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lunes, 24 de mayo de 2021

Un ingeniero denuncia la tesis de Sánchez para que le retiren el doctorado

 Ha documentado en un primer análisis 122 errores «visibles, académicamente graves y groseros» que son «una negligencia difícilmente justificable»

Solicita a la universidad que «exija responsabilidades» y proponga la «revisión o anulación» del título de doctor cum laude del presidente.

Alfredo Rodríguez, ingeniero de Montes, decano del Colegio de Castilla y León y licenciado en Ciencias Medioambientales, ha denunciado la tesis de Pedro Sánchez ante el Comité Permanente de Integridad Académica de la Universidad Camilo José Cela. Sólo en un análisis preliminar ha detectado 122 errores importantes que deberían servir para «revisar o anular» el título de doctor que esta universidad otorgó en noviembre de 2012 al actual presidente del Gobierno.

El informe, de 134 páginas y al que ha tenido acceso ABC, muestra y argumenta cada uno de los 122 «errores de todo tipo» que contiene la tesis 'Innovaciones de la Diplomacia Económica Española: Análisis del Sector Público (2000-2012)'. Alfredo Rodríguez agrupa los errores en

 siete tipos: formal, metodológico, conceptual, sintaxis, falta de revisión, cálculo y maquetación.

El análisis fue enviado el pasado 30 de abril al correo electrónico oficial de la Universidad Camilo José Cela –institución que no ha contestado de modo alguno– junto a un resumen en el que el ingeniero Rodríguez advierte de que «la responsabilidad más importante es del autor», pero ésta «debe ser compartida en buena parte por el director de la tesis». No obstante, denuncia que «muchos de los errores son tan evidentes y están en partes tan visibles del texto que también hay una seria responsabilidad del tribunal de tesis».

El ingeniero sostiene que hay «errores académicamente graves, como los metodológicos» y otros «triviales, como muchos de los errores de formato», pero tan «visibles y groseros que el hecho de no haber exigido su corrección constituye una negligencia difícilmente justificable». El campo científico de Alfredo Rodríguez no es la Economía, pero los errores que denuncia son tan básicos y elementales como errar en los cálculos más sencillos o confundir nombres y apellidos de autores.

«Tablas ilegibles»

Entre los errores más destacados se encuentran «tablas ilegibles o incomprensibles por presentar números sin formato o por falta de una leyenda, falta de justificación de muchas de las afirmaciones realizadas, cálculos mal realizados», como «tablas de porcentajes que no suman cien» o «tasas de decrecimiento con signo positivo, conclusiones basadas en análisis anunciados en la introducción de la tesis y supuestamente realizados en su desarrollo, pero que nunca se hicieron». También «estructura en capítulos no ajustada a la estructura conceptual de su contenido». Esta retahíla de despropósitos ha sido denunciada pese a que el autor reconoce que «el análisis que se ha realizado no ha entrado en todos los capítulos de la tesis, pero en todos los apartados consultados se han encontrado errores importantes».

La información que «desnudó» al presidente del Gobierno

ABC destapó en septiembre de 2018 el secreto mejor guardado de Pedro Sánchez, que era, paradójicamente, su tesis doctoral. Tras años oculta en la Universidad Camilo José Cela, este diario consiguió un ejemplar completo que sirvió para denunciar una serie de plagios y otras irregularidades académicas. Este diario también señaló el sistema corrompido que permitía doctorar profesores por la vía rápida, con tesis deficientes y tribunales inexpertos creados 'ad hoc' para beneficiar al doctorando, en el que participó el nuevo doctor Sánchez. Los plagios de la tesis se hicieron extensivos –y más groseros– al libro que publicó posteriormente, titulado 'La nueva diplomacia económica española'.

Hay «muchos más errores»

Advierte, además, de que «tampoco se ha entrado en ortografía o sintaxis, donde la tesis también ofrece abundante material. Por ello es muy probable que un análisis exhaustivo encuentre muchos más errores sin corregir».

«El 'cum laude' en una tesis con todos estos errores es directamente inexplicable y supone una mancha»

Alfredo Rodríguez no comprende cómo «pese a todo ello la tesis fue calificada con un sobresaliente 'cum laude'». Argumenta que «esta calificación en una tesis que tuviera uno solo de los problemas expuestos tendría difícil explicación; en una tesis con la concurrencia simultánea de todos ellos es directamente inexplicable y supone una mancha para cualquier universidad que la haya dado paso sin que ninguno de sus sistemas de control la hayan corregido».

Como conclusión a su denuncia, el ingeniero solicita al Comité Permanente de Integridad Académica de la Universidad Camilo José Cela «que analice los errores expuestos en el documento adjunto y, si procede, traslade a los órganos competentes una propuesta de exigencia de responsabilidades y en su caso una propuesta de revisión o anulación de los actos administrativos en los que concurran causas de nulidad».

Tal y como apunta el autor de la denuncia, los errores significativos de la tesis doctoral de Pedro Sánchez son muchos más de los 122 que ha documentado en un análisis preliminar. De hecho, en esta misma línea, ABC publicó el 7 de octubre de 2018 una información titulada 'Las graves deficiencias en las citas y en la bibliografía invalidan la tesis de Pedro Sánchez'. Son un rosario de ejemplos, como referirse al sociólogo «Voir M. Granovetter», cuando 'voir' es 'ver' en francés (debió copiar la cita de un artículo en esa lengua); llamar «Perlaba Fortuna» a Raúl Peralba Fortuny; citar al mismo autor una vez como «Rebollar, G.» y otra como «García Rebollar, A.». y un largo etcétera.

Cuatro ejemplos de los 122 denunciados

Porcentajes que no suman 100. Según la tabla de la página 214 de la tesis, España importó durante tres años más de un cien por cien de sus importaciones de gas, lo que es imposible.

Cifras incomprensibles e ilegibles por no editarlas. Es habitual en la tesis de Pedro Sánchez encontrar tablas como ésta, con cifras ilegibles, pues no usa separador de miles, pone de uno a cinco decimales sin criterio alguno y ni siquiera alinea las cifras en la celda de la tabla.

Duplicidades en la bibliografía. Mismos libros o publicaciones se repiten porque, por ejemplo, una vez lo atribuye a «Bayne N. y Woolcock S.» y otra a «Nicholas Bayne y Stephen Woolcock», pese a ser las mismas personas.


ABC

miércoles, 8 de mayo de 2019

Sánchez pudo cometer malversación y falsedad documental al ordenar a Moncloa tapar el ‘Tesisgate’

Los documentos internos de Moncloa remitidos al Consejo de Transparencia -a los que ha tenido acceso este diario- prueban que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, usó dinero público y mentiras para tapar el plagio de su tesis. Por este motivo, Sánchez podría haber cometido malversación, falsedad documental y tráfico de influencias al ordenar a Moncloa tapar el ‘Tesisgate’.

Pedro Sánchez ha tenido que defenderse en los debates electorales del evidente plagio de su tesis. Pero lo cierto es que tras encargar su tesis a un negro, copiar un cúmulo de artículos e informes ya publicados, y verse atrapado al publicar OKDIARIO la tesis y probarse el plagio, el actual presidente del Gobierno dio orden a Moncloa de usar fondos públicos y mentiras para tapar la evidencia de sus trampas.

El pasado 18 de diciembre la Secretaria General de la Presidencia del Gobierno recibió la petición de aclaración del gasto efectuado y recursos destinados por Moncloa en los días en los que se negó el plagio desde el Consejo de Ministros. Aquellos días en los que, para defender la supuesta veracidad de la tesis de Pedro Sánchez, se mintió presentando a toda la prensa unos supuestos análisis antiplagio.

Y la respuesta de la Vicesecretaria General de la Presidencia del Gobierno no puede ser más elocuente. “El análisis de la tesis doctoral de D. Pedro Sanchez Pérez-Castejón, fue efectuado dentro de su ámbito privado y particular, por lo que, ni la Secretaria de Estado de Comunicación, ni ningún otro órgano de la Presidencia del Gobierno han realizado análisis, ni emitido informes o documentos en relación con el uso de las herramientas ‘Turnitin’ y ’PlagScan’”. Y hay que recordar que la ministra portavoz Isabel Celaá no dejó de afirmar exactamente lo contrario: que se habían realizado los análisis antiplagio.

Sánchez pudo cometer malversación y falsedad documental al ordenar a Moncloa tapar el ‘Tesisgate’




El documento oficial añade que, “dado que estos análisis o documentos no han sido realizados por la Secretaría de Estado de Comunicación ni por órgano alguno de la Presidencia del Gobierno, no han supuesto ningún coste económico ni se ha realizado ningún gasto con cargo al erario público para la utilización dc éstos softwares y no se ha suscrito ningún contrato relacionado con su uso”.

Sin embargo, en una rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, celebrado el 14 de septiembre, la ministra portavoz Celaá tuvo que pronunciarse al ser preguntada sobre la polémica del plagio, llegando afirmar que “hemos sometido a programas informáticos de comprobación de coincidencias. Habiendo pasado ambos, lo que acredita que la ministra mintió, al igual que el comunicado de prensa distribuido a raíz de este hecho resultó ser falso. Así lo reconoció igualmente el Consejo de Transparencia y Buen Gobierno, que el pasado 24 de enero confirmó que en efecto esos informes antiplagio nunca fueron realizados por Moncloa.

Moncloa oculta información

Asimismo, Moncloa se ha negado a identificar a la persona que dio la orden autorizando el uso de medios y recursos públicos para emitir un comunicado de prensa falso; tampoco ha hecho entrega de la orden, siquiera verbal, por la que se sirvió Pedro Sánchez de todo el aparato de Moncloa para defender lo que por ella misma se califica de un “asunto privado”. Y para ello, Moncloa urdió una más que cuestionable interpretación de la Ley 19/2013 de 9 de diciembre, de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Buen Gobierno, que dispone en su “Artículo 13. Información pública. Se entiende por información pública los contenidos o documentos, cualquiera que sea su formato o soporte, que obren en poder de alguno de los sujetos incluidos en el ámbito de aplicación de este título y que hayan sido elaborados o adquiridos en el ejercicio de sus funciones”.

Sánchez pudo cometer malversación y falsedad documental al ordenar a Moncloa tapar el ‘Tesisgate’

De este modo, en el supuesto de que se hubiera producido un uso indebido del software sin ostentar la condición de licenciatario, se podría haber incurrido en un delito contra la propiedad intelectual, que según dispone el artículo 270 del CP, puede ser castigado con penas de prisión de entre seis meses hasta cuatro años.

Pero, además, el Código Penal tipifica en su artículo 419 el delito de cohecho impropio, castigado con pena de prisión de tres a seis años, además de multa de 12 a 24 meses, e inhabilitación especial para cualquier cargo público y para el ejercicio del derecho de sufragio pasivo por tiempo de 9 a 12 años. Y lo hace para aquella conducta por la que se recibe un regalo, como pudiera ser el análisis del Turnitin, en atención a la condición de cargo público, si ese regalo pudiera provenir bien de un Centro Educativo, bien de una empresa, y así se lo hubieran facilitado. En el supuesto de que ese regalo lo facilitara una facultad o centro educativo público, quien así obrara podría incurrir en un delito de malversación, al usar medios públicos, que tienen un coste elevado, para dar información destinada al ámbito estrictamente privado de quien, ostentado un cargo público, lo recibe parar fines privados.

Moncloa, además, ocultó el nombre de la persona que ordenó su publicación, pero al ser del ámbito propio y particular de una persona privada, quien ordenara su publicación, bien el Presidente, Secretario de Estado de Comunicación u otro, podría haber incurrido también en un delito de tráfico de influencias regulado en el artículo 428 del CP, castigado con penas de prisión de 6 meses a dos años, inhabilitación especial para desempeño de cargo o empleo público por un periodo de entre 5 y 9 años, además de la privación del derecho de sufragio pasivo por el mismo tiempo, al tratarse de una influencia ejercida en la persona que publicó lo ordenado por Sánchez, en contra de la imparcialidad de la administración, y al perseguir la finalidad de obtener una resolución o publicación de una información exclusivamente beneficiosa para él, que al ser Autoridad, supondría la concurrencia de un agravante del tipo penal, el abuso de autoridad.

Y, como cierre, hay que recordar que toda la defensa del “asunto privado” de Sánchez se realizó desde el portal público del Gobierno, lo que necesariamente requiere de un funcionario que redacte la noticia por lo que, de nuevo, podría concurrir la comisión de un delito de malversación, más otro de falsedad en documento público, por la evidente apariencia de veracidad pública que implica esta página web.

lunes, 18 de marzo de 2019

¿ ” CUM FRAUDE ” Y ” ANTI-FAKE ” ?

¿ ” CUM FRAUDE ” Y ” ANTI-FAKE ” ?
Sólo desde la más absoluta desvergüenza puede un tío llamado Pedro Sánchez, al que han pillado con una tesis doctoral, y por ende con un título, plagiados y además por otros, crear un Ministerio de la Verdad, dizque para combatir la mentira, cuya máxima magistratura representa precisamente Él. Sólo un sujeto ayuno del más básico principio moral y de una brizna, sólo una brizna, de sentido estético, se atrevería a organizar una policía de las redes y los medios para “detectar las noticias falsas que puedan desvirtuar el proceso electoral”.
Y, encima, hacerlo dos días después de que Moncloa reconozca que la supuesta investigación sobre los plagios de su tesis, de la que el mismo Gobierno y el Supremo Falsario presumieron oficialmente, jamás se llevó a cabo, sencillamente no existió, y ello por una razón: esa basura copiada no la había leído ni el caradura que de ella se aprovechó.
De hecho, cuando alguien del androceo copista de Miguel Sebastián, que delató el plagio como obra de su Ministerio en horas de oficina, se asomó al engendro, retrocedió espantado. Ni los miembros del tribunal que colaboraron en la tesis del Falsario dieron la cara. ¡Y Cum Fraude echó a Montón por plagio! Siempre es igual: ganar unos días hasta que se olvide el embuste, que borrará el siguiente. Y todos certificados por el Ministerio de la Verdad de la Mentira y el respaldo de la Agencia NewTrola, censora de Facebook. Dejémoslo en Fakebook.
La liquidación de España sólo puede producirse en una República acarreada por Falconetti. Aunque nos hablen de una mera reforma constitucional sometida a plebiscito en Cataluña, que ya sería golpista, un proceso revolucionario es lo único que puede mantener unidos a los partidos de la ETA, del Golpe, de Venezuela y el PSOE. A eso vamos.
Y eso explica la entrada de independientes prestigiosos en las listas del centro-derecha, frente al intento de destrucción de España y a esta Censura, sin base legal ni respaldo parlamentario, para imponer la Mentira sin Barreras de la Pedrocracia. No es el típico oportunismo de los partidos fichando famosos, sino gente importante que se deja fichar. José María Marco por Vox, Cayetana por el PP, Valls por Ciudadanos son ejemplos de alarma cívica ante un sujeto, Sánchez, cuya pobreza intelectual sólo es superada por su miseria moral.
Federico Jiménez Losantos ( ElMundo )

jueves, 14 de marzo de 2019

MONCLOA RECONOCE QUE MINTIÓ SOBRE LA TESIS


La mentira, aún más al descubierto. El Consejo de Transparencia y Buen Gobierno, organismo público responsable de garantizar a los españoles el acceso a la información pública, ha concluido que «no ha habido actuación pública en el proceso de verificación de la autenticidad de la tesis del presidente del Gobierno».
Es decir, que aquellos informes oficiales esgrimidos en su día por La Moncloa que presuntamente «demostraban» que no había plagio, como ABC denunció una semana antes, fueron un invento improvisado para salir del paso y que, por tanto, es falso que el Ejecutivo sometiese al examen de las herramientas antiplagio homologadas la tesis de Sánchez, y que esta superase «ampliamente los estudios de coincidencias».
Pero todo era una patraña, una más de un Ejecutivo aficionado al embuste y la figuración, pues el Consejo de Transparencia revela ahora que el supuesto estudio no existe. Ahora, seis meses después, la Secretaría General de la Presidencia reconoce que «ni la Secretaría de Estado de Comunicación ni ningún otro órgano de la Presidencia del Gobierno han realizado el análisis, ni emitido informes o documentos en relación al uso de las mencionadas herramientas antiplagio».
La gravedad del asunto es enorme, pues ya no se trata de que Sánchez plagiara su trabajo universitario, como ha demostrado este periódico y que ya justificaría su dimisión, pues él mismo fijó ahí el destino de un político plagiador. Se trata de que desde La Moncloa se buscó engañar a los españoles.
Es imprescindible que la Diputación Permanente cite de inmediato a Sánchez para que dé cuentas ante las Cortes de todos los extremos de esta gran mentira, de un fraude de manual que supuso la utilización de medios públicos para parapetar tras ellos a quien dijo llegar al poder, a lomos de separatistas y proetarras, para llevar la decencia a la política.
OBRE LA TESIS

ABC

miércoles, 13 de marzo de 2019

Un organismo oficial confirma que Moncloa se inventó el informe que decía que Sánchez no plagió su tesis

El famoso informe que certificaba que la tesis de Sánchez no había sido plagiada no existió pese al comunicado oficial de Moncloa al respecto.

El pasado 14 de septiembre y en un comunicado oficial, Moncloa aseguraba que la tesis doctoral de Pedro Sánchez había superado con holgura los dos test antiplagio más habituales en el mundo académico. Las cifras eran contundentes: sólo un 13% del texto era de otros autores según Turnitin, mientras que ese porcentaje era aún menor en PlagScan: inferior al 1%.
La noticia calmó una situación que se estaba volviendo complicada políticamente para el presidente del Gobierno, pero pronto empezaron a surgir dudas: una de las empresas implicadas multiplicaba por 20 el porcentaje de contenido copiado y, finalmente, Moncloa reconocía que el informe sobre el plagio no era oficial: "Ni la secretaría de Estado de Comunicación ni ningún otro órgano de la Presidencia del Gobierno han realizado el análisis ni emitido informes o documentos en relación con el uso de las herramientas Turnitin y PlagScan".
Ahora, en un último giro a la rocambolesca historia, esDiario.com ha desvelado que no es que el informe no fuese oficial, sino que no existió en ningún momento o, al menos, que nadie lo vio en Moncloa. Además lo ha certificado un organismo oficial: el Consejo de Transparencia y Buen Gobierno, un organismo independiente pero que es una institución pública.

La defensa de Moncloa hasta el momento había sido decir que el famoso informe había sido hecho por el propio Sánchez a "título personal", pero lo cierto es que se hizo una comunicación oficial sin ningún documento que la respaldase.
Libertad Digital

martes, 29 de enero de 2019

LA TESIS DE SÁNCHEZ, DA MIEDO EN EL PSOE


Es el nuestro un sistema parlamentario en el que el Gobierno está obligado a rendir cuentas ante el Parlamento, formado por dos cámaras: Congreso y Senado.
Una perogrullada que, sin embargo, parece ignorar Pedro Sánchez con su burla a la Cámara Alta, negándose a comparecer para dar explicaciones tanto de sus actuaciones como de algo tan delicado como las supuestas irregularidades en su tesis doctoral. Por ello, en el Senado han acabado creando una comisión de investigación para esclarecer el asunto.
Sánchez, que debería haber despejado voluntariamente cualquier duda, tendrá que comparecer cuando sea requerido. Pero, como hoy publicamos, el PSOE y Podemos están haciendo todo lo posible por boicotear la comisión.
De entrada, ambos partidos la entorpecen pidiendo continuas ampliaciones de plazos para presentar sus planes de trabajo, presumiblemente con el objetivo de que se agote la legislatura antes de que la investigación se inicie. Y los socialistas van más allá y se plantean no participar en la comisión a modo de rebeldía.
Es un insulto a los ciudadanos no respetar las competencias de una cámara legislativa. Y, además, con todo esto no hacen sino engordar las dudas sobre el fraude en la tesis del doctor Pedro Sánchez.
El Mundo

domingo, 27 de enero de 2019

Han pasado 136 días… y la demanda de Sánchez sigue sin llegar

Han pasado 136 días… y la demanda de Sánchez sigue sin llegar




Los días pasan y Pedro Sánchez sigue sin cumplir la amenaza que le hizo al director de OKDIARIO, Eduardo Inda, de tomar acciones legales si este medio no se retractaba de la información publicada bajo el título “Sánchez y su ‘negro’ plagiaron en la tesis párrafos enteros de informes del Ministerio de Industria”.
El pasado viernes 14 de septiembre, el presidente del Gobierno remitió por burofax una carta a Eduardo Inda en la que mantenía que las “manifestaciones” vertidas en la información “representan un ataque injustificado que atenta contra mi prestigio profesional y social, suponen una intromisión ilegítima en mi derecho al honor y pueden ocasionarme daños de difícil o imposible reparación”.
En su escrito, Pedro Sánchez exigía rectificar exclusivamente una de las más de 20 informaciones que OKDIARIO ha publicado sobre el escándalo del plagio de su tesis. Por lo tanto, el presidente del Gobierno daba por buenas el resto de noticias, en las que este diario informa de que el jefe de gabinete del ex ministro Miguel SebastiánCarlos Ocaña, es el negro que redactó su tesis doctoral.
Eduardo Inda remitió, como contestación, un burofax al presidente del Gobierno en el que le comunicaba que OKDIARIO no va a retractarse ni a cambiar una coma de las informaciones publicadas sobre el plagio en la tesis doctoral que el ahora presidente defendió en noviembre de 2012 en la Universidad Camilo José Cela (UCJC).
Eduardo Inda explicó lo siguiente en su carta remitida a Pedro Sánchez: “Me pongo en contacto con usted en mi condición de director de OKDIARIO y en relación con el burofax que, en supuesto ejercicio del Derecho de Rectificación, nos ha hecho llegar en la tarde de hoy aludiendo a una noticia publicada el 13 de septiembre de 2018 bajo el titular “Sánchez y su ‘negro’ plagiaron en la tesis párrafos enteros del Ministerio de Industria’”.

lunes, 24 de septiembre de 2018

Sánchez, devuelve el doctorado que has robado

magínese que usted, Juan Español o Juana Española, hace una tesis de Economía no solo, como marca la ley, sino en compañía de otros. Que en lugar de las dos manos que Dios le ha dado, ha echado mano de al menos ocho, cosa estrictamente prohibida porque no estamos hablando de un trabajo coral. Pongamos por caso que, además de disponer de tres negros trabajando por la cara para usted, ha plagiado páginas como si no hubiera un mañana como si fuera el más descarado y vulgar de los estafadores intelectuales. Y que en el colmo del caradurismo, resulta que la Universidad de marras le otorga un cum laude cuando usted es un zoquete sin remedio que en el texto confunde reiteradamente los billones estadounidenses con los billones europeos. Algo que discierne un alumno de Primero de Económicas y seguramente muchos colegiales. Por no hablar de las 40 erratas que usted ha colado a los cinco miembros del tribunal que han tragado con todo lo que usted les ha puesto por delante.
Y que además de todo eso, que no es precisamente moco de pavo, le cazan plagiando dos artículos que ha escrito pocos meses antes con un miembro del tribunal y la directora de la tesis. ¿Cuánto tardarían en exigirle que devuelva el doctorado? ¿O en retirárselo por las bravas? ¿Un par de días? ¿tres tal vez? De lo que no hay duda es que antes de una semana su cuadro con el doctorado fake ya no estaría colgado en el salón de su casa o en su despacho. Eso en el caso de que no le denunciasen en los juzgados de lo Penal por lo que constituye simple y llanamente un delito de falsedad amén de un robo de guante blanco de la propiedad intelectual ajena. Hablando de delitos el suyo sería no llamarse Pedro Sánchez Pérez-Castejón porque de figurar ese nombre en su DNI seguiría más chulo que un ocho en Palacio con su doctorado robado disfrutando de los edecanes, de esos Falcon con los que te vas de marchuki y de los Super Puma que te permiten mirar con desdén a los ciudadanos que se tragan los atascazos capitalinos.
Desde que El Pollo de La Moncloa nos amenazase con los fuegos más acerados del averno, además de una querella o una demanda, hemos conocido nuevas golferías en la tesis más fake de la historia moderna.
Claro, pero usted se llama Juan Español o Juana Española. Usted no se atrevería a semejante ejercicio de mangancia intelectual. Porque usted es un tipo o una tipa decente. Porque usted no siente la más mínima tentación de hacer un Sánchez porque sabe que se lo llevarán palante. Usted es uno o una más de los miles y miles de compatriotas que se han doctorado trabajando como cabrones cuatro o cinco años para sacarse una tesis. Que no es una broma ni un máster garbancero de ésos que daba cual rosquillas la Juan Carlos I sino un título habilitante para poder ostentar la condición de profesor titular de Universidad y eventualmente catedrático. Sobra recordar que el presidente que no ganó las elecciones sacó el doctorado en poco menos de un año. Y no estamos hablando precisamente de Einstein.
El cúmulo de pruebas en el Tesisgate aumenta exponencialmente cada 24 horas. Desde que El Pollo de La Moncloa nos amenazase con los fuegos más acerados del averno, además de una querella o una demanda, hemos conocido nuevas golferías en la tesis más fake de la historia moderna. Para empezar, que plagió extractos de un discurso oficial de Miguel Sebastián, el padrino en la sombra de este regalo que va a acabar envenenando al ahora presidente del Gobierno. Que él y su negro también trincaron el power point que recogía las conferencias que Sebastián impartió en Estados Unidos siendo ministro del Gobierno de España.

Más y más y más… y muchísimo más. Está claro por qué tenía guardada bajo cuatro llaves como si esa basura confeccionada con decenas de metros de retales ajenos fuera el Koh-i-Noor, el diamante más valioso del mundo propiedad de la Reina de Inglaterra. Tal y como desvelamos el miércoles, Moncloa no se cortó un pelo a la hora de trucar Turnitin, uno de los mejores sistemas antiplagio del mundo. Aseguraron, y casi todos los medios se lo tragaron (malos tiempos para la libertad de expresión), que daba un “13% de coincidencia” cuando en realidad no habían metido en la máquina decenas de documentos que no figuran en la red porque son propiedad del Ministerio y no han sido nunca hechos públicos. A nosotros nos salió un 16% de plagio o fusilamiento. Claro que ni omitimos documentos ni lo resolvimos en 24 horas como el tramposo Gobierno socialista. Tardamos ¡¡¡cinco días!!! porque antes es imposible ejecutar la prueba del algodón con todas las garantías.
Los alemanes de Plagscan se sintieron estafados, pusieron el grito en el cielo y llamaron mentiroso con otras palabras al presidente del Gobierno
Entre medias, vinieron desde el norte de Europa a sacarle los colores al Pollo de Moncloa. Él solito provocó la internacionalización del Tesisgate. Los ivanesredondos de turno proclamaron a los cuatro vientos que Plagscan, otro sistema antiplagio, éste de origen germano, había confirmado un 0,9% de “coincidencias”. Los alemanes se sintieron estafados, pusieron el grito en el cielo y llamaron mentiroso con otras palabras al presidente del Gobierno. Una nota oficial de esta compañía cifró en un 21% el número de “coincidencias” con textos ajenos. Es decir, ¡¡¡23 veces!!! más de lo que aseguraban Sánchez y sus adláteres.
Entre medias, el eternamente gubernamental (de derechas o de izquierdas, que más da) diario El País terciaba en la polémica imputando otro plagio a Sánchez y su negro Carlos Ocaña, esta vez en el libro que recoge la mayor parte de la tesis. Tamaño esfuerzo ético después de tantas jornadas de silencio o manipulación sólo podía responder a dos intenciones: el enésimo favorcete a Soraya Sáenz de Santamaría, perdón, Pedro Sánchez, o una rebelión en la redacción. Alternativas que no son necesariamente excluyentes porque tal vez hicieron de la necesidad, virtud. “Lo publicamos y que se callen estos pesados de periodistas. Y, de paso, matamos dos pájaros de un tiro minimizando el asunto y evitando que los malos-malísimos de la competencia sacasen esta otra pata del escándalo [nosotros teníamos previsto publicarlo al día siguiente]”. La cosa cantaba un rato porque recalcaban en el primer párrafo de la noticia, lo nunca visto, la tesis de los plagiarios: “Es un error involuntario que subsanaremos a la mayor brevedad posible”. Vamos, que son unos buenos chicos que se confundieron. Jajajaja.
No quedó ahí la cosa. Ayer nos enteramos, gracias a Miguel Ángel Pérez, que este enfermo del plagio que es Pedro Sánchez también fusiló a discreción una conferencia de ese gran personaje que es José Luis Bonet, presidente de Freixenet y de la Cámara de Comercio. En fin, que al maridito de Begoña Gómez es un jeta integral. Le da igual ocho que ochenta.
El “mentiroso, chulo, plagiario, jeta, mediocre y censor” (lo entrecomillo porque yo ni plagio ni me autoplagio) de Pedro Sánchez sólo tiene dos opciones: o renuncia a su doctorado robado o esa Universidad privada de amiguetes que es la Camilo José Cela abre una investigación y se lo retira. Si le queda algo de dignidad a esta institución universitaria, tiene que tomar medidas a la mayor brevedad. De lo contrario, todos los empresarios de este país se lo pensarán dos, 10 ó 100 veces a la hora de contratar a alguien que ha estudiado allí. Tan legítima como lógicamente sospecharán que el candidato puede ser un Pedro Sánchez de la vida. Y, entre tanto, dejemos hacer su trabajo al Supremo. No sé qué dirá de la denuncia de Vox pero indicios, lo que se dice indicios de prevaricación, cohecho impropio, falsedad y plagio, hay para dar y tomar. Ojito, Pollo: sólo este último delito, el robo de la propiedad intelectual ajena, acarrea un castigo de hasta cuatro años de cárcel. Artículo 270. No hace falta que lo plagies, basta con que te lo leas, presidente.