Sánchez, en su primera visita a Marruecos cuando llegó a Moncloa.
La portavoz Montero trata de disimular el revés diplomático del Rey de Marruecos. Pero Rabat, de momento, se venga por la actitud de Podemos y deja a la ministra Laya en evidencia.
Moncloa ya sabe cómo se las gasta Mohamed VI. Y que en las relaciones diplomáticas, los desafíos y los gestos de cara a la galería realizados desde el Gobierno acaban teniendo sus consecuencias.
Las exigencias de Pablo Iglesias por un referéndum de autodeterminación en el Sáhara tras la última crisis entre Marruecos y el Frente Polisario han tenido como consecuencia inmediata la negativa del monarca alahuita a recibir a Pedro Sánchez durante la cumbre bilateral entre ambos países prevista para el próximo 17 de enero.
Así que, anunciada la venganza de Mohamed VI, la ministra portavoz María Jesús Montero se ha visto obligada este martes a salir al paso de esta nueva polémica surgida de la conocida estrategia de Iglesias de puentear al resto de ministros, en este caso la titular de Exteriores, Arancha González Laya.
Montero ha asegurado que el Gobierno no descarta que la cumbre bilateral que España y Marruecos celebrarán el 17 de enero se vea "ampliada" finalmente con una audiencia del Rey Mohamed VI y ha advertido que, si no es así, será por problemas de "movilidad" y no por un supuesto "malestar" de Rabat.
En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, Montero ha dicho que no le consta ninguna "queja o lamento" del Ejecutivo marroquí por las palabras del vicepresidente en favor de un referéndum en el Sáhara Occidental.
Pero poniendo la venda antes que la herida, la ministra portavoz ha defendido que, haya o no audiencia con el Rey, la Reunión de Alto Nivel tiene mucho interés para los gobiernos de los dos países, ya que sobre la mesa hay asuntos como el refuerzo de las relaciones económicas, la presencia de las empresas de ambos lados del Estrecho, la transición ecológica, la gestión ordenada de las migraciones y el refuerzo de las costas.
"La visita o no del Rey dependerá de la capacidad de movilidad y de la agenda pero nada tiene que ver con elementos ajenos a la propia reunión, hay una magnífica relación y un contacto fluido", ha sido la versión de Montero, que ha incidido en "desligar absolutamente" la audiencia real "de cualquier tipo de malestar" que haya hecho llegar Marruecos.
La ministra portavoz, María Jesús Montero, este martes tras la reunión del Consejo de Ministros.
En todo caso, ha dicho que los detalles de la agenda se están ultimando y ha pedido esperar a que se acerque el momento de la cumbre para comprobar la disponibilidad para cuadrar agendas. El Gobierno español, ha dicho, está "abierto a concertar nuevas citas en los próximos días" en función de "la preferencia que el Gobierno marroquí pueda plantear".
Pero lo cierto es que hace ya dos semanas que la actitud de Iglesias y de la cúpula de Podemos provocó un enorme malestar en Exteriores. Los diplomáticos conocen bien las estrategias del país vecino cuando se siente atacado y sus represalias.
EsDiario
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