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sábado, 13 de marzo de 2021

EUROPA Y EL HORIZONTE JUDICIAL ENFRENTAN A SÁNCHEZ E IGESIAS

 

La manera más fácil de disimular la gestión criminal de este gobierno, es cuando parece que antepone los intereses de España a los propios del gregarismo al que nos han acostumbrado. A estas alturas no engañan.

 En ocasiones parece que normalizan la gestión gubernamental, rebajando la imposición del yugo al que nos han sometido sin escrúpulos. Quizá las presiones desde Bruselas obligan a modificar la actitud de despotismo, como ahora que discuten el destino de los fondos a PYMES y Autónomos después de haber sido abandonados millones de hacendosos ciudadanos durante la pandemia, salvo para exprimirlos fiscalmente. Meras poses obligados por Europa, el salvavidas que nos mantiene a flote y a salvo de la radicalidad bolivariana con la aquiescencia socialista.

 Esa normalidad es una apariencia frente al núcleo corrupto demostrado en la intención de gobernar, incluso dinamitando las instituciones del Estado con un afán intervencionista tras el que se esconde la verdadera ambición golpista desde aquella moción de censura que engañó a todo el país, inaugurando un modo de hacer política basado en la mentira permanente.

Pero cuanto más desgaste van acusando, les conviene gobernar sin ínfulas totalitarias que han caracterizado a Sánchez e Iglesias y más cuando se vislumbra un denso panorama judicial para los comunistas. La libertad de expresión sigue siendo un gravoso inconveniente que Iglesias no ha podido coartar.

 Hasta ahora los desmanes de la corte bolivariana en España disponen de diques de contención que han evitado condenas por delitos de corrupción; si la justicia no estuviese intoxicada ya habría investigaciones en curso, incluso por alta traición, en el caso de que en España existiera tal dignidad de defenderla ante las afrentas de sus enemigos dentro y fuera de nuestras fronteras.

No hemos de olvidar el oscuro caso de las maletas Delcygate y las relaciones inconfesables con Maduro; cómplices incluso en el fraude electoral norteamericano como ha denunciado el general Flynn. Todo es sospecha en el modo de actuar de manera solapada y secreta.

Probablemente de la compra de voluntades-que admitió la embajada de Venezuela-estén pringados hasta el tuétano todas las cabezas visibles de este desgobierno criminal y alguna más en las sombras. Alta traición derivada de las oscuras artes ejercidas por el malabarista de La Moncloa que hasta ahora también ha disfrazado de gestión gubernamental la vileza de entregas territoriales con pactos a espaldas de la ciudadanía. Todo se verá con Marruecos, verbigracia.

 Uno es el aforamiento y otro el PSOE. Esos diques se han debilitado con el paso del tiempo y acabarán cediendo a la presión pese a que la Calvo Poyato haya quitado hierro al asunto de las desavenencias dentro de la coalición. De la vinculación en oscurantistas estrategias se sospechan múltiples irregularidades y solo por ello están obligados a entenderse más allá de las diferencias mostradas en un gobierno de alianza por conveniencias.

Están sujetos por los mismos hilos a fuer de haber incurrido en las planificaciones de corruptelas e intereses sectarios tapándose unos y otros, porque llevan en los genes políticos y personales la tendencia a creer que están por encima de las leyes y del bien y del mal, dotados de una moral tóxica y, por ende, permisiva con el crimen.

Pero esa autosuficiencia se convertirá en el talón de Aquiles cuando las diferencias se conviertan en irreconciliables. Van camino de ello. Si las divergencias se aparcaron para gobernar, cuando peligre el control de Pablo Iglesias sobre sus socios la tendencia será la amenaza y la confrontación interna.

Además, hay una inercia inevitable en que se sumirá el PSOE cuando esté obligado a reaccionar públicamente para disociarse de los hechos delictivos que están siendo investigados en la mesa de los jueces, con los líderes de Podemos en primera línea de la sospecha pública. Eso si no se logra parar la actividad de los tribunales imparciales.

 Las alianzas y pactos del socialismo y el comunismo no están registrados con notario ni publicitados más allá de intereses tabernarios a espaldas de los españoles. Esos pactos secretos podrían resquebrajarse si Pedro Sánchez desconfía de Iglesias que ha dado muestras de cierto nerviosismo; tanto que en sus peroratas ha dejado traslucir la intención de la censura para controlar desde la vicepresidencia a la misma Justicia.

Al PSOE le conviene el disimulo frente al electorado potencial-el escaparate de las elecciones incluso con fraude-y no los indicios de pánico. Aunque no sería extraño que Pedro Sánchez usara la espada de Damocles judicial para controlar a sus peligrosos socios.

 Si hay justicia en España, el tiempo dictará sentencia contra el podemismo con un aluvión de condenas firmes y el partido socialista desgastado. Aunque están en el mismo barco alguno saltará por la borda antes de llegar a puerto.
No porque la agenda de demolición no sea la misma, de esos parejos planes han dado muestra inequívoca de que comparten arbitrarios secretos de convertir a España en la III República, sino porque los tiempos que maneja cada socio de gobierno están desacompasados siendo más ladinos y pacientes los del socialismo a diferencia del de los podemitas, más acelerados en proporción a la criba judicial que amenaza a la formación.
A poco que se pierdan los papeles se notará la dimensión de las grietas que debilitan a este gobierno tramposo contra la democracia.
Mejor que sea así porque de estas guerras intestinas dependerá el futuro de España.
Ignacio Fernández Candela ( El Correo de España )

lunes, 4 de enero de 2021

¿Qué prefieres: La Monarquía de Felipe VI o la República bolivariana de Maduro?

 

Blog de Juan Pardo


  

 Esta es la pregunta a los españoles que la decencia política exigiría plantear a los que claman por un estúpido referéndum Monarquía o República. Depende de qué Monarquía o de qué República se trate. Yo prefiero la República de Finlandia a la Monarquía de Arabia Saudí. Pero prefiero, por supuesto, la Monarquía danesa a la República castrista.

Además, resulta absurdo hacer en España una pregunta sobre esta cuestión. He repasado las encuestas más solventes de este año 2020 que ahora concluye. El resultado me parece concluyente. Solo entre el 0,1% y el 0,3% de las españolas y los españoles sienten preocupación por la Monarquía, mientras el paro supera el 60% y los partidos políticos ocupan el segundo o el tercer lugar entre los diez grandes problemas que agobian a la ciudadanía.

Un sector del Gobierno, los partidos secesionistas vascos y catalanes y los de extrema izquierda, encabezados por el PC, se esfuerzan frenéticamente por crear un problema -Monarquía o República- que no existe en España. Desde hace muchos meses han desencadenado una desmesurada campaña en los medios de comunicación afines contra el Rey padre, pero está claro que el objetivo no es Juan Carlos I, sino Felipe VI y la Monarquía parlamentaria votada abrumadoramente por el pueblo español en 1978, dentro de una Constitución que consagra la democracia pluralista plena y que ha proporcionado a España cuarenta años de paz, de libertad y de prosperidad.

La dimensión de la campaña contra el Rey padre, sustentada en las declaraciones de un policía corrupto y encarcelado y de una aventurera despechada, ha sido de tal calibre que me ha hecho recordar el consejo de Talleyrand a los que defendían sus propósitos institucionales. Pas trop de zèle. No demasiado celo. La gente suele reaccionar contra las exageraciones, las desmesuras y los despropósitos. La obsesiva campaña de las agrupaciones secesionistas, del Partido Comunista y otros de extrema izquierda, así como de un sector del Gobierno, no ha conseguido que el pueblo español sienta la menor preocupación por la cuestión Monarquía o República. El Rey Felipe VI mantiene su alto nivel de popularidad y su discurso navideño, sereno, mesurado, constructivo, se ha visto acompañado por la general aceptación.