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viernes, 29 de septiembre de 2023

La investidura de Sánchez depende de una lluvia de millones y de perdones

 En el entorno de Pedro Sánchez se muestran seguros de que finalmente habrá acuerdo con Puigdemont y Junqueras. Y que éste llegará en la segunda mitad del mes de octubre.

Finalizado ya el capítulo de la investidura fallida de Alberto Núñez Feijóo, los socialistas retoman las conversaciones y la negociación con los partidos independentistas de Cataluña. El PSOE por su lado y los negociadores de Sumar por el suyo. El objetivo es común, pero cada cual lleva su propia negociación e intercambia sus papeles con la contraparte.

“El acuerdo avanza”, aseguran también desde el independentismo, al tiempo que públicamente afirman que no hay nada que hacer sin autonomía y consulta. Pero, en realidad, pelean por el dinero con uñas y dientes

Aseguran los negociadores de Sumar que ellos también les hacen llegar sus textos a los socialistas, no así a la inversa y que, por el momento, el PSOE no les ofrece respuestas claras. Son los negociadores de Sumar los que parecen tener más clara la vía legal que puede acabar concediendo la amnistía o el “acuerdo político”, como prefieren llamarle, que puede dar lugar a la fumata blanca en la negociación. Está por ver la redacción final y el recorrido que pueda tener posteriormente ante el Tribunal Constitucional.

 

En el entorno del presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, se muestran seguros de que habrá acuerdo y que éste llegará en la segunda mitad del mes de octubre, puesto que Sánchez quiere ser presidente investido ya para cuando se celebre el acto solemne de la jura de la Constitución que efectuará la Princesa de Asturias.

Uno de los negociadores, de hecho, asegura a ESdiario que “si no hemos votado la investidura en el mes de octubre, es que las cosas van peor de lo que esperábamos y que la legislatura puede estar en el aire”. Pero es mayor el optimismo que la depresión en estos momentos, dentro de la izquierda y, en concreto, de aquellos que tienen capacidad decisoria.

Sánchez quiere ser presidente investido ya para cuando se celebre el acto solemne de la jura de la Constitución que efectuará la Princesa de Asturias.

Sin embargo, tanto socialistas, como Sumar e independentistas catalanes no ocultan que el escollo más difícil de salvar, en este momento, es la cuestión económica, la deuda que reclama Cataluña le sea condonada y reconocida por el Estado y, en especial, cómo trasladar eso a uno o varios textos legislativos.

 

Sánchez y Yolanda Díaz, este miércoles en el debate de investidura viendo pasar a Aitor Esteban.

 

Saben los partidos que aspiran a cerrar un Gobierno de coalición de izquierdas que si plantean renovar el caducado e injusto sistema de financiación autonómica actual, tendrán que ser muy convincentes y eso significa ir con la chequera por delante para que las Comunidades Autónomas gobernadas por el PP- un total de 12 de las 17 existentes- voten a favor, por lo que andan buscando todo tipo de particularidades, excepciones y motivos varios para compensar a unos y otros territorios, que estarán en su derecho a reclamar “que hay de lo mío” si el Ejecutivo premia a Cataluña con una lluvia de millones y de perdones.

Aseguran los negociadores de Sumar que ellos también les hacen llegar sus textos a los socialistas, no así a la inversa y que, por el momento, el PSOE no les ofrece respuestas claras. Son los negociadores de Díaz los que parecen tener más clara la vía legal que puede acabar concediendo la amnistía o el “acuerdo político”

Eso, en época de vacas gordas, no resulta excesivamente complicado. Se trataría de acallar posibles críticas con billetes de curso legal. Sin embargo, en el Gobierno temen que la Unión Europea pase definitivamente de la época del riego de dinero y fondos dé paso a una nueva etapa de contención del gasto y fiscalización que puede complicar seriamente los planes y las políticas expansivas a Sánchez y a su titular de Hacienda, María Jesús Montero.

 

“El acuerdo avanza”, aseguran también desde el independentismo, al tiempo que públicamente afirman que no hay nada que hacer sin autonomía y consulta. Pero, en realidad, pelean por el dinero con uñas y dientes, mientras públicamente condicionan las negociaciones a una cuestión de fuero… ¡y dos huevos duros!

ESDIARIO Esther Jaén

miércoles, 8 de enero de 2020

UN GOBIERNO CONTRA ESPAÑA



La sesión de investidura ha evidenciado que lo que Sánchez nos ofrece no es un Gobierno para España, sino un Gobierno contra España. Este hecho estaba ya bastante claro viendo quiénes son los socios con los que el candidato a la Presidencia pretende fraguar esta investidura pero, por si alguien albergaba aún alguna duda, la respuesta del presidente en funciones a la intervención de la portavoz de Bildu, este domingo, terminó por confirmarlo.
La señora Aizpuruaen su infame alocución, nos habló del fascismo, nos pretendió dar lecciones de democracia y derechos humanos y puso blanco sobre negro el chantaje al que los bilduetarras han sometido a Sánchez tanto para apoyar su Gobierno en España, como en la Comunidad Foral de Navarra.
Pero siendo este hecho de una enorme gravedad, no fue lo más relevante. Lo más vergonzoso de la sesión fue la respuesta acomplejadasumisa y cobarde de un aspirante a presidente que ha aparcado cualquier principio moral y ético con el único objetivo de alcanzar el poder como sea.
Que el candidato Sánchez no le aclarase a Aizpurua que fascistas son quienes han asesinado en España a 857 personas sólo por el que hecho de pensar diferente; que no le recordara el sufrimiento que ha causado la extorsión, la amenaza y el miedo que los terroristas de ETA han infligido a las sociedades vasca y navarra, así como al conjunto de la sociedad española durante más de cuatro décadas, y que no le reprochara su negativa a condenar tanto dolor y tanta barbaridad es indigno de un presidente de España. Sobre todo, lo es porque responde a una mera estrategia estrategia de poder.
El Partido Socialista ha tomado una decisión y es la blanquear a Bildu. Lo vimos el pasado mes de agosto en Navarra cuando aceptaron los votos de Bildu para elegir como presidenta de nuestra Comunidad a la señora Chivite, y lo vemos ahora cuando la abstención de Bildu posibilitará también la elección de Sánchez como presidente de España.
Como estamos viendo, el Partido Socialista está dispuesto a traspasar cualquier línea roja de la decencia y a trabajar para que Bildu parezca una fuerza política democrática más sencillamente porque lo necesita para acceder al Gobierno.
Pero a Bildu no se le puede blanquear porque no hay nada más negro en la historia democrática de nuestro país. No hay suficiente pintura para blanquear tanto sufrimiento, tanta indignidad y tanta barbarie.
Tratan de disfrazar de diálogo lo que no es otra cosa que una estrategia indecente de blanqueo y revisten de respeto a la pluralidad lo que no es más que una renuncia a cualquier principio moral con el único objetivo de gobernar a cualquier precio, aunque el precio en este caso se llame España.
Nos esperan tiempos difíciles. No tendremos un Gobierno que piense en el presente y el futuro de nuestro país. Tendremos un presidente dispuesto a vendernos al independentismo para mantener su colchón en la Moncloa pero, por fortuna, la sociedad española ya ha demostrado muchas veces que, a pesar de sus dirigentes y de sus gobernantes, sabe encontrar el mejor futuro.
Sergio Sayas

martes, 7 de enero de 2020

ANATOMÍA DE UN INSTANTE



La verdadera vergüenza no estuvo en el discurso de la portavoz de Bildu. Eso fue sólo el resultado de la generosidad ingenua, o débil, de un régimen de libertades tan permisivo que concede voz y representación a los enemigos que pretenden destruirlo.
La diputada Aizpurua, condenada en su momento por exaltación del terrorismo, no hizo otra cosa que retratar la catadura moral de su partido, heredero legal de una banda de asesinos. Tampoco cabía esperar otra cosa que la benevolencia de la presidenta del Congreso, obsequiosa en la interpretación del reglamento para no molestar a quienes al fin y al cabo debe su puesto.
No: el oprobio para la dignidad del Estado democrático lo provocó la cordialidad con que Pedro Sánchez respondió a la oradora que había escupido sobre la Constitución, denigrado al Rey, humillado a las víctimas, reivindicado a un dirigente condenado por secuestro y calificado de «fraude» al sistema entero.
El servilismo genuflexo con que, lejos de defender las instituciones y el ordenamiento, le agradeció su apoyo, la invitó a desarrollar puntos de encuentro y le dio la bienvenida a su proyecto. Una ignominia semejante carece de precedentes en este Parlamento.
Nunca los testaferros de ETA habían gozado de tal deferencia, ni siquiera durante el proceso negociador de Zapatero. Ni en sus más optimistas sueños hubieran pensado que podían llamarse a más, ni cabía imaginar que un jefe del Gobierno se rebajase a menos. Ésta es, sin embargo, la cruda, amarga realidad del momento.
Le molesta oírlo pero el presidente le va a deber el cargo a los gestores del posterrorismo. Ni Esquerra, ni el señor de Teruel, ni Errejón, ni el Bloque gallego le sirven sin su auxilio. Otro límite roto, otra barrera moral sobrepasada, otro dique político destruido.
Tienen razón Aizpurua, y Pablo Iglesias, y Rufián, cuando se ufanan de haber comenzado la demolición del «régimen del 78» para abrir una nueva etapa. Lo que quizá nunca supusieron es que contarían con la colaboración decisiva del partido que asentó la actual arquitectura democrática, mutado ahora en dinamitero de la legitimidad constitucional, en inexplicable agente ejecutor de su derribo entusiasta.
La antigua socialdemocracia moderada que por unos cuantos votos, prescindibles al existir otra alternativa mayoritaria, ha sido capaz de permitir una exhibición de ruindad en la misma sede de la nación soberana.
Con todo, en esa mañana infame quedó congelada una imagen de reconfortante dignidad sobre la que Javier Cercas podría diseccionar otra «anatomía de un instante».
Fue la de un hombre sentado dándole la espalda a la congresista filoetarra que desde la tribuna arrojaba lodo verbal sobre el intachable legado de su padre.
Se llama Adolfo Suárez, como el protagonista de aquel otro gesto honorable. Y representa todos los ideales de convivencia arrumbados en esta España de Sánchez.
Ignacio Camacho ( ABC )

lunes, 6 de enero de 2020

PSOE: SE BUSCA TRAIDOR: » PUTOS NO FALTAN »



Pedro Sánchez se escandalizó durante el debate de su investidura por haber Inés Arrimadas llamado al transfuguismo. Lo que pasa es que a lo que apelaba la diputada naranja no era a que algún diputado socialista se convirtiera en tránsfuga.
Eso es así cuando el traidor entrega el Gobierno al adversario o permite a éste conservarlo a cambio de alguna prebenda. Para empezar, la líder de Ciudadanos no ofreció nada a cambio. Y, sobre todo, no pretendía que el supuesto tránsfuga la hiciera presidenta a ella, sino tan sólo que evitara que Sánchez entregara España a golpistas y terroristas.
El error de Arrimadas no estuvo en pedir a los socialistas que alguno traicionara a su partido. Eso es algo muy deseable en las circunstancias actuales e hizo bien la líder de Ciudadanos en reclamarlo. El error consistió en hacerlo apelando exclusivamente al patriotismo de los diputados socialistas.
Por amor a España, ningún socialista que haya pasado los filtros que el PSOE pone a los posibles candidatos va a renunciar a nada. Ahora, si lo que se le ofrece es una bicoca que cuantitativamente, medida en moneda contante, sea superior a la que espera recibir por su sumisión a ERC y a ETA, entonces sí habría una oportunidad de encontrar al traidor que España necesita para liberarse de las garras de quienes hoy quieren destruirla.
Todos sabemos que es muy improbable que ningún socialista vote en contra de Sánchez el martes que viene. Pero, de haber alguno dispuesto a hacerlo, no será por patriotismo, sino que lo hará por venalidad. Lo que tendría que haber hecho Arrimadas, si quería tener una esperanza razonable de éxito, no es tratar de despertar el patriotismo de los interpelados, dormido en algunos, muerto en la mayoría e inexistente en los que queden.
Lo que tenía que haber hecho es abrir una suscripción pública para que todos tuviéramos ocasión de financiar la traición que ansiamos los que queremos que España siga unida. El PSOE es un partido donde la corrupción es costumbre y en el que no se asciende si no se está al menos dispuesto a ayudar a ocultar las fechorías de los dirigentes.
Quienes no desean ser encubridores de sobornos, apropiaciones y cohechos no ascienden. Y al final, para tener que ser cómplice de los latrocinios de otros, muchos terminan por convencerse de que es preferible ser autor principal y beneficiarse directamente de las francachelas.
Que se lo digan si no a Javier Guerrero, director general de Trabajo de la época de los ERE, que, siendo testigo de lo mucho que se robó, decidió invertir una pequeña parte del dinero distraído en prostitutas y cocaína, hobbies a los que al parecer era un gran aficionado.
Necesitamos un socialista patriota. Pero, dado que eso no lo vamos a encontrar en el hemiciclo, lo que hay que buscar es uno con alma de traidor suficientemente venal. De esos, habrá de sobra. Lo que nos falta es alguien dispuesto a pagar lo suficiente. Como diría Ricardo Darín en Nueve reinas: «Putos no faltan, lo que faltan son financistas».
Emilio Campmany

Sánchez presidente: se lo debe a los proetarras

Pablo Iglesias besa a la portavoz de los Bilduetarras, Mertxe Aizpurúa 


La investidura del bochorno universal terminó con un mitin encendido del candidato al que, por algún momento, pareció que se le iba a reventar la carótida, según me alertaba un médico que ha seguido con fruición las dos sesiones parlamentarias. El médico reflejaba, sin duda, el ambiente más bronco que se ha visualizado nunca en el Congreso de los Diputados desde el regreso de la democracia.
El protagonista de este domingo arrebatado a las familias para mayor honra y gloria del “presidente indigno”, en opinión de grandes capas de la sociedad española, no fue, contra lo que pueda parecer, el aspirante Pedro Sánchez, fue una diputada del filoterrorismo de ETA, por nombre y apellidos Merche Aizpurua Argala. Esta condenada por apología del terrorismo se permitió en la tribuna insultar y vejar a nuestras instituciones, y con mayor dedicación al Rey. A Felipe VI le llamó sin el menor recato “fascista”. ¿Qué hizo entonces la acólita de Sánchez, la mencionada tantas veces Meritxell Batet, pues nada: construir, como se si tratara de la Señorita Rottenmeier, un alegato en favor de la libertad de expresión que, a su juicio, permite destrozar la reputación del jefe del Estado.
Y, ¿quién es realmente esta “Mertxe” que ha llegado al Parlamento español a ser voz de los antiguos asesinos? Pues esta periodista -en todas las profesionales existen sujetos indeseables- es la misma que durante años fue editora de dos publicaciones directamente vinculadas a la banda criminal: “EGIN” y “Punto y Hora de Euskal Herria”. Desde sus páginas no sólo nunca se condenaron los atentados de los facciosos, sino que los alentaron hasta el punto de organizar colectas para que los presos, que habían sido ya depurados por la Justicia, fueran la solución de continuidad de la dirección de la banda.
“Mertxe” trabajó todo lo que pudo para que, desde una firma colectiva de “EGIN” que atendía por “Mayte Soroa”, se colocaran interminables “dianas” en las que se dibujan los nombres propios de los denominados por ETA “enemigos de Euskal Herria”, o sea de las personas a las que la banda homicida tenía que limpiar directamente el forro. “Mertxe” fue condenada por apología del terrorismo merced a la instrucción que entonces efectuó Baltasar Garzón, ahora al lado de los que incluso estuvieron a punto de matarle. Esta es la individua gracias a la cual (sin los cinco escaños de Bildu Sánchez no sería investido) el PSOE ha perpetrado la mayor traición a España que nunca pueda realizarse.
En horas, la citada Batet acudirá al Palacio de la Zarzuela para comunicar al Rey que Sánchez ya es presidente. No le dirá sin embargo que “su” jefe de Gobierno no tuvo ni la decencia, ni la dignidad, ni la hombría democrática de, siquiera, defenderle de los ataques de la tal “Mertxe”. Sería estupendo (alguna vez tendremos que saberlo) qué opina y siente Felipe VI de todo esto. Sabe, porque tiene más información que cualquiera de nosotros, que este sujeto que ya es presidente “in pectore”, se dispone a barrenar un sistema del cual él, Su Majestad el Rey, es el último eslabón.
El Gobierno de Sánchez está compuesto y ayudado por quienes pretenden destruir a España y antes, en el intermedio, expulsar a la Corona. En horas, Sánchez será efectivo presidente: se lo debe a los proetarras.

Bildu humilla a Sánchez y le deja claro que depende de Otegi

Bildu humilla a Sánchez y le deja claro que depende de Otegi





El candidato socialista no ha defendido al Rey cuando Mertxe Aizpurua se ha permitido llamarle 'fascista' en pocas palabras.

Tras la bochornosa intervención de ayer del portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, en la que se permitió amenazar a Pedro Sánchez con tumbar la legislatura si no hay “mesa de negociación”, este domingo le ha tocado su turno a los socios proetarras del candidato socialista, que han ido por el mismo camino de la humillación a un candidato socialista que se ha vuelto a esconder frente a los ataques de los antidemócratas a España y a sus instituciones.
La vergonzosa intervención de la portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, ha pivotado entre los mantras habituales de los herederos políticos de ETA. La proetarra ha acusado de “autoritario” al Estado Español y se ha permitido decir que la Transición Española -durante la cual hubo decenas de crímenes etarras- no instauró “la verdadera democracia.
Respecto a la investidura, la portavoz bildutarra se lo ha dejado claro a Sánchez: “Sin nuestros votos y sin atender las demandas de nuestras naciones no hay, ni habrá, gobiernos de progreso”  y añadió que el brazo político de ETA lleva “lleva mucho tiempo apelando a que, como naciones que somos, podamos ejercer nuestro derecho a decidir”.
Sánchez ni se inmutó al escuchar estas palabras. Ni siquiera cuando Aizpurua se permitió atacar a la Corona, asegurando que “El monarca apeló claramente a conformar un bloque político capaz de profundizar en la contrarreforma”.
La intervención de la portavoz ha sido recibida este domingo en el Pleno de investidura del candidato socialista, Pedro Sánchez, con gritos de "asesinos" o "terroristas".
Prácticamente desde que ha subido a la tribuna, desde la bancada de la derecha, donde se encuentran ubicados el PP, Vox y Ciudadanos, se ha comenzado a interrumpir a la dirigente de Bildu. La primera vez cuando estaba criticando el discurso del Rey tras el referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017.
Enseguida, se le ha dirigido un "asesinos" desde los escaños de la derecha del hemiciclo e incluso también se ha podido escuchar un "Viva el Rey".
El primer calificativo no ha pasado desapercibido para la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, que ha tenido que intervenir en diversas ocasiones para pedir a sus señorías que guardaran silencio y que respetaran a la diputada que estaba en uso de la palabra.
Aizpurua ya era diputada en la legislatura fallida, aunque es la primera vez que Bildu logra grupo parlamentario propio al sumar cinco diputados y superar el 15% de voto en las tres provincias vascas y en Navarra.