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sábado, 29 de mayo de 2021

El Falcon bien vale un indultazo

 Enrique IV pasó de ser un humilde rey de la Navarra francesa a convertirse en el monarca de todos los franceses. Pero para ello hubo de abjurar del protestantismo y abrazar la fe católica. No se lo pensó ni medio segundo. Suya es una de las frases más célebres de todos los tiempos: «París bien vale una misa». El epítome universal del pragmatismo. Sántxez no será Enrique IV ni en setenta reencarnaciones porque para eso debería ser más culto y, sobre todo, mejor gobernante. A lo que sí gana al hugonote y a todo dios es a desahogo. Lo del indultazo a los golpistas catalanes lo adelantamos hace tiempo pero nunca pensamos que la justificación y la plasmación fuera tan obscena. Lo del presidente parafraseando al delincuente Junqueras, que en el juicio en el Supremo declaró que la condena representaba «una venganza», es vomitivo. Significa tanto como poner en tela de juicio todo el ordenamiento, desde el Código Penal hasta el Civil, pasando por el Mercantil, el Administrativo, la Constitución o cualquier norma de rango menor. Por esa regla de tres es una vendetta meter cadena perpetua al malnacido que asesinó a sus dos hijos con una motosierra, enviar 12 años a la cárcel a un pederasta y encerrar 54 a uno de los islamistas que participaron en el asesinato de 16 ciudadanos en La Rambla. Lo mismo cabría colegir de la ejemplar condena de 30 años decretada en 1982 a los ejecutores, que no cerebros, del 23-F: Milans y Tejero. Lo de Armada, el militar más próximo a Juan Carlos I, quedó en una broma: seis años. El a la sazón presidente, Calvo-Sotelo, expresó su pesar por «la benevolencia» de la sentencia, recurrió y en 1983 el Supremo igualó a los tres. Les impuso tres décadas de reclusión, entre el doble y el triple de la sanción recaída sobre los tejeritos catalanes. O más porque ahí no hubo malversación. Contrasta la lógica dureza de aquella sentencia por rebelión con la impuesta por sedición a gentuza que hizo lo mismo: perpetrar un «putsch» para acabar con el orden constitucional. Por cierto: ni en uno ni en otro caso hubo víctimas mortales. La decencia del superlativo Calvo-Sotelo es inversamente proporcional a la de un Sántxez que no sólo se cisca en el Supremo, en el Estado de Derecho y en la separación de poderes, sino que, además, nos toma por gilipollas.

Su indulto por conveniencia, «autoindulto» en brillante acepción de Marchena, constituye un acto de prevaricación como la copa de un pino. Otorgar una medida de gracia para beneficiarte tú está expresamente prohibido en el artículo 102 de la Constitución. La gravedad de la decisión que va a tomar el peor presidente de la historia es tanto mayor cuanto supone un golpe de Estado sobre el golpe de Estado. Por el Falcon, el Airbus 310, el SúperPuma, el Palacio de La Moncloa, Quintos de Mora y Doñana no puedes cargarte la democracia. En el pecado llevará la penitencia. Tamaña traición no le saldrá gratis electoralmente y espero que tampoco legalmente. A la Sala de lo Contencioso y a su presidente, César Tolosa, nos encomendamos. De su resolución depende que España continúe siendo una democracia de calidad o degenere en «banana republic». No es ninguna broma.

Eduardo Inda


jueves, 11 de marzo de 2021

Inés, tu riqueza será nuestra ruina


Los tres tamayazos autorizados por ella en Madrid, Murcia y Castilla y León, que pueden degenerar en gobiernos socialcomunistas, arruinarán estas tres regiones


EDUARDO INDA

A los que mantenían que Inés Arrimadas hacía la pelota a Pedro Sánchez por “táctica política” como si fuera Golda Meir, Margaret Thatcher o Benazir Bhutto yo les negaba sistemáticamente la mayor. “Ésta está buscando que le den algo porque sabe mejor que nadie que Ciudadanos está literalmente muerto y, además, qué narices, no es una estadista”, replicaba a los unos, a los otros y a los de más allá. No hacía falta ser licenciado cum laude por la Facultad de Politología de Harvard ni gozar del coeficiente intelectual de Albert Einstein. Tan sólo era necesario contemplar atentamente día a día la evolución del romance entre un Partido Socialista con la peor gestión de la pandemia de Occidente, no en vano somos los número 1 per cápita del mundo en número de muertos, y una formación naranja que no tenía ninguna necesidad estratégica de acostarse con el enemigo. Por una elemental razón: sus míseros 10 escaños no eran ni son suficientes para que el primer ministro más inmoral de la España constitucional, Pedro Sánchez —¿quién, si no?—, deje de depender del terrorista Otegi, de Junqueras y de ese súbdito de Nicolás Maduro que es Pablo Iglesias. Aritmética que sí salía con el veredicto de las elecciones de abril de 2019, una oportunidad que Albert Rivera tiró a la basura tras perder el oremus personal y, posteriormente, el político. Que en este caso está meridianamente claro que la gallina fue antes que el huevo. Las últimas generales supusieron para Ciudadanos un Titanic sólo superado en democracia por la UCD de Calvo-Sotelo en octubre de 1982. Los naranjitos quedaron reducidos a la condición de formación residual, ni siquiera podían venderse al mejor postor al haber perdido la condición de bisagra. ¿Y qué hizo Inés Arrimadas de manera rastrera y miserable? Venderse al mejor postor. ¿Cómo, si no, se entiende que la primera vencedora constitucionalista en unas autonómicas catalanas lleve haciendo la pelota a Pedro Sánchez mañana, tarde y noche de un año a esta parte? ¿Cómo se va a transformar una persona tan avispada como ella en una tonta útil si no hay dinero o subvenciones y/o cargos por detrás? Nuestra protagonista es tan consciente como cualquiera de nosotros o más que el presidente del Gobierno que nos ha caído en desgracia no es ni tiene nada que ver con el joven socialdemócrata que conocimos antaño. Ahora es el socio de los proetarras, de los golpistas y de esos podemitas que quieren transformar la cuarta economía de la zona euro en una nación paupérrima pero subsidiada al más puro estilo bolivariano. Las cosas son normalmente lo que parecen. Una persona que defendía ardientemente la Constitución, que denunciaba la dictadura nacionalista en Cataluña y criticaba la normalización de ETA no puede haberse vuelto tan loca como para ahora ir de la mano de quienes abanderan todo eso. Salvo, claro está, que haya tomate. Los tres tamayazos autorizados por ella en Madrid, Murcia y Castilla y León, que pueden degenerar en gobiernos socialcomunistas, arruinarán estas tres regiones y dispararán la carga fiscal hasta límites insoportables. Gracias, Inés, tu riqueza será nuestra miseria. Jamás lo olvidaremos.


sábado, 20 de febrero de 2021

Hasél es el Gobierno, el Gobierno es Hasel

 Los demócratas de este país, la gente de bien, esa España que madruga y que nada tiene que ver con esta sarta de vagos, contemplan anonadados cómo el mundo se vuelve del revés


EDUARDO INDA

Pablo Iglesias es lo que es gracias a la irresponsable actuación de prácticamente todos los medios, que le rieron las gracias, le dieron cobertura y, lo que es peor, regalaron apariencia de normalidad a una anormalidad política, ética y legal como la copa de un pino. Los medios que ahora se quejan amargamente de la saña que les dispensa este protodelincuente, ¡bienvenidos al club!, no tienen derecho a la más mínima queja. Contribuyeron a la creación del monstruo. Sin su concurso seguiría siendo el lumpen que nunca debió dejar de ser. En ningún país occidental serio, periódicos, radios y televisiones se dedican mañana, tarde y noche a promocionar como si fuera una suerte de Mandela redivivo a un individuo de extremísima izquierda. A un maleante que trabajaba de quintacolumnista en Madrid para el mundo proetarra. A un sujeto a sueldo de la narcodictadura venezolana y de esa teocracia iraní que lapida mujeres y cuelga gays. A un ser innoble que instaba a los suyos a «salir a la calle a cazar fachas». A un tipejo que rozó el orgasmo en TV viendo cómo unos terroristas callejeros pateaban a un antidisturbios. De aquellos polvos vienen estos lodos. Entre medias, el abogado putativo de ETA, de los GRAPO y de esa banda terrorista FRAP en la que militó su malencarado padre, salió elegido diputado y, gracias a la estupidez congénita del centroderecha patrio y a la necesidad del amoral Pedro Sánchez, acabó logrando entrar en el Gobierno de España. Ahora todos se llevan las manos a la cabeza porque el pájaro, en su calidad de ¡¡¡nº 3 del Ejecutivo!!!, respalda sin matices al megadelincuente Pablo Hasel. Ahora a todos se le ponen los pelos como escarpias al contemplar cómo el cayetano argentino Echenique, portavoz parlamentario ni más ni menos, muestra «todo» su apoyo «a los jóvenes antifascistas que están pidiendo justicia y libertad de expresión». Los luchadores por la libertad han dejaron heridos a más de 50 policías y el día menos pensado matarán a uno de ellos. El mantra goebbelsiano de esta banda no cuela: al niño de papá Hasel no le han condenado por cantar. No. Le han metido dos años de cárcel por pedir que se ponga un coche bomba a Patxi López, por incitar a la ciudadanía a «clavar un piolet a José Bono en la cabeza» y por invitar a pegar tiros en la nuca a los dirigentes del PP. Esta apelación al terrorismo le costó una primera condena de dos años de cárcel y una segunda de seis meses. El currículum de este hijo de Satanás no queda ahí: le han metido otros 6 meses de prisión por pegar a un reportero de TV3 y dos y medio más por apalear a un ciudadano que declaró en un juicio contra un amigo suyo. Los demócratas de este país, la gente de bien, esa España que madruga y que nada tiene que ver con esta sarta de vagos, contemplan anonadados cómo el mundo se vuelve del revés. Antes los delincuentes tenían en el Gobierno a sus más enconados enemigos. Lo normal en un Estado de Derecho. Ahora cuentan en el Consejo de Ministros con sus más firmes y valiosos defensores. Que Hasel es el Gobierno está claro, la gran duda es si Sánchez va a consentir que el Gobierno sea Hasel. Que parece lo mismo pero no es lo mismo. De momento, es que sí.


viernes, 12 de junio de 2020

Una banda de falsificadores


Eduardo Inda

Nada está peor visto en España que jugar con la muerte, aprovecharse de ella políticamente
o frivolizarla. Nuestros muertos son sagrados, seguramente más que en ningún otro país.
Ésta es una de las mejores costumbres de una nación con demasiadas malas costumbres. La
afición de este Gobierno al embuste es patológica y piramidal. Básicamente, porque Pedro
Sánchez es un mentiroso compulsivo. Hasta ahí todo dentro de lo normal. Estaríamos
simplemente ante un Ejecutivo más mentiroso que los anteriores. Nuestro cabreo se eleva al
infinito cuando comprobamos impotentes cómo esta banda, en soberbia definición de Albert
Rivera, se dedica a falsificar sistemáticamente las cifras de muertos provocados por una
pandemia cuyos efectos multiplicaron exponencialmente al negarse a suspender el 8-M y al
no confinarnos una o dos semanas antes. Las trampas de Sanidad darían para un best-seller,
vamos, que podríamos estar cantándolas y contándolas una semana y no terminaríamos. La
más cantosa de todas fue la que llevó al corresponsal de The New York Times a afear en
directo a nuestro presidente su conducta: «No conozco otro país que haya quitado 2.000
fallecidos de las estadísticas del coronavirus». Sea como fuere, la gran mentira sanchista es
sustancialmente más gorda: se sigue negando a incluir en las cifras oficiales los más de
10.000 decesos que Madrid y Cataluña se sacaron de la chistera hace un mes admitiendo
implícitamente que hasta ese momento habían estado engañando a la ciudadanía. De tal
suerte, que el Ministerio tan sólo contabiliza en estos momentos 27.136 fallecidos por
Covid-19 en los cuatro meses de pandemia. Una cifra a años luz de la real. Si sumamos,
como por ejemplo hace Okdiario, los datos reales de Cataluña y Madrid estaríamos en
40.236. Es decir, 13.000 más, que se dice pronto. Pero si trazamos la comparación entre el
número de fallecidos en estos cuatro meses con los mismos periodos de años anteriores, nos
situaríamos en unos escalofriantes 48.000. Son delictuosamente tramposos: la OMS obliga a
incluir en las estadísticas los casos probados y los probables. Hasta un recién licenciado en
Medicina sabe distinguir un cuadro de coronavirus de una simple gripe. Por no hablar de
ese Fernando Simón asegurando a diario que «en las últimas 24 horas ha habido cero
muertos en España» mientras no pocas comunidades le contradicen. Cruzo los dedos para
que esta mangancia tampoco les salga gratis. Se lo debemos a las víctimas y a sus familias.

lunes, 27 de abril de 2020

Lo que es un bulo es este Gobierno


Lo que es un bulo es este Gobierno






Más allá de la corrupción, nada hay más indeseable en un servidor público que la mentira. Y cuando la mentira se produce sobre la memoria de las vidas que se ha llevado el coronavirus la cosa adquiere tintes moralmente vomitivos. Pedro Sánchez, el gran émulo contemporáneo del Pinocho de Collodi, es un embustero compulsivo. Tal vez ex aequo con el presidente de facto, Pablo Iglesias. Con un matiz: en el coletudo hay un vicio que le caracteriza aún más: el cinismo. El teórico presidente del Gobierno no le dice la verdad ni al médico. Tal vez por eso se ha saltado la cuarentena como se la ha saltado. Toda su vida es un fake. Vendió como gran proeza un doctorado en Economía que había robado por negro interpuesto. Jornadas antes del 10-N juró y perjuró que jamás gobernaría con Pablemos porque «no dormiría tranquilo». Bulo y de los gordos, 24 horas después de los comicios quedó atrapado en el enésimo renuncio.
Y ya entrados en la actual crisis sanitaria ha mentido de lunes a domingos y si no lo ha hecho más es porque la semana no tiene más días. Ha sustituido la verdad por el relato. Aseguró que España fue «el primer país de Occidente en tomar medidas contra el virus». Bulo. Italia lo hizo antes temporalmente y Francia, Hungría, Polonia, Portugal y Grecia le hincaron el diente con cero muertos mientras que España actuó con 288.
La madre de todas las trolas la escupió a sus señorías en sede parlamentaria cuando aseguró que la Universidad de Oxford le daba a nuestro país «la mejor nota de Occidente» en medidas anti-Covid 19. Bulazo. Austria, Rumanía, Francia, Italia, Estonia, Serbia y Croacia están por delante en estos momentos. Pero olvidó resaltar que los británicos nos situaban el 8-M en el puesto 80 por detrás de Afganistán, Botswana y ¡¡¡dos naciones en guerra, Irak y Siria!!!
El último llegó también en sede parlamentaria este miércoles cuando aseveró con su desahogo habitual que España es «uno de los países que más test realiza». Bulo al cubo. Ni siquiera aparecemos en la lista. Y de los fallecidos, qué quieren que les diga. Habla de 23.000 pero no contabiliza los 7.700 extra que han reconocido Madrid y Cataluña. Y lo peor es que él sabe mejor que nadie que ya superamos los 40.000. ¿Queda ya claro quién es el mayor divulgador de bulos del Reino?


domingo, 26 de enero de 2020

Sánchez, prevaricador en potencia




ANALÍSIS DE UNA AMNISTÍA CASI CALCADA A LA DEL 36 CON COMPANYS



Los pueblos que olvidan su historia, la repiten. Vaya si la repiten. En España, o Expaña, que ya no sé muy bien qué somos, estamos patológicamente predestinados a revivir los peores momentos de nuestra historia. Lo que estamos viviendo del 12 de noviembre (jornada del pacto socialcomunista) a esta parte no es que se parezca a lo acontencido aquel febrero de 1936 en el que se constituyó un Frente Popular que nos abocó a la Guerra Civil de la manita de Francisco Franco. No. Es que es una fotocopia de tal calidad que cualquiera diría que son episodios intercambiables a los que tan sólo hay que modificar la identidad de sus protagonistas para que sean literalmente clónicos.
Lluís Companys, presidente de la Generalitat en la Segunda República y jefe de filas de Esquerra Republicana de Catalunya, declaró el Estado Catalán el 6 de octubre de 1934 coincidiendo con la mal llamada Revolución del 34, que de revolución tuvo tan poco como mucho de golpe de Estado de la izquierda tras la victoria de una derecha, agrupada en torno a la CEDA (a ver si aprenden Casado, Abascal y Arrimadas), que no tenía derecho a existir. Vamos, lo mismito que perpetraron ese delincuente que es un Oriol Junqueras al que ahora visten de santo y el golfo de Carles Puigdemont el 27 de octubre de 2017 en el Parlament con esa declaración de independencia que fue el culmen a un golpe de Estado de manual y prácticamente idéntico al de 86 años atrás. El único contraste son, obviamente y como ya he señalado, los actores. Si entonces fue Companys, ahora es Junqueras, con Puigdemont de cobarde coprotagonista.
El Estat Català duró prácticamente lo mismo que la independencia de Cataluña de 2017: un pispás. Con la excusa del ascenso al poder de un Gobierno “fascista y monarquizante [sic]”, lo proclamó el 6 de octubre de 1934 y el 7 todos sus instigadores estaban encarcelados en el buque-prisión Uruguay en el puerto de Barcelona. El golpe de hace dos años lo solventó Mariano Rajoy en menos de 48 horas: el 27 por la tarde se declaró la independencia y el 29 el presidente anunciaba en Moncloa la suspensión de la autonomía echando mano de ese 155 que luego él acabaría desnaturalizando. Tres cuartos de lo mismo sucedió en la República, aunque en este caso el 155 de la época se hizo de rogar bastante más: no llegó hasta el 2 de enero de 1935.


Pero donde no hay prácticamente divergencias, exceptuando el modus operandi, es en el epílogo de una y otra asonada: un periodo de cárcel cortito, no vaya a ser que sus señorías pasen miedito o se les pegue algo malo del resto de los presos, y amnistía que te crió. Entonces, como ahora, fue constituirse el Frente Popular, fruto por cierto del robo de las elecciones del 36, y aprobarse por parte de la ¡¡¡Diputación Permanente de las Cortes!!! una amnistía total para todos los implicados en el levantamiento de 1934. A Companys le mereció la pena subvertir la legalidad: pasó entre rejas únicamente 17 meses de los 30 años a los que fue condenado por rebelión.
Él respondió a la magnanimidad de la Cámara Baja, en la que participó incluso la CEDA, decretando más de 8.129 penas de muerte contra los que él denominaba “enemigos del Estado Catalán”. Religiosos, carlistas, dirigentes de la Lliga Regionalista, militantes de la CEDA y monárquicos fueron los grandes objetivos de la ira de este multiasesino que ahora cuenta con estadio olímpico, estatuas por doquier e infinidad de calles en Cataluña. De su maldad da cuenta el hecho de que se negó a frenar el fusilamiento de mi paisano Manuel Irurita, obispo de Barcelona, que había intercedido por él cuando fue encarcelado y condenado a muerte a caballo de 1934 y 1935.


Junqueras está a cuatro o cinco meses de plantar sus reales en la calle tras el anuncio del Gobierno socialcomunista de rebajar las penas por sedición, casualmente, cuando se está tramitando esa gran prueba de fuego que son para Sánchez los Presupuestos Generales del Estado. Y eso que la prisión no fue precisamente un mal trago ni para Companys ni muy especialmente para Junqueras. El modelo de reclusión con el que se ha obsequiado a Oriol Junqueras en Lledoners se asemeja, salvando las perogrullescas distancias, más al que disfrutó Pablo Escobar en Medellín que al de los otros 60.000 presos que componen la población penitenciaria española. En esto, como desgraciadamente en casi todo y más cuando el Estado está de por medio, siempre ha habido clases. El baranda de ERC no goza de los lujos de los que se benefició el patrón del mal colombiano pero hace lo que le da la realísima gana: da entrevistas cuando se le pasa por el forro de sus caprichos, come a la carta y desde prisión da instrucciones a los secuaces que están más allá de las rejas.
El Tribunal Supremo y Pedro Sánchez han desempeñado esta vez el papel que representaron la Diputación Permanente del Congreso y Manuel Azaña en el peor año de nuestra historia reciente. La Sala Segunda allanó el camino tomándonos por imbéciles al resto de los españoles cuando calificó de “ensoñación” ese pack golpista que conforman las leyes de desconexión, el referéndum ilegal y la declaración de independencia. O, para que todo el mundo lo entienda, de “sueño”. Vamos, que los españoles que (empezando por el Rey) presenciamos un golpe de Estado somos unos fantasiosos, cuando no directamente unos mentirosos, si no unos enfermos mentales.
Despejado el terreno por la Sala Segunda, hubiera sido mucho más farragoso el camino de la amnistía con una condena por rebelión, ahora ha entrado en acción el tipo más desahogado e indecente que se recuerda por estos pagos: Pedro Sánchez. El presidente del Gobierno anuncia una reforma del Código Penal a la carta para rebajar las sanciones por sedición y rebelión. Y, en otro insulto a la inteligencia de sus conciudadanos, nos suelta por boca de la no muy inteligente Carmen Calvo que “es para adecuar nuestra norma a la de otros países europeos” olvidando que en la legislación comparada europea las penas son similares a las contempladas en España y que la reforma del Código Penal del socialista Belloch dejó en 1995 las cosas tal y como están en la actualidad.
Prevaricar es ni más ni menos que “dictar una resolución injusta a sabiendas”. Una definición que se ajusta como anillo al dedo al paso que pretende dar Sánchez con el concurso de sus socios golpistas, proetarras y comunistas. Le da de sobra para reformar el Código Penal que, como todas las leyes orgánicas, precisa de mayoría absoluta. Sus 120 votos, los 35 del hijo putativo de Maduro, los tres de Errejón, los 13 de ERC, los 8 de JxCat, los 6 del PNV, los cinco de Bildu, los dos de la CUP y el único diputado del BNG totalizan 193, muy por encima de la mayoría absoluta.
Emiliano García-Page es el único de las decenas de miles de socialistas estupefactos con la deriva a la que está sometiendo Sánchez al partido que no se calla. El presidente de la Junta de Castilla-La Mancha no le llamó “prevaricador” literalmente pero su amonestación al inquilino de La Moncloa casa a las mil maravillas con ese artículo 404 del Código Penal que castiga estas conductas: “Con los derechos de los españoles, con el Código Penal, no se mercadea, estas cosas no las pueden decidir quienes, aún hoy, siguen diciendo que si pueden, lo volverán a hacer”. Blanco y en botella: el que mercadea con una ley, prevarica. Pues claro. Espero que el centroderecha denuncie en los tribunales al presidente del Gobierno por este brutal, descarado, descarnado e indigno acto de prevaricación. Se irá de rositas porque en este país no hay dios que meta mano a un presidente. Pero al menos cumplirán con su obligación moral. Siempre nos quedará el consuelo de que la historia acabe condenando al felón Sánchez. Y de que sea más pronto que tarde. Porque como apunté hace tres semanas si todo esto no es un golpe de Estado, desde luego se parece un montón.


domingo, 28 de julio de 2019

IGLESIAS: EL QUE NACE JETA, MUERE JETA

IGLESIAS: EL QUE NACE JETA, MUERE JETA
“Papá, dile al mayordomo del que habla el tonto de Pablo Iglesias que me recoja la cena”, me whatsappeó mi hijo mayor entre grandes emoticonos de carcajadas el día que “el tonto” del secretario general de Podemos intentó descalificarme en directo en La Sexta Noche. “Tú, Inda”, vociferó fuera de sí después de que le metiera un meneíto verbal a cuenta de la vivienda en España, “no puedes hablar porque tienes mayordomo en casa”. Mi casa no da para tener mayordomo o mayordoma, que diría Irena Montera.
Y, además, si pudiera, no lo contrataría jamás, entre otras cosas porque me parece una horterada de nuevo rico, que apostillaría el gran Marhuenda. Al niño de papá metido a político le traicionó el subconsciente porque eso, contar con edecanes a su servicio, es lo que le gustaría a él, clasista como pocos y despectivo con los pobres como ninguno. Ahí tienen ese vídeo en el que se jacta de haber pegado “a gentuza de estrato social inferior”. Debió de ser con ayuda de tíos más grandes que él porque el pájaro no tiene ni media bofetada.
En el fondo, Iglesias es un niño malcriado, un hijo único que no soporta que le repliquen, que le lleven la contraria y que hace sistemáticamente lo contrario de lo que predica. Tiene bemoles que se defina como “un hijo de la clase obrera” el vástago de una pareja que posee seis inmuebles, uno de ellos en ¡¡¡el barrio de Salamanca, el más caro de Madrid!!!, y que no ha de preocuparse por la bajada de las pensiones porque tiene la vida resuelta gracias a papá y a mamá. En el colmo de lo macabro, el amoral caudillo podemita señaló en su tan surrealista como antisintáctico comunicado que la compra del chalete en Galapagar es perfectamente viable para Irene y para él porque sus sesentañeros padres “le dejarán una herencia que nos ayudará”. ¿Qué pretendía decir? ¿Que espera que sus padres mueran para financiar antes y mejor el casoplón de al menos 700.000 euros, 2.000 metros cuadrados de parcela, 270 de vivienda, piscinaca y casa para el servicio? No afirmo, pregunto.
Vayamos por partes. Por un lado, está el apartado ético. Por otro, el legal, que incluye los agujeros negros de una adquisición que tiene más trampas que una película de indios. Yo jamás discutiré que alguien adquiera una casa de 700.000 euros, de 7,7 millones ó 77 si se lo puede permitir y si el parné lo ha obtenido honradamente. Creo en la meritocracia, en el trabajo como motor del progreso individual y colectivo y, en consecuencia, sería tan cínico como él si negase el derecho de él e Irena Montera a vivir donde les dé la realísima gana. Pero es moralmente impresentable haber soltado por esa boquita las cosas que ha soltado acerca de “los ricos”, haber puesto a parir a Luis de Guindos por adquirir un ático más barato (600.000 euros) que su chaletaco, haber defendido ese delito que es la okupación y ahora trincar una vivienda con salón en dos ambientes, baño en el jardín modelo tinaja, alcoba a lo duque de Alba, mármol travertino y huerto pijoprogre.
¿Y qué decir de su clon Irena Montera, que habla y gesticula igual que él y suelta las mismas memeces? La enchufada portavoz de Podemos se define en su currículum del Congreso como “aprendiz de la lucha por el derecho a la vivienda”. Me parto. Yo reclamaría a la digitadísima sustituta de Íñigo Errejón que cambie inmediatamente el texto por un más coherente “catedrática en la lucha por el derecho a la vivienda”. Si Irene ha podido hacerse con un inmueble tan bestia como éste, tú, españolito de a pie, puedes. Claro que puedes. Grítalo bien alto, Juan Español: “¡¡¡Sí se puede!!!”.
Antes de disfrutar de tu dacha, me gustaría que aclarases algunas cuestiones. La primera es cómo has conseguido una hipoteca del euríbor + 0,50% cuando nadie en este país puede acceder a esas condiciones, ni siquiera los clientes ricachones y preferenciales, que se tienen que conformar con el 0,80% en el mejor de los casos. La segunda es cómo te las has ingeniado para que la Caja de Ingenieros te otorgue un crédito que representa al menos el 90% del importe total de la vivienda. Ningún banco pasa del 80%.
La Caja de Ingenieros, tampoco: nosotros le dimos al simulador, metimos tus datos y todo el rato nos salía en rojo lo mismo: “No puede concederse, excede el 80% del precio total”. Conclusión: tú eres casta, castuza pura y dura, más castuza que nadie. Eres uno más de esos “oligarcas” de los que tanto se te llena la boca cuando mientes por tierra, mar y aire, en la tele, en la radio, en los periódicos o en los mítines. Otra cuestión: ¿cuánto os van a costar las reformas que, según tú, le vais a meter a la vivienda? ¡Ah!, se me olvidaba: ¿estás seguro de que sólo habéis apoquinado 660.000 euros más el 10% de Impuesto de Transmisiones Patrimoniales, actos jurídicos documentados, notaría, registro y gastos, es decir, 726.000? ¿Nos quieres hacer creer que sólo cuesta 700.000 pavos la finquita y el casoplón?
La última y te dejo en paz, que seguramente estás haciendo el mudanzón. ¿Has empleado parcial o totalmente los 272.000 dólares que la dictadura venezolana te transfirió al paraíso fiscal de las Islas Granadinas? O, lo que es lo mismo, ¿has abonado parte de la casa en billetes o ha sido todo en A? Simple curiosidad, amigo. Espero que despejes todas estas dudas porque, en el mientras tanto, todos continuaremos pensando que aquí hay gato encerrado. Tu última jugada es de una inmoralidad infinita, sólo comparable a tus patrañas y a tu demagogia.
Ahora quieres que sean los militantes de tu partido los que te blanqueen un casoplón sólo al alcance de los más pudientes sabiendo además, como sabes, cómo metéis el puchero en las votaciones los barandas de Podemos. Tranki, saldrá que “sí”. Basta que los 400 informáticos que tenéis en nómina para calumniarme en la red hagan una buena faena. Dicen que el que nace jeta, muere jeta. Siendo suave hay que concluir que jeta naciste, Pablo, y jeta morirá.
Eduardo Inda ( OKdiario )

miércoles, 19 de junio de 2019

Risto, el recadero de la antiEspaña golpista y podemita

No hace falta ser un adicto a la antaño denominada caja tonta ni tampoco gozar de un coeficiente intelectual de 170 para colegir que un programa de TV lleva camino de seis meses de campaña contra un servidor. Injurias y más injurias. Calumnias y más calumnias. Difamación y más difamación. No hay día en que esa basura no me insulte, denigre o atente contra mi honor con una saña nunca antes vista en España. Al punto que hay semanas en las que el 80% del guión tiene la palabra Eduardo Inda u OKDIARIO escrita en letras mayúsculas. El espacio no podía llevar mejor nombre: Todo es mentira.
Todas las mentiras del conductor del programa, Risto Mejide, tienen un objetivo: venderme como si fuera una reencarnación de Belcebú, Bin Laden y Al Capone juntos. Jamás vi una campaña de incitación al odio tan cantosa y casposa. Al punto que tiene ya efecto bumerán contra ellos. Porque cuando estás prácticamente 150 días seguidos intentando asesinar civilmente a alguien pierdes credibilidad porque en el aire queda un tufo horrible a obsesión, a filia patológica, a persecución, a tirria. Vamos, que cualquier persona con dos dedos de frente es consciente de que hay algo personal y político. Que soy una piedra en el camino de intereses espurios y hay que apartarla como sea. En fin, que ya no cuela.
Cuando atacas a alguien todas las jornadas, la inmensa mayoría de ellas sin venir a cuento, quedas desnudo de credibilidad. Al punto que el programa lleva atascado entre el 3% y el 4% de share desde hace meses. O sea, la nada. Eso sí, a mí cada vez me hacen más famoso, lo cual tampoco está nada mal. Y por las ingentes muestras de solidaridad que recibo por escrito, por teléfono o por la calle está meridianamente claro que el tiro les ha salido por la culata.
Todas las mentiras de Risto Mejide salieron a colación desde el minuto 1. Me plantificó allí a Tania Sánchez, la concejal que junto con su padre otorgó (junto a sus compañeros del equipo de gobierno municipal de Izquierda Unida) 1,4 millones de euros públicos de Rivas-Vaciamadrid a su hermano. Lo primero que hizo fue imputarme la paternidad de la noticia. Tuve que apostillarle rápidamente: “Hay que venir con los deberes hechos, esa primicia fue de Abc”. Al César lo que es del César. Tras el renuncio, volvió al ataque: “La Justicia demostró que la noticia era falsa”. Y le tuve que matizar: “No, lo que hizo fue no tramitar la querella del PP”. La ahora miembro de Más Madrid se trastabilló cada vez que le cuestioné si su papá y ella habían votado “sí” a la concesión de 1,4 kilazos al hijito/hermanito. No respondió ni una sola vez porque era y es una verdad incontrovertible. Y, mientras tanto, yo desenmascaraba al embustero presentador mostrando a cámara mis grandes primicias.
T
odas las mentiras de Risto Mejide continuaron cuando me acusó de haber calumniado a Xavier Trias, el corrupto ex alcalde de Barcelona, el amigo del alma del ex presidiario Javier de la Rosa. “Es falso que tuviera cuentas en Suiza”, me soltó el presentador independentista-podemita. No recuerdo si le mostré los pantallazos de la trama offshore del sujeto en tierras helvéticas (consulten OKDIARIO) o simplemente se lo refuté. Lo cierto es que entre la grabación y la emisión salieron los Papeles de Panamá que volvieron a confirmar documentalmente que el convergente escondía dinero ful en Suiza. La querella que nos metió a Esteban Urreiztieta, Fernando Lázaro y al arriba firmante demostró una denuncia falsa porque la perdió por goleada. Curiosamente, su abogado era el mismo que el de los Pujol y los golpistas: Javier Melero, que ha perdido todas las querellas que me ha interpuesto. La de los patriotas suizos Jordi Pujol Soley, Artur Mas y Xavier Trias y las de Felip Puig y los Mossos. Un 0-5 que se parece a la tunda que le metió en 1974 el gran Johan Cruyff a mi Real Madrid del alma en el Bernabéu.
Todas las mentiras de Risto Mejide se gestaron en su retorcida cabeza cuando me negué a firmar la preceptiva autorización para emitir el programa. Dije “sí” cuando subtituló el pasaje de Trias reconociendo que había mentido y retiró otros epígrafes igualmente falsarios. Al final, vio la luz pero con precisiones que no dejaban en el mejor lugar precisamente a este tipo sin ética ni estética. Me la guardó. Pero es mucho más que algo personal. Es una persecución político-personal en la que se mezclan los intereses de la trama mediática del golpe del 1-O, cuyo baranda es el gran enemigo de España, Jaume Roures, y ese Pablo Iglesias que daría todo lo que tiene por verme muerto civilmente y no sé si físicamente. Por cierto: Roures es coleguita de la empresa que produce Todo es Mentira, Minoría Absoluta, propiedad de otro niño mimado de la golpista TV3: Toni Soler.
Todas las mentiras de Risto Mejide se podrían resumir en esa foto de El Confidencial del 26 de junio de 2017 en casa del magnate del fútbol televisado que fue condenado a pagar 21 millones por la Justicia estadounidense por sobornar a dirigentes de la FIFA a través de sus sociedades en paraísos fiscales. Imágenes de una cena en la que se juntaron los enemigos de España: el bello anfitrión, Pablo Iglesias y un tercer actor cuyo nombre lo dice todo: el capo del 1-O, Oriol Junqueras.
Todas las mentiras de Risto Mejide hacen de correa de transmisión de los deseos de acabar con Eduardo Inda de su jefe en la sombra: Pablo Iglesias. ¡Qué casualidad que la manía patológica de los dos sea vincularme al ex comisario Villarejo! No existen las casualidades, simplemente, es que van de tikitaka. Un José Manuel Villarejo que tan cierto es que era fuente nuestra (y de decenas de periodistas de la SER, El País, El Mundo, La Vanguardia, El Confidencial, El Español, Abc, muchas televisiones y un sinfín de radios) como que no debe estar muy contento conmigo. He de recordar que mi exclusiva sobre el doble apuñalamiento de la dermatóloga Elisa Pinto le ha costado una imputación.
Todas las mentiras y toda la trama de Risto Mejide quedaron definitivamente aclaradas por el detective que me puso para intentar hincarme el diente, el torrentesco Juan de Dios Vargas: “Risto quiere pegarle una hostia definitiva”. El anciano Mortadelo valenciano intentó captar para su abyecta causa a uno de los nuestros, Alejandro Entrambasaguas, de 22 años, y al final fue este reportero que dará mucho que hablar en el futuro el que se lo comió con patatas. Al punto que ‘cantó La Traviata’: “No es sólo Risto, Roures también quiere humillar y pegar una hostia a Inda”. Se unen el hambre de vendetta de un Roures cuyas corruptelas ha destapado el número 1 del periodismo de investigación patrio, nuestro Manuel Cerdán, con las ganas de comerme con patatas de Pablo Iglesias y Junqueras y demás golpistas. Por cierto: seguimos esperando a que la Asociación de la Prensa y los colectivos autodenominados progresistas protesten por las palabras dedicadas a Entrambasaguas en directo. “A este chico le van los maduritos”, soltó una contertulia de Todo es Mentira.
Todas las mentiras de Risto Mejide tienen como objetivo amordazarme y que desaparezca de la vida pública. En resumidas cuentas, asesinarme civilmente. No sé lo que pasaría si esto fuera México o la Colombia de Pablo Escobar. ¿Por qué yo? ¿Por qué OKDIARIO? Pues porque si hay un periodista que se ha destacado como adalid de la causa constitucionalista, de la batalla antiseparatista, de la defensa de la legalidad y el Estado de Derecho, de la limpieza en la vida pública y de la lucha contra los bolivarianos podemitas es este menda y los que le acompañan en esta bella singladura periodística.
Lo de menos es Eduardo Inda persona. Les da igual que sea alto, bajo, guapo, feo, gordo, flaco, simpático o antipático. Lo de más es Eduardo Inda personaje. Represento todo lo que ellos detestan: el constitucionalismo, la unidad de España, el periodismo de investigación, la lucha contra el supremacismo y el racismo catanazi, el liberalismo y el antipodemismo. El uno no soporta que pongamos negro sobre blanco las corruptelas de su grupo Mediapro; el otro sabe que soy su bestia negra, la que le sacó los colores con sus cuentas en Granadinas y con su chaletazo de 1,2 millones comprado por 720.000 euros; y el de más allá quiere acabar con todos los que no comulgamos con el golpismo y acabar con la unidad nacional. Ni más ni menos, ni menos ni más. Las patas de las trolas de Risto miden 5 centímetros. El destino y la Justicia los pondrán en su sitio. A él, que es simplemente el machaca, y a sus jefes.
EDUARDO INDA

sábado, 20 de abril de 2019

O llevaremos luto por España

(Veinte motivos para no irse a la playa el 28-A)
No hacía falta que José María Aznar nos recordase desde casa de los Fierro que las del domingo son las elecciones más importantes de nuestra historia reciente. Ya lo había anticipado someramente OKDIARIO en la precampaña y en el banderazo de salida de la carrera del 28-A. Sea como fuere, es menester viralizar este desesperado SOS para que nadie sucumba a la tentación de quedarse en casa tumbado a la bartola o irse a la playa confiando en que otros harán el trabajo de salvar España metiendo la papeleta adecuada.
El que sin duda ha sido el mejor presidente de la democracia acierta, sin embargo, al apostillar éste por otra parte perogrullesco vaticinio: “Si gana la izquierda, habrá un cambio de régimen en España”. Lo cual significa que estamos ante unos comicios más sensibles incluso que las primeras elecciones democráticas, las de 1977, que ésas de 1982 que consumaron la Transición con la victoria de los que habían perdido la guerra o que ese referéndum de 1978 en el que nos regalamos las libertades que hoy día disfrutamos.
La aznariana tesis de que hay que agrupar masivamente el voto en torno al PP, lo dejo a su libre albedrío, querido lector, como no podía ser de otra manera. Tan cierto es que la centralidad de la derecha es Pablo Casado, porque Abascal no hará presidente a Rivera ni Rivera a Abascal, como que en Andalucía todos vaticinaban un castañazo histórico y se conquistó la Junta por primera vez en 38 años de autonomía. Dios o el diablo proveerán.

Se me ocurren 100, 200 o incluso 300 motivos para animar a todos ustedes a no vaguear el domingo próximo. Como quiera que tampoco es cuestión de aburrirles, no vaya a ser que provoque la reacción inversa, ahí van 20 razones para introducir el domingo que viene la papeleta con las siglas del PP, Ciudadanos o Vox:
1.-Unidad de España. Pedro Sánchez ha contestado “no es no” cada vez que le han cuestionado si autorizará un referéndum independentista en Cataluña. Pero ya se sabe: éste no le dice la verdad ni al médico. Sus machacas, comenzando por un Miquel Iceta que hace las veces de sherpa en el asunto catalán, lo han dejado meridianamente claro: “Si el 65% de los catalanes quiere la independencia, la democracia deberá encontrar un mecanismo para encauzar eso”. Blanco y en botella.
2.-Sí es sí al indulto. El todavía presidente del Gobierno no ha echado mano de su recurrente “no es no” cuando el interrogante ha sido otro: “¿Habrá indulto a los golpistas?”. No fui yo sino Pedro Sánchez el que admitió implícitamente que aplicará la gracia presidencial a los delincuentes que se sientan desde hace tres meses en el banquillo del Tribunal Supremo: “Dejen trabajar a los jueces y luego lógicamente tendremos que hablar de política”. Sobra decir que el indulto es uno de los peajes en la sombra de la investidura de Falconetti. Nuevamente, blanco y en botella.
3.-Junqueras. El presidente de ERC también empleó implícitos muy explícitos a la hora de referirse a su aliado Pedro Sánchez. No hace falta ser catedrático en Semántica para interpretar unánimemente las palabras de un Oriol Junqueras al que se permite hacer ruedas de prensa desde prisión mientras se hurta a Vox el derecho a participar en los debates electorales (cosa que sí se permitió a Podemos cuando era extraparlamentario). “Obviamente, preferimos investir otra opción que no investir a un Gobierno de extrema derecha”, apuntó el tejerito catalán. Nada nuevo bajo el sol. Más blanco y en botella aún si cabe.
4.-Otegi. José Luis Rodríguez Zapatero se refirió a este terrorista como “un hombre de paz” en la que constituye la afirmación más vil que jamás escuché a un presidente del Gobierno. Ahora este malnacido etarra es socio preferencial del Grupo Socialista en el Congreso, al que ha ayudado a sacar adelante sus decretazos. El partido que representa a los asesinos de 11 socialistas, Bildu, dio sus dos “síes” a la investidura de un Pedro Sánchez que, tal y como desvela la periodista Lorena Gómez-Lobato en el libro La Moción, acudió raudo y veloz a a agradecer el gesto a los bilduetarras aquel 1 de junio de infausto recuerdo.
5.-155, no es no. El programa de los socialistas subraya, aquí sí que no hay subterfugios, que en ninguna circunstancia aplicarán ese 155 que será mano de santo el día que se implemente como Dios manda para revertir 38 años de dictadura separatista e ilegalidad en Cataluña.
6.-Podemos. Si usted quiere vivir en un país en el que haya ministros a las órdenes de Maduro o de los ayatolás iraníes, ya sabe cómo ha de comportarse el próximo domingo 28: pasando de todo o votando a PSOE o Podemos. Las huestes de ese Pablo Iglesias cuya campaña se resume en dos palabras, “Inda” y “OKDIARIO”, ya han puesto precio al respaldo al secretario general socialista: entrar en el Gobierno de España.
7.-Iglesias ministro del Interior. El político de los piños negros, el que gusta azotar a las mujeres hasta que sangren, el que percibió 272.000 dólares en el paraíso fiscal de Granadinas, el que se compró un casoplón de 1,2 millones por 660.000 euros, ha dejado bien claro que quiere ser ministro del Interior. Acojona sólo de pensarlo. Imagínense a este esbirro de Chávez y Maduro controlando los pinchazos telefónicos, la UDEF, la Policía Judicial, los servicios antiblanqueo o la Guardia Civil. Beria, Hoover y Himmler quedarán reducidos a la condición de aprendices si el coletudo secretario general de Podemos es ministro del Interior.
8.-El fin de la España constitucional. Zapatero asesinó ese Pacto de la Transición que permitió que franquistas como Suárez y comunistas como Carrillo se dieran la mano, mandasen a esparragar el pasado y mirasen al futuro en busca de una España mejor. La Ley de Memoria Histórica es el símbolo de la resurrección del guerracivilismo y el consiguiente apuñalamiento de la España constitucional. El pensamiento único imperante ha provocado la demonización de todos los que no pensamos como ellos.
9.-Guerracivilismo. Last but not least. El fin de la concordia constitucional ha degenerado en la persecución física de los disidentes. Las agresiones, el acoso y los escraches a actos de PP, Ciudadanos y muy especialmente Vox se han convertido en el pan nuestro de cada día. Salvando las distancias, algo parecido a lo que sucedió entre 1933 y 1936 en España con las terribles consecuencias conocidas por todos. ¿Se han percatado en el pequeño gran detalle de que hay ataques de la izquierda a la derecha pero no al revés? ¿Curioso, no?
10.-Legitimación de ETA. Si usted quiere que lo de la banda terrorista quede como una anécdota de la historia, como algo que pasó pero que en realidad no fue para tanto, ya sabe lo que tiene que hacer: irse a la playa o votar PSOE, Podemos o sus asquerosos coleguitas de Bildu. Las incalificables últimas actuaciones de un PSOE que vota con los etarras en el País Vasco son la antesala de la reescritura de una historia que se resume en 857 asesinatos, cientos de huérfanos, miles de heridos, decenas de miles de extorsionados y 250.000 vascos y navarros exiliados.
11.-Independencia del País Vasco. Conozco mejor que nadie al PNV, básicamente, porque mi abuelo y mi madre eran de la formación creada por el racista Sabino Arana. Obviamente, he seguido en primera persona la evolución de un partido antaño gritón de la mano de Xavier Arzalluz y hoy día posibilista al abrigo del moderado Urkullu. El inquilino de Ajuria Enea está haciendo lo mismo que Pujol en su día: arañar competencias y pasta en silencio. El nacionalismo vasco era antes violento y no conseguía nada y el catalán iba de pacíficio y lograba todo. Vamos, que el mundo se ha vuelto del revés. Pero que nadie se engañe: el PNV quiere referéndum de independencia sí o sí. Y esa demanda caerá más pronto que tarde.
12.-Censura. El Tesisgate convirtió a un Pedro Sánchez hasta entonces razonable en su trato con los periodistas en un enemigo de la libertad de expresión. La creación en Moncloa de una oficina destinada a perseguir las fake news, lo cual en principio pinta bien, no es sino un intento de poner en la diana y desacreditar a los medios críticos. El que se porte bien, no tendrá ningún problema, al que desvele escándalos, abusos de poder o mangancias varias se le endosará el sambenito de mentiroso desde Palacio. Franco estaría orgulloso de Pedro Sánchez.
13.-Inmigración. Nada tengo en contra de que vengan extranjeros a ganarse el jornal a España. Entre otras cosas, porque hace no tanto éramos nosotros quienes nos íbamos extramuros a buscarnos la vida. Francia, Alemania, Bélgica y Reino Unido están atestados de Michels García, Pierres Pérez o Karls Martínez. Pero aquí caben los que caben y nuestro Estado de Bienestar da de sí lo que da de sí, no es un chicle que podamos estirar hasta el infinito. A los indecisos basta con proporcionarles un dato: desde que Sánchez irrumpió en Moncloa hemos pasado de 30.000 inmigrantes llegados ilegalmente por mar a cerca de 60.000. A los escépticos, otro: nuestra tasa de inmigrantes, el 13,8% de la población nacional, es superior a la de Alemania (11,9%), Francia (11,6%), Reino Unido (12,4%) y no digamos Italia (9,4%).
14.-Navarra. La coyuntura, y ya no sé si la estructura, en mi tierra es inempeorable. UPN y PP luchan como jabatos en solitario contra un Gobierno, el de Uxue Barcos, que en comandita con los bilduetarras y el silencio cómplice del Partido Socialista ha metido la directa para aplicar la Disposición Transitoria Cuarta de la Constitución. Se lo resumo en pocas palabras a los profanos en la materia: es el mecanismo legal para celebrar un referéndum de anexión de Navarra al País Vasco. Para destrozar la historia. Para consumar un anschluss más pacífico que el de Adolf Hitler, pero anschluss al fin y al cabo.
15.-Corona. La pervivencia de la monarquía constitucional requiere indefectiblemente de dos premisas: que sean ejemplares, cuestión que cumplen a rajatabla Don Felipe y Doña Letizia, y que gobierne la derecha o el PSOE en solitario o con la buena compañía de Ciudadanos. Todo lo demás será un sinvivir para Zarzuela, con los independentistas humillando a los Reyes cada vez que vayan a Cataluña o al País Vasco o Navarra y los podemitas exigiendo un plebisicito Monarquía-República.
16.-PIB. Todo lo que tocan los socialistas lo convierten en ruina. Zapatero nos legó la peor crisis de nuestra historia y Sánchez va camino de hacerle bueno si no lo paramos en las urnas. Conviene recordar que cuando este personaje se hizo con las riendas de España, el 2 de junio del año pasado, crecíamos al 2,9%-3% gracias a un Mariano Rajoy que sentó las bases de una economía sana y longeva en la que la exportación había tomado el testigo al ladrillo. Diez meses y pico después el PIB aumenta a un ritmo del 2,4% aunque todos los servicios de estudios coinciden en que cerraremos 2019 en un 2%. Y gracias. En resumidas cuentas y nunca mejor dicho: 10.000 millones de riqueza menos. La broma Sánchez nos está saliendo muy cara.
17.- Más paro. Esos 10.000 millones de PIB menos significarán 200.000 ó 250.000 parados más. Un drama. La era Sánchez se resume, de momento y hasta que se haga pública la nueva EPA, que será demoledora, en 126.000 parados más. Cabe recordar que la inutilidad del iluminado Zapatero nos llevó a un 26% de paro, los mismos guarismos que Estados Unidos cuando el crack del 29.
18.-Déficit desbocado. Tenemos la peor relación entre gastos e ingresos de los grandes países de la zona euro. El Banco de España prevé un déficit muy superior al 2% este ejercicio frente al 1,3% ordenado por Bruselas. Los brindis al sol en forma de electoralistas decretazos generarán un gasto extra de 12.000 millones o, lo que es lo mismo, un déficit del 2,5%. El ajuste será tremendo. Y el sufrimiento en forma de menos renta disponible y más paro insufrible. Tiempo al tiempo. Ojalá me equivoque.
19.-Más impuestazos. Si usted es masoquista y quiere que le disparen el IRPF, le suban el diésel y le sigan friendo a impuestos en la otra vida vía Sucesiones, vote PSOE, Podemos o quédese en casa. Si considera que su parné está mejor en su bolsillo que en el de la ministra Montero, opte por Partido Popular, C’s o Vox que, por cierto, plantea la oferta fiscal más barata.
20.-Au revoir, Montesquieu. Mucho me temo que si continúan gobernando Sánchez e Iglesias con el apoyo de golpistas y etarras, Montesquieu volverá a la tumba en la que lo metió Alfonso Guerra en 1985. Los ataques al Supremo, ejecutados por los tonton macoute podemitas, se recrudecerán hasta su sometimiento. Y el indulto a los golpistas, bien sea directo, es decir, de iure, bien con beneficios penitenciarios, esto es, de facto, supondrá un golpe casi irreversible a la división de poderes. Seremos el hazmerreír del mundo-mundial: el más alto tribunal dicta una sentencia y el poder político la convierte en papel mojado en menos de lo que canta un gallo.
Concluyo parafraseando a uno de los tipos más geniales que ha parido esta gran nación que aún responde al nombre de España: Manuel Benítez El Cordobés. El día que tomó la alternativa, un sábado de 1963 para la historia, espetó a su hermana Lupe: “O te compro el piso o llevarás luto por mí”. Crucemos los dedos para que el próximo domingo no tengamos que llevar luto por España. En sus manos está, querido amigo. La vagancia, el conformismo, la confianza y anteponer el corazón a la cabeza pueden resultar letales.