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miércoles, 20 de diciembre de 2017

La Hacienda catalana habría costado entre 350 y 500 millones anuales

 



Catalaluña, indepedencia, odio, nacionalismoLa puesta en marcha de la Hacienda catalana habría podido costar entre 350 y 500 millones de euros, según los informes con que contaba el Gobierno catalán, que estimaban los recursos humanos en unas 5.000 personas y preveían una recaudación mínima de 70.000 millones, o hasta 100.000 millones de euros si se elevaba la tasa de presión fiscal.

Sin embargo, una de las mayores preocupaciones reflejada por los expertos era la obtención de los datos de los contribuyentes, para ello proponían, si no había acuerdo con la Agencia Estatal de la Administración Tributaria (AEAT), hacerse con la información que está dispersa en diferentes bases de datos para la que no se necesita acceder con una "autorización expresa" y, el resto, pedírselo a los ciudadanos mediante una "campaña social".

 
Así consta en uno de los informes realizado por el Consejo de la Transición Nacional que se ha incorporado al procedimiento abierto en el Juzgado número 13 de Barcelona, en el que se investiga la organización del referéndum ilegal de independencia del pasado 1 de octubre.

En este texto se expone que el "objetivo estratégico y prioritario" durante la primera fase del proceso de implantación de la Hacienda catalana es el acceso a la información de los contribuyentes catalanes para poder disponer de una base de datos que es la herramienta fundamental para alcanzar la "soberanía fiscal".

Y para que Cataluña tenga su propio censo de contribuyentes, proponen que, si el Estado español no le cede la información, aproveche la que se encuentra dispersa en las diferentes bases de datos a las que se puede "acceder sin autorización explícita".

Y para completar esta información, plantean realizar una campaña social para que los ciudadanos y las empresas de Cataluña entreguen "voluntariamente" a la Generalitat una copia de las declaraciones que presentan a la Agencia Estatal. No obstante, admiten que la eficacia de esta medida dependerá del grado de colaboración que estén dispuestos a prestar los ciudadanos.

Los expertos explicaban, tras hacer varias estimaciones del montante que podría suponer la implantación de la Hacienda propia, que su coste de funcionamiento podría estar entre 350 y 500 millones de euros anuales, mientras que el presupuesto en tecnologías de información y comunicación (TIC) de la Administración Tributaria catalana se situaría aproximadamente entre los 50 y 80 millones anuales.

COMPRA DE EQUIPOS, AL MENOS 100 MILLONES

No obstante, cifraban en unos 100 millones de euros el presupuesto inicial de inversión TIC en lo referente a la adquisición de equipos informáticos, la compra de licencias, el diseño del sistema y la formación del personal técnico responsable de su implantación y mantenimiento. Hacen esta estimación de acuerdo con los ratios internacionales en presupuesto TIC de las grandes organizaciones ya que, dicen, no han podido analizar en profundidad las inversiones necesarias para la creación de un organismo tributario de nueva planta.

En cuanto a las necesidades de personal, señalaban que si la plantilla de la Administración Estatal Tributaria destacada en Cataluña se traspasara a la Generalitat sumaría junto con los empleados de la Agencia Tributaria Catalana más de 5.000 personas.

No obstante, precisaban que la Comisión Europea señala que debería haber unos 1.000 empleados públicos por cada millón de habitantes para la gestión tributaria. Lo que supondría, en el caso de Cataluña, entre 7.000 y 8.000.

En cualquier caso, cifraban entre 200 y 300 los inspectores para realizar tareas de comprobación, inspección y auditoría fiscal; entre 1.000 y 1.200 los empleados necesarios para desarrollar las tareas de aplicación del sistema tributario, sobre todo la gestión, recaudación y comprobación masiva de declarantes; entre 100 y 200 Técnicos Superiores de la Generalitat catalana para la gestión y administración de recursos humanos y de 300 a 500 Mossos d'Esqudra con titulación superior y debidamente formados para la lucha contra la delincuencia fiscal y el control de aduanas.

A ellos se tendrían que sumar de 200 a 300 empleados de nivel formativo superior para dotar el resto de organismos que configurarían la Administración Tributaria del Estado propio y un Servicio de Informática propio con una plantilla de 200 a 300 efectivos, entre ingenieros, técnicos informáticos y personal de apoyo.

En cuanto a la recaudación, estimaban que si se aplicara la presión fiscal media que hay en España, el 34 por ciento, ésta estaría en torno a los 70.000 millones; que podría elevarse a los 80.000 millones si se eleva la presión fiscal hasta alcanzar la media de la UE (el 40 por ciento) y hasta los 100.000 si se aplicara la presión fiscal de los países que más recaudan, que está entre el 45 y el 50 por ciento.

En ese informe destacaban también como una pieza importante del desarrollo institucional del Estado propio la creación de un Banco Central de Cataluña para centralizar el flujo de la tesorería tributaria y poder emitir deuda pública destinado a "cubrir temporalmente el diferencial de recaudación que se obtendría en condiciones normales".

El informe especificaba las cuestiones que se deberían tener en cuenta en una primera fase de implantación de la Hacienda catalana en un Estado independiente, entre las que citaba ir dotándola de infraestructuras como el sistema informático y las oficinas de la ATC.


Además, consideraban que sería necesario de garantizar la continuidad entre los sistemas tributarios catalán y español y para ello proponían establecer, de manera transitoria, un periodo de prescripción de las infracciones tributarias más largo que el actual que es de cuatro años; declarar la aplicación transitoria de la normativa fiscal española vigente; asumir la gestión de las obligaciones tributarias pendientes y regular la concurrencia de las jurisdicciones fiscales.

lunes, 9 de octubre de 2017

La Generalitat ya exige a las empresas tributar a su Hacienda

La Agencia Tributaria Catalana quiere mediar con la estatal para ingresar y luego transferir IRPF, el impuesto de Sociedades e IVA. Los empresarios temen que el Govern ingrese impuestos estatales por su cuenta y controle datos de las compañías. Hacienda sigue muy de cerca estos pasos.
 
 
El control de los impuestos es vital para la viabilidad de cualquier Estado y es por ello que la Hacienda catalana se ha convertido en pieza clave del puzzle de la «desconexión». La consejería de Economía y Hacienda de la Generalitat ha preparado un programa para que 145 empresas con participación mayoritaria de la Generalitat paguen sus impuestos estatales a la Agencia Tributaria Catalana (ATC). Los tributos en cuestión son el Impuesto de Sociedades, IVA y retenciones del IRPF. La Hacienda catalana recibiría así los formularios y datos correspondientes de las empresas, ingresaría la recaudación, y se lo transmitiría a su vez a la Agencia Tributaria Estatal. Así lo describe la guía para empresas elaborada por la Generalitat que ha sido remitida a las compañías públicas, a la que ha tenido acceso ABC. [Consulta aquí el programa de la Generalitat para que las empresas paguen a la ATC]
La intención de este programa, señalan fuentes de la consejería de Hacienda catalana, es homogeneizar los procesos. No obstante, fuentes empresariales consultadas por este periódico señalan que la Generalitat ha comenzado a pedir lo mismo a compañías privadas y autónomos, que han recibido esta guía desde la Hacienda catalana con estupor, ante la inminencia de la próxima campaña de presentación de modelos en Sociedades e IVA a la Agencia Tributaria que acaba el 20 de octubre.

174 empresas públicas

Desde la Generalitat niegan este supuesto y subrayan que el programa es voluntario y solo se ha remitido a empresas públicas. La consejería de Economía y Hacienda que dirige el vicepresidente Oriol Junqueras arrancó este programa piloto hace meses con cuatro empresas públicas, a las que ahora ha añadido 141 más. En total, la Generalitat cuenta con 174 empresas en las que tiene una participación mayoritaria, a lo que se añaden entes locales. Desde el Instituto de Estadística de Cataluña hasta la Agencia de Residuos de la comunidad se han comprometido a pagar sus impuestos a la ATC. La Generalitat pretende ampliar en el futuro este perímetro de empresas a las universidades presentes en la comunidad, apuntan estas fuentes.
En la propia guía remitida por la Generalitat a las empresas, se describe que tanto las autoliquidaciones como los ingresos pasarán por el portal electrónico de la Agencia Tributaria Catalana. Los modelos que habilita la Generalitat son los 111, 123, 115 y 116 –de retenciones de IRPF–, los 303, 349, 322 y 353 de IVA y el 202 de Sociedades.

Temor al control de la información

Al final, la ATC pretende actuar de ventanilla ante las empresas catalanas para servir de intermediario con la AEAT. Los temores de las fuentes empresariales contactadas apuntan a que el movimiento de la ATC sea un primer paso para que la Generalitat ingrese los impuestos estatales por su cuenta y contar con la información de las compañías. La semana pasada, la falta de seguridad jurídica fue una de las razones más esgrimidas por más de una decena de grandes empresas que emprendieron la huida de Cataluña hacia otros puntos de España. Como fuere, en la guía para las empresas públicas, la ATC especifica que en caso de no seguir el calendario de presentación, las firmas se pueden enfrentar a una «presentación fuera de término a la AEAT», que realmente es la que gestiona los tributos.

Avisos de Montoro

Curiosamente, las 145 empresas públicas que comenzarán a presentar sus datos a la ATC están especialmente vigiladas por el Ministerio de Hacienda. El departamento dirigido por Cristóbal Montoro remitió hace unas semanas una orden a los bancos en la que les pide controlar toda operación financiera de la Generalitat y de las empresas públicas correspondientes. Ello atañe a estas 145 compañías, que deben presentar un certificado de la intervención recogiendo que las citadas operaciones no sirven para financiar actividades ilegales, en referencia al proceso independentista. Hacienda controla ahora los 1.466 millones mensuales de recursos la Generalitat del sistema de financiación por impuestos como IRPF o IVA. El Ministerio paga directamente servicios públicos, funcionarios y proveedores.
Como ocurre con otros organismos autonómicos, la Agencia Tributaria Catalana recauda los impuestos propios de la Generalitat, además de otros cedidos como Sucesiones y Donaciones, Actos Jurídicos y Documentados o Patrimonio. La ATC cuenta con cerca de 700 empleados. Sin embargo, no es usual que una agencia autonómica gestione tributos estatales. La Agencia Tributaria Estatal cuenta en Cataluña con casi 4.000 empleados.

Guiño económico

Reforzar la Agencia catalana ha sido una obsesión de la Generalitat con Carles Puigdemont y, antes, con Artur Mas, con vistas a ampliar las competencias tributarias. Si en 2016 la plantilla era de 400 personas, a cierre de 2018 el número es posible que se duplique. Las ofertas económicas para técnicos de la ATC son superiores a la de la AEAT y, de hecho, la Generalitat ha tratado de atraer personal de la Hacienda estatal para su propia agencia. Octubre es el mes que marcará el futuro de la Hacienda catalana por el alza de procedimientos que gestionará frente al anterior recorrido de la ATC.