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domingo, 13 de marzo de 2022

El Gobierno de Marruecos amenaza a Pedro Sánchez con dar la versión real de la matanza de los trenes del 11M

 

Por Juan Pardo.- Dice el Talmud que quien salva una vida salva al universo entero. Zapatero es parte del universo y si bien merece la pena salvar su vida, mucho más merece que le priven de libertad y de movimientos. Cuando gran parte del universo sabe que la matanza del 11M fue un logro asesino de los servicios secretos franceses en conspiración con parte de los españoles y la banda de Zapatero. Gran parte los españoles y hasta la misma justicia en conspiración con ETA dudan de su autoría y hasta les glorifican.

Más o menos esto es lo que va a decir Mohamed VI, Rey de Marruecos o Saadeddine Othmani, presidente del Gobierno marroquí. No tiene que ver nada la situación de Ceuta, para esclarecer el 11M. Todo se debe a que EEUU le presiona antes de que se haga demasiado viral y se ordene una reconstrucción viral de los hechos en los que para efectos judiciales fueron militares terroristas marroquíes, cuando en realidad, solo fueron obreros de la muerte del Magreb residentes en Francia y España que actuaban por dinero que, además, tampoco sabían la enormidad de la matanza. Prueba de ello es que la mayoría se conocieran después de la masacre.

Hay dos pruebas muy importantes y otras ocho que recomendamos leer en siguientes publicaciones, por las que de inmediato se va a reabrir el caso. El fiscal ocultó y mandó destruir la bomba que no estalló y que hubiese aclarado por su contenido muchos puntos negros de la investigación, entre otros, los fabricantes de las bombas. Su deber era entregar la bomba al juez. Los policías dicen que los entregaron en la comisaría de Vallecas, quien se hizo cargo de su guarda y custodia, dice que los trasladaron a fiscalía –así consta- ¿Por qué no llegaron al juez? Unos funcionarios de la Audiencia dicen que no eran parte del cuerpo del delito ya que no estallaron, otros que corrían mucho peligro –estaba desactivada- no podía explotar ni echándola al fuego. El artefacto se perdió en la mismísima Audiencia.

La segunda prueba: El 11 de marzo de 2004, cuatro trenes saltaron por los aires en Madrid, en el que es el peor atentado terrorista de la historia de España. Al producirse las explosiones, los convoyes se encontraban en las estaciones de Atocha, El Pozo, Santa Eugenia y a la altura de la calle Téllez, cerca de Atocha. En total explotaron diez bombas que causaron la muerte a 193 personas e hirieron a cerca de otras 2.000.

El caso se cerró en falso, porque la instrucción dejó demasiados agujeros negros. Sigue siendo una incógnita, por ejemplo, quién o quiénes fueron los autores intelectuales de los atentados.

“Queda mucho por investigar”, señala Sánchez de Roda, investigador de los hechos, que sólo encuentra una explicación a la destrucción de los trenes tras los atentados: “La única explicación es que había que poner una versión oficial que fuera distinta de la real, y como la real -que eran los trenes propiamente dichos- iba a contradecir la versión oficial, pues había que deshacerlos como fuese”.

La gestión que se hizo de los convoyes del 11-M es incomprensible, y así se pone de manifiesto al compararla con los procedimientos seguidos en el caso del Alvia accidentado en Santiago de Compostela por un exceso de velocidad. No se ha entregado hasta cuatro años después del siniestro, que el juez ha autorizado la devolución de los vagones a Renfe, después de haber realizado todos los informes pertinentes. “Si eso fue así en Santiago”, cuántas más razones más poderosas había para conservar los trenes del 11-M, destrozados por explosiones de origen desconocido y que contenían pruebas irremplazables que podrían conducir a determinar qué había explotado y a identificar a quienes habían perpetrado el atentado”.



jueves, 2 de marzo de 2017

Los informes del 'caso Faisán' y el 11-M han sido borrados de los ordenadores de la Policía


 


 

11M, Faisán, POlicia, Pruebas, PSOE, ETAEl Ministerio del Interior sigue tratando de averiguar el paradero de los polémicos informes desvelados por el que fuera director adjunto operativo de la Policía, Eugenio Pino, que versan sobre casos como el de Marta del Castillo, los atentados del 11-M o el chivatazo policial a ETA en el bar Faisán.Según ha podido saber este periódico, en los últimos días se ha citado a mandos policiales en las dependencias de la Dirección General de la Policía para preguntarles por el paradero de los ya conocidos en círculos de Interior como los informes fantasmas.El nuevo director adjunto operativo (DAO), Florentino Villabona, trata de conocer todo el recorrido de los informes realizados por la Brigada de Análisis y Revisión de Casos (BARC), que ya ha disuelto y que, en entre otros, revisó las pesquisas policiales sobre el 11-M y el chivatazo del Faisán.Entre las gestiones que se han realizado figura la revisión de los ordenadores que utilizaban los integrantes de la brigada, para ver si en los discos duros habían quedado registros de los informes, del material con el que se confeccionaron o algún dato que permita avanzar en su localización. En esta revisión la Policía no ha encontrado nada de los archivos. Al contrario, lo que se han encontrado es que ese material referido al 11-M o al caso Faisán ha desaparecido de esos ordenadores, ha sido borrado.Además, el DAO llamó a su predecesor, Eugenio Pino, para que le explicara el funcionamiento de esta brigada, para que le aportara más datos sobre los informes a los que se refirió en la entrevista con EL MUNDO publicada la semana pasada y para que le diera los documentos o le dijera dónde están esos informes que ahora la Policía no logra encontrar. Pino le dijo que no se llevó copia de ninguno de estos informes.



Eugenio Pino asegura que encargó un informe de revisión del 11-M, Marta del Castillo y el Caso Faisán
Además, el DAO ha llamado al que fuera responsable de la Unidad de Asuntos Internos de la Policía y ahora forma parte de la comisión judicial que investiga el caso del pequeño Nicolás, el comisario Marcelino Martín Blas.Según las fuentes consultadas por este periódico, Martín Blas le explicó al número dos de la Policía que él no tenía en su poder ninguna copia de ese informe y le dijo que desconocía quién lo podía tener. El comisario le comunicó que lo lógico es que el material elaborado por una brigada policial permanezca en los ordenadores de esa brigada y él se desmarcó de las actuaciones de esa brigada y de esos informes.

El número dos de la Policía también se ha reunido con el comisario Martín Blas

Cuando nació la BARC, y ante la falta de dependencias, se instaló provisionalmente en unas oficinas de la Unidad de Asuntos Internos, que entonces dirigía Martín Blas. Posteriormente, ocuparon dependencias policiales en la calle de Santa Engracia de Madrid. Esta unidad estaba bajo el mando directo del entonces DAO, Eugenio Pino.La declaración de este comisario no ha sido la única que se ha producido. Por el despacho del nuevo DAO están pasando otros mandos policiales que están relacionados con la brigada de revisión de casos. Según las fuentes consultadas por este periódico, ninguno ha aportado datos que hayan permitido localizar los informes.El ministro, en una reciente comparecencia, explicó que había solicitado los informes, desvelados por Eugenio Pino en EL MUNDO, y que de momento la Policía le había dicho que no habían aparecido. Juan Ignacio Zoido indicó que, según había podido recomponer, sobre Marta del Castillo no existía informe policial como tal; sobre el 11-M parece que sí, pero que nadie lo tenía; y sobre el documento policial del Faisán, aseguró que existían dos copias, pero que el Ministerio no había obtenido ninguna de ellas y seguía buscándolas.En su comparecencia, el ministro quiso romper cualquier lazo con la anterior cúpula policial y dejó claro que durante su mandato no habrá informes policiales que luego no aparecen ni pendrives fuera de la cadena de custodia judicial, en referencia al soporte informático con material del caso Pujol oficialmente localizado por un policía mientras ordenaba un cajón.

martes, 11 de marzo de 2014

10 años después, 10 preguntas aún sin respuesta sobre los atentados del 11-M

Tal día como hoy hace diez años y exactamente a la misma hora a la que publico esta entrada, estallaba la primera de las bombas de la mayor masacre terrorista de la historia de España, que segó las vidas de 192 personas. Igual que hay aún 314 asesinatos de ETA aún sin resolver -más del 40% de los perpetrados por esa banda terrorista-, en torno al 11-M aún hay importantes preguntas sin respuesta: indico a continuación diez de ellas.
1ª. ¿Quién fue el autor intelectual de la masacre? La sentencia del juicio del 11-M absolvió al único encausado como autor intelectual de esos atentados, Mohamed El Egipcio. Ese hecho sorprendió a los medios internacionales, pero en España, por poner un ejemplo, el diario El País pasó de hablar del autor intelectual a afirmar que esa figura no existía, e incluso llegó a calificarla de “bulo”; sin embargo, cuatro años después El País presentaba a Bin Laden como “principal autor intelectual del 11-S”. Por lo visto, esa figura penal aparece y desaparece según le conviene al diario de PRISA. De igual forma, tras celebrar en junio de 2004 la detención del “autor intelectual”, en 2007 el gobierno de Zapatero calificaba de “invento” esa figura. Un dato curioso, pues la Fiscalía de la Audiencia Nacional había pedido condenar a El Egipcio a 38.952 años de cárcel por ser el autor intelectual del 11-M. ¿Quieren convencernos de que la Fiscalía pidió una condena tan elevada apelando a una figura penal inexistente? Y si así lo creen, ¿por qué no acusan a la Fiscal Olga Sánchez de un delito de prevaricación?
2ª. ¿Por qué se eliminaron tan rápidamente los restos de los trenes? En un procedimiento totalmente irregular, sólo se tardó 4 días en dar esa orden y en el proceso se destruyeron 90 toneladas en muestras, quedando sólo para los peritos unas pocas muestras de entre 3 y 199 gramos de peso. En contraste con la rapidez con la que se destruyeron los trenes del 11-M, el tren del accidente de Angrois, en Santiago, fue custodiado durante seis meses por la Policía en una nave industrial en Padrón. En ese lugar se analizó “minuciosamente”, según la agencia Efe, “cada resquicio de los vagones”. Este celo, lógico ante un suceso de esta naturaleza, hace que resulte aún más inexplicable la rapidez en destruir las pruebas del mayor atentado terrorista de la historia de España.
3ª. ¿Por qué el juez instructor no dejó constancia del foco de explosión hallado en febrero de 2012? Tanto el juez como la Policía y la Guardia Civil conocían su existencia. ¿Qué razón tenían para ocultar un foto que podría haber aportado más muestras sobre los explosivos usados en la masacre?
4ª. ¿Cómo se explica que de las 116 personas detenidas tras los atentados sólo llegasen a juicio 29 y sólo 3 fuesen condenadas por los hechos del 11M? De esos 3 condenados, además, el único español era un confidente policial.
5ª. ¿De dónde salió la famosa mochila de Vallecas, que apareció en una comisaría sin que ningún testigo la hubiese visto en el lugar de los hechos? Ni siquiera el inspector-jefe responsable de la custodia de los bultos la vio antes ni en la Estación del Pozo, de la que supuestamente procedía, ni en la comisaría de Villa de Vallecas ni en el Ifema, por los que supuestamente dicha mochila pasó antes de aparecer en la comisaría de Vallecas. Se da la circunstancia, además, de que esa mochila no estaba preparada para estallar -pues tenía dos cables sueltos- y dentro de ella había metralla. Sin embargo, en ninguno de los cuerpos de las víctimas del 11-M aparecieron restos de metralla, como señaló en 2008 Carmen Baladía, entonces directora del Instituto Anatómico Forense y que fue la que coordinó y supervisó las labores de identificación y las autopsias de las víctimas.
6ª. ¿Por qué no se hicieron autopsias a los terroristas muertos en Leganés? En enero de 2008 Carmen Baladía, que era directora del Instituto Anatómico Forense durante el 11-M, reconoció: “lo cierto y verdad es que en sentido estricto no se hicieron autopsias, se hicieron estudios complementarios”. Con ello se vulneró el Artículo 343 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, que en instrucciones de causa de muerte violenta o sospechosa de criminalidad señala que “aun cuando por la inspección exterior pueda presumirse la causa de la muerte, se procederá a la autopsia del cadáver”.
7ª. ¿Por qué el juez instructor sólo pidió esas autopsias dos años después, cuando ya era imposible realizarlas? ¿No le pareció importante al juez disponer de una prueba científica imprescindible en todo procedimiento judicial sobre un suceso de esa naturaleza?
8ª. ¿Quién fue el autor del bulo de los dos terroristas suicidas que Zapatero y la Cadena SER empezaron a difundir la misma noche del 11-M? Iñaki Gabilondo reconoció en octubre de 2010 que se trató de un error por haber hecho caso a una fuente que consideraba “solvente”. ¿Quién era esa fuente que sirvió para intoxicar a la opinión pública el mismo día de los atentados?
9ª. ¿Cómo se explica el escándalo de las dos rumanas que fueron recompensadas por testificar contra Zougam? Ambas eran amigas. Ambas fueron incapaces de probar que estuviesen en los trenes el 11-M. Ambas reconocieron a Zougam como autor después de ser difundida su foto en todos los medios, a pesar de lo cual ese testimonio se considero clave para condenarle. En el caso de la testigo J-70, acudió a declarar 11 meses después del atentado y 15 días después de que técnicos del Ministerio del Interior la descartasen como víctima, lo que le cerraba las puertas a cobrar una indemnización y a regularizar su situación en España (Rumanía se incorporó a la UE en enero de 2007). Tras declarar contra Zougam, J-70 fue incluida en el listado de víctimas y acabó cobrando 48.000 euros. En cuanto a su amiga, la testigo C-65 hizo una declaración plagada de contradicciones. El marido de C-65 fue reconocido como víctima a pesar de afirmar que viajaba con su cuñado, que sin embargo fue descartado como víctima e incluso fue acusado de un delito de simulación, por hacerse pasar por víctima para cobrar la indemnización. En diciembre de 2011 El Mundo reveló que C-65 y su marido acabaron cobrando 100.000 euros de indemnización y obteniendo la nacionalidad española, y además fueron contratados por una empresa de seguridad propiedad de una persona que mantiene una relación estrechísima con altos mandos de la Policía española. En junio de 2012 se inició una investigación judicial sobre estos hechos, a raíz de la cual en julio de 2013 fuero imputadas por falso testimonio. Llamadas a declarar, en octubre de 2013 se negaron a contestar las preguntas de la juez, de la fiscal y de la acusación particular.
10ª. ¿Por qué el Ministerio del Interior ha condecorado a esas dos rumanas imputadas por falso testimonio? Ayer se conocía la noticia de que se les ha otorgado la Medalla al Mérito Civil. Hay que recordar que fue el propio departamento que dirige Jorge Fernández el que hizo llegar al tribunal que ahora juzga a esas rumanas por falso testimonio el expediente completo de ambas imputadas, relatando unos hechos que eran desconocidos para el tribunal del 11-M cuando valoró su fiabilidad como testigos de esa masacre.
Diez años después de la mayor masacre terrorista de nuestra historia algunos siguen anteponiendo sus intereses políticos -o de otra índole que no quiero ni imaginar- al debido respeto a la verdad y a la memoria de las víctimas. ¿Dónde están ahora los que en las horas siguientes a los atentados salían a la calle a gritar que querían saber “la verdad”? A la vista de todos los hechos relativos a aquella masacre que siguen sin respuesta, ¿Por qué ahora han decidido enmudecer?
En memoria de las victimas de los atentados terroristas en Madrid el 11 de Marzo de 2004