miércoles, 23 de diciembre de 2020

Lo prometido es deuda

 Sánchez esta vez parece preferir apostar a lo seguro y apoya a Nadia, bastante fiar que Pablo.


Poco ha tardado Pablo Iglesias en contestar el reproche que le hizoMaría Jesús Montero. Pero no lo hizo en el tono amistoso de la ministra de Hacienda, sino en el truculento que usa para los rivales: «Sí, somos muy cabezones para que se cumplan los acuerdos firmados. Las promesas hay que cumplirlas». Qué promesas son no las enumeró, porque la ministra las conoce perfectamente e incluso han sido publicadas: subida del salario mínimo interprofesional, reforma del mercado laboral de Rajoy, ley de alquileres, frenazo a los desahucios, semana laboral de cuatro días y alguna otra por el estilo, sacando pecho «social» y puesta la vista en las próximas elecciones, sean cuando sean.

Con todo ello está de acuerdo el equipo económico gubernamental, con Nadia Calviño al frente. Pero tanta o más es su convicción de que éste no es el momento apropiado, con una crisis sanitaria que devora vidas y otra económica que traga empresas. Aparte de que nadie sabe como Calviño que en Bruselas, donde fue directora de presupuestos, van a estar muy atentos a cómo se gastan los fondos de recuperación que Europa va a ceder a los países más necesitados, y ya han advertido a España que deben ir al fomento de su economía con planes muy concretos, no a comprar votos y llenar bolsillos, como con los ERE. ¿Qué hace Pedro Sánchez a todo ello? Pues lo de siempre: dejar que discutan sus ministros y si se pierde alguna bofetada, que la reciban ellos, no él. Pero esta vez parece preferir apostar a lo seguro (sin los fondos europeos no duraría ni dos meses en La Moncloa) y apoya a Nadia, bastante más de fiar que Pablo, aunque sin ofender a éste. Hay incluso quien dice que planea una retirada estratégica: una vez aprobado el presupuesto, con el apoyo de la extrema izquierda y los

nacionalistas, va a iniciar una aproximación el centro, donde

Ciudadanos acusa un tremendo desgaste. Pero ahí le espera otra

deuda: la de los secesionistas que ya preguntan: «¿Qué gobierno es éste que tiene todavía nuestros líderes en la cárcel?». Y los quieren fuera antes de febrero, cuando hay elecciones catalanas para apuntarse ese tanto. Sin que pueda decirles que son unos cabezones porque agravaría la cosa. Imagino que va a ser la mayor preocupación en La Moncloa estas navidades.

Pedro Sánchez ha hecho un pacto no con un diablo, sino con dos. A Iglesias todavía puede frenarle porque, de rebelarse, pierde lavicepresidencia. Pero los independentistas han perdido tantas batallas, tanto prestigio, tanta moral que pueden preferir el martirio.Aunque no les veo madera de mártires.

José María Carrascal.



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