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jueves, 12 de mayo de 2016

Malestar en IU por la candidatura del ex Jemad en Almería: «Esto es una provocación»

 
La coordinadora federal en Almería: «Nos molesta que nos traigan a un hombre de la guerra y de la OTAN»
Rosalía Martín: «Si quieren traer al mono Amedio que lo traigan, pero esto es una provocación»
 

 



 

 
Juan Carlos Monedero conversa con Julio Rodríguez - EFE
                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                          
La coordinadora provincial de IU en Almería, Rosalía Martín, ha rechazado este lunes que el ex Jefe del Estado Mayor de la Defensa Julio Rodríguez ocupe el primer puesto de la candidatura de Podemos al Congreso por la provincia. «Nos molesta que nos traigan a un hombre de la guerra y de la OTAN».
«Si quieren traer al mono Amedio que lo traigan, pero esto es una provocación», ha dicho la dirigente provincial de IU en declaraciones a la Cadena Ser, tras asegurar que están «interviniendo» para tratar de que Podemos cambie a la persona que encabezará la lista por Almería, de manera que se han producido contactos con la dirección regional del partido con el fin de que se dialogue con la formación morada para que cambie de opinión.
La coordinadora provincial ha asegurado que al partido, cuyas bases en Almería ha aprobado con el 89,05 por ciento de los votos el acuerdo electoral para el 26-J, no le importara que la persona que encabezara la lista fuera de otra provincia, si bien ha confesado estar «molesta» por la «provocación» que a su juicio supone colocar a un «señor de la guerra«.
 
Con esto, desde IU esperan que Podemos cambie de opinión antes de optar por poner de «número uno» en Almería a una persona vinculada a las fuerzas armadas. En este sentido, han indicado que esperarán a ver qué decisión de toma finalmente antes de tomar cualquier otra decisión.
Fuentes de Podemos confirmaron este miércoles que Rodríguez ocuparía el primer puesto de la candidatura de Podemos al Congreso por Almería, donde el anterior cabeza de lista, el diputado David Bravo, anunció que no volvería a presentarse a las elecciones por motivos personales.
Rodríguez se quedó fuera del Congreso en los pasados comicios del 20 de diciembre, en los que concurrió como número dos por Zaragoza, por lo que en esta nueva cita el partido liderado por Pablo Iglesias se marcó como objetivo buscarle una nueva ubicación, que le asegurara un escaño.
 
 


viernes, 6 de noviembre de 2015

Carta abierta de un Capitán de Infantería al amigo José Julio Rodríguez, ese que fue general español

El Capitán de Infantería José María Martín Corrochano escribe una carta abierta a José Julio Rodríguez, que ha salido del Ejército para ir a Podemos.

Carta abierta a Julio Rodríguez del Capitán de Infantería José María Martín Corrochano.
Mi General. O mejor dicho, Julio:
Todos los militares recibimos o impartimos charlas de valores militares. Hoy quiero, aunque sea en papel, impartirte una más. Quizá la última para ti como militar.
Honor, que bonita palabra, y que difícil de definir. Yo voy a intentarlo.
Honor es defender y respetar nuestra Bandera, esa que juramos -aunque tú, me imagino, prometiste- defender hasta derramar la ultima gota de nuestra sangre, y que tu compañero teniente de Alcalde de Barcelona ultrajó en el balcón del Ayuntamiento.
Honor es respetar al jefe supremo de nuestras Fuerzas Armadas, S.M. el Rey, cuyo busto metieron en una caja tus compañeros del Ayuntamiento de Barcelona; o cuyo retrato quitaron del lugar preferente que por ley le corresponde: o como tus más cercanos compañeros de Zaragoza humillaron tratando de quitar su honroso nombre de un polideportivo.
Honor es respetar la memoria de nuestros muchos camaradas asesinados por la ETA, y con cuyos palmeros gobiernan tus compañeros de Navarra.
Honor es la divisa de nuestra querida Guardia Civil, a cuyos miembros, tu compañero Alcalde de Cádiz, permitió, con una sonrisa en sus labios, llamar “hijos de puta” en un acto publico.
Honor es la lágrima callada de las familias de nuestros camaradas fallecidos en misiones internacionales, en las que tú, a pesar de llegar a General, no tuviste la suerte de participar, ya que alguien debía quedarse cuidando los despachos.
Honor es jugarse la vida contra piratas en aguas somalíes, aunque el que tuviese potestad para ordenar actuar contra ellos prefiriera el silencio, o quizás el dialogo.
Honor es morir en aguas del Atlántico, vistiendo el honrado uniforme del nuestro querido Ejercito del Aire, del que tú has decidido desprenderte para vestir la mas cómoda camisa vaquera.
En fin, el Honor es eso que cuando se pierde, ya no se recupera.
Quizás te parezca pretencioso que un pobre Capitán quiera dar hoy esta lección de moral, pero que sepas que hacerlo ha sido para mi todo un Honor.
No quiero acabar sin recordarte el lema que aprendí hace mas de treinta años en mi querida academia de Talarn, y que un político, como tú eres ahora, ordenó quitar de nuestro monte Constampla:
A ESPAÑA SERVIR, HASTA MORIR.
Atentamente
José María Martín Corrochano
Capitán de Infantería
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Este es el general fichado por Podemos: un taciturno que dejó escapar a los secuestradores del Alakrana

José Julio Rodríguez.
 

José Julio Rodríguez, como JEMAD, no respondió al operativo que en 2010 pidió intervenir para detener a los piratas somalíes

 

Este es el general fichado por Podemos: un taciturno que dejó escapar a los secuestradores del Alakrana

En 2009 asistió en primera fila al entierro de los dos últimos asesinados por ETA en España y seis años después se alía con los que hacen guiños a la banda etarra

 
No le va a salir precisamente gratis al general José Julio Rodríguez su fichaje por Podemos. No solamente le van a sacar a relucir los ataques del partido de Pablo Iglesias a la unidad de España, los intentos de romper el marco constitucional por parte de los podemitas o sus guiños a ETA. También resucitará del baúl de los recuerdos oprobiosos su comportamiento taciturno con los piratas secuestradores del barco pesquero Alakrana.
Vayamos por partes. Rodríguez, ya con mando en plaza como jefe del Estado Mayor de la Defensa, tuvo que asistir en 2009 al entierro de dos guardias civiles asesinados por la banda terrorista ETA.
Fue el último atentado de ETA en España y se produjo el 30 de julio de 2009 en la zona de Palma Nova, Calvià, en una conocida zona turística balear. Las víctimas fueron dos jóvenes guardias civiles, Carlos Sáenz de Tejada y Diego Salvá, que murieron tras explotar una bomba lapa adosada a los bajos de un coche.
Seis años después, este mismo general, que es visto como un flojo en su entorno, olvida su asistencia en primera fila al entierro de unos compañeros asesinados por ETA y se sube al mismo barco de los que simpatizan con los del pasamontañas y el tiro en la nuca pidiendo su inmediata excarcelación.
Pero Rodríguez tiene un episodio mucho más chusco. Hay que remontarse a principios del año 2010. Un pesquero vasco, el Alakrana, era secuestrado por unos piratas somalíes. Tras largas semanas se llega a un acuerdo, desembolso de una fuerte suma de dinero, pero cuando nuestra flota pudo haber detenido a los secuestradores una vez producido el rescate, ni la ministra de Defensa, Carme Chacón, ni el jefe del Estado Mayor de la Defensa, es decir Julio Rodríguez, dieron orden alguna cuando el jefe del operativo pedía permiso para intervenir -Los militares españoles pensaban que iban a intervenir para liberar el ‘Alakrana'-.
La historia la contaba el periodista Arturo Pérez-Reverte -Cuatro minutos-:
Me llegan, por amigo interpuesto, los comentarios de uno de los infantes de marina que estaban en el Índico durante el secuestro del Alakrana -del que, por cierto, nadie explicó de modo satisfactorio qué bandera llevaba izada, o no, cuando le dijeron buenos días-. El citado mílite es uno de los que intervinieron en la persecución de los piratas somalíes cuando éstos, después de trincar la pasta, salieron a toda leche para refugiarse en la costa. Viniendo de donde vienen, no es raro que los comentarios revelen insatisfacción por las órdenes recibidas y por el grotesco desenlace. Desde su comprensible anonimato, el infante de marina se desahoga, contando que los malevos estuvieron a tiro, pero las órdenes eran no disparar bajo ningún concepto, pues nadie estaba dispuesto a admitir muertos ni heridos en aquel sainete. 
Recuerda que:
Todo es conocido de sobra, y no merece volver sobre ello. Pero hay una frase que tengo por significativa, porque explica no sólo lo delAlakrana, sino muchas otras cosas: «Tuvimos de tres a cuatro minutos para detenerlos. Pedimos órdenes y hubo silencio». Con esas interesantes palabras en el aire, les invito a un bonito e instructivo ejercicio. Cierren los ojos e imaginen. Lo han visto veinte veces en el cine o la tele: las lanchas de los piratas zumbando hacia la playa, los infantes de marina teniéndolos en el punto de mira y con la posibilidad de bloquearles el paso, y el jefe del operativo pidiendo por radio instrucciones a sus superiores. «Permiso para intervenir», o algo así. Dice. Y ahora trasládense a Madrid, al gabinete de crisis o como se llame lo que montaron allí. También, en este caso, las películas nos facilitan el asunto: un mapa del Índico en una pantalla en la pared, pantallas de ordenador, la ministra de Defensa con las gafas puestas, el JEMAD ese de la barba que siempre va de azul, el resto de la plana mayor y toda la parafernalia.
Y subraya su comportamiento taciturno dejando pasar el tiempo:
Con el pesquero liberado previo pago de su importe, todos más pendientes ya del telediario que de otra cosa. Y la voz que viene del Índico sonando en el altavoz: «Tenemos tres o cuatro minutos y solicitamos órdenes. Repito: solicitamos órdenes». El reloj en la pared haciendo tictac, o lo que hagan los relojes de los gabinetes de crisis, y la ministra, y el de la barba, y el resto de artistas, mirándose unos a otros, callados como putas. Y más tictac. Nadie dice «bloquéenlos», ni nadie dice «déjenlos escapar». Sería mojarse demasiado en uno u otro sentido, y las palabras las carga el diablo. Tanto el «sí» como el «no» pueden causar problemas en las tertulias radiofónicas y los titulares de los periódicos, según vayan éstos a favor o en contra del Gobierno. Así que punto en boca. Silencio administrativo, cuatro minutos, uno detrás de otro, mientras allá abajo, en el mar, los infantes de marina, el dedo en el gatillo y locos por la música, que para eso están, blasfeman en arameo, por lo bajini, mientras ven cómo se escapan los flacos con la pasta. Y al cabo, la desolada frase final: «Han llegado a la playa». Suspiro de alivio en el gabinete de crisis. Fin de la historia.