Pasará a cobrar como senadora catorce pagas de 6.550 euros brutos
Que Susana Díaz perdiera las elecciones andaluzas es un embuste. Una trola. Una mentira. Lo que ahora llaman una noticia ‘fake’. Eso de que perdiera las elecciones es tan falso como la denuncia por la agresión por homofobia que tanto juego ha dado algunos, incluso después de desmentida. Susana Díaz no perdió las elecciones. Las perdió el PSOE, que tuvo que dar paso al «gobierno del cambio» de Juanma. Pero ella salió ganando un pastón. Que no es lo mismo. Ni a soñar que se hubiera echado le hubiera salido una operación tan redonda para su buchaca. De momento se quitó de encima la responsabilidad de tener que dirigir la mayor empresa de Andalucía, como es la Junta, en los peores momentos. Se quitó toda responsabilidad en la pandemia de coronavirus, que le cogió plenamente a Moreno Bonilla. A efectos de la pandemia, Susana quedó para criticar sin responsabilidad política alguna, no para tener que pechar con las saturaciones hospitalarias, las muertes, el envío de vacunas, las ayudas de Europa, vía gobierno de Madrid, a los damnificados en nuestra tierra por la crisis. Susana no tuvo que pechar con los confinamientos, las alarmantes cifras de contagiados diarios, las curvas de las diversas olas, las decisiones impopulares. Todo le cayó de lleno a Juanma. Y seguro que para sus adentros Susana Díaz pensaría más de una vez, cada vez que las noticias eran más adversas, graves y negativas:
-¡De la que me he librado! ¡Anda que pechen Juanma y Jesús Aguirre con el problema!
Y como las puertas giratorias siguen existiendo (como aquella del Ateneo de la calle Tetuán donde murió el poeta ultraísta sevillano Rafael Lasso de la Vega), Díaz tomó puerta, camino y mondeño para estar cómodamente instalada en el Parlamento andaluz como baranda del Grupo Socialista, sólo para criticar lo que hacían mal los populares. ¿Le salió mal su jugada de enfrentarse a Sánchez antes de la victoria del actual presidente para dirigir el PSOE? Yo creo que no, para mí que le salió de cine. Porque le retiraron la confianza y la depositaron en Juan Espadas como candidato futuro a la presidencia de la Junta, que es quien debe ahora perder el sueño.
Y a través de esa dorada puerta giratoria de las caridades con dinero ajeno, Susana Díaz tomó ayer posesión en Madrid como senadora autonómica. Echaron a otro para ponerla a ella. Un chollo. Pero de los de verdad. Susana Díaz, de estar con una mano detrás y otra delante como concejala en El Tardón, pasará a cobrar como senadora catorce pagas de 6.550 euros brutos: 3.051 como senadora y el resto como presidenta de la Comisión de Industria que han nombrado al que no creó una sola en Andalucía, más que la Faffe de la Junta. Y aparte de ello, más dietas y gastos de desplazamiento, entrará como rentable tertuliana en Telecinco con Rosa María Quintana y en la Cuatro con Risto Mejide, en el programa ‘Todo es mentira’. Desde luego que parece mentira cómo no ganar las elecciones ha montado en el dólar a Susana Díaz, sin responsabilidad alguna ante la opinión pública.
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