viernes, 12 de junio de 2020

Una banda de falsificadores


Eduardo Inda

Nada está peor visto en España que jugar con la muerte, aprovecharse de ella políticamente
o frivolizarla. Nuestros muertos son sagrados, seguramente más que en ningún otro país.
Ésta es una de las mejores costumbres de una nación con demasiadas malas costumbres. La
afición de este Gobierno al embuste es patológica y piramidal. Básicamente, porque Pedro
Sánchez es un mentiroso compulsivo. Hasta ahí todo dentro de lo normal. Estaríamos
simplemente ante un Ejecutivo más mentiroso que los anteriores. Nuestro cabreo se eleva al
infinito cuando comprobamos impotentes cómo esta banda, en soberbia definición de Albert
Rivera, se dedica a falsificar sistemáticamente las cifras de muertos provocados por una
pandemia cuyos efectos multiplicaron exponencialmente al negarse a suspender el 8-M y al
no confinarnos una o dos semanas antes. Las trampas de Sanidad darían para un best-seller,
vamos, que podríamos estar cantándolas y contándolas una semana y no terminaríamos. La
más cantosa de todas fue la que llevó al corresponsal de The New York Times a afear en
directo a nuestro presidente su conducta: «No conozco otro país que haya quitado 2.000
fallecidos de las estadísticas del coronavirus». Sea como fuere, la gran mentira sanchista es
sustancialmente más gorda: se sigue negando a incluir en las cifras oficiales los más de
10.000 decesos que Madrid y Cataluña se sacaron de la chistera hace un mes admitiendo
implícitamente que hasta ese momento habían estado engañando a la ciudadanía. De tal
suerte, que el Ministerio tan sólo contabiliza en estos momentos 27.136 fallecidos por
Covid-19 en los cuatro meses de pandemia. Una cifra a años luz de la real. Si sumamos,
como por ejemplo hace Okdiario, los datos reales de Cataluña y Madrid estaríamos en
40.236. Es decir, 13.000 más, que se dice pronto. Pero si trazamos la comparación entre el
número de fallecidos en estos cuatro meses con los mismos periodos de años anteriores, nos
situaríamos en unos escalofriantes 48.000. Son delictuosamente tramposos: la OMS obliga a
incluir en las estadísticas los casos probados y los probables. Hasta un recién licenciado en
Medicina sabe distinguir un cuadro de coronavirus de una simple gripe. Por no hablar de
ese Fernando Simón asegurando a diario que «en las últimas 24 horas ha habido cero
muertos en España» mientras no pocas comunidades le contradicen. Cruzo los dedos para
que esta mangancia tampoco les salga gratis. Se lo debemos a las víctimas y a sus familias.

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