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martes, 21 de diciembre de 2021

Nadia Calviño miente más que Pedro Sánchez. Se ha equivocado, intencionadamente, en todas sus previsiones.

 

 


El informe económico del Banco de España (BE) del último trimestre de este año es sencillamente demoledor para el Gobierno. La institución rebaja el crecimiento previsto para 2021 al 4,5% y el del año próximo al 5,4%. Es una diferencia sustancial frente a las previsiones del Ejecutivo, que preveía un aumento del PIB del 6,5% para este año y del 7% para el próximo.

 

No hablamos de unas décimas, las típicas diferencias tiquismiquis entre sesudos servicios de estudios, sino ante recortes esenciales. Estamos hablando de que la economía va a crecer casi un 30% menos de lo previsto por el Gobierno este año y casi otro 25% el año que viene.

 

Los presupuestos generales del Estado (PGE) se hacen en base a las previsiones macroeconómicas que elabora el Ministerio de Economía. Pues bien, esas estimaciones han saltado por los aires y la ministra Calviño no tendrá más remedio que rectificar y decirle a Bruselas que los cálculos que le entregó en octubre de este año ya no sirven.

 

El Banco de España justifica su revisión a la baja por diversos factores: los nuevos rebrotes del Coronavirus (la variante ómicron ya forma parte del análisis); la escasez de materias primas; los cuellos de botella en las cadenas de valor, y, sobre todo, por las tensiones inflacionistas provocadas por la subida de los precios de la energía.

 

La inflación no sólo no va amainar, sino que en 2022, según el boletín del BE, subirá al 3,7%. Y, ¡cuidado!, porque también advierte en este escrito del peligro de traslación de esas tensiones a los precios finales y al incremento de costes salariales. El año que viene es muy probable que aumente la conflictividad laboral como consecuencia de la pérdida de poder adquisitivo que van a sufrir la mayoría de los trabajadores. Un escenario complicado para un gobierno de izquierdas.

 

Según el Banco de España, la economía crecerá un 30% menos de lo previsto para este año y un 25% por debajo de lo que estima el Gobierno en 2022, si es que crece.

 

El problema que tiene el Presupuesto es que mientras los ingresos públicos van a ser sensiblemente más bajos por el menor crecimiento de la economía, los gastos van a ser los mismos. El Gobierno de Pedro Sánchez está a punto de sacar adelante en las cámaras un Presupuesto para 2022 que bate el récord histórico de gasto público. Obnubilado por la propaganda política y la llegada de fondos europeos, el presidente ha dado luz verde a unas cuentas que van a disparar el déficit público muy por encima de los previsto (un 8,4% sobre el PIB este año y un 5% el próximo).

 

Todo ello en un contexto en el que el Banco Central Europeo (BCE) acaba de acordar esta semana un recorte muy importante en la compra de deuda para el próximo año. En 2021 el BCE ha comprado cerca de 120.000 millones de deuda española. El próximo año muy esa cifra se rebajará a la mitad. Los costes financieros del Estado van a subir y también la deuda. Eso, en la antesala de una subida de tipos, que los expertos auguran para el último trimestre de 2022 (algo que ya ha acordado la Reserva Federal de EEUU).

 

Por ahora, el Gobierno vive en Disneylandia porque Bruselas está haciendo la vista gorda con el déficit y la deuda, en virtud de una política monetaria laxa motivada por el Covid. Pero esa permisividad (mucho más ahora tras el cambio de Gobierno en Alemania, cuya cartera de Finanzas está en manos del halcón liberal Christian Lindner) va a cambiar a partir de 2023.

 

Mientras aquí en España los medios han puesto el foco en la disputa por la política lingüística y el pacto con ERC (cuyo coste es ridículo: 15 millones de euros, según Rufián), la economía de verdad echa el freno. El margen para los regalos y la demagogia se ha reducido según pone de manifiesto un frío y serio informe de una institución independiente, como lo es el Banco de España.

 

Ahora entendemos por qué el Gobierno está tan preocupado por las instituciones que no controla. Pero, por suerte, aún tenemos a funcionarios como Hernández de Cos, que no llaman a Moncloa antes de emitir sus informes.

 Blog de Juan Pardo.

martes, 19 de enero de 2021

El poder de Pablo Iglesias

 El poder de Pablo Iglesias

Pablo Iglesias dice que no se fía de nadie. Desde luego, no se fía del presidente Sánchez. “Sé quién es mi socio”, indica. Hace bien. Este hombre con coleta es más listo que los ratones colorados. Me parece que se siente en la Moncloa bastante perdido. Un año después de llegar, se da cuenta ahora de que no es lo mismo estar en el Gobierno que tener poder, como es distinto estar repicando que en la procesión. Él no manda en el Boletín Oficial. El que manda infinitamente más que él, sin ser ministro siquiera, es su amigo Iván Redondo, el jefe del gabinete. De poco le sirve que éste confiese que siente por él “admiración intelectual y conceptual”. Vaya usted a saber qué quiere decir con eso. Las que manejan la cosa son Carmen Calvo y Nadia Calviño. Y hasta la ministra de Defensa, Margarita Robles. Él no toca bola en los asuntos importantes, en las grandes reformas pendientes: reforma laboral, eléctricas, alquileres, etcétera. Como acostumbraba a decir Guillermo, “El Tirachinas”, de mi pueblo: “Mucho pun-pun y poco tacatá”. El sistema capitalista sigue intacto y boyante bajo la vigilancia de Bruselas y de la Banca. El dinero es el que manda en la política, en los medios de comunicación y en todo. Encima la pandemia y el reciente temporal no dejan sitio para otras preocupaciones. Iglesias no está para poner vacunas en las residencias o coger una pala y retirar el hielo de la entrada. Se ha quedado al abrigo y sale cuando escampa.

Su confesión en “Salvados” de La Sexta desvelan un personaje cargado de frustración. Se muestra abiertamente insatisfecho después de haber alcanzado un sueño. Se ha quedado en una especie de ministro sin cartera, que va por libre. Se resiste a ser parte del sistema, pero está metido en él de hoz y coz. Como agitador ideológico, sin una idea original en la cabeza, ha perdido crédito, mientras, en las encuestas, UP pierde apoyo. La revolución se aleja. Sus provocaciones -Puigdemont es un exiliado y el rey Juan Carlos, un fugado…- revelan su desquiciamiento actual, su desconcierto. Ya ni siquiera producen alboroto. “¡Bah, cosas del Coletas -dicen sus socios del Consejo de Ministros-, menos mal que no tiene poder!” Pablo Iglesias está dándole vueltas a la idea, no tan descabellada, de dejar el Gobierno y recuperar el poder de la calle.


viernes, 15 de enero de 2021

El Gobierno dice que presentará 170 reformas a Bruselas a cambio de los fondos y los sindicatos le exigen "prudencia"

 El Gobierno presentará 170 reformas en 30 capítulos a la Unión Europea a cambio de los fondos europeos, según han asegurado los líderes de CCOO y UGT tras una reunión con varios ministros encabezados por la vicepresidenta Nadia Calviño. Tanto Unai Sordo, de CCOO, como Pepe Álvarez, han mostrado temor a que el Ejecutivo vaya demasiado lejos en las reformas de pensiones y laboral para calmar a la Comisión Europea y exigen que no se ate tanto las manos.

"CCOO no va a acompañar ningún proceso de negociación que no tengan márgenes. Los compromisos con la Comisión Europea no pueden ser tan taxativos como para dejar sin oxigeno las mesas de dialogo social. Si no hay margen, que no cuenten con nosotros", ha afirmado Sordo. La vicepresidenta Calviño ha afirmado posteriormente que el reglamento del fondo europeo establece que "los planes de recuperación de los estados miembros tienen que incorporar reformas e inversiones", pero ha dado a entender que ella las impulsaría igualmente aunque la UE no lo pidiera, porque comparte el diagnóstico con Bruselas sobre "problemas arrastrados del pasado y retos de futuro". Por su parte el líder de UGT,

Pepe Álvarez, ha coincidido con Sordo en reclamar "prudencia" al Gobierno en los compromisos que asume. Álvarez ha criticado que el Gobierno no les ha facilitado los documentos que detallen las 170 reformas y ha pedido que se le entreguen por escrito. "Tenemos que trabajar sobre la base de documentos", ha subrayado en respuesta a la petición de Calviño de que los sindicatos hagan aportaciones.

Ambos han entendido a Calviño que de los 30 grandes capítulos de reformas han remitido ya 28 a Bruselas para su valoración, pero que aún no lo ha hecho en los dos más sensibles: la reforma laboral y la del sistema de pensiones. Según los sindicatos, los ministros no han sido explícitos sobre ambas, pero han asegurado que no ven incompatible derogar la reforma laboral y evitar recortes en las pensiones con las Recomendaciones públicas de la Comisión Europea a España.

Por su parte, el presidente de Cepyme, Gerardo Cuerva, ha agradecido al Gobierno que les expliquen las reformas e inversiones en las que están trabajando.También ha pedido "prudencia", pero en el sentido de que se olvide de dogmas e impulse las reformas que España necesita "con realismo" teniendo en cuenta "la competitividad de la economía española" y "el momento delicado actual".

Mientras Sordo y Álvarez han insistido en que hay que "derogar los aspectos más lesivos de la reforma laboral de Rajoy que son prácticamente todos" el presidente de Cepyme, se ha mostrado contrario a introducir nuevas rigideces en el mercado de empleo. Cuerva ha afirmado que el Gobierno también les ha pedido "colaboración" y ha definido el papel de la patronal de "pactista".

Pero no se ha comprometido a acuerdos en las reformas y ni siquiera en la negociación en marcha para prorrogar los ERTE hasta el 31 de mayo. Calviño se ha distanciado de la posición de CEOE y Cepyme en favor de que las empresas puedan ajustar plantilla pese a haber recibido ayudas en los ERTE, porque "nadie puede imaginar" que el esfuerzo del contribuyente puede servir "para abordar despidos más adelante". No difiere así Calviño de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.

EL MUNDO

miércoles, 23 de diciembre de 2020

Lo prometido es deuda

 Sánchez esta vez parece preferir apostar a lo seguro y apoya a Nadia, bastante fiar que Pablo.


Poco ha tardado Pablo Iglesias en contestar el reproche que le hizoMaría Jesús Montero. Pero no lo hizo en el tono amistoso de la ministra de Hacienda, sino en el truculento que usa para los rivales: «Sí, somos muy cabezones para que se cumplan los acuerdos firmados. Las promesas hay que cumplirlas». Qué promesas son no las enumeró, porque la ministra las conoce perfectamente e incluso han sido publicadas: subida del salario mínimo interprofesional, reforma del mercado laboral de Rajoy, ley de alquileres, frenazo a los desahucios, semana laboral de cuatro días y alguna otra por el estilo, sacando pecho «social» y puesta la vista en las próximas elecciones, sean cuando sean.

Con todo ello está de acuerdo el equipo económico gubernamental, con Nadia Calviño al frente. Pero tanta o más es su convicción de que éste no es el momento apropiado, con una crisis sanitaria que devora vidas y otra económica que traga empresas. Aparte de que nadie sabe como Calviño que en Bruselas, donde fue directora de presupuestos, van a estar muy atentos a cómo se gastan los fondos de recuperación que Europa va a ceder a los países más necesitados, y ya han advertido a España que deben ir al fomento de su economía con planes muy concretos, no a comprar votos y llenar bolsillos, como con los ERE. ¿Qué hace Pedro Sánchez a todo ello? Pues lo de siempre: dejar que discutan sus ministros y si se pierde alguna bofetada, que la reciban ellos, no él. Pero esta vez parece preferir apostar a lo seguro (sin los fondos europeos no duraría ni dos meses en La Moncloa) y apoya a Nadia, bastante más de fiar que Pablo, aunque sin ofender a éste. Hay incluso quien dice que planea una retirada estratégica: una vez aprobado el presupuesto, con el apoyo de la extrema izquierda y los

nacionalistas, va a iniciar una aproximación el centro, donde

Ciudadanos acusa un tremendo desgaste. Pero ahí le espera otra

deuda: la de los secesionistas que ya preguntan: «¿Qué gobierno es éste que tiene todavía nuestros líderes en la cárcel?». Y los quieren fuera antes de febrero, cuando hay elecciones catalanas para apuntarse ese tanto. Sin que pueda decirles que son unos cabezones porque agravaría la cosa. Imagino que va a ser la mayor preocupación en La Moncloa estas navidades.

Pedro Sánchez ha hecho un pacto no con un diablo, sino con dos. A Iglesias todavía puede frenarle porque, de rebelarse, pierde lavicepresidencia. Pero los independentistas han perdido tantas batallas, tanto prestigio, tanta moral que pueden preferir el martirio.Aunque no les veo madera de mártires.

José María Carrascal.



lunes, 29 de junio de 2020

Pablo Iglesias se resiste a hacer campaña a favor de Calviño

Ciudadanos ha mostrado su apoyo a la candidatura de la vicepresidenta económica del Gobierno, Nadia Calviño, para la presidencia del Eurogrupo. Ha asegurado que se trata de una “buena noticia para España y el conjunto de Europa”.
A través de un comentario en la cuenta oficial de Twitter, el partido que preside Inés Arrimadas ha mostrado su convencimiento de que Calviño puede “hacer una gran labor al frente del Eurogrupo”.
El partido naranja se expresó así minutos después de que Moncloa anunciara la candidatura de la vicepresidenta económica del Gobierno para presidir un órgano clave en la cooperación entre los miembros de la zona euro.
El PP también ha mostrado su apoyo a Nadia Calviño, a través de su portavoz en el Senado, Javier Maroto, quien ha defendido la figura de la vicepresidenta por su capacidad técnica. Hasta Vox, alejado completamente del respaldo al Gobierno en el resto de asuntos, ha celebrado la candidatura de la ministra de Economía.
En cambio, según lamentan a El Chivato destacados dirigentes del PSOE, el vicepresidente Pablo Iglesias, principal miembro del Gobierno de coalición por parte de Unidas Podemos, no ha salido todavía a apoyar públicamente a Calviño.
En ámbitos económicos del Gobierno recuerdan que estas candidaturas suelen ir acompañadas de un apoyo entusiasta del país del que sale el aspirante, incluyendo el respaldo unánime del presidente, el vicepresidente y los ministros.
El Chivato ha podido escuchar las reticencias en el equipo de Iglesias por verse obligados a apoyar a la vicepresidenta para liderar el Eurogrupo “por el mero hecho de ser española”.
Recuerdan que Calviño ha sido el contrapeso de Iglesias en el Gobierno y ha frenado todas las aspiraciones sociales del líder de Unidas Podemos. Y no olvidan que ahora, si logra su objetivo, lo seguirá haciendo también desde Europa.
“Sería una estupenda noticia que saliera adelante la candidatura de Nadia Calviño. Sin duda, esa mayor presencia de España ayudaría a que los debates europeos pudieran llegar a conclusiones favorables para corregir los enormes desequilibrios centro-periferia”, ha comentado estos días el ministro de Consumo, Alberto Garzón.
En Bruselas también ha sorprendido ese tímido apoyo a la propuesta de Pedro Sánchez de su principal socio, Podemos. “Todavía no le he escuchado una declaración oficial. Se oyen muchos apoyos pero aún no le he oído nada al vicepresidente segundo del Gobierno”, ha escuchado también El Chivato a un ministro socialista.
ECD

viernes, 26 de junio de 2020

Iglesias traga, renuncia al impuesto a los ricos y “apoya” a Calviño para el Eurogrupo

Iglesias ha renunciado al impuesto a los ricos de cara a presentar un plan con el PSOE para reconstruir el país.
La oposición de Calviño y la ministra de Hacienda han hecho que Iglesias cediera.
Podemos ha pasado a apoyar a Calviño al Eurogrupo a pesar de no tener puntos en común.
El vicepresidente del Gobierno Pablo Iglesias se ha visto obligado a tragar para mantener las costuras de la coalición. Una de las medidas estrella de Unidas Podemos era aplicar un impuesto a las rentas altas para, entre otras cosas, financiar las iniciativas sociales que llevaba la formación morada en su programa. Sin embargo, pese a que Iglesias ha sido capaz de llevar adelante muchas de sus medidas estrella, este impuesto revolucionario se ha quedado atrás por la negativa del PSOE. Al mismo tiempo, hay que sumarle el mal sabor de boca que ha dejado en Podemos el hecho de verse obligados a apoyar a la vicepresidenta Nadia Calviño para liderar el Eurogrupo por el mero hecho de ser española. La socialista ha sido el contrapeso de Iglesias en el Gobierno y ha frenado todas las aspiraciones sociales del líder de Unidas Podemos. Y ahora, si logra su objetivo, lo seguirá haciendo desde Europa.
Es la primera vez, al menos según se percibe desde la formación morada, que Iglesias obtiene una derrota en las negociaciones con su socio de Gobierno. Esta semana, tras una intensa negociación para consensuar una propuesta para presentar en la Comisión de la Reconstrucción del Congreso, Iglesias ha dejado entrever que la posición de Podemos se ha debilitado a la hora de negociar. El impuesto a los ricos que forma parte del programa de Unidas Podemos se ha quedado en el tintero por la intensa oposición de con Nadia Calviño y de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. Y al mismo tiempo, mientras Calviño se colgaba la medalla de haber tumbado las aspiraciones del líder de Unidas Podemos, Iglesias se ha visto en la obligación de “apoyar” su candidatura a liderar el Eurogrupo.
Tras asumir que no se aplicaría ese impuesto que pretendía gravar la nómina de los más pudientes, es decir, que no se elevarían dos puntos los tipos impositivos a las rentas superiores a 130.000 euros y cuatro puntos a las que superen los 300.000 euros, se hizo una presentación formal de la candidatura de Calviño al Eurogrupo. Y los dirigentes y miembros del Gobierno de Unidas Podemos colgaron en su Twitter mensajes en los que reflejaban ese falso apoyo a Calviño.
“Sería una estupenda noticia que saliera adelante la candidatura de Nadia Calviño. Sin duda, esa mayor presencia de España ayudaría a que los debates europeos pudieran llegar a conclusiones favorables a corregir los enormes desequilibrios centro-periferia”, ha comentado este jueves el ministro de Consumo, Alberto Garzón.
Sin embargo, desde Unidas Podemos, o al menos desde el núcleo duro de Iglesias, no ven con buenos ojos que haya que apoyar a Calviño por el mero hecho de ser española. La vicepresidenta económica está bien vista por los socios europeos (al menos por los principales, como Alemania) y por algunas entidades como el Fondo Monetario Internacional por su visión liberal de la economía; algo que en Podemos no gusta. Y menos si se tiene en cuenta que el principal contrapeso en el Ejecutivo del vicepresidente segundo del Gobierno ha sido Calviño.
Calviño se ha apuntado dos tantos. Primero aplacar la ambición de Iglesias y evitar sustituir al impuesto de Patrimonio por otro progresivo a aquellos que superen el valor de un millón de euros, algo que según Podemos aportaría a las arcas públicas 11.000 millones de euros anuales. Y segundo, obtener el respaldo “unánime” de todos los partidos políticos de aspiración nacional para liderar el Eurogrupo, lugar desde donde se coordinará a nivel económico cómo afrontar la crisis.


Si Calviño logra entrar en este órgano comunitario, podrá incluso imponer su criterio al de Iglesias con más fuerza, ya que las decisiones vendrán desde la Unión Europea, y podrá someter a Iglesias a una vía más equilibrada para afrontar la crisis que no alimente más la deuda.
moncloa.com

jueves, 21 de mayo de 2020

Sánchez autorizó el pacto con Bildu y Calviño obligó a frenarlo cuando lo conoció




© EFE La vicepresidenta tercera, Nadia Calviño, este 20 de mayo en el Congreso. (EFE)

Pedro Sánchez y la Moncloa sí conocían el contenido del pacto con EH Bildu que implicaba la derogación "íntegra" de la reforma laboral. Pero quien no sabía nada de él previamente fue la vicepresidenta de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño. Y fue ella, la representante de la ortodoxia dentro del Gobierno, quien lo frenó en cuanto trascendió. Después, el PSOE envió una "nota aclaratoria" con la que directamente reproducía la letra del acuerdo con Unidas Podemos, y que solo contempla una revisión parcial de la legislación del PP, la liquidación de sus aspectos más "lesivos". Pero con ello no se disipó la tormenta. Todo lo contrario.
Esa intervención de la vicepresidenta tercera ayuda a entender cómo se vivieron las últimas horas en el Gobierno y en el PSOE, y también en una federación socialista directamente afectada, el PSE, que se somete al escrutinio de las urnas en menos de dos meses. Una jornada de idas y venidas frenética que ha abierto al Ejecutivo de coalición, de la manera más insospechada, un abismo a sus pies en el momento más incierto y complicado de esta crisis contra el covid-19. Sánchez se enfrenta al desafío de su socio, Pablo Iglesias, a la ira de la patronal por la "irresponsabilidad mayúscula" de un pacto con Bildu que "dinamita" el diálogo social, y a la irritación del PNV, su aliado más fiel y el que le ha permitido sacar adelante, junto con Ciudadanos, las dos últimas prórrogas del estado de alarma. 


Las conversaciones con Bildu habían arrancado antes del decisivo pleno de quinta prórroga de la alarma. Pero cristalizaron el mismo miércoles. El texto [aquí en PDF] ya estaba afianzado antes incluso de que comenzara la sesión en el Congreso, y el presidente, como ratificaron fuentes de la Moncloa, sí tenía conocimiento de sus extremos. Lo que señalaba el documento negociado a tres bandas entre los portavoces de los tres grupos —Adriana Lastra (PSOE), Pablo Echenique (Unidas Podemos) y Mertxe Aizpurua (EH Bildu)— era el compromiso de derogación "íntegra" de la reforma laboral de 2012 "antes de la finalización de las medidas extraordinarias adoptadas por el Gobierno en materia económica y laboral derivadas de la crisis originada por el covid-19".
El acuerdo se acabó de cerrar durante la jornada, y se apalabró darlo a conocer tras la votación de la alarma. Y así fue: EH Bildu difundió el contenido a las 20:16, cuando se había materializado la autorización de la Cámara Baja a la quinta extensión. Ya no había peligro para que la votación no saliera por la espantada de ningún socio. Sánchez ganó por 177 votos a favor, 162 en contra y 11 abstenciones. Aunque los cinco parlamentarios de Bildu hubieran rechazado la prórroga, esta habría prosperado. Más justa, pero habría salido adelante.
"Cuando lo conoció, intervino. Las circunstancias de este país hoy son las que son", indican a este diario fuentes del entorno de la vicepresidenta
La Moncloa sabía la literalidad del pacto desde el primer momento, porque Lastra, no solo portavoz socialista sino también vicesecretaria general del partido, es una de las personas de máxima confianza del presidente. Pero quien no sabía nada de esa entente era Calviño. "Cuando lo conoció, intervino. Las circunstancias de este país hoy son las que son", indican a este diario fuentes del entorno de la vicepresidenta tercera. En su equipo explican que ella sigue manteniendo su convicción de que lo que necesita el país ahora es un marco laboral para el siglo XXI, y no retornar a 2010, de cuando data la última reforma laboral emprendida por el PSOE.
Aspectos "más lesivos"
Además, continúan estas fuentes próximas a Calviño, el contexto europeo desaconseja el movimiento: Alemania abrió la mano esta semana y pactó con Francia apoyar un fondo de 500.000 millones de euros con deuda de la Comisión Europea para los países más afectados. Derogar una reforma que era condición para el rescate, observan, no es la jugada más pertinente ahora mismo.
"En Euskadi esto es una bomba en elecciones. Nos viene medio mal a nosotros, pero el PNV no lo va a perdonar", apunta con malestar un mando del PSE
A las 23:41, Ferraz remitía a los medios una "nota aclaratoria" que era, en realidad, una rectificación de lo firmado con Bildu. Ya no se hablaba de una derogación "íntegra" de la reforma laboral, sino que directamente se fotocopiaba lo plasmado en el acuerdo de gobierno suscrito con Unidas Podemos. Con carácter "urgente", se derogará (así, en futuro) la posibilidad de despido por absentismo causado por bajas por enfermedad —algo que, de hecho, ya se derogó en febrero vía real decreto ley y que convalidó el Congreso en marzo—, las limitaciones temporales del convenio colectivo (o sea, se recuperará la ultraactividad de los convenios) y la prioridad aplicativa de los convenios de empresa sobre los sectoriales. El PSOE, por tanto, retornaba a la formulación de siempre: derogación de los aspectos "más lesivos" de la reforma laboral de 2012 de Mariano Rajoy. El pacto de Sánchez con Iglesias comprendía otros puntos (no explicitados en el comunicado de Ferraz de la medianoche) como la limitación de las subcontrataciones (modificación del artículo 42.1 del Estatuto de los Trabajadores), o la restricción de las capacidades de cambio unilateral de las condiciones del contrato por parte de la empresa.
Durante el pleno, la portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, había condicionado la abstención de su grupo —irrelevante a efectos numéricos, puesto que la alarma ya saía gracias al voto a favor de PNV y Ciudadanos, además del de otras fuerzas minoritarias— a la liquidación "íntegra" de la legislación del PP [ver vídeo]. Fue meridianamente clara. "Quiero agradecerle el tono y la abstención y decirle, como he dicho en otras ocasiones, que ese compromiso de investidura que se puede materializar claramente en un gran acuerdo entre fuerzas progresistas, como lo puede ser la suya, para derogar la reforma laboral de 2012 permanece indeleble. En el momento en que salgamos de la emergencia sanitaria, retomaremos nuestras prioridades de legislatura", señaló Sánchez en la réplica, dando por sentado el acuerdo y la abstención de la formación 'abertzale'. El presidente no hizo referencia a una cancelación "íntegra" de la reforma de 2012, y ponía un horizonte laboral bastante más amplio: cuando se supere la emergencia sanitaria del covid-19. No de manera inminente. En cambio, el papel sellado con Bildu apuntaba a una derogación bastante más rápida.
No solo Calviño desconocía el contenido del acuerdo firmado con la formación independentista vasca. También otros ministros del PSOE consultados por este diario, no así los responsables de Unidas Podemos. Fuentes del Ministerio de Trabajo no aclaran si la ministra Yolanda Díaz estaba informada. Quien sí que no conocía la alianza con Bildu fue el PSE, que tiene por delante unas autonómicas el 12 de julio con su candidata, Idoia Mendia, a la cabeza. "No lo entendemos, no nos dijeron nada previamente y no nos han explicado nada, pero no parece que hayan ganado mucho. En Euskadi esto es una bomba en elecciones. Nos viene medio mal a nosotros, pero el PNV no lo va a perdonar. Ellos están en guerra con Bildu antes de los comicios, y van a subir el precio por las nubes para poder acordar con Pedro", indica un alto mando de lafederación socialista vasca, que alerta de lo que decodifica como un error de Ferraz: "No han medido que cualquier acuerdo con Bildu nos hace pagar un peaje".
El PSE no tiene en mente ningún cambio de alianzas tras las elecciones del 12-J. No piensa en cambiar al PNV por una suma de morados y el partido de Arnaldo Otegi. Mendia, de hecho, volvía a reclamar este jueves a EH Bildu y Sortu "contundencia", que condenen los ataques de radicales, como el sufrido por ella misma en su domicilio familiar —el martes aparecieron pintura roja y pasquines con la palabra "asesina"— o en las sedes de partidos. La formación 'abertzale' solo "rechaza" estos actos de acoso, no los ha condenado aún.
El PSOE niega "rectificación"
Sánchez y su equipo en la Moncloa conocían los detalles del acuerdo con Bildu. No es extraño, por la propia cohesión del núcleo político que forman el presidente y su vicepresidenta primera, Carmen Calvo —interlocutora principal del Ejecutivo con los grupos, en su calidad de ministra de la Presidencia y Relaciones con las Cortes—, y Lastra. La portavoz socialista, este jueves, en una entrevista en 'Al rojo vivo', insistió en que no hubo "rectificación", sino una aclaración, porque la "polémica" surgió a raíz de un adjetivo, "íntegra", al referirse a la derogación de la reforma laboral. La número dos subrayó que su partido "nunca" ha hablado de "eliminar de un plumazo" la totalidad de la legislación del PP porque "no se puede dejar el BOE en blanco" en materia laboral.
Lastra asegura que el PSOE siempre tuvo claro que no cabe una revocación total. Pero Iglesias desafía a Sánchez: "Se va a derogar íntegramente"
Dicho de otro modo, que el acuerdo parlamentario con Bildu, como el firmado con Podemos, solo pretende cambiar los "aspectos lesivos" de la reforma de 2012. Una interpretación que ya había expuesto a primera hora de la mañana el secretario de Organización y ministro de Transportes, José Luis Ábalos, en Onda Cero. Lastra relató que el resto de grupos sabían que los socialistas estaban negociando "a diferentes bandas" para asegurarse que la prórroga salía adelante, porque era prioritario para seguir "salvando vidas" de ciudadanos.
"Ratifica la agenda de investidura"
"No actuamos con ocultación, al revés. Es un acuerdo que ratifica la agenda de investidura" y que se hará con el visto bueno de los agentes sociales, sostuvo. El problema es que sindicatos y patronal no tenían conocimiento de estas conversaciones. La "nota aclaratoria" se difundió cuando se vio que se estaba dando lugar a diferentes interpretaciones pero cada paso que el Gobierno dé en materia laboral, aseguró, será "hablado, negociado y pactado" con centrales y empresarios. Lastra enfrió los tiempos: "Evidentemente", dijo, no se cancelará nada durante el estado de alarma, mecanismo jurídico que aún no se sabe cuándo decaerá, porque ni siquiera se conoce "si habrá otra prórroga", si bien el presidente y su Ejecutivo han insistido en que necesitan esa cobertura hasta que concluya la desescalada. Y la Abogacía del Estado, reveló Sánchez en el pleno, lo avala en tres informes.
La portavoz de Bildu apunta que el acuerdo "sigue vigente" y solo hay una "matización terminológica", pero Otegi avisa: "Lo que se pacta, se cumple"
Sin embargo, Unidas Podemos no lo ve como el PSOE. Iglesias, en una entrevista en Catalunya Ràdio, se aferró a la literalidad de lo acordado con los independentistas vascos. "Voy a ser cristalino. Se va a derogar íntegramente la reforma laboral. El pacto de ayer con Bildu lleva la firma de los tres portavoces de los grupos parlamentarios, luego cada partido puede decir lo que quiera", afirmó el vicepresidente segundo, y remató con una frase lapidaria: "'Pacta sunt servanda'". Los pactos están para ser cumplidos.
Aizpurua se da por satisfecha con la "nota aclaratoria" del PSOE. La portavoz de Bildu considera la rectificación una "matización terminológica" por lo que el acuerdo para derogar de manera "íntegra" la reforma laboral "sigue vigente". Pero Otegi, coordinador general de la coalición 'abertzale', mandó otro mensaje más duro: "Lo que se pacta, se cumple", informa Europa Press. "Nadie tiene derecho a frustrar la ilusión que generó esa buena noticia", apuntó.