lunes, 6 de enero de 2020

Sánchez presidente: se lo debe a los proetarras

Pablo Iglesias besa a la portavoz de los Bilduetarras, Mertxe Aizpurúa 


La investidura del bochorno universal terminó con un mitin encendido del candidato al que, por algún momento, pareció que se le iba a reventar la carótida, según me alertaba un médico que ha seguido con fruición las dos sesiones parlamentarias. El médico reflejaba, sin duda, el ambiente más bronco que se ha visualizado nunca en el Congreso de los Diputados desde el regreso de la democracia.
El protagonista de este domingo arrebatado a las familias para mayor honra y gloria del “presidente indigno”, en opinión de grandes capas de la sociedad española, no fue, contra lo que pueda parecer, el aspirante Pedro Sánchez, fue una diputada del filoterrorismo de ETA, por nombre y apellidos Merche Aizpurua Argala. Esta condenada por apología del terrorismo se permitió en la tribuna insultar y vejar a nuestras instituciones, y con mayor dedicación al Rey. A Felipe VI le llamó sin el menor recato “fascista”. ¿Qué hizo entonces la acólita de Sánchez, la mencionada tantas veces Meritxell Batet, pues nada: construir, como se si tratara de la Señorita Rottenmeier, un alegato en favor de la libertad de expresión que, a su juicio, permite destrozar la reputación del jefe del Estado.
Y, ¿quién es realmente esta “Mertxe” que ha llegado al Parlamento español a ser voz de los antiguos asesinos? Pues esta periodista -en todas las profesionales existen sujetos indeseables- es la misma que durante años fue editora de dos publicaciones directamente vinculadas a la banda criminal: “EGIN” y “Punto y Hora de Euskal Herria”. Desde sus páginas no sólo nunca se condenaron los atentados de los facciosos, sino que los alentaron hasta el punto de organizar colectas para que los presos, que habían sido ya depurados por la Justicia, fueran la solución de continuidad de la dirección de la banda.
“Mertxe” trabajó todo lo que pudo para que, desde una firma colectiva de “EGIN” que atendía por “Mayte Soroa”, se colocaran interminables “dianas” en las que se dibujan los nombres propios de los denominados por ETA “enemigos de Euskal Herria”, o sea de las personas a las que la banda homicida tenía que limpiar directamente el forro. “Mertxe” fue condenada por apología del terrorismo merced a la instrucción que entonces efectuó Baltasar Garzón, ahora al lado de los que incluso estuvieron a punto de matarle. Esta es la individua gracias a la cual (sin los cinco escaños de Bildu Sánchez no sería investido) el PSOE ha perpetrado la mayor traición a España que nunca pueda realizarse.
En horas, la citada Batet acudirá al Palacio de la Zarzuela para comunicar al Rey que Sánchez ya es presidente. No le dirá sin embargo que “su” jefe de Gobierno no tuvo ni la decencia, ni la dignidad, ni la hombría democrática de, siquiera, defenderle de los ataques de la tal “Mertxe”. Sería estupendo (alguna vez tendremos que saberlo) qué opina y siente Felipe VI de todo esto. Sabe, porque tiene más información que cualquiera de nosotros, que este sujeto que ya es presidente “in pectore”, se dispone a barrenar un sistema del cual él, Su Majestad el Rey, es el último eslabón.
El Gobierno de Sánchez está compuesto y ayudado por quienes pretenden destruir a España y antes, en el intermedio, expulsar a la Corona. En horas, Sánchez será efectivo presidente: se lo debe a los proetarras.

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