
Avicena o Ibn Siná (como fue llamado en persa y en árabe) nació en el año 980 en Afshana (provincia de Jorasán, actualmente en Uzbekistán). Cuando tan sólo contaba con 17 años ya gozaba de fama como médico por salvar la vida del emir Nuh ibn Mansur. Puede ser considerado el inventor de la traqueotomía, cuyo manual operatorio sería precisado por el célebre cirujano árabe Abū el-Kasis de Córdoba. Libros: El canon de medicina, El libro de la curación, Poema de la medicina
Estamos aún inmersos en la resaca de las elecciones celebradas en Castilla y León. En los medios controlados por el gobierno -la tertulia de TVE 24 horas es un ejemplo- se ponía el acento en que Vox, sin duda el gran triunfador de esas elecciones al pasar de uno a trece procuradores, era el aliado necesario de los populares, que habían ganado las elecciones con mucho menos margen del que esperaban, todo para ocultar el varapalo que el PSOE de Sánchez había recibido. Vox es la extrema derecha pero no se debe olvidar que políticamente se sitúa a equidistancia de quienes son socios de Sánchez -más allá de los herederos políticos de los asesinos etarras y de los independentistas catalanes-, la extrema izquierda que representa Podemos.
El adelanto electoral en Castilla y León, aparte la supuesta moción de censura que, según Fernández Mañueco, estaba otra vez urdiendo Ciudadanos y que no está demostrada, formaba parte de un mal planteamiento diseñado por los estrategas de Génova, empeñados en demostrar que el triunfo en Madrid es obra del partido y no del extraordinario tirón de Ayuso. Esa estrategia les ha salido mal, aunque hayan ganado las elecciones y conseguido que el PSOE, después de la euforia que habían desatado los disparates demoscópicos de Tezanos -es un insulto que continúe al frente del CIS-, muerda el polvo al perder siete de sus treinta y cinco procuradores, un veinte por ciento. Esa estrategia fallida pasaba por un mejor resultado en las elecciones del domingo y a continuación repetir la jugada en Andalucía.
Moreno Bonilla, que siempre había abogado por agotar la legislatura, mostraba indicios de un posible adelanto electoral porque estaba respondiendo a esa estrategia de Génova, aprovechando que no había sacado adelante los presupuestos de 2022. Una situación que supone hacer frente a importantes dificultades, pero que no impide gobernar unos meses más. El fiasco estratégico en Castilla y León ha llevado a que, rápidamente, se haya cerrado en San Telmo cualquier posibilidad al adelanto de unas elecciones que tendrán que ser convocadas, necesariamente, en octubre. Se alude a la estabilidad del gobierno como razón fundamental para rechazar cualquier adelanto electoral. Pero lo que late en el fondo es el fracaso de una estrategia cuyo objetivo no es otro que llevar a Casado a la Moncloa.
El presidente de Andalucía, que se ha ganado a pulso una imagen de moderación y que ha revelado unas capacidades que no se le conocían, haría bien en no entrar en esos juegos estratégicos que buscan objetivos muy distintos a lo que esta tierra necesita. Sabe que es muy difícil alcanzar una mayoría suficiente para intentar un gobierno en solitario y que, en el horizonte electoral, Vox se perfila como el aliado necesario porque todo apunta a que Ciudadanos, no se puede afirmar hasta dónde, también va a desinflarse aquí.
El adelanto electoral que algunos esperaban para esta primavera se aleja definitivamente del panorama político andaluz. No será mala cosa que el gobierno aproveche los meses que le quedan hasta el otoño y que apuntan a una mejora de la actividad económica con la recuperación del turismo. Le completaría el panorama que lloviera y la sequía quedase atrás.
El motivo de esta petición es que el PP considera "totalmente falso" que la Mesa del Congreso se reuniera para analizar el caso.
La portavoz del Grupo Popular en el Congreso, Cuca Gamarra, y el diputado parlamentario, Alberto Casero, han solicitado al secretario general del Congreso, Carlos Gutiérrez Vicén, el acta del Pleno del pasado jueves de la polémica votación sobre la convalidación del decreto ley de la reforma laboral.
El motivo de esta petición es que el PP considera "totalmente falso" que la Mesa del Congreso se convocase y se reuniera para analizar el caso del voto telemático del diputado Alberto Casero.
El Pleno del Congreso ratificó el decreto ley gracias a que el diputado del PP por Cáceres Alberto Casero votó a favor de la convalidación. La norma salió adelante por 175 votos frente a 174. Sin embargo, Casero sostiene que él votó que no, pero el sistema de votación telemática del Congreso contabilizó su voto como un sí.
Además, este viernes, el Partido Popular pidió a la presidenta de la Cámara, Meritxell Batet, que no publique la polémica votación de la convalidación del decreto ley de la reforma laboral y que tampoco emita la resolución por la que se ordena la publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE) de ese resultado, que permite que la reforma continúe en vigor.
El PP adjuntó en su carta a Batet la que le remitió también Casero, quien corroboró por escrito la versión que trasladó este jueves la dirección de su partido a la presidenta del Congreso en la reunión que mantuvieron tras la polémica votación.
Por ello, la formación popular niega validez a la votación, sostiene, como argumenta Casero en otro escrito a Batet, que "no expresa la voluntad popular", y pide a la presidenta que no proclame oficialmente el resultado con su publicación ni ordene su traslado al BOE.
García Egea ha reprochado a Batet que "actuara como militante del PSOE y no como presidenta del Congreso" tras lo acontecido en la ajustada votación para convalidar la reforma laboral.
El 'número dos' del PP ha reprochado al Gobierno que "no cumpla el reglamento", un Ejecutivo que, ha añadido, "indulta a quienes incumplen la ley" y que "respalda a una presidenta del Congreso que también ignora el reglamento" y que "no merece el apoyo de los españoles".
En el peor momento de nuestra historia reciente, a los ciudadanos de Madrid se les ha dado a elegir entre políticas "teóricamente" de seguridad y cuidados y la libertad.
Lo primero que un responsable político debe hacer tras unas elecciones es escuchar lo que la ciudadanía ha dicho. Si un político no es capaz de escuchar, si se encierra en la cabina del piloto y desoye todas las señales de alarma mientras los suyos cantan aleluyas, lo más probable es que el asunto acabe mal.
Vayamos al hecho incontestable. En el peor momento de nuestra historia reciente, a los ciudadanos de Madrid se les ha dado a elegir entre políticas “teóricamente” de seguridad y cuidados y la libertad. Han hablado claro, han elegido la libertad. Esta es una excelente noticia para quienes nos decimos liberales. No puede haber otra mejor. El pueblo de Madrid ha elegido el esfuerzo, el mérito y el sudor. Lo legítimo es alegrarse por ello si uno se dice liberal. Hay una inmensa mayoría social que quiere trabajar y salir adelante por su esfuerzo.
Carabanchel vota a Ayuso, pero no se bebe su cerveza: antropología del ayusismo silencioso
Quienes, por convicción, por responsabilidad y por oficio hemos optado en esta grave crisis por los cuidados, por la preservación de la vida y la salud, debemos reflexionar sobre qué significa este hecho. Este hecho no significa que la población prefiera la muerte y la desolación a la ruina. Este hecho tiene más que ver con la percepción, por gran parte de la ciudadanía, de que ambas opciones no eran incompatibles y que el Gobierno central estaba utilizando la pandemia como ariete político, en lugar de asumir sus responsabilidades de cuidar a la población. El Gobierno de Ayuso ha presentado una política propia porque el Gobierno central había abdicado de su responsabilidad, renunciando a explicar los datos y a asumir los costes. El sanchismo ha preferido crear relatos. Relatos que se han revelado ficticios y destinados únicamente a preservar la imagen del presidente más vanidoso y nocivo de nuestra historia. Comités inexistentes, victorias contra el virus reiteradas, informes y evidencias que no se explicaban o directamente se falseaban… Todo eso solo ha generado un enorme descrédito. Además, el descarado uso de la pandemia como arma política y la absoluta falta de empatía han contribuido a desautorizar la acción de un Gobierno que, instalado en la cogobernanza del hortelano, lo único que ha conseguido es disolver el concepto de nación reforzando la imagen de las autonomías y alentando, de paso, el discurso de orgullo local, discurso que ha acabado por darle la puntilla. El país no puede permitirse la pervivencia de un Gobierno que se salta los controles, abusa de la fiscalía, utiliza el Ministerio del Interior... Por tanto, la urgencia hoy es desalojar a Sánchez y a sus socios de la Moncloa. El país no puede permitirse la pervivencia de un Gobierno que se salta los controles, abusa de la fiscalía, utiliza el Ministerio del Interior, desprecia la verdad, deslegitima a medio país e intenta resucitar el guerracivilismo como salvavidas político. El Gobierno de Ábalos, Lastra, Marlaska y Calvo cuestiona los pilares de la democracia liberal. Es necesario apoyarse en el grito de libertad de Madrid para impulsar una política verdaderamente liberal. El Partido Popular y Ciudadanos deben entender que no pueden fallarle a esa inmensa marea de ciudadanos. Libertad es establecer la independencia del Poder Judicial, de la fiscalía y de las instituciones. Libertad es tener gobiernos transparentes con la obligación de responder a las peticiones de información. Libertad es no ampararse en el secreto. Libertad es asegurar el fin del capitalismo clientelar, abrir las agendas públicas, evitar la reciprocidad en las políticas de subvenciones. Libertad es, también, acabar con la discriminación por nacimiento, mediante una educación pública de calidad desde los 0 años. Libertad es abrirnos a la defensa de los derechos humanos con decisión en todo el mundo y en nuestro país.
Libertad es no renunciar a la presunción de inocencia ni aceptar la inversión de la carga de la prueba en ningún tipo de delito. Libertad es asegurar una relación transparente con los medios de comunicación, de tal manera que les aseguremos que no serán mejor o peor tratados por su afinidad con el Gobierno. Libertad es no invadir la Administración pública en todos sus niveles, asegurándonos su profesionalización y su neutralidad. Libertad es instaurar un sistema de evaluación de nuestras políticas públicas para que los ciudadanos tengan medios objetivos para juzgar por sí mismos la eficacia de nuestras medidas. Libertad es que los medios públicos de comunicación no estén controlados por mayorías surgidas del Parlamento. Libertad es, como hemos visto estos días, una Europa fuerte que impida las arbitrariedades de un Gobierno tramposo. Es todo esto, este conjunto programático, lo que nos permite asegurarles a esos ciudadanos que han votado libertad este martes que llegarán tan lejos como les permita su esfuerzo y su capacidad. Esa es la base de nuestro acuerdo con el PP en nuestra comunidad y esa debería ser la base de un acuerdo nacional para alcanzar la irrenunciable obligación de sacar a Sánchez de la Moncloa. Si alguien quisiera hablar de esto, en lugar de los puestos de las listas, tendría mucho ganado para conseguir la suma necesaria para alcanzar el objetivo. Madrid ha gritado libertad, no cerremos nuestros oídos a ese grito.
Francisco Igea
El exceso de confianza del PP de Madrid tiene algo de peligro: puede ser el caldo de cultivo para un feo error en la campaña
Pablo Iglesias no parece haber entendido que la gente, así en general, le aborrece. No solo los votantes de PP y Vox, sino también los del PSOE y no digamos los de Errejón. En lugar de ser un revulsivo o catalizador para los electores de izquierda, su candidatura siembra dudas entre muchos que queriendo una opción progresista, sienten pavor ante la posibilidad de que su papeleta sirva para convertir a Iglesias en vicepresidente de la Comunidad de Madrid mediante un pacto post-electoral. Hasta tal punto está bullendo esta idea que Ángel Gabilondo tiene que ir diciendo que no pactará con el líder de Unidas Podemos. El marco, en efecto, no podía ser mejor para el PP. Las encuestas acompañan, Ciudadanos se descompone, el exvicepresidente segundo revuelve el voto más centrado y favorece la unión conservadora en torno a Isabel Díaz Ayuso. La exultación recorre al Partido Popular madrileño ante las próximas elecciones del 4 de mayo y, especialmente, a su baronesa. No sin razón pero sí con un punto de peligrosidad. Este tipo de crecimientos emocionales suelen ser el caldo de cultivo perfecto para acabar cometiendo un feo error durante la campaña. Y Díaz Ayuso, ya de por sí, tiene cierta facilidad para lanzar declaraciones poco medidas. A ello se une que su política de hostelería abierta y bienvenida a los turistas requiere una gestión quirúrgica que no parece que se esté aplicando. Es una segunda bomba de relojería que puede acabar estallando en el peor momento para los populares.
Por muy bien que apunte todo, una sonada metedura de pata en los días previos a las elecciones puede ser suficiente para que las cosas se le tuerzan a la presidenta madrileña. No hay que olvidar que por más que Ángel Gabilondo lo diga y lo repita, no hay quien se crea que no va a pactar con Iglesias si los votos de éste le dan la llave para gobernar la Comunidad de Madrid. ¿La izquierda dejando que la derecha siga en el poder por no pactar entre sí cuando están aliados en La Moncloa? Menudo cuento. Este tipo de compromisos en campaña, cuando no se sabe cuál será el resultado y qué opciones existirán el día después de las elecciones supone prometer algo sin saber si se podrá cumplir y, por tanto, tomarle el pelo a la ciudadanía.
Aún con todo en contra, es posible que Pablo Iglesias solo necesite un error de Díaz Ayuso y un escaño que le convierta en necesario para subirse al gobierno de la Comunidad de Madrid, llevando de la mano a su fichaje estrella del sindicato de manteros. Mucho ojo con el subidón de euforia y el exceso de confianza de aquí al 4-M. A ver si en lugar de que los españoles tengan que dar las gracias a baronesa madrileña por sacar a Iglesias del Gobierno de España, los madrileños acaben recriminándole que se coloque en la Puerta del Sol.
Las denominadas familias suelen ser habituales en los partidos políticos. Acogen, al menos en teoría, a militantes que, dentro de la organización, tienen ciertas divergencias. La realidad es que las familias políticas suelen enfrentarse con bastante contundencia por hacerse con el control de partido y con el poder en su seno para que sean los suyos quienes ocupen los cargos institucionales, si ello es posible. Hay ocasiones en que esos enfrentamientos son sangrientos y se busca el exterminio del otro. Tal circunstancia no es exclusiva de una determinada ideología. Ocurre en el Partido Popular, donde ha habido cospedalistas, sorayistas, casadistas, aznaristas… Las hubo en el PA entre alejandristas y pachequistas. También en formaciones de más reciente creación como ocurre entre los podemitas con la existencia de errejonistas, pablistas, anticapitalistas y otra larga serie de ‘antis’ relacionado con todo lo que suponga enfrentarse el detestable sistema capitalista en el que se cobijan. No podrían ser antibolivarianos en Venezuela o anticastristas en Cuba por citar un par de casos de regímenes a los que admiran. El PSOE tiene larga tradición en enfrentamientos familiares. Los largocaballeristas se las tenían tiesas con los prietistas durante la Segunda República, durante la Guerra Civil y después en el exilio. Más recientemente, se enfrentaron guerristas y felipistas y, en Andalucía, la lucha fue entre guerristas y borbollistas. Ahora asistimos a otro episodio de enfrentamiento familiar en el seno de PSOE andaluz. Lo vienen protagonizando desde hace muchos meses los sanchistas, a los que se conoce también como pedristas, y los llamados susanistas. La batalla está servida tanto a nivel andaluz como cordobés. Susana Díaz, en sus momentos de gloria, cuando era presidenta de la Junta de Andalucía y controlaba el PSOE en estos lares después de haber, literalmente laminado, cualquier resistencia, buscó acabar con Sánchez, la jugada no le salió y, en un error de cálculo, adelantó las alecciones en Andalucía y, tras casi cuatro décadas, los socialistas perdieron el poder. Muy pronto, es lo que suele ocurrir, aparecieron sanchistas andaluces cuando Sánchez se hizo con el poder del partido a nivel de España. Ahora es Susana Díaz quien trata de resistir y mantenerse al frente del PSOE en Andalucía con los susanistas disminuyendo en número. Cosas de la pérdida de poder. Pero en Córdoba controlan la Diputación, sus empresas y muchos ayuntamientos. Habrá batalla, salvo que haya cambios de bando de última hora porque el poder menguante no suele animar al combate. Mientras, los sondeos anuncian que el otrora poderoso PSOE andaluz no concita el entusiasmo electoral de antes. Las amenazas de que se perderían pensiones y subsidios con que asustaban a la parroquia, si llegaba la derecha, no han sucedido con la derecha en el gobierno. (Publicada en ABC Córdoba el 27 de marzo de 2021 en esta dirección) |
José Calvo Poyato Web Oficial. |
Tras la polvareda levantada ayer por la traición de Ciudadanos en la Región de Murcia se va aclarando un hecho que le llena a uno de perplejidad.
López Miras ha afirmado que conocía la traición de Cs desde la noche anterior
En su rueda de prensa de ayer para comentar la moción de censura presentada por Ciudadanos y el PSOE, el presidente murciano, Fernado López Miras (del PP), compareció en rueda de prensa y afirmó lo siguiente:
“Anoche conocimos que un partido que forma parte del Gobierno regional iba a presentar una moción de censura contra el propio Gobierno regional. Como presidente, podría haber tomado entonces la decisión de convocar elecciones, pero éste no es el momento. La Región de Murcia no necesita esto, en este momento. Sólo puede existir el objetivo de salvar vidas, de vencer a la pandemia, de superar la crisis económica, social y de empleo”.
Se puede escuchar esa declaración en el minuto 4:23 de este vídeo (he configurado la inserción para que se inicie en ese punto):
¿Lo que no necesitaban los murcianos era poder decidir su futuro en las urnas?
Cuesta mucho entender las excusas de López Miras para no convocar elecciones anticipadas. ¿Lo que no necesitaban los murcianos en este momento es poder decidir su futuro en las urnas, mientras otros lo decidían en despachos y a traición? ¿El hecho de que haya una situación de pandemia y una crisis económica es ahora una excusa para negarles a los murcianos el derecho a decidir quién les va a gobernar? Lo siento, pero no me lo trago.
Curiosamente, a renglón seguido del entrecomillado que he puesto más arriba, López Miras resumió la actuación de Ciudadanos con esta frase: “Para satisfacer un interés personal se facilita que la izquierda asalte las instituciones”. ¿Se da cuenta el todavía presidente de la Región de Murcia de que eso es precisamente lo que ha hecho él? Al no convocar elecciones anticipadas, López Miras ha facilitado que la izquierda asalte las instituciones, de la mano de Cs. La pregunta ahora es cuál ha sido su motivación, si la que él ha dicho u otra que ha preferido ocultar.
Una encuesta había señalado que el PP podría gobernar sólo con el apoyo de Vox
Como ya apunté ayer, a finales de enero se publicó una encuesta que apuntaba un adelantamiento de Vox a Cs en la Región de Murcia, de tal forma que el PP habría podido gobernar sólo con el apoyo de Vox y sin necesidad de recurrir a Ciudadanos. Eso habría significado que Cs dejaría de ser el “socio preferente” del PP, como Casado lo definió en noviembre de 2019, pero eso no habría sido una deslealtad por parte del PP, habida cuenta de la traición de Cs.
Con lo que habría chocado un posible gobierno PP-Vox es con la rotura de puentes entre ambos partidos que vienen promoviendo Pablo Casado y la dirección nacional del PP. ¿Esa política de enemistad hacia Vox es lo que ha animado al PP a sacrificar a la Región de Murcia? ¿El PP vio más inconveniente gobernar con Vox que dejar que la izquierda asaltase el gobierno regional sin convocar elecciones? Eso se lo tendrá que explicar ahora a sus votantes.
Vox se llevaría en Madrid 13 de los 14 puntos que perdería Cs
Por otra parte, es posible que en el PP hayan tenido en cuenta los efectos electorales que tendría la traición de Cs. Basta con ver el caso de la Comunidad de Madrid: según una encuesta publicada hoy, Cs perdería 14 puntos y Vox subiría 13. ¿Le entró miedo al PP de que un vuelco semejante disparase a Vox en Murcia hasta ponerlo en cabeza de las encuestas? Recordemos, además, que en junio del año pasado una encuesta puso a Vox a menos de medio punto del PP y a punto de obtener la mayoría en Murcia.
La sorpresa que se ha llevado Abascal hoy al dar una rueda de prensa en Murcia
Para que nos hagamos una idea de las posibilidades de éxito que tendría Vox de convocarse elecciones en esa región, anoche Santiago Abascal convocó una rueda de prensa en la capital murciana dirigida a los medios, en la Plaza del Cardenal Belluga, y de forma espontánea hoy miles de personas acudieron a esa plaza a apoyar al presidente de Vox, viéndose obligado Abascal a pedir a toda esa gente que respetase la distancia y las normas sanitarias.
Y esto, repito, sólo convocando una rueda de prensa. Imaginemos lo que pasaría de haber campaña electoral. ¿Tenía miedo el PP a que se repitiese el fiasco de su campaña catalana y el éxito de Vox, y por eso prefirió dejar vía libre a la izquierda para asaltar el Gobierno regional?
En los últimos días se ha sabido que el Partido Popular ha reanudado los contactos con el PSOE para la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).
Una nueva traición del PP que tuvo su precedente el pasado verano
Es indignante que el PP anunciase eso justo después de las elecciones catalanas: Pablo Casado y los suyos sabían que algo así provocaría rechazo entre sus votantes, y escondieron la “sorpresita” hasta después de los comicios. Una más a anotar a la ya larguísima lista de traiciones del PP a sus votantes.
Hay que recordar que no son las primeras conversaciones secretas entre ambos partidos para repartirse el Poder Judicial contra lo que marca el Artículo 122.3 de la Constitución. En agosto de 2020 El Mundo reveló que el PSOE y el PP llevaban reuniéndose en secreto durante semanas para negociar la renovación del CGPJ, de espaldas al Parlamento y a la opinión pública, igual que lo están haciendo ahora. Aquella noticia hizo saltar la negociación por los aires. El PP dijo entonces que defendía una renovación del CGPJ “con transparencia”.
Las condiciones que puso el PP al PSOE en 2020 y las que pone ahora
El 17 de octubre de 2020, el PP puso tres condiciones para continuar con esa negociación:
Unos días más tarde el PP aclaraba una de las condiciones: “que Podemos no forme parte del Consejo”.
El 11 de diciembre, el presidente del PP Pablo Casado señalaba otras dos condiciones:
Ayer, en la Cadena COPE, el secretario general del PP, Teodoro García Egea, detallaba así las condiciones que pone ahora el PP para renovar el CGPJ:
El PSOE dice que rechaza los vetos del PP
Como se puede ver, ya no se habla de que Podemos quede fuera del CGPJ, ni de que el PSOE y Podemos retiren su contrarreforma ni tan siquiera de que los jueces elijan a 12 de los miembros del CGPJ. El PP parece haber cedido en esos puntos ante las pretensiones del PSOE. Ayer García Egea aseguró que el PSOE ha dejado a Podemos fuera de la negociación. Sin embargo, ayer mismo el PSOE señaló que rechaza los “vetos” del PP en esta negociación.
El PP deja pasar los plazos para rebatir los recursos del caso ERE
Casualmente, ayer se supo que el PP está dejando pasar los plazos en el Supremo sin rebatir los recursos contra la condena del caso ERE, uno de los mayores escándalos de corrupción de nuestra democracia, que afectó de lleno al PSOE. Vox ha criticado que el PP esté más preocupado por “las sillas en el CGPJ” que por “recuperar el dinero robado de los ERE”. El partido de Abascal añadía: “El PP decide entregar el Poder Judicial al Gobierno al mismo tiempo que dejará sin investigar los ERES de Andalucía. ¿Coincidencias? Ninguna. ¿Yo te doy la Kitchen, tú me das los ERES?”
PP, PSOE y Podemos están afectados por graves escándalos judiciales
Efectivamente, como bien señala Vox, tanto el PP como el PSOE tienen un evidente interés en controlar el Poder Judicial. El PSOE tiene el caso de los ERE y otros escándalos de corrupción, que nos han costado cantidades astronómicas de dinero a todos los contribuyentes. A su vez, el PP tiene abierto el caso Kitchen, sobre el espionaje ilegal a su extesorero Luis Bárcenas.
Pero los dos citados no son los únicos partidos que se han visto salpicados por procesos judiciales que pueden provocarles un daño político enorme: Podemos está imputado como partido por financiación ilegal, y varios de sus dirigentes están también imputados por malversación y administración desleal. Recordemos, además, que la portavoz de Podemos Isa Serra ha sido condenada por agresión y el caso está pendiente de un recurso judicial.
La negociación entre el PP y el Gobierno dejaría a Vox fuera del CGPJ
Esos casos judiciales explican que el PP haya decidido rebajar ciertas condiciones y aparcar otras para seguir con la negociación con tanta prisa tras las elecciones catalanas, y explican también que el PSOE no haya querido aclarar del todo si contará con Podemos, y que Podemos tampoco haya protestado gran cosa, pues con las nuevas condiciones del PP sabe que tendrá representantes en el CGPJ. Lo más escandaloso es que un proceso que tendría que ser llevado a cabo por los propios jueces se está haciendo en secreto, de espaldas al Parlamento y sin contar con el tercer partido más votado, que es Vox, que quedaría fuera del Consejo, dándose la paradoja de que tenga vocales Podemos, que tiene menos diputados, pero no Vox.
Que el PP haya aceptado seguir esta negociación en estas condiciones y en pleno asalto del PSOE y Podemos contra la independencia judicial deja en evidencia la curiosa idea que tiene Pablo Casado de su papel de oposición, más empeñado en consolidar el bipartidismo PP-PSOE que en respetar la independencia judicial tal cual la establece la Constitución.