Iglesias en un mitín

Ésta es la macarril forma que emplearías tú para dirigirte a un disidente como yo. Más que nada porque, estalinista bolivariano como eres, te gusta adjudicar motes al discrepante o directamente catalogarlo por sus defectos físicos. Por tanto, repetiré mi salutación no sin antes pedirte disculpas por el experimento del titular.

Querido Pablo Iglesias:
Doy fe del nuevo recadito que me enviaste anteayer vía Twitter, con Federico Jiménez Losantos de augustísimo compañero de viaje. Tronco del alma de los golpistas como eres, transmitiste en tu vomitivo tuit tu “tristeza” por las peticiones de pena de la Fiscalía del Tribunal Supremo a los sujetos que perpetraron el 1-O el año pasado. Lo de siempre: hasta un niño de teta sabe que eres un colaborador de los delincuentes que perpetraron el segundo 23-F de nuestra democracia. Es, ni más ni menos, la prolongación de tu campaña de linchamiento y asesinato civil contra el cerebro de Esradio y Libertad Digital y un servidor. Campaña en la que figuran en primera posición de saludo periodistas de cámara como el autoproclamado “onanista” Risto Mejide, ese Roures a cuyo imperio el FBI acusa de sobornar a directivos de la FIFA y pobres hombres que quieren saltar a la fama a costa de Federico y de mí. “¿La ley es igual para todos en España? No. Mientras raperos y tuiteros son juzgados y condenados, sicarios de las cloacas como Inda o Losantos gozan de impunidad absoluta y privilegios”, apuntas en una clara calumnia e injuria que, obviamente, te costará la pertinente querella.
Mira, majete, tus amiguetes raperos han sido condenados por incitar al odio, por hacer apología del terrorismo y por soltar, entre otras salvajadas, un delictivísimo “mataría a Esperanza Aguirre, pero antes le haría ver cómo su hijo vive entre ratas”. Tu tronko y no menos delincuente Valtonyc sostiene en sus letras que “ETA es una gran nación” o que “hay que poner una soga en el cuello al Rey”. Hay que recordar que ETA es una banda terrorista que asesinó a 850 personas, mutiló o abrasó de por vida a centenares, extorsionó a miles y dejó huérfanos a miles de niños. Un iletrado totalitario como tú es incapaz de entender que en democracia no hay derechos absolutos, bueno, para vosotros sí y obviamente para los demás no. Como sucede en esas tiranías que tan bien conoces.
Querido ‘Chepas’, perdón ‘Coletas’, perdón, Pablo Iglesias