Ni les gusta la propiedad (salvo la suya), ni valoran el esfuerzo
‘Aló presidente’, la infinita homilía televisiva de Hugo Chávez, constituía un espectáculo tragicómico (cómico para los europeos, que veíamos con hilaridad sus paridas, y trágico para los venezolanos, que sufrían aquellos disparates). No faltaban cancioncillas, plegarias, idas de olla y bailoteos del sátrapa. Pero el clímax de cada emisión llegaba cuando el comandante resolvía los problemas económicos con su fórmula magistral de una sola palabra mágica: ‘¡Exprópiese!’. Y lo hacía: entre 2002 y 2012 nacionalizó unas 1.200 empresas, con lo que consiguió machacar la inversión, y a la postre, la economía de un país riquísimo.
En 2013, un joven profesor madrileño, un tal Iglesias Turrión, expresaba en la televisión venezolana, y de la manera más empalagosa, su admiración por la dictadura bolivariana, «un ejemplo democrático». «Lo que está ocurriendo aquí es la demostración de que hay alternativa», celebraba con vocecilla emotiva y teatral. Si alguien nos hubiese dicho entonces que aquel chaval que pelotilleaba al régimen de Chávez acabaría siendo vicepresidente y que en España se imitaría al chavismo, pensaríamos que nuestro interlocutor se había zampado un tripi. Pero aquí estamos. Ya hemos tenido nuestro propio ‘Aló presidente’ con los sermones televisivos de Mi Persona, semanales hasta que pasó a ponerse de canto ante la epidemia. También observamos, como en el chavismo, amenazas del Gobierno a la prensa e intentos de controlar a los jueces y eludir los controles democráticos. Así que solo nos faltaba la tercera pata del programa del comandante, el famoso ‘¡exprópiese!’. Y ya ha llegado: 56 viviendas confiscadas en Baleares a sus empresas propietarias bajo el argumento de que incumplían su ‘función social’ de ser utilizadas por la gente. Aplicando esa lógica kafkiana, ¿qué hacen muertos de risa en los concesionarios los automóviles de lujo que no acaban de venderse? ¡Exprópiense!, entréguense a los que no pueden compararse un coche. ¿Por qué permitimos que haya personas que guardan en los bancos ahorros que no tocan? ¡Exprópiense! ¿Qué es eso de tener un apartamento vacío en la costa para ir dos veces al año? ¡Exprópiese!
El problema medular de lo de Baleares es que no se trata de una rareza de un sector de iluminados del PSOE, sino que denota el espíritu del podemismo y del sanchismo polemizado que nos gobierna. No creen que la propiedad privada sea un derecho intocable -salvo si se trata del pazo de Galapagar- y sienten aversión hacia los éxitos económicos fruto del esfuerzo y talento personal, porque prefieren una rencorosa igualación a la baja a través de un reparto forzoso. Es decir, son lo que parecen: socialistas. Por eso crean inseguridad jurídica sobre el principio de propiedad, aprueban decretos que dan barra libre a los okupas, quieren limitar el alquiler y han comenzado a expropiar. Asombra que con lo que tenemos encima no acabe de despuntar una alternativa capaz de ganarles las elecciones. Casado, Arrimadas, Abascal: espabilen, pues ya estamos en la senda que lleva a los países al carajo.
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