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martes, 9 de marzo de 2021

El terror izquierdista hizo huir a la feminista liberal que logró el voto femenino en España

 

Clara Campoamor contó en 1937 el terror que las chekas impusieron en Madrid

El terror izquierdista hizo huir a la feminista liberal que logró el voto femenino en España

Sin duda alguna, la consecución del derecho de voto para la mujer en España tiene un nombre propio: el de Clara Campoamor, diputada feminista y liberal.

Victoria Kent: el discurso de una diputada socialista y feminista contra el voto femenino
La dirigente del PSOE que proponía negar el voto a las mujeres españolas por ser católicas

El papel de Clara Campoamor en la conquista del voto femenino

Fueron las intervenciones de Clara Campoamor las que resultaron decisivas para lograr la aprobación del voto femenino en las sesiones parlamentarias del 30 de septiembre y del 1 de octubre de 1931 en las Cortes constituyentes. Para ello tuvo que replicar a la socialista Victoria Kent, que se oponía al derecho de voto para la mujer. Unos meses antes la dirigente del PSOE Margarita Nelken publicó un alegato contra el voto femenino, bajo el argumento de que eso implicaría “realizar uno de los mayores anhelos del elemento reaccionario”.

La izquierda intenta apropiarse de su figura

A pesar de que Clara Campoamor era liberal y mostraba un claro rechazo al socialismo y al comunismo, la izquierda ha intentado apropiarse de su figura. Así lo ha hecho el PSOE. En septiembre del año pasado, la ministra portavoz del Gobierno, la socialista María Jesús Montero, se refirió a Clara Campoamor diciendo que “huyó de España tras el Golpe de 1936”.

Cronológicamente es una afirmación correcta, pero a decir verdad la diputada feminista huyó de la izquierda por temor a ser asesinada por socialistas o comunistas. Tras su marcha a Suiza, publicó un libro en francés titulado “La révolution espagnole vue par une républicaine” (La revolución española vista por una republicana”). En él relató la terrible experiencia vivida tras la victoria del Frente Popular y el terror izquierdista del bando republicano.

Clara Campoamor en el Congreso de los Diputados. Fue diputada del Partido Republicano Radical entre 1931 y 1933. Su intervención fue decisiva para lograr el derecho de voto para las mujeres (Foto: Wikimedia Commons).

El relato de Clara Campoamor sobre la violencia y las ilegalidades del Frente Popular

En dicha obra, Campoamor denunció la violación de la legalidad por parte del propio Gobierno izquierdista del Frente Popular salido de las elecciones de febrero de 1936:

“Los partidos republicanos llegados al poder tras el triunfo electoral, aunque estuvieran en minoría en la coalición de izquierdas, agotaron sus fuerzas y su crédito moral en dos tareas ingratas: una consistió en hacer concesiones a los extremistas quienes, desde el 16 de febrero, celebraban su triunfo con incendios, huelgas y actos ilegales como si tuvieran que luchar contra un gobierno enemigo. El otro objetivo de los vencedores fue alcanzar lo antes posible los puestos superiores del Estado, pasando por encima de todas las reglas establecidas y, tirando por tierra, sin la menor preocupación de honestidad política, los principios de continuidad que un régimen que nace debe conservar, si aspira a durar”.

Desfile comunista en Madrid el 1 de mayo de 1936. Tras la victoria del Frente Popular, la izquierda exhibió en público a sus milicias armadas sin ningún tapujo.

«Se incendiaron iglesias, se mató a sacerdotes, mujeres e incluso vendedoras de caramelos en las calles»

Campoamor comentaba que “se violó la Constitución republicana y en una sesión, fugaz como un relámpago, la mayoría parlamentaria hizo desaparecer las últimas huellas de respeto y consideración que la opinión pública había guardado para las leyes y las instituciones republicanas”. Más adelante, explicaba cómo se fue deteriorando la situación tras la victoria izquierdista en las elecciones de febrero de 1936:

“El gobierno era cada día más incapaz de mantener el orden público, eso sin hablar de la grave situación creada en Madrid por las huelgas de las que hemos hablado. En el campo, los ataques de los elementos revolucionarios contra la derecha, los miembros del Partido Agrario y los radicales, y en general contra todos los patronos, se multiplicaron. Se apropiaron de las tierras, apalearon a sus enemigos, atacaron a todos sus adversarios, tratándolos de «fascistas.» Incendiaban iglesias y edificios públicos, en las carreteras del sur paraban a los coches, exactamente igual que en las épocas del bandolerismo, exigiendo a los ocupantes una contribución en favor del Socorro Rojo Internacional.

Se organizaban masacres contra gentes de la derecha bajo pretextos pueriles. Así es como el 5 de Mayo se hizo correr la noticia de que damas católicas y sacerdotes mataban a niños distribuyéndoles caramelos envenenados. Un ataque de locura colectiva se adueñó de los barrios populares, donde se incendiaron iglesias, se mató a sacerdotes, mujeres e incluso vendedoras de caramelos en las calles. En el barrio de Cuatro Caminos se asesinó cruelmente a una joven francesa profesora de una escuela”.

El cadáver de José Calvo Sotelo, abandonado en el Cementerio del Este en Madrid el 13 de julio de 1936 tras ser asesinado por guardias de asalto y milicianos del PSOE.

Campoamor tachó de «crimen de Estado» el asesinato de Calvo Sotelo

Tras relatar el asesinato del diputado derechista José Calvo Sotelo el 13 de julio de 1936 en Madrid, que Campoamor califó de “crimen de Estado”, la feminista señalaba que “el gobierno se quedó indeciso e inactivo”, y añadía: “Se escandalizaron en Madrid al ver que Moreno, el teniente de la Guardia de Asalto que dirigía a los que mataron a Calvo Sotelo, así como Condé, paseaban libremente por las calles. Una parte de los oficiales de asalto habían hecho saber al ministro del Interior y presidente del Consejo, Casares Quiroga, que este cuerpo no permitiría que se aplicara un castigo a los autores del asesinato”.

«Socialistas y comunistas eran dueños de verdaderos arsenales de armas y de municiones»

Clara Campoamor vivió el comienzo de la Guerra Civil en Madrid, ciudad bajo el control republicano. En el capítulo V señalaba hasta qué punto la izquierda se había preparado a conciencia para la guerra: “Socialistas y comunistas eran dueños de verdaderos arsenales de armas y de municiones cuidadosamente escondidas. Sólo los sindicalistas y los anarquistas poseían menos”. En el capítulo VIII, sobre el comienzo de la guerra, apuntaba: “las milicias socialistas y comunistas ya estaban organizadas. Eran instruidas militarmente, desde hacía tiempo y a escondidas de los mandos, por oficiales, entre otros por un teniente del cuerpo de ingenieros”.

Campoamor añadía: “Estas milicias marxistas, organizadas con vistas a la revolución de octubre de 1934, habían seguido desarrollándose, y el triunfo del Frente Popular no hizo sino hacer pública su existencia. Armadas y en cerradas filas habían desfilado en Madrid el 1 de mayo, con motivo de la fiesta del trabajo, provocando refriegas con los fascistas”.

Militares y guardias civiles mostrando los fusiles incautados a los golpistas tras sofocar el golpe de Estado encabezado por el PSOE en octubre 1934 en Asturias.

«Desde los primeros días de la lucha, ha reinado en Madrid un amargo terror»

Sobre la situación en la retaguardia republicana, Campoamor contaba lo siguiente: “Desde los primeros días de la lucha, ha reinado en Madrid un amargo terror. A primera vista, la opinión pública ha sucumbido a la tentación de atribuir a los anarquistas las violencias cometidas en las ciudades, sobre todo en Madrid. La historia dirá un día si se les ha cargado a ellos solos con estos hechos de manera justa. En todo caso, les corresponde a los gubernamentales, sin distinción, asumir la responsabilidad”.

Campoamor escribía que en Madrid “los anarcosindicalistas se han preocupado de abastecerse de armas y de municiones para la «lucha final» y de «limpiar» la capital de la República de los fascistas, más o menos auténticos en primer lugar, seguidamente de los republicanos, e incluso de los marxistas”. Tras describir algunos más de los despropósitos que tenía que sufrir la población a causa de los sindicalistas, la feminista añadía: “¡La guinda de ese encantador caos la constituían cinco o seis bombas de dinamita que cada día los huelguistas colocaban en edificios en construcción para hacerlos saltar por los aires!”

El jefe de la Milicia Popular de Investigación, el socialista Agapito García Atadell (en el centro, con gafas), saludando puño en alto junto algunos de los chekistas que trabajan a sus órdenes, a la entrada de su cuartel general, en el palacio de los Duques de Rincón, en Madrid. Las chekas fueron extendiendo el alcance de su represión: primero a falangistas y derechistas, después a liberales y lerrouxistas, y finalmente incluso a republicanos de izquierdas (Foto: Efe).

Campoamor relató como el terror izquierdista se extendió cada vez a más víctimas

Era lógico que Campoamor tuviese miedo por su seguridad. Ella había sido diputada del Partido Republicano Radical, contra el que el PSOE había organizado el golpe de Estado de 1934, cuando el radical Lerroux decidió integrar en su gobierno a algunos miembros de la coalición de derechas que había ganado las elecciones generales de noviembre de 1933. En su libro, Campoamor explicaba cómo se fue extendiendo la persecución política en la zona republicana:

“Al principio se persiguió a los elementos fascistas. Luego la distinción se hizo borrosa. Se detenía y se fusilaba a personas pertenecientes a la derecha, luego a sus simpatizantes, más tarde a los miembros del Partido Radical del Sr. Lerroux, y luego -error trágico o venganza de clase- se incluyó a personas de la izquierda republicana”.

Milicianos anarcosindicalistas en Madrid en 1936.

Campoamor sabía que estaba en peligro, y por ello huyó a Suiza a comienzos de septiembre de 1936. En el apéndice del libro explica así su decisión:

“Dejé Madrid a comienzos de septiembre. La anarquía que reinaba en la capital ante la impotencia del gobierno, y la falta absoluta de seguridad personal, incluso para las personas liberales -sobre todo, quizá, para ellas- me impusieron esta medida de prudencia… Si la gran simpatía que se siente siempre por la situación de los que se defienden, puede llegar hasta explicar los errores populares, esta misma simpatía rechaza llegar hasta el sacrificio, oscuro e inútil, de la propia vida. Se sabe también que los autores de los excesos, o los que los han dejado cometer, encuentran siempre cómo disculparse, aunque sólo sea pretendiendo que hay que juzgar a las revoluciones en su conjunto y no en sus detalles, por muy elocuentes que sean. ¡Y yo no quería ser uno de esos detalles sacrificados inútilmente! No quise irme sin llevar conmigo a mi anciana madre de ochenta años de edad y a mi sobrinita, únicas personas que estaban a mi cargo”.

Aunque Campoamor lo solicitó en varias de ocasiones, el régimen de Franco no permitió su regreso a España. Murió en Lausana, Suiza, el 30 de abril de 1972, sin haber podido regresar a su Patria.

viernes, 1 de mayo de 2020

Miserable, pervertido, parásito, psicópata.


Opinión

Miserable, pervertido, parásito, psicópata. Por Verdades Ofenden

Si aceptamos que toda violencia física empieza por la violencia verbal, coincidirán conmigo en que el nombre de esta columna parece incitar a ello, aunque como verán solo es una transcripción reflejo de cómo piensa la vicepresidencia del gobierno, quien revivió ayer en cortes funestas páginas de su historia más vil, guardadas en el diario de sesiones y en la memoria de una prensa que anuncian amordazar, cuya hemeroteca señala como Maura o Calvo Sotelo fueron amenazados en sede parlamentaria y después tiroteados.
La mentira que se titula feminista y macho alfa  a la vez, se hizo verbo al subir al atril en cortés contra una mujer de VOX que ponía en evidencia la maldad que mueve la política de quien niega el luto oficial por las víctimas que a sabiendas causaron, anteponiendo su laboratorio ideológico a la vida de los españoles el #8M, una violencia verbal que se encendió ante el trato a las víctimas que la diputada señaló.
Esta mascarada, desenmascarada por María Ruiz provocó el mayor ataque de bilis visto en cortes en 40 años de democracia, algo hasta cierto punto normal. La inquina y el odio que acumula iglesias contra quien considera "burgueses hijo del fascismo" mueve su acción política basada en el sentimiento de la envidia, en sintonía con el asesor de Pedro Sánchez, quien considera que antes que la razón, en el hombre se activa el sentimiento, y trabajar en política desde el sentimiento logrará mejores resultados electorales.
Es el "tenemos que tensionar" de Zapatero y Gabilondo quienes abrieron la caja de los truenos de la guerra civil que provocó el PSOE, o el "tu odio mi sonrisa" del hijo de un terrorista, eslogan criminal y miliciano producto de una mente psicopática cuyo objetivo es provocar tu odio, no la concordia, hasta profanar tumbas de quienes salvaron a España de su tiranía soviética.
Desde esa perspectiva, los vómitos dialécticos de ayer se explican; "Ud representa el odio, la hipocresía y la miseria moral. Ni siquiera son fascistas, son parásitos" bramaba un encendido Iglesias que parasita España, regala a su amancebada uno de los carísimos 23 ministerios con un déficit desatado de 23.00 millones que piden lo pague la solidaridad de una Europa que no se dejará saquear por las trampas ideológicas del Chavismo Podemita, siempre solidario con el dinero ajeno, mientras derrochan a manos llenas la riqueza nacional en nombre de su eufemismos favoritos, su falsa igualdad.
La odiosa envidia a la prosperidad ajena son la esencia que los moviliza, una causa que sacrificó más de cien millones de víctimas en el altar de un igualitarismo falaz que solo enriquece a sus líderes, instalados en Dachas de Galapagar tras muros que piden derribar en las fronteras de Melilla mientras les protegen fuerzas de seguridad del estado que alegran su vida cuando son pateadas por sus masas, arruinando un pueblo idiotizado y dogmatizado al que depredan a impuestos mientras les infectan y les prohíben trabajar.
En España, el asesinato socialista era a destajo casi desde la aparición del PSOE "Nuestro partido luchará en la legalidad mientras pueda y saldrá de ella cuando deba. Hemos llegado al extremo de considerar que, antes que S. S. suba al Poder, debemos llegar hasta el atentado personal». Pablo Iglesias. Dos semanas después Maura fue tiroteado.
"Este hombre acaba de pronunciar sus últimas palabras" proclamó La Pasionaria en cortes contra el que llamaba "Fascista" Calvo Sotelo, amenaza ejecutada días después por sicarios del PSOE y  recogidas por Salvador de Madariaga y Tarradellas (ERC) "Más vale condenar a cien inocentes a que se absuelva a un solo culpable" proclamaba.
A la zaga de esta asesina el líder de Podemos incita a sus bases: Yo creo que fachas no faltan en este país, incluso en este pueblo quizá, cuando acabemos esta charla, en lugar de mariconadas del teatro nos vamos de cacería a Segovia a aplicar la justicia proletaria que es lo que se merecen unos cuantos» una cacería que NEWTRAL amordaza a quien les señala «Quiero decir hoy con toda claridad que nuestra democracia será mejor cuando los responsables políticos, policiales y mediáticos de 'la cloaca' estén donde tienen que estar: en la cárcel». Es el macho alfa que amenazaba a Marilo Montero «La azotaría hasta que sangrase... soy un marxista algo perverso convertido en psicópata»  y esa cobardía ataco a una mujer de VOX, llamada «miserable» y acusada de representar la «inmundicia».
"Quiero decirles a las derechas que si triunfamos colaboraremos con nuestros aliados; pero si triunfan las derechas nuestra labor habrá de ser doble, colaborar con nuestros aliados dentro de la legalidad, pero tendremos que ir a la guerra civil declarada. Que no digan que nosotros decimos las cosas por decirlas, que nosotros lo realizamos" Largo Caballero, secretario general del PSOE, El Liberal, de Bilbao, 20 de enero de 1936. 
¿Siguen pensando que solo bromean y España jamás será Venezuela?
Ilusos..
Ya han empezado.