Mostrando entradas con la etiqueta F.C. BARCELONA. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta F.C. BARCELONA. Mostrar todas las entradas

martes, 3 de octubre de 2017

¿Qué ocurriría con el Barcelona en una Cataluña independiente?

El conjunto azulgrana quedaría inicialmente fuera de la Liga española y de las competiciones internacionales al desaparecer su federación autonómica

Imagen del Camp Nou vacío durante el partido entre el Barcelona y Las Palmas.
Imagen del Camp Nou vacío durante el partido entre el Barcelona y Las Palmas. REUTERS
La posible proclamación unilateral de independencia de Cataluña que maneja el Govern de la Generalitat tras el referéndum ilegal del 1 de octubre, afectaría al encaje de los clubes y sociedades deportivas catalanas que participan actualmente las competiciones españolas.En el caso del fútbol profesional (clubes de Primera y Segunda), Barcelona, Espanyol, Girona y Sabadell se verían inmediatamente afectados por la declaración de una supuesta República Catalana. Lo mismo les ocurriría a todos aquellos equipos catalanes que compiten en Segunda división B y Tercera.
“Ante la complejidad de lo que pueda suceder en el futuro con la independencia de Cataluña, dónde pueda jugar el Barça o no es algo que abordaremos cuando toque con la Junta y lo haremos con seny (cabeza), como decimos aquí”, aseguró ayer el presidente del Barça, Josep Maria Bartomeu, lo que advierte de la inexistencia por el momento de un plan por parte del conjunto azulgrana.
De constituirse Cataluña como estado independiente y atendiendo a la ley del deporte que rige toda actividad en España, todos los clubes catalanes quedarían fuera de las competiciones españolas al vulnerarse los requisitos que se establecen en la norma. Según recoge en el artículo 6 de la sección 4 de la Ley 1835/1991, "para la participación de sus miembros en actividades o competiciones deportivas oficiales de ámbito estatal o internacional, las Federaciones deportivas de ámbito autonómico deberán integrarse dentro de las Federaciones deportivas españolas correspondientes". Al constituirse el nuevo Estado Catalán, la Federación Catalana dejaría de representar a una autonomía española por lo que no quedaría enmarcada dentro de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF).
El artículo 99 del reglamente de los FEF también establece que "todos los clubes que quieran participar en competiciones oficiales en nuestro país deberán estar afiliados a la Real Federación Española de Fútbol e integrados en estas, además de en la federación de ámbito autonómico de la que sean miembros".
Javier Tebas, presidente de la LaLiga, también ha manifestado la imposibilidad de que el Barcelona pueda competir en España en el marco de una Cataluña independiente. "La Ley del Deporte recoge en una disposición adicional que solamente hay un Estado no español que puede jugar la Liga o competiciones oficiales españolas y es Andorra. Para esa modificación tendría que haber una modificación en el Parlamento y habría que ver si el sector afectado estaría de acuerdo o no", aseguró el mandatario el pasado mes de septiembre. Tebas respondía de esta manera a las declaraciones de Gerard Esteva, presidente de la Unión de Federaciones Deportivas de Cataluña y del Comité Olímpico Catalán (COC) en las que aseguraba que "en una Cataluña independiente el Barça tendría la suerte de poder elegir en qué Liga jugar". El COC, por su parte, envió una carta al Comité Olímpico Internacional antes de la realización del referéndum solicitando su reconocimiento "como miembro de pleno derecho" si el Sí ganaba en las urnas".
Las únicas vías aparentes atendiendo a los distintos reglamentos en liza para que el Barcelona pudiera participar en la Liga española, tendrían que ver con la modificación de la Ley del Deporte -que debería ser propuesta y aprobada en el Parlamento para el reconocimiento de la excepcionalidad de Cataluña igual que se establece en la actualidad con Andorra- o su inscripción en otra federación autónoma adscrita a la Federación Española.
Al margen de su exclusión de las competiciones españolas, los clubes catalanes también quedarían inicialmente fuera de cualquier torneo internacional como la Liga de Campeones o la Liga Europa. Salvo que Cataluña solicitase a la UEFA constituirse como una federación independiente -en este supuesto se crearía la liga catalana- y desde ahí los clubes lucharían por acceder a los puestos europeos.

Los ejemplos de la Premier League y la Ligue 1

En la Premier League inglesa compiten dos equipos que no pertenecen a Inglaterra como el Cardiff City y el Swansea, ambos galeses. Los dos clubes recibieron la aprobación de la Football Association (FA) para participar en su competición porque Gales pertenece al Reino Unido y por lo tanto su federación está inscrita en las competiciones inglesas, y después de alcanzar un acuerdo con la FA. Cardiff y Swansea comenzaron su participación desde las categorías más bajas del fútbol inglés hasta lograr el ascenso por méritos deportivos a la Premier. El caso opuesto al del Cardiff y el Swansea sucede con el Celtic y el Glasgow Rangers. Los dos clubes escoceses más potentes han mostrado a lo largo de los últimos años su interés en participar en las competiciones inglesas, aunque no han alcanzado todavía un acuerdo con la FA que se lo permita.
En ocasiones se ha mencionado la posibilidad de que el Barcelona pudiera solicitar el ingreso en la liga francesa (Ligue 1), amparándose en el ejemplo del AS Mónaco. Un club que pertenece al Principado de Mónaco, una ciudad-estado soberana, al margen de Francia e Italia, sus dos países vecinos. Sin embargo, el Mónaco, fundado en 1924, participó en la primera edición de la Ligue 1 en la temporada 1932 -1933 después de alcanzar un acuerdo deportivo, convirtiéndose en uno de los equipos históricos del campeonato francés.
Para que cualquiera de las dos posibilidades anteriores llegase a efecto la UEFA y la FIFA deberían posicionarse a favor después de que Cataluña fuera reconocida como comunidad política independiente

domingo, 18 de junio de 2017

Sin respetar a sus socios, el Barça se ha puesto al servicio del independentismo
 
Partido de Champions League en el Camp Nou, en 2016 -
Acaba de ganar la Copa de Europa en Wembley y se preparaba para disputar los Juegos Olímpicos de Barcelona 92. El periodista le preguntó: «¿Qué siente cuando escucha el Himno Nacional?». Y su espontánea respuesta fue tan escueta como elocuente: «¿Els Segadors?». En aquel 1992 Pep Guardiola ya tenía las ideas muy claras pero aún desconocía la evolución que iba a tener la semilla del independentismo que empezaba a germinar y la trascendencia de sus palabras 25 años después. La lectura del manifiesto pro independentista del pasado domingo le ha generado un alud de críticas. A los detractores que ya acumulaba por su pasado azulgrana (podría decirse que es el símbolo de los mejores años del club catalán) se le han sumado ahora los que censuran su implicación en el proceso secesionista. Nadie recuerda que en 2011 censurara a los que pitaban el himno español en las finales de Copa. «Hay que respetar todas las opiniones y el himno español hay que respetarlo», había asegurado entonces.
La imagen de Guardiola rodeado de esteladas este pasado domingo podría decirse que el último episodio de una política de cariz separatista iniciada con la llegada de Joan Laporta a la presidencia del club en 2003. Un Barça identificado tradicionalmente con el tronco central del catalanismo pasaba a abrazar sin complejos el independentismo, lo que sentó nada bien a una parte importante de la masa social del Barcelona.
En un momento de expansión de la marca y de exportar los colores azulgranas al mundo, las numerosas peñas culés lamentaron el uso exclusivo del catalán en actos oficiales que se realizaban fuera de Cataluña, o las acciones políticas del presidente, que se autodefinía como «catalanista desacomplejado». Toni Balaguer, presidente de la peña barcelonista de Andrátx, lamenta en declaraciones a ABC la deriva que el club ha tomado en los últimos años: «El Barcelona debería mantenerse al margen de la política, Somos muchos los culés, socios o no, que no compartimos estas ideas. Es una forma de excluirnos del club».
Muchos coinciden en que con Joan Laporta empezó todo. Al abogado se le podrán cuestionar sus decisiones aunque no que fuese de frente. «Creo que hay que hacer política con el deporte, por supuesto. Desde un club de fútbol hay que hacer país», señalaba coherente con su breve pero intensa etapa desde en el Parlamento catalán (2010) como impulsor de Solidaritat Catalana per la Independencia. Una de sus máximas era: «La independencia no se pide, se declara».
La llegada de Rosell en 2010 devolvió al club a un periodo más moderado, aunque el catalanismo del club no se cuestionaba. En 2013 se cedió el estadio para el llamado «Concierto por la libertad», organizado por la ANC. «La institución debe ser neutral, pero en el momento en que Cataluña como pueblo, con mayoría, decida qué es mejor para su futuro, el Barça siempre estará al lado de las decisiones que los catalanes tomen», explicaba cuando le preguntaban por su postura y la de la entidad.
La presidencia de Bartomeu mantiene una línea continuista con respecto a Rosell, aunque ha justificado la adhesión del club al Pacte Nacional pel Referéndum, asegurando que la postura no es independentista sino «democrática»: «Cataluña está viviendo uno de los momentos más decisivos de la historia reciente (...) El Barça no puede dar la espalda a esta realidad, sería absurdo. Cuando decimos que somos más que un club es porque fomentamos los valores que no son sólo los nuestros, sino los de nuestro país. Entre estos valores yo destaco el de la defensa de la democracia y la libertad de expresión».
La decisión levantó ampollas entre los seguidores culés que no comparten el sentimiento separatista que promueve la iniciativa de Carles Puigdemont. El malestar entre muchas peñas es evidente. Bartomeu quiso zanjar la polémica: «Más de uno se llevó las manos a la cabeza por la adhesión. No olvidemos que ya nos posicionamos en 2013 sobre este tema, cuando el presidente Rosell hizo un discurso por el derecho a decidir. Adherirse a este pacto es adherirse a la democracia, a la libertad de expresión. Esto no implica estar a favor de una posición u otra, eso sería un error (...) A los que dicen que el Barça hace política, les digo que el Barça no hace partidismo. Posicionarse a favor del referéndum no es ser partidista, sino ser barcelonista y catalanista».
Así estás las cosas ahora en el Barça, en un punto que no puede desligarse de lo que fue y significó el club desde su nacimiento, representando la mayoría de veces el mínimo común denominador de un catalanismo histórico. Había sido así durante la Dictadura de Primo de Rivera: en 1925, el campo de Les Corts fue clausurado seis meses por una pitada al Himno Real y el suizo Juan Gamper, fundador del club, se exilió un tiempo. Con la proclamación de la República, Josep Suñol i Garriga, diputado de Esquerra Republicana y fundador en 1930 del semanario «La Rambla», añadió a esa cabecera el subtítulo «Esport i Ciutadania». El que sería presidente del club subrayaba la identificación entre el catalanismo y el Barça. Fusilado en 1936 en el frente de Madrid, cuando el chófer del coche en que viajaba, se metió por error en las líneas franquistas, el nacionalismo actual lo ha representado como el otro presidente «mártir».
El F. C. Barcelona asumió un papel supletorio de expresión ciudadana bajo el franquismo, aunque sus miembros destacados como Juan Gich, Narcís de Carreras o Francesc Miró-Sans provenían de la burguesía que había apoyado al régimen franquista; quienes subrayaban la «función política» del Barça recordaban «agravios» como el frustrado fichaje de Di Stefano en 1953 –«sin él el Madrid no habría ganado tantos títulos»– o la noche de Guruceta; el 6 de junio de 1970 el árbitro donostiarra pitó penalty a favor del Madrid: aún se recuerda la lluvia de almohadillas y la posterior invasión del campo. Unos socios clavaron una bandera catalana –nunca se vieron esteladas como ahora– en el césped mientras retaban a la policía. Pero los «grises» no intervinieron. El Camp Nou no se cerró y se impuso una multa al club de 90.000 pesetas. Con el proceso de Burgos de fondo, el gobierno franquista evitó abrirse otro frente en Cataluña.
Perteneciente a la burguesía textil que sostenía Òmnium Cultural, Banca Catalana y el activismo de Jordi Pujol, el presidente Agustí Montal promovió el lema de «El Barça és més que un club» en una directiva infiltrada por pujolistas como Josep Lluís Vilaseca o Joan Granados. Como recordaba el añorado Javier Coma, autor del eslogan en 1973: «Yo veía el Barça como un fenómeno que, de algún modo, aglutinaba o simbolizaba, en el ámbito deportivo, la esperanza en el inmediato final de la dictadura».
En los años 70, con el campo repleto de publicidad de Banca Catalana, el Barça ya estaba al servicio del nacionalismo que en 1974 devino el partido político Convergencia Democrática. Fue en ese momento, recuerda el catedrático Francesc de Carreras, cuando le comentó a su padre –el expresidente Narcís de Carreras–, que con la democracia y sus órganos representativos, el Barça debía dejar de ser «más que un club» para ser un club. En las esferas nacionalistas la estrategia era bien diferente: en las primeras elecciones democráticas a la presidencia, Pujol pretendía culminar la ocupación nacionalista del Barça. El tiro le salió por la culata: el inesperado Josep Lluís Núñez, impopular constructor de chaflanes, ganó a Ferran Ariño –candidato del pujolismo– y consiguió atraer a su causa al «catalanísimo» Nicolau Casaus.
Núñez cometió infinidad de errores, pero siempre evitó que el club fuera instrumentalizado por la política nacionalista: entre los directivos del nuñismo, el entonces socialista y hoy independentista Jaume Sobrequés que siempre defendió al constructor con uñas y dientes. En su obsesión por encuadrar al barcelonismo en eso que Pujol llamaba «fer país», Convergència no regateó esfuerzos e infiltró la directiva con uno de los suyos: Sixte Cambra, actual director del puerto de Barcelona.
Lo que vino después es sobradamente conocido. Laporta, Sandro Rosell y el actual presidente Bartomeu... todos ellos se han envuelto en la estelada y han abierto el Camp Nou al soberanismo, mientras se veían envueltos en asuntos delictivos. En 2013, Coma lamentaba la manipulación del Més que un Club: «En los últimos tiempos ha sido utilizado como una proclama nacionalista, y ya no se sabe muy bien si también se usa y abusa del mismo como una hipotética plasmación del espíritu independentista o secesionista. Está claro que ahora se le otorga significados que no coinciden con los propios de su alumbramiento en 1973. Conviene puntualizar, aquí, que todo eslogan publicitario queda propiedad de la entidad que lo ha encargado y pagado, por lo cual me siento muy ajeno al uso que el Barça dispense al intelectualmente mío».
El Barça había renunciado a ser de todos sus socios y pasaba a servir a esa parte que impulsa el llamado Proceso. Hace demasiado tiempo, reconvertido en apéndice del soberanismo, que este club dejó de respetar a sus socios.

viernes, 9 de junio de 2017

Emiratos Árabes castiga con prisión a quien luzca Qatar en la camiseta del Barça

Crece la tensión diplomática en los países árabes por el terrorismo islámico.
Crece la tensión diplomática en los países árabes por el terrorismo islámico

Tras las reciente escalada de tensión diplomática entre Qatar y otros países árabes como Egipto, Arabia Saudí o Emiratos Árabes Unidos (EAU) por las acusaciones de apoyo al terrorismo islámico que ambos bandos se cruzan, la polémica ha llegado al punto de afectar al FC Barcelona. En EAU, los legisladores han tomado la decisión de castigar a las personas que vistan la camiseta del Barça con las distintas publicidades de Qatar o a aquellos que muestren la camiseta en redes sociales. Las penas llegan hasta los 15 años de prisión y los "infractores" de dicha norma se enfrentan además a una multa económica muy importante.
El FC Barcelona decidió comenzar sus patrocinios pagados en la camiseta con Qatar Foundation en 2011 y firmó el acuerdo con Qatar Airways en 2013. Ambos provocaron una gran polémica entre los aficionados blaugranas, una polémica que se revisita tras la prohibición en los Emiratos. Cabe recordar que los Emiratos Árabes Unidos son dueños de Fly Emirates, aerolínea que compite directamente con Qatar Airways y que patrocina a equipos como el Real Madrid, el PSG, el Arsenal, el Milan y el Hamburgo, entre otros.

martes, 6 de junio de 2017

“El talonario que pagó los mejores jugadores del Barcelona sirvió para financiar el terrorismo”











Juan José Aguirre es categórico al señalar que los musulmanes, atacados en Bangassou, "no tienen nada que ver con los bestias que atacaron Londres hace tres días"

terrorismo
Publicidad de Qatar Airways./Foto: LVC
El obispo cordobés de Bangassou se ha mostrado crítico con la situación de persecución por la que atraviesan los musulmanes de su diócesis. Por ello, el sacerdote ha sido categórico al señalar que quienes han sido atacados en Bangassou, “no tienen nada que ver con los bestias que atacaron Londres hace tres días”. Y ha recordado que en occidente se han producido situaciones en las que a un país como Qatar, acusado de financiar el terrorismo islámico, se le permite que su dinero sirva para patrocinar equipos de fútbol en Europa.
En su última comunicación, el prelado pone de relieve que “estos criminales en Europa, en Oriente, en Nigeria y Mali, han sido financiados por petrodólares y ya habéis leído que siete países han roto relaciones diplomáticas con Qatar”. En ese sentido, Aguirre asegura que “alguno de quienes se hacen pasar por inocentes, están dentro hasta el cuello, sin excluir ni al Tío Sam ni a las compañías que financian el terrorismo desde el corazón de Europa, para nuestra desgracia”.
terrorismo
Musulmanes refugiados en Bangassou por Juan José Aguirre./Foto: Fundación Bangassou
Unas duras palabras que han llevado al misionero cordobés a recordar algunos de sus escritos en los que denunciaba que “el mismo talonario que pagó los mejores jugadores del Fútbol Club Barcelona, sirvió para financiar el terrorismo”. Hecho que le ha llevado a poner de relieve que los dirigentes de ese histórico y honorable club no quisieron atender a esta terrible realidad. Y es que el sacerdote entiende que “el dinero lo compra todo, incluso el honor y la bandera de un club que ha dado al fútbol español tantas alegrías”. Y recuerda que el nombre de Qatar y la bandera del Barcelona se hermanan en la misma camiseta, lo que califica como una “vergüenza”.
Periódico digital La Voz De Córdoba