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jueves, 20 de enero de 2022

El sistema democrático consiste en aceptar el sentido del voto.

 

 


Cuando el socialista sin afiliar, Ángel Gabilondo aspiraba a arrebatar a Ayuso el sillón presidencial de la Comunidad de Madrid, tuvo la infeliz idea de girar al centro diciendo que “no gobernaría Madrid con este Pablo Iglesias”. Días después, en un debate electoral televisado, el mismo infeliz, al ver frustrado su viaje al centro, dijo dirigiéndose al mismo Pablo Iglesias: “Pablo, tenemos doce días para ganar las elecciones”. ¿Hay mayor desfachatez y descaro? El infeliz Gabilondo se quitó la máscara y hoy es Defensor del Pueblo. Preferimos la defensa del Atleti antes que este Gabipéndulo.

 

Tras dos años de extravío del Gobierno de coalición, en España han sucedido muchos y variados episodios relevantes. En el estricto ámbito de la política gubernamental destaca, por encima de todos, el que la mentira se ha elevado a método de gobierno. Parafraseando a Jean François Revel, la primera de todas las fuerzas que dirigen el Consejo de Ministros es la mentira. Mintieron en los albores del coronavirus para que el feminismo se desparramara por las calles, prosiguieron más tarde con la patraña del número de fallecidos para tapar su ineficacia, nos echaron aquellas trolas de que no iban a dejar a nadie atrás, de que saldríamos más fuertes, de que juntos venceríamos al virus. Siguen en modo trapisonda y en el balance de estos dos años la mentira aparece como la partida de mayor superávit.

 

En ese balance de debe y haber hay otras partidas igualmente inquietantes: nefasta cadena de desaciertos y traspiés, intentos solapados de desmontaje constitucional, amenazas chulescas de censura contra las libertades, presión fiscal confiscatoria sobre la riqueza y desafiante ante el ahorro y, sectarismo en el reparto de los fondos europeos y, por supuesto, caos permanente e insistente descontrol en la gestión de la cosa pública. Pero lo más preocupante para la vida nacional es la tenebrosa y perversa concepción que la coalición socialcomunista alberga sobre la democracia. Pudo apreciarse en aquél ataque a la libertad de expresión en Vallecas. También en aquellas frases intimidatorias, rayanas con la amenaza: “Nunca volverán a formar parte del Consejo de Ministros de este país” o “Si llegasen a gobernar, tendrían huelgas y movilizaciones masivas”, dirigidas a la oposición por dos vicepresidentes del Gobierno. En todo ello se concentra una endiosada y totalitaria visión de la democracia. Legataria de aquella otra perniciosa y degradante idea que sostuvo la Pasionaria cuando le espetó en plenas Cortes de la II República a Calvo Sotelo: “Usted ha hablado aquí por última vez”.

 

Raymond Aron escribió que el sistema democrático consiste básicamente en aceptar la oposición, practicar la tolerancia y el respeto a todos y admitir la competencia pacífica con miras al ejercicio del poder. Que tras más de cuatro décadas de democracia, tengamos que padecer a políticos guerracivilistas que solo conocen de la democracia su sombra, resulta nefasto y peligroso para la convivencia y la concordia. Más que viajar al centro, hay que volver a la reconciliación entre los españoles. Pero con políticos excéntricos, ese reto se torna imposible

Blog de Juan Pardo

miércoles, 13 de octubre de 2021

Madrid recauda el doble que Cataluña y 6 veces más que Comunidad Valenciana

 La recaudación neta de Madrid para el Gobierno central asciende a 64.273 millones de euros. Se trata de la cifra recaudatoria más alta de toda España. El PSOE abordará en su Congreso Nacional de este fin de semana la armonización fiscal entre comunidades autónomas.

sabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid / Europa Press.

El Partido Socialista no pierde de vista a la Comunidad de Madrid, y uno de los temas que abordará en el 40º Congreso Nacional que celebra este fin de semana es la supresión del llamado ‘dumping fiscal’ madrileño. En concreto, el Gobierno tiene puesto el foco en los bajos impuestos que recauda Madrid en Donaciones, Sucesiones y Patrimonio.

La Comunidad de Madrid cuenta con los impuestos más bajos a nivel nacional en estas áreas, algo que no ha impedido que se mantenga, con diferencia, como la comunidad autónoma que más dinero consigue para el Gobierno central.

De acuerdo con las ‘Operaciones de ejecución del Presupuesto del Estado y de sus modificaciones y operaciones de Tesorería’, publicadas por el Gobierno en el Boletín Oficial del Estado (BOE) la comunidad que preside Isabel Díaz Ayuso ha recaudado en lo que va de año 75.683 millones de euros para las arcas del Estado. Esta recaudación, como aclaran desde Hacienda a este diario, representa lo obtenido a través de todos los capítulos de ingresos, los ingresos tributarios y no tributarios.

De esta cifra se le han devuelto 11.410 millones, por lo que la recaudación neta del territorio se mantiene en 64.273 millones de euros. Se trata de la cifra recaudatoria más alta de toda España.

Es más, supone más del doble de lo que recauda Cataluña para el Estado. En la comunidad que preside Pere Aragonés, la recaudación neta en lo que va de año ha sido de 28.565 millones de euros. Además, en su caso, se le han devuelto 7.060 millones de euros.

Las diferencias de recaudación entre Madrid y otros territorios son todavía mayores. El presidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, lideró las protestas autonómicas por el ‘dumping fiscal’ madrileño y propuso un “reequilibrio” de recursos ya que consideraba que Madrid aprovechaba el “efecto capitalidad” para iniciar una carrera de reducción de impuestos que podía tildarse de insolidaria.

A efectos totales, sin embargo, la recaudación de Comunidad Valenciana es seis veces inferior a la de Madrid. En lo que va de año, el Gobierno de Puig ha recaudado 9.865 millones de euros.

Si comparamos la recaudación de Madrid con la de País Vasco (1.691 millones), la comunidad de que preside Isabel Díaz Ayuso aporta 38 veces más dinero neto. La comparativa con el resto de comunidades autónomas queda de la siguiente manera:

  • Galicia: 2.760 millones (23 veces menos que Madrid).
  • Andalucía: 9.738 millones (6 veces menos).
  • Asturias: 1.621 millones (39 veces menos).
  • Cantabria: 1.007 millones (63 veces menos).
  • La Rioja: 578 millones (111 veces menos).
  • Murcia: 1.843 millones (34 veces menos).
  • Aragón: 2.850 millones (22 veces menos).
  • Castilla-La Mancha: 2.114 millones (30 veces menos).
  • Canarias: 1.056 millones (62 veces menos).
  • Navarra: - 142 millones.
  • Extremadura: 950 millones (67 veces menos).
  • Baleares: 2.142 millones (29 veces menos).
  • Castilla y León: 2.991 millones (21 veces menos).

El plan del PSOE para subir impuestos en Madrid

El PSOE abordará en su Congreso Nacional la armonización fiscal entre comunidades autónomas, una propuesta que tiene bajo su punto de mira los impuestos de Patrimonio, Sucesiones y Donaciones.

Las comunidades autónomas tienen cedidas las competencias para estos impuestos, algo que el Gobierno quiere revisar para que no ocurran casos como el de Madrid, que cuenta con tasas bajísimas en estos ámbitos. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ya ha mostrado su interés en subir estos impuestos a principios de 2022.

En Madrid, el impuesto de Patrimonio es prácticamente inexistente, pues cuenta con una bonificación del 100%. En cuanto a los de Sucesiones y Donaciones, en Madrid se paga solo el 1%.

Una de las comunidades autónomas que ha secundado a Puig en su propuesta de armonización fiscal e Extremadura. El presidente extremeño, Guillermo González Vara, sustenta su apoyo en la “fidelidad a nuestra política fiscal, el patriotismo fiscal, la unidad de España", así como en "lo injusto que es la competencia entre desiguales". También argumenta que sin esa armonización se "perpetúa el statu quo, ya que la competencia fiscal a la baja mina la solidaridad interterritorial".

vozpopuli.com.

viernes, 7 de mayo de 2021

Madrid pidió libertad y libertad tiene


En el peor momento de nuestra historia reciente, a los ciudadanos de Madrid se les ha dado a elegir entre políticas "teóricamente" de seguridad y cuidados y la libertad.

Lo primero que un responsable político debe hacer tras unas elecciones es escuchar lo que la ciudadanía ha dicho. Si un político no es capaz de escuchar, si se encierra en la cabina del piloto y desoye todas las señales de alarma mientras los suyos cantan aleluyas, lo más probable es que el asunto acabe mal.

Vayamos al hecho incontestable. En el peor momento de nuestra historia reciente, a los ciudadanos de Madrid se les ha dado a elegir entre políticas “teóricamente” de seguridad y cuidados y la libertad. Han hablado claro, han elegido la libertad. Esta es una excelente noticia para quienes nos decimos liberales. No puede haber otra mejor. El pueblo de Madrid ha elegido el esfuerzo, el mérito y el sudor. Lo legítimo es alegrarse por ello si uno se dice liberal. Hay una inmensa mayoría social que quiere trabajar y salir adelante por su esfuerzo.

Carabanchel vota a Ayuso, pero no se bebe su cerveza: antropología del ayusismo silencioso

Quienes, por convicción, por responsabilidad y por oficio hemos optado en esta grave crisis por los cuidados, por la preservación de la vida y la salud, debemos reflexionar sobre qué significa este hecho. Este hecho no significa que la población prefiera la muerte y la desolación a la ruina. Este hecho tiene más que ver con la percepción, por gran parte de la ciudadanía, de que ambas opciones no eran incompatibles y que el Gobierno central estaba utilizando la pandemia como ariete político, en lugar de asumir sus responsabilidades de cuidar a la población. El Gobierno de Ayuso ha presentado una política propia porque el Gobierno central había abdicado de su responsabilidad, renunciando a explicar los datos y a asumir los costes. El sanchismo ha preferido crear relatos. Relatos que se han revelado ficticios y destinados únicamente a preservar la imagen del presidente más vanidoso y nocivo de nuestra historia. Comités inexistentes, victorias contra el virus reiteradas, informes y evidencias que no se explicaban o directamente se falseaban… Todo eso solo ha generado un enorme descrédito. Además, el descarado uso de la pandemia como arma política y la absoluta falta de empatía han contribuido a desautorizar la acción de un Gobierno que, instalado en la cogobernanza del hortelano, lo único que ha conseguido es disolver el concepto de nación reforzando la imagen de las autonomías y alentando, de paso, el discurso de orgullo local, discurso que ha acabado por darle la puntilla. El país no puede permitirse la pervivencia de un Gobierno que se salta los controles, abusa de la fiscalía, utiliza el Ministerio del Interior... Por tanto, la urgencia hoy es desalojar a Sánchez y a sus socios de la Moncloa. El país no puede permitirse la pervivencia de un Gobierno que se salta los controles, abusa de la fiscalía, utiliza el Ministerio del Interior, desprecia la verdad, deslegitima a medio país e intenta resucitar el guerracivilismo como salvavidas político. El Gobierno de Ábalos, Lastra, Marlaska y Calvo cuestiona los pilares de la democracia liberal. Es necesario apoyarse en el grito de libertad de Madrid para impulsar una política verdaderamente liberal. El Partido Popular y Ciudadanos deben entender que no pueden fallarle a esa inmensa marea de ciudadanos. Libertad es establecer la independencia del Poder Judicial, de la fiscalía y de las instituciones. Libertad es tener gobiernos transparentes con la obligación de responder a las peticiones de información. Libertad es no ampararse en el secreto. Libertad es asegurar el fin del capitalismo clientelar, abrir las agendas públicas, evitar la reciprocidad en las políticas de subvenciones. Libertad es, también, acabar con la discriminación por nacimiento, mediante una educación pública de calidad desde los 0 años. Libertad es abrirnos a la defensa de los derechos humanos con decisión en todo el mundo y en nuestro país.

Libertad es no renunciar a la presunción de inocencia ni aceptar la inversión de la carga de la prueba en ningún tipo de delito. Libertad es asegurar una relación transparente con los medios de comunicación, de tal manera que les aseguremos que no serán mejor o peor tratados por su afinidad con el Gobierno. Libertad es no invadir la Administración pública en todos sus niveles, asegurándonos su profesionalización y su neutralidad. Libertad es instaurar un sistema de evaluación de nuestras políticas públicas para que los ciudadanos tengan medios objetivos para juzgar por sí mismos la eficacia de nuestras medidas. Libertad es que los medios públicos de comunicación no estén controlados por mayorías surgidas del Parlamento. Libertad es, como hemos visto estos días, una Europa fuerte que impida las arbitrariedades de un Gobierno tramposo. Es todo esto, este conjunto programático, lo que nos permite asegurarles a esos ciudadanos que han votado libertad este martes que llegarán tan lejos como les permita su esfuerzo y su capacidad. Esa es la base de nuestro acuerdo con el PP en nuestra comunidad y esa debería ser la base de un acuerdo nacional para alcanzar la irrenunciable obligación de sacar a Sánchez de la Moncloa. Si alguien quisiera hablar de esto, en lugar de los puestos de las listas, tendría mucho ganado para conseguir la suma necesaria para alcanzar el objetivo. Madrid ha gritado libertad, no cerremos nuestros oídos a ese grito.

Francisco Igea

jueves, 29 de abril de 2021

La «jubilación» de Pablo Iglesias

 

El fascismo no ha regresado, porque en España no existió más allá de la marginalidad en el contexto de una dictadura militar


FRANCISCO MARHUENDA

Uno de los aspectos más interesantes de esta campaña es la posible «jubilación» forzosa de Pablo Iglesias. Es algo que puede venir de la mano de dos mujeres con fuerte personalidad: Isabel Díaz Ayuso y Mónica García. Las encuestas muestran que camina con paso firme a la irrelevancia, porque ni conseguiría gobernar ni superar a su peor enemigo que es Errejón y su partido.



En primer lugar, Ayuso, que ahora concita toda su animadversión y está adornada de todos los males, ya conocen ustedes el simplismo del populismo y su búsqueda de enemigos exteriores, consigue ganar claramente y contará con una cómoda mayoría con el apoyo parlamentario de Vox.

La sobreactuación del macho alfa de la izquierda populista muestra la deriva patética de su declive. Cuando se escucha el griterío de sus soflamas ofreciendo un panorama apocalíptico se puede pensar que no se puede pasear por las calles, porque están tomadas por milicias vestidas de uniforme que persiguen a los disidentes.

Esto es lo que sucede en su admirada Venezuela. El fascismo no ha regresado, porque en España no existió más allá de la marginalidad en el contexto de una dictadura militar. El partido único, que era una peculiar amalgama de formaciones e ideologías, no era más que una marioneta al servicio de Franco y no cumple las condiciones que permitirían asignarlo a esta categoría.

Cuando se habla de la dictadura fascista siento pena ante la profunda ignorancia de los que dicen esa estupidez. No se trata de blanquear a un régimen autoritario, sino de ser precisos terminológicamente en el terreno histórico y del derecho constitucional. El problema es que decir tonterías sale gratis. En el caso de Iglesias es más lamentable, porque sabe perfectamente que el franquismo no encaja en la definición de un sistema fascista.

A esto hay que añadir su desfachatez intelectual al apoyar a los regímenes autoritarios de Cuba, Venezuela o Irán mientras arremete contra el centro derecha acusando a sus dirigentes de fascistas. Al varapalo que recibirá de Ayuso se une el ser humillado electoralmente por Mónica García, que le doblará en escaños y votos.

En su concepción egocéntrica resulta incomprensible que no se hubiera sometido gozosa a su voluntad y subsumido en una lista conjunta. En el caso de confirmarse esa irrelevancia solo le quedará esa «jubilación» forzosa, aunque económica y profesionalmente muy jugosa, porque tiene la vida resuelta dedicándose al activismo y a lo televisivo. No es un tema baladí.


domingo, 18 de abril de 2021

Objetivo: dañar Madrid

Señalar a la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, y de paso satisfacer a sus socios de moción de censura y de legislatura se ha convertido en la principal obsesión de Sánchez


El listado de agravios que ha sufrido Madrid en beneficio de Cataluña durante el mandato de Pedro Sánchez es demostrativo de que perjudicar a esa primera comunidad se ha convertido en el objetivo preferente del Partido Socialista en su intento de recuperar poder autonómico. La que expone ABC no es una retahíla virtual de decisiones del Gobierno que darían por sí mismas motivos justificados para que Madrid se comportase con el mismo victimismo lacrimógeno que siempre ha demostrado el independentismo catalán en su exigencia de privilegios frente al resto de autonomías. No lo es. Es una cascada escandalosa de datos objetivos y fácilmente contrastables, basada en un castigo ideológico, político y socioeconómico a la comunidad que más contribuye al PIB nacional. En menos palabras, Pedro Sánchez perjudica a Madrid a sabiendas de que gobierna el Partido Popular desde hace veintiséis años y de que sistemáticamente se le atraganta a la izquierda en las urnas. Por eso, señalar a la actual presidenta, Isabel Díaz Ayuso, y de paso satisfacer a sus socios de moción de censura y de legislatura se ha convertido en la principal obsesión de Sánchez.

El Gobierno no explica por qué margina a Madrid, por ejemplo, con el reparto de fondos de la Unión Europea, ya que esta comunidad recibe el 13 por ciento y Cataluña, el 17, lo que se salda con 422 millones de euros menos. Tampoco explica por qué sale agraviada en la distribución de los fondos estatales para empresas, ya que hasta un 30 por ciento del dinero se transfiere a la Generalitat catalana, regándola con 1.000 millones de euros frente a los 679 destinados a Madrid. Ni por qué recortó de 5.000 a 1.000 millones el plan de Cercanías diseñado en 2018. O por qué en sus primeros presupuestos inyecta a Cataluña un 60 por ciento más de inversiones públicas, o por qué ataca la escuela concertada, que en Madrid aglutina a casi 400.000 alumnos. Agravios innumerables hay incluso en la compra de material sanitario durante la pandemia, y en la justificación de por qué Madrid fue la última autonomía en acceder a la fase 1 de la desescalada. Agravio hay en la imposición a esta autonomía de un estado de alarma a la medida de Moncloa que el Tribunal Superior de Justicia declaró ilegal, o en las razones de qué el aeropuerto de Barajas ha sido un coladero del virus pese a las advertencias desesperadas de la Comunidad. Ni Pedro Sánchez ni ninguno de sus ministros han pasado un solo minuto en el hospital Isabel Zendal o en una residencia de ancianos de Madrid, pero sí han tratado de torpedear las medidas adoptadas por Isabel Díaz Ayuso en favor de la hostelería regional. La información de ABC hoy resulta apabullante.

Sin embargo, no parece estar sirviéndole tanto esfuerzo por ahogar a Madrid mientras Cataluña recibe un dinero que mayoritariamente dedica a gasto identitario. Cuando la ministra de Hacienda anuncia una batería de medidas de ‘armonización fiscal’ diseñada para dar un sablazo a los madrileños, y a las pocas horas es desautorizada por la vicepresidenta económica de su propio Gobierno; o cuando Ángel Gabilondo niega que vaya a subir los impuestos que sí le exige Sánchez, el resultado no deja de ser un reconocimiento implícito de que en el PSOE hay un debate fallido sobre la idea de que dañar a Madrid es inútil en términos electorales. Quizás el PSOE debía valorar si esa es la razón por la que lleva más de dos décadas sin gobernar. Mejor le iría si ‘armonizase’ como en el País Vasco o Navarra.

 Editorial ABC

viernes, 2 de abril de 2021

Ojo con el subidón

 

El exceso de confianza del PP de Madrid tiene algo de peligro: puede ser el caldo de cultivo para un feo error en la campaña

Ana I. Sánchez

Pablo Iglesias no parece haber entendido que la gente, así en general, le aborrece. No solo los votantes de PP y Vox, sino también los del PSOE y no digamos los de Errejón. En lugar de ser un revulsivo o catalizador para los electores de izquierda, su candidatura siembra dudas entre muchos que queriendo una opción progresista, sienten pavor ante la posibilidad de que su papeleta sirva para convertir a Iglesias en vicepresidente de la Comunidad de Madrid mediante un pacto post-electoral. Hasta tal punto está bullendo esta idea que Ángel Gabilondo tiene que ir diciendo que no pactará con el líder de Unidas Podemos. El marco, en efecto, no podía ser mejor para el PP. Las encuestas acompañan, Ciudadanos se descompone, el exvicepresidente segundo revuelve el voto más centrado y favorece la unión conservadora en torno a Isabel Díaz Ayuso. La exultación recorre al Partido Popular madrileño ante las próximas elecciones del 4 de mayo y, especialmente, a su baronesa. No sin razón pero sí con un punto de peligrosidad. Este tipo de crecimientos emocionales suelen ser el caldo de cultivo perfecto para acabar cometiendo un feo error durante la campaña. Y Díaz Ayuso, ya de por sí, tiene cierta facilidad para lanzar declaraciones poco medidas. A ello se une que su política de hostelería abierta y bienvenida a los turistas requiere una gestión quirúrgica que no parece que se esté aplicando. Es una segunda bomba de relojería que puede acabar estallando en el peor momento para los populares.

Por muy bien que apunte todo, una sonada metedura de pata en los días previos a las elecciones puede ser suficiente para que las cosas se le tuerzan a la presidenta madrileña. No hay que olvidar que por más que Ángel Gabilondo lo diga y lo repita, no hay quien se crea que no va a pactar con Iglesias si los votos de éste le dan la llave para gobernar la Comunidad de Madrid. ¿La izquierda dejando que la derecha siga en el poder por no pactar entre sí cuando están aliados en La Moncloa? Menudo cuento. Este tipo de compromisos en campaña, cuando no se sabe cuál será el resultado y qué opciones existirán el día después de las elecciones supone prometer algo sin saber si se podrá cumplir y, por tanto, tomarle el pelo a la ciudadanía.

Aún con todo en contra, es posible que Pablo Iglesias solo necesite un error de Díaz Ayuso y un escaño que le convierta en necesario para subirse al gobierno de la Comunidad de Madrid, llevando de la mano a su fichaje estrella del sindicato de manteros. Mucho ojo con el subidón de euforia y el exceso de confianza de aquí al 4-M. A ver si en lugar de que los españoles tengan que dar las gracias a baronesa madrileña por sacar a Iglesias del Gobierno de España, los madrileños acaben recriminándole que se coloque en la Puerta del Sol.


domingo, 28 de marzo de 2021

El fracaso de Iglesias, una victoria de Sánchez


Icono correo

No hay duda de que la batalla de Madrid es muy importante para el futuro de España. Una derrota de la izquierda sería demoledora para el gobierno socialista-comunista. En este sentido, la decisión de Iglesias de abandonar una vicepresidencia sin contenido obedece, precisamente, a la necesidad de salvar a su partido del hundimiento. Hace unos días, las encuestas mostraban que bajaría del cinco por ciento y quedaría fuera de la asamblea madrileña. Era previsible que Más Madrid y su odiado Errejón consiguieran el voto de la izquierda radical, porque el perfil de sus candidatos y la labor realizada les hacen más atractivos. El paso del tiempo castiga con gran dureza a Iglesias y Montero, que se han convertido en las caras más visibles de Podemos, que ha perdido los contrapesos que representaban los que se han ido o sufrido la brutal depuración al estilo estalinista. El hundimiento en Madrid, donde nació el movimiento que crearon, precisamente, Iglesias y Errejón, significaría su acta de defunción. Nada le quedaría al todavía vicepresidente segundo y generaría unas grandes turbulencias en el gobierno de coalición. Por ello, ha tenido que encabezar la lista en un agónico intento por salvar a su partido.

Es difícil saber si el activista Iglesias, sin el lastre que arrastraba por los oropeles de la vicepresidencia, será capaz de superar a Errejón, que es lo único que le interesa. En cualquier caso, al igual que hará una campaña sucia y dura contra Ayuso y el centro derecha, es lógico que le respondan con Galapagar, su patrimonio y el nulo balance de su presencia en el Gobierno. Es fácil insistir en la catástrofe de un gobierno socialista-comunista controlado por La Moncloa. Estamos ante una campaña que será tan dura como bronca, porque la izquierda es inmisericorde y manipuladora en estas cuestiones. El propio Sánchez pedía ayer la «máxima movilización progresista», para que Madrid no «caiga en manos de la coalición de la ultraderecha». El problema es que muchos madrileños no quieren que acabe en manos de la ultraizquierda. Una cosa es la socialdemocracia y otra muy distinta son los comunistas, anticapitalistas y antisistema que marcarán el paso de un hipotético gobierno encabezado por Gabilondo. Este es el grave dilema que hay que afrontar en estas elecciones.

Lo de sacar a pasear al espantajo de Vox era algo tan evidente que a los votantes de centroderecha les da la risa, porque Rocío Monasterio no provoca ningún temor y nadie la ve como una «facha» peligrosa. No conozco ningún cargo electo de esta formación, y como es normal conozco a muchos, me sucede lo mismo con populares, socialistas o comunistas, que responda al tipo ultra que sí existe en otros países europeos. Por regla general, son catedráticos, altos funcionarios de la Administración, militares, empresarios, jueces, médicos… ninguno es un peligroso ultraderechista salvo en la imaginación delirante de comunistas, antisistema y socialistas radicales. En cualquier caso, no quieren pactar con los herederos de ETA o los independentistas que sueñan con destruir España. Estos son mucho más peligrosos que una derecha conservadora y patriótica. A diferencia de Podemos y sus socios no quieren emprender una revolución, con proceso constituyente incluido, para imponer una república bolivariana al estilo de Venezuela o Cuba.

Madrid se ha convertido en la trinchera para defender la España constitucional que no quiere ser una marioneta en manos de Iglesias, Junqueras, Puigdemont y Otegi. La pérdida de la comunidad el 4 de mayo fortalecería a Podemos y a los socios más deleznables del gobierno, mientras que la continuidad en manos del centro derecha permitirá que siga siendo el contrapeso frente a los excesos y errores gubernamentales. En el fondo, es lo que más le conviene a Sánchez para caminar hacia el bipartidismo imperfecto que tanto le gusta y sobre todo añora. El fracaso de Iglesias sería una victoria para el líder del PSOE, porque la experiencia de gobierno no ha podido ser más desastrosa. Ahora podrá dormir tranquilo mientras su enemigo vuelve al activismo callejero y la política diletante de la revolución imaginada en el bar en la facultad.

Cuando Sánchez habla de progreso y progresismo estamos ante una indebida apropiación, por intereses partidistas, de unas ideas que no son privativas de la izquierda. Es más, las políticas socialistas siempre han sido un fracaso en el terreno económico y han dejado España sumida en crisis muy graves. En lo social, han respondido al duro adoctrinamiento ideológico que tanto les gusta y que no son necesariamente un signo de progreso, sino, precisamente, de retroceso. Esto no significa que no hayan realizado cosas positivas, pero los balances han sido muy malos, aunque siempre les ha beneficiado su capacidad propagandística y la simpatía de intelectuales, artistas y periodistas que son magníficos compañeros de viaje.

Iglesias ha conseguido polarizar la campaña favoreciendo la movilización masiva del centroderecha, aunque es posible que salve a su partido de la desaparición. No creo que consiga, en cambio, ganar a Errejón y esto le dejará muy tocado. Hay que tener en cuenta que en el resto de España está mal, porque son confluencias, cuando no las ha perdido, las que se mantienen sin que Iglesias tenga influencia sobre ellas. La búsqueda del plebiscito es algo muy característico de los caudillos populistas como el líder de Podemos, pero muchas veces acaban teniendo un efecto contrario al deseado. Los ataques contra Ayuso son una gran baza electoral para ella, porque la desmesura les resta credibilidad. Es lo que ha sucedido con la gestión de la pandemia, la realidad económica frente al desastre del gobierno o el éxito del hospital Isabel Zendal que ha sido el blanco inconsistente de las iras de socialistas y podemitas. Es lo que sucede, también, cuando se buscan tensiones en un PP que camina unido para conseguir la victoria de Ayuso, porque será, también, de Pablo Casado.

sábado, 27 de marzo de 2021

El Gobierno, contra España


Mientras en Cataluña se gesta un nuevo golpe, el Ejecutivo dedica sus esfuerzos a la ofensiva contra Ayuso

Isabel San SebastiánIsabel San Sebastián

No es posible encontrar en toda la geografía planetaria un sindiós semejante al que se produce en España, donde el Gobierno de la nación lleva meses en guerra contra la comunidad que alberga su capital y tira del resto del país en calidad de locomotora económica. Madrid no es ya solo la presa codiciada por una izquierda incapaz de ganarla en buena lid en las urnas; se ha convertido en una obsesión a la que se supedita desde la política sanitaria hasta la de ayudas a los sectores más castigados por el Covid, sin olvidar la fiscalidad o la educación. Madrid es el bastión de la libertad, el mérito, el esfuerzo y la excelencia, incompatibles con el modelo de igualación a la baja que pretende imponernos Frankenstein. Madrid es, de lejos, la autonomía más solidaria de cuantas integran el Estado, en coherencia con su incuestionable lealtad a la Constitución. Y Madrid se caracteriza también por abrir los brazos a todos los españoles deseosos de probar aquí fortuna, lo que choca frontalmente con el supremacismo que constituye el santo y seña de los socios en los que se apoyan el PSOE y Podemos para ocupar La Moncloa. Por eso el Ejecutivo el pleno dedica sus mejores esfuerzos a la ofensiva desatada contra Isabel Díaz Ayuso.

En Barcelona se está gestando una nueva intentona golpista a cargo de los independentistas llamados a formar gobierno. Lo proclaman a los cuatro vientos sus líderes, cuya única discrepancia estriba en cómo se reparten el dinero destinado a sufragarla, y abre boca la presidenta de su Parlamento, saltándose la legalidad al permitir votar a un fugado. En vista de lo cual, la ministra de Hacienda anuncia que premiará a Cataluña con 300 millones más de ayudas que a la Comunidad de Madrid, a la que obligará a subir los impuestos por ser la única que resiste al descalabro del PIB nacional. Valencia se une al club de los excluyentes e impone el valenciano en sus oposiciones a la función pública, expulsando de ellas al resto de los españoles. Sigue así los pasos de la muy ‘educada’ Celaá, célebre por proscribir la lengua española de la ley que lleva su nombre y mofarse en el Congreso de un diputado popular que defendía la utilidad de los centros de educación especial apelando al ejemplo de su propia hija, Andrea, con síndrome de Down. En Murcia unos tránsfugas de Ciudadanos entregan el consistorio a los socialistas, con el apoyo de los morados, pero el hasta ayer vicepresidente Iglesias, hoy candidato a la derrota, acusa de comprar votos al PP. La titular de Igualdad hace el ridículo diciendo que la suya no es una ciudad segura para las mujeres, y la de Sanidad, cuyo fracaso con las vacunas es clamoroso, urde planes para obligar a cerrar a la hostelería radicada en la capital, coincidiendo con el arranque de la campaña electoral. Creen que atacan a Madrid, pero a quien hunden es a España.


miércoles, 17 de marzo de 2021

IGLESIAS BAJO LA ARENA DE MADRID

 

Madrid tiene la oportunidad histórica de borrar a esa impresentable chusma que odia la democracia y teme la voz de las urnas.

Me cuentan de primera mano que no gustó a Pablo Iglesias el acercamiento entre Ciudadanos y el PSOE en Murcia. Entendió que podría convertirse en un reguero de pólvora por las Españas. Lo de Díaz Ayuso, disolviendo la Asamblea, ya fue para Pablo ‘moña’ algo así como lo son las banderillas negras para el inquieto e indómito morlaco. Vislumbraba la desaparición de Podemos y eso era demasiado: primero el País Vasco, después Galicia…

¿Y ahora Madrid? No podía ser así, de ahí que optara por saltar al ruedo dejando la vicepresidencia en la que sólo ha cosechado miles de muertos, fracasos de gestión, fraudes a la ciudadanía, destrozos del escudo social y causas judiciales.

Conociendo los destrozos que ha sufrido la formación de extrema izquierda, con la consiguiente humillación a la Policía y a la Guardia Civil, confío en que no tenga representación en Madrid. Hay que ser muy cafre para depositar el voto en una formación dañina, violenta y proterrorista que, además, se encuentra muy cómoda enmarañando la convivencia, engañando, insultando y aventando odio por doquier.

Por eso, Madrid debe ser la tumba definitiva del comunismo, algo que pide a gritos la UE. No por casualidad, condenó al comunismo por sus cien millones de muertos y sus atrocidades en el mundo.

Pablo Iglesias, va a combatir en Madrid intentando sacar a la calle a sus huestes violentas, ejército de okupas y ‘tronchabordillos’, militantes vagueados e incendiarios de la convivencia, la paz y la concordia. La comunidad de Madrid tiene la oportunidad histórica de borrar de su mapa comunitario a esa impresentable chusma que anhela el fin de la democracia y teme la voz de las urnas.

Salvo la habitual torpeza de la izquierda involucionista, la ciudadanía madrileña va a votar libertad frente al comunismo y a su acólito, el socialismo. Y, por si alguien no lo sabe, quiero recordar que tras Díaz Ayuso se parapeta el mejor profesional de la comunicación, capaz de sentar en Moncloa a un burdégano o a un gaznápiro. Alguien a quien los asesores, Redondo y Cuadrado, temen como a un nublado de verano.

Los madrileños supieron en 1808 quién era el enemigo de España, al igual que saben ahora quién es el virus de la convivencia, el coronavirus bolivariano del casoplón, el vago renqueante, la degenerada nueva casta y el mentiroso de tertulia. Plena confianza me da la flamante ‘flautista de Hamelín’, Isabel Díaz Ayuso, que sabrá dónde y cómo desplazar a las ratas. Está muy equivocado Pablo Iglesias si piensa que el mejor fuego es el que se enciende más rápidamente. Al tiempo.

Sospecho que Iglesias no dejará el escaño del Congreso de los Diputados para poder seguir con la tendenciosa manipulación y las prebendas de la casta roja. Sabe que su fin político está a la vuelta de la esquina y que ese día será el rechinar de dientes del arcaico comunismo.

Ni siquiera los represivos y jóvenes ‘Ahumadas’ protegerán su valla y la ciudadanía podrá pasear tranquilamente por esa calle; la misma que ahora es ocasionalmente privada y, para muchos galapagueños, senda maldita.

¿Hay que elegir entre populismo y chavismo o democracia y libertad? Pues sí, así es. La extrema izquierda no cree en la democracia ni en el sector público; no hay más que mirar sus algarabías frente al Hospital Enfermera Isabel Zendal y la fabricación de pruebas falsas.

En este momento, Pablo Iglesias está más ‘quemao’ que las sardinas del infierno. Madrid lo pondrá en su sitio y en primer tiempo de saludo; máxime, tras sus declaraciones de odio contra esa Comunidad y los lugareños.

Pedro Sánchez tiene un ultimátum para romper con el comunismo en su Gobierno. La Unión Europea congelará las ayudas económicas a España hasta ver que cumple con su compromiso; de ahí que Pablo haya anunciado su marcha con una simple llamada a Sánchez, antes de que regresara el presidente con la orden europea de cortar por lo sano. Lo sabía, de ahí su reacción y la convulsión que ha creado en el Gobierno, chulería incluida.

¿Chulería? Pues sí, porque cree que lo va a resolver “nombrando” a sus sustitutas: ni Belarra ni la ministra de Trabajo han dado la talla. Son ‘pájaras’ de mal agüero que nadie quiere cerca: al menos así lo han manifestado las ministras del PSOE en más de una ocasión.

El escándalo del SEPE, el nuevo millón de parados, el fracaso del IMV y la advertencia obrera tras los meneos a su coche oficial hablan en contra de la sindicalista gallega. En el caso de la navarra, Belarra, tiene en contra su amorfa gestión y el continuado papel de ‘azafata’ de Pablo, con lo que genera plena desconfianza y encendida desilusión. Sépase, además, que es Sánchez quien hace los nombramientos, nunca el ‘marqués’ de la moña.

Por cierto, antes de que se cabree la adulterada y sectaria siniestra, “moña” no lo escribimos como insulto ni de forma despectiva. En el s. XIX, los toreros dejaban crecer la coleta que trenzaban en un moño, llamado moña.

También era un peinado habitual de algunas mujeres mayores de la segunda mitad del siglo XX.

Jesús Salamanca Alonso ( El Correo de España )

domingo, 27 de diciembre de 2020

Intencionadamente, Pablo Iglesias y su lugarteniente Pedro Sánchez, propagan la variante inglesa del COVID por Madrid

 



Todo tiene un principio y un fin, pero en este caso, el objetivo es dañar el buen hacer de Díaz Ayuso y que la “fiesta del Covid” no decaiga.  Los primeros cuatro casos con la variante británica de coronavirus han entrado en España a través del aeropuerto madrileño.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha cargado contra la "irresponsabilidad" del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, por no hacer del aeropuerto de Barajas "un lugar seguro", lo que ha permitido la nueva variante británica de coronavirus entre en la región.

Díaz Ayuso, que ha hecho una visita a Toledo acompañada del presidente del PP de Castilla-La Mancha, Paco Núñez, ha recordado que desde hace más de seis meses "por carta, en conferencias de presidentes y en persona" ha reclamado a Sánchez "hacer del aeropuerto Madrid-Barajas un lugar seguro".

Pero "ahora hemos vuelto a conocer que apenas se realizan PCR y que están entrando, como coladero, casos contagiosos, como por ejemplo el caso británico que estamos conociendo", ha reprochado la presidenta madrileña en alusión a los cuatro casos detectados de la nueva cepa británica del COVID en la Comunidad de Madrid.

Ayuso también la lamentado que "esta Nochebuena las familias madrileñas podrían haberse reunido con mucha más tranquilidad, habiéndose hecho un test de antígenos en su farmacia más cercana, y es algo que todavía no nos han dejado, después de más de un mes solicitándolo, cuando es una solución que tienen muchísimos otros países".

La presidenta madrileña ha denunciado "la irresponsabilidad de Pedro Sánchez en estos últimos meses, en los que no tenemos información de nada y donde, además, el número de las vacunas vuelve otra vez a la baja". En este sentido, también ha criticado la gestión del Gobierno con respecto a las vacunas: "En principio iban a ser para 300.000 personas, luego ya para 65.000", por lo que se iban a destinar a las residencias de ancianos, "y ahora van a ser mil y pico, en contadas ocasiones..." Así es muy complicado proteger a nuestros ciudadanos", ha aseverado la presidenta de la Comunidad de Madrid.

Ha insistido en denunciar "esa irresponsabilidad" y ha demandado "que de una vez permitan a los ciudadanos protegerse a través del aeropuerto y a través de las farmacias, para poder salir adelante a través de la vacuna, que visto lo visto, va a tardar bastante tiempo todavía".

sábado, 5 de diciembre de 2020

Ayuso critica que el "chavista" Iglesias diga quién está en la democracia

 redaccion@20minutos.es (EFE)

Ayuso Ayuso

La presidenta de Madrid, Isabel Díaz-Ayuso, ha criticado que un "chavista" como Pablo Iglesias diga en España quién está dentro o fuera de la Constitución y ha defendido que "a este tipo de políticos hay que apartarles".

"Hoy un chavista como él ha decidido quién está dentro o no dentro la democracia. Un chavista en España dice a los demás quién o no está en la democracia y esto es inaceptable y a este tipo de políticos hay que apartarles", ha dicho en un acto del PP de Madrid por el 42 aniversario de la Constitución.

Ayuso ha contestado de esta forma al vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, que este sábado ha situado al PP fuera de la democracia por querer excluir a EH Bildu y ERC de la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).

La presidenta, que ha llamado a los suyos a hacer "autocrítica", ha señalado que la culpa de que Iglesias pueda decir esas cosas la tienen "todos" los que se han "apoyado de una otra manera en un nacionalismo infecto que durante años ha servido de bisagra, pero que les ha hecho cada vez mas fuertes".

Convencida de que "hoy todo ha enloquecido", ha asegurado que "ya les están diciendo a los navarros que les van a anexionar al País Vasco y les van a robar su autonomía" y ha lamentado que los presupuestos de todos los españoles "se pacten en una cárcel" y que el "etarra" Otegui sea un "hombre de Estado para el Gobierno".

A su juicio, el freno para todos estos desmanes es "la monarquía, Madrid, la justicia y sobre todo la Constitución Española, que es el peor antídoto para este tipo de política".

En esa línea, ha dicho que ha llegado la hora de decidir qué puede hacer el PP "para que cuatro no nos cambien España por la puerta de atrás, y además con mucho odio", y que es "el momento de arrinconarlos cada vez más" porque ellos "son mucho menos por muy revolucionarios y muy organizados que estén".

En el mismo acto, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, se ha preguntado "dónde está la izquierda que había en España en 1978, que creía en la reconciliación y en los valores comunes" y en declaraciones posteriores ha arremetido contra Iglesias por su "arrogancia, chulería y altanería".

No obstante, ha apuntado que el hecho de que diga que los populares están fuera de la Carta Magna es la mejor prueba de que son "un baluarte firme en defensa de la Constitución".

Tras incidir en que "en la Constitución cabemos todos" y en que "con Madrid no van a poder", el alcalde ha llamado a "caminar juntos" a todos los que creen en el modelo constitucional.

"A la mayoría silenciosa que asiste atónita a este gobierno de Podemos que pacta con Bildu y ERC, con la complicidad de Pedro Sánchez, le digo que si creemos en el modelo constitucional caminaremos juntos cualquiera que sea vuestra opción política y de pensamiento, porque lo importante es España, los españoles, la democracia y el Estado de derecho", ha ofrecido

lunes, 11 de mayo de 2020

SÁNCHEZ E IGLESIAS SE MOFAN DE LA DEMOCRACIA



Hasta ahora había pensado que el Gobierno era un compendio de inepcia y sectarismo trufado de soberbia, pero con la información de la que vamos disponiendo he llegado a la conclusión de que la cosa es infinitamente más grave.
El tándem Sánchez-Iglesias no actúa a humo de pajas, no se equivoca. Nadie erraría tan a menudo y siempre en la misma dirección. No me atreveré a afirmar que estén consintiendo deliberadamente la muerte de millares de ciudadanos indefensos, pero sí estoy convencida de que han calculado perfectamente los réditos políticos que pueden obtener del miedo que atenaza a buena parte de la población, así como de la hecatombe económica que se avecina y la crisis social subsiguiente, que están decididos a explotar sin el menor escrúpulo.
Lo diré todavía más claro: al presidente y su número dos les viene bien esta pandemia porque pretenden aprovecharla para aniquilar nuestras libertades en aras de consolidar su permanencia en el poder.
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias se mofan de la democracia. Sólo así se comprende que mantengan en secreto los nombres de los integrantes de ese fantasmagórico «comité de expertos» en cuyas manos están nuestras vidas, movimientos y haciendas.
En cualquier otro país acostumbrado al imperio de la ley y la soberanía popular tal pretensión chocaría con un rechazo frontal de la oposición, los medios de comunicación y los tribunales, al unísono.
En España, la primera está dividida, en buena medida merced a las artimañas desplegadas desde La Moncloa para enfrentar unos partidos con otros, el Constitucional se inclina inevitablemente a favor del Ejecutivo de turno y casi todas las televisiones, que son las que mueven el voto, reproducen, obedientes, la voz del amo gubernamental.
El Gran Hermano decide quién nos vigila y qué nos permite, dependiendo de su conveniencia. El Gran Hermano determina lo que necesitamos saber. El Gran Hermano dispone de una coartada de lujo para controlar cualquier acción susceptible de dañar su imagen.
Y cuando alguien se permite rechistar, como ha hecho con valentía Isabel Díaz Ayuso, el Gran Hermano la fulmina.
La Comunidad de Madrid ilustra a la perfección la absoluta arbitrariedad con la que actúa ese sanedrín misterioso al servicio de quien lo ha nombrado y no de la ciudadanía. Mientras el País Vasco obtiene licencia para organizar la desescalada a su antojo, incluido el regreso de los niños al colegio, a los madrileños se les castiga porque los gobierna el PP.
No solo es el perfecto chivo expiatorio de la negligencia mostrada en todo momento por el Ministerio de Sanidad (ahí está el miserable tuit del Partido Socialista, principal impulsor de las criminales marchas del 8-M, señalando a la Comunidad como ejemplo de «gestión ineficaz e irresponsable ante la crisis del Covid»), sino que constituye el principal objetivo político a batir.
Madrid no levantará cabeza, no eludirá la ruina que el dúo Sánchez-Iglesias ha decretado para toda España. Se hundirá junto a las demás regiones para que sobre sus cenizas se alce el fénix social-comunista que ansía tenernos eternamente bajo su bota.
¿De qué otro modo se explica el nombramiento del secretario general del PCE como vicepresidente primero de la Comisión parlamentaria llamada a dirigir la reconstrucción? ¿Qué clase de «reconstrucción» va a fomentar un ferviente admirador de Lenin? Dependiendo de las circunstancias, se jacta en una entrevista, él también asaltaría la Zarzuela y pasaría a la Familia Real por las armas.
Si entre todos no lo frenamos, eso es lo que nos espera.
S SE MOFAN DE LA DEMOCRACIA
Isabel San Sebastián  ( ABC )