jueves, 11 de marzo de 2021

Inés, tu riqueza será nuestra ruina


Los tres tamayazos autorizados por ella en Madrid, Murcia y Castilla y León, que pueden degenerar en gobiernos socialcomunistas, arruinarán estas tres regiones


EDUARDO INDA

A los que mantenían que Inés Arrimadas hacía la pelota a Pedro Sánchez por “táctica política” como si fuera Golda Meir, Margaret Thatcher o Benazir Bhutto yo les negaba sistemáticamente la mayor. “Ésta está buscando que le den algo porque sabe mejor que nadie que Ciudadanos está literalmente muerto y, además, qué narices, no es una estadista”, replicaba a los unos, a los otros y a los de más allá. No hacía falta ser licenciado cum laude por la Facultad de Politología de Harvard ni gozar del coeficiente intelectual de Albert Einstein. Tan sólo era necesario contemplar atentamente día a día la evolución del romance entre un Partido Socialista con la peor gestión de la pandemia de Occidente, no en vano somos los número 1 per cápita del mundo en número de muertos, y una formación naranja que no tenía ninguna necesidad estratégica de acostarse con el enemigo. Por una elemental razón: sus míseros 10 escaños no eran ni son suficientes para que el primer ministro más inmoral de la España constitucional, Pedro Sánchez —¿quién, si no?—, deje de depender del terrorista Otegi, de Junqueras y de ese súbdito de Nicolás Maduro que es Pablo Iglesias. Aritmética que sí salía con el veredicto de las elecciones de abril de 2019, una oportunidad que Albert Rivera tiró a la basura tras perder el oremus personal y, posteriormente, el político. Que en este caso está meridianamente claro que la gallina fue antes que el huevo. Las últimas generales supusieron para Ciudadanos un Titanic sólo superado en democracia por la UCD de Calvo-Sotelo en octubre de 1982. Los naranjitos quedaron reducidos a la condición de formación residual, ni siquiera podían venderse al mejor postor al haber perdido la condición de bisagra. ¿Y qué hizo Inés Arrimadas de manera rastrera y miserable? Venderse al mejor postor. ¿Cómo, si no, se entiende que la primera vencedora constitucionalista en unas autonómicas catalanas lleve haciendo la pelota a Pedro Sánchez mañana, tarde y noche de un año a esta parte? ¿Cómo se va a transformar una persona tan avispada como ella en una tonta útil si no hay dinero o subvenciones y/o cargos por detrás? Nuestra protagonista es tan consciente como cualquiera de nosotros o más que el presidente del Gobierno que nos ha caído en desgracia no es ni tiene nada que ver con el joven socialdemócrata que conocimos antaño. Ahora es el socio de los proetarras, de los golpistas y de esos podemitas que quieren transformar la cuarta economía de la zona euro en una nación paupérrima pero subsidiada al más puro estilo bolivariano. Las cosas son normalmente lo que parecen. Una persona que defendía ardientemente la Constitución, que denunciaba la dictadura nacionalista en Cataluña y criticaba la normalización de ETA no puede haberse vuelto tan loca como para ahora ir de la mano de quienes abanderan todo eso. Salvo, claro está, que haya tomate. Los tres tamayazos autorizados por ella en Madrid, Murcia y Castilla y León, que pueden degenerar en gobiernos socialcomunistas, arruinarán estas tres regiones y dispararán la carga fiscal hasta límites insoportables. Gracias, Inés, tu riqueza será nuestra miseria. Jamás lo olvidaremos.


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