(Veinte motivos para no irse a la playa el 28-A)
No hacía falta que José María Aznar nos recordase desde casa de los Fierro que las del domingo son las elecciones más importantes de nuestra historia reciente. Ya lo había anticipado someramente OKDIARIO en la precampaña y en el banderazo de salida de la carrera del 28-A. Sea como fuere, es menester viralizar este desesperado SOS para que nadie sucumba a la tentación de quedarse en casa tumbado a la bartola o irse a la playa confiando en que otros harán el trabajo de salvar España metiendo la papeleta adecuada.
El que sin duda ha sido el mejor presidente de la democracia acierta, sin embargo, al apostillar éste por otra parte perogrullesco vaticinio: “Si gana la izquierda, habrá un cambio de régimen en España”. Lo cual significa que estamos ante unos comicios más sensibles incluso que las primeras elecciones democráticas, las de 1977, que ésas de 1982 que consumaron la Transición con la victoria de los que habían perdido la guerra o que ese referéndum de 1978 en el que nos regalamos las libertades que hoy día disfrutamos.
La aznariana tesis de que hay que agrupar masivamente el voto en torno al PP, lo dejo a su libre albedrío, querido lector, como no podía ser de otra manera. Tan cierto es que la centralidad de la derecha es Pablo Casado, porque Abascal no hará presidente a Rivera ni Rivera a Abascal, como que en Andalucía todos vaticinaban un castañazo histórico y se conquistó la Junta por primera vez en 38 años de autonomía. Dios o el diablo proveerán.
Se me ocurren 100, 200 o incluso 300 motivos para animar a todos ustedes a no vaguear el domingo próximo. Como quiera que tampoco es cuestión de aburrirles, no vaya a ser que provoque la reacción inversa, ahí van 20 razones para introducir el domingo que viene la papeleta con las siglas del PP, Ciudadanos o Vox:
1.-Unidad de España. Pedro Sánchez ha contestado “no es no” cada vez que le han cuestionado si autorizará un referéndum independentista en Cataluña. Pero ya se sabe: éste no le dice la verdad ni al médico. Sus machacas, comenzando por un Miquel Iceta que hace las veces de sherpa en el asunto catalán, lo han dejado meridianamente claro: “Si el 65% de los catalanes quiere la independencia, la democracia deberá encontrar un mecanismo para encauzar eso”. Blanco y en botella.
2.-Sí es sí al indulto. El todavía presidente del Gobierno no ha echado mano de su recurrente “no es no” cuando el interrogante ha sido otro: “¿Habrá indulto a los golpistas?”. No fui yo sino Pedro Sánchez el que admitió implícitamente que aplicará la gracia presidencial a los delincuentes que se sientan desde hace tres meses en el banquillo del Tribunal Supremo: “Dejen trabajar a los jueces y luego lógicamente tendremos que hablar de política”. Sobra decir que el indulto es uno de los peajes en la sombra de la investidura de Falconetti. Nuevamente, blanco y en botella.
3.-Junqueras. El presidente de ERC también empleó implícitos muy explícitos a la hora de referirse a su aliado Pedro Sánchez. No hace falta ser catedrático en Semántica para interpretar unánimemente las palabras de un Oriol Junqueras al que se permite hacer ruedas de prensa desde prisión mientras se hurta a Vox el derecho a participar en los debates electorales (cosa que sí se permitió a Podemos cuando era extraparlamentario). “Obviamente, preferimos investir otra opción que no investir a un Gobierno de extrema derecha”, apuntó el tejerito catalán. Nada nuevo bajo el sol. Más blanco y en botella aún si cabe.
4.-Otegi. José Luis Rodríguez Zapatero se refirió a este terrorista como “un hombre de paz” en la que constituye la afirmación más vil que jamás escuché a un presidente del Gobierno. Ahora este malnacido etarra es socio preferencial del Grupo Socialista en el Congreso, al que ha ayudado a sacar adelante sus decretazos. El partido que representa a los asesinos de 11 socialistas, Bildu, dio sus dos “síes” a la investidura de un Pedro Sánchez que, tal y como desvela la periodista Lorena Gómez-Lobato en el libro La Moción, acudió raudo y veloz a a agradecer el gesto a los bilduetarras aquel 1 de junio de infausto recuerdo.
5.-155, no es no. El programa de los socialistas subraya, aquí sí que no hay subterfugios, que en ninguna circunstancia aplicarán ese 155 que será mano de santo el día que se implemente como Dios manda para revertir 38 años de dictadura separatista e ilegalidad en Cataluña.
6.-Podemos. Si usted quiere vivir en un país en el que haya ministros a las órdenes de Maduro o de los ayatolás iraníes, ya sabe cómo ha de comportarse el próximo domingo 28: pasando de todo o votando a PSOE o Podemos. Las huestes de ese Pablo Iglesias cuya campaña se resume en dos palabras, “Inda” y “OKDIARIO”, ya han puesto precio al respaldo al secretario general socialista: entrar en el Gobierno de España.
7.-Iglesias ministro del Interior. El político de los piños negros, el que gusta azotar a las mujeres hasta que sangren, el que percibió 272.000 dólares en el paraíso fiscal de Granadinas, el que se compró un casoplón de 1,2 millones por 660.000 euros, ha dejado bien claro que quiere ser ministro del Interior. Acojona sólo de pensarlo. Imagínense a este esbirro de Chávez y Maduro controlando los pinchazos telefónicos, la UDEF, la Policía Judicial, los servicios antiblanqueo o la Guardia Civil. Beria, Hoover y Himmler quedarán reducidos a la condición de aprendices si el coletudo secretario general de Podemos es ministro del Interior.
8.-El fin de la España constitucional. Zapatero asesinó ese Pacto de la Transición que permitió que franquistas como Suárez y comunistas como Carrillo se dieran la mano, mandasen a esparragar el pasado y mirasen al futuro en busca de una España mejor. La Ley de Memoria Histórica es el símbolo de la resurrección del guerracivilismo y el consiguiente apuñalamiento de la España constitucional. El pensamiento único imperante ha provocado la demonización de todos los que no pensamos como ellos.
9.-Guerracivilismo. Last but not least. El fin de la concordia constitucional ha degenerado en la persecución física de los disidentes. Las agresiones, el acoso y los escraches a actos de PP, Ciudadanos y muy especialmente Vox se han convertido en el pan nuestro de cada día. Salvando las distancias, algo parecido a lo que sucedió entre 1933 y 1936 en España con las terribles consecuencias conocidas por todos. ¿Se han percatado en el pequeño gran detalle de que hay ataques de la izquierda a la derecha pero no al revés? ¿Curioso, no?
10.-Legitimación de ETA. Si usted quiere que lo de la banda terrorista quede como una anécdota de la historia, como algo que pasó pero que en realidad no fue para tanto, ya sabe lo que tiene que hacer: irse a la playa o votar PSOE, Podemos o sus asquerosos coleguitas de Bildu. Las incalificables últimas actuaciones de un PSOE que vota con los etarras en el País Vasco son la antesala de la reescritura de una historia que se resume en 857 asesinatos, cientos de huérfanos, miles de heridos, decenas de miles de extorsionados y 250.000 vascos y navarros exiliados.
11.-Independencia del País Vasco. Conozco mejor que nadie al PNV, básicamente, porque mi abuelo y mi madre eran de la formación creada por el racista Sabino Arana. Obviamente, he seguido en primera persona la evolución de un partido antaño gritón de la mano de Xavier Arzalluz y hoy día posibilista al abrigo del moderado Urkullu. El inquilino de Ajuria Enea está haciendo lo mismo que Pujol en su día: arañar competencias y pasta en silencio. El nacionalismo vasco era antes violento y no conseguía nada y el catalán iba de pacíficio y lograba todo. Vamos, que el mundo se ha vuelto del revés. Pero que nadie se engañe: el PNV quiere referéndum de independencia sí o sí. Y esa demanda caerá más pronto que tarde.
12.-Censura. El Tesisgate convirtió a un Pedro Sánchez hasta entonces razonable en su trato con los periodistas en un enemigo de la libertad de expresión. La creación en Moncloa de una oficina destinada a perseguir las fake news, lo cual en principio pinta bien, no es sino un intento de poner en la diana y desacreditar a los medios críticos. El que se porte bien, no tendrá ningún problema, al que desvele escándalos, abusos de poder o mangancias varias se le endosará el sambenito de mentiroso desde Palacio. Franco estaría orgulloso de Pedro Sánchez.
13.-Inmigración. Nada tengo en contra de que vengan extranjeros a ganarse el jornal a España. Entre otras cosas, porque hace no tanto éramos nosotros quienes nos íbamos extramuros a buscarnos la vida. Francia, Alemania, Bélgica y Reino Unido están atestados de Michels García, Pierres Pérez o Karls Martínez. Pero aquí caben los que caben y nuestro Estado de Bienestar da de sí lo que da de sí, no es un chicle que podamos estirar hasta el infinito. A los indecisos basta con proporcionarles un dato: desde que Sánchez irrumpió en Moncloa hemos pasado de 30.000 inmigrantes llegados ilegalmente por mar a cerca de 60.000. A los escépticos, otro: nuestra tasa de inmigrantes, el 13,8% de la población nacional, es superior a la de Alemania (11,9%), Francia (11,6%), Reino Unido (12,4%) y no digamos Italia (9,4%).
14.-Navarra. La coyuntura, y ya no sé si la estructura, en mi tierra es inempeorable. UPN y PP luchan como jabatos en solitario contra un Gobierno, el de Uxue Barcos, que en comandita con los bilduetarras y el silencio cómplice del Partido Socialista ha metido la directa para aplicar la Disposición Transitoria Cuarta de la Constitución. Se lo resumo en pocas palabras a los profanos en la materia: es el mecanismo legal para celebrar un referéndum de anexión de Navarra al País Vasco. Para destrozar la historia. Para consumar un anschluss más pacífico que el de Adolf Hitler, pero anschluss al fin y al cabo.
15.-Corona. La pervivencia de la monarquía constitucional requiere indefectiblemente de dos premisas: que sean ejemplares, cuestión que cumplen a rajatabla Don Felipe y Doña Letizia, y que gobierne la derecha o el PSOE en solitario o con la buena compañía de Ciudadanos. Todo lo demás será un sinvivir para Zarzuela, con los independentistas humillando a los Reyes cada vez que vayan a Cataluña o al País Vasco o Navarra y los podemitas exigiendo un plebisicito Monarquía-República.
16.-PIB. Todo lo que tocan los socialistas lo convierten en ruina. Zapatero nos legó la peor crisis de nuestra historia y Sánchez va camino de hacerle bueno si no lo paramos en las urnas. Conviene recordar que cuando este personaje se hizo con las riendas de España, el 2 de junio del año pasado, crecíamos al 2,9%-3% gracias a un Mariano Rajoy que sentó las bases de una economía sana y longeva en la que la exportación había tomado el testigo al ladrillo. Diez meses y pico después el PIB aumenta a un ritmo del 2,4% aunque todos los servicios de estudios coinciden en que cerraremos 2019 en un 2%. Y gracias. En resumidas cuentas y nunca mejor dicho: 10.000 millones de riqueza menos. La broma Sánchez nos está saliendo muy cara.
17.- Más paro. Esos 10.000 millones de PIB menos significarán 200.000 ó 250.000 parados más. Un drama. La era Sánchez se resume, de momento y hasta que se haga pública la nueva EPA, que será demoledora, en 126.000 parados más. Cabe recordar que la inutilidad del iluminado Zapatero nos llevó a un 26% de paro, los mismos guarismos que Estados Unidos cuando el crack del 29.
18.-Déficit desbocado. Tenemos la peor relación entre gastos e ingresos de los grandes países de la zona euro. El Banco de España prevé un déficit muy superior al 2% este ejercicio frente al 1,3% ordenado por Bruselas. Los brindis al sol en forma de electoralistas decretazos generarán un gasto extra de 12.000 millones o, lo que es lo mismo, un déficit del 2,5%. El ajuste será tremendo. Y el sufrimiento en forma de menos renta disponible y más paro insufrible. Tiempo al tiempo. Ojalá me equivoque.
19.-Más impuestazos. Si usted es masoquista y quiere que le disparen el IRPF, le suban el diésel y le sigan friendo a impuestos en la otra vida vía Sucesiones, vote PSOE, Podemos o quédese en casa. Si considera que su parné está mejor en su bolsillo que en el de la ministra Montero, opte por Partido Popular, C’s o Vox que, por cierto, plantea la oferta fiscal más barata.
20.-Au revoir, Montesquieu. Mucho me temo que si continúan gobernando Sánchez e Iglesias con el apoyo de golpistas y etarras, Montesquieu volverá a la tumba en la que lo metió Alfonso Guerra en 1985. Los ataques al Supremo, ejecutados por los tonton macoute podemitas, se recrudecerán hasta su sometimiento. Y el indulto a los golpistas, bien sea directo, es decir, de iure, bien con beneficios penitenciarios, esto es, de facto, supondrá un golpe casi irreversible a la división de poderes. Seremos el hazmerreír del mundo-mundial: el más alto tribunal dicta una sentencia y el poder político la convierte en papel mojado en menos de lo que canta un gallo.
Concluyo parafraseando a uno de los tipos más geniales que ha parido esta gran nación que aún responde al nombre de España: Manuel Benítez El Cordobés. El día que tomó la alternativa, un sábado de 1963 para la historia, espetó a su hermana Lupe: “O te compro el piso o llevarás luto por mí”. Crucemos los dedos para que el próximo domingo no tengamos que llevar luto por España. En sus manos está, querido amigo. La vagancia, el conformismo, la confianza y anteponer el corazón a la cabeza pueden resultar letales.
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