El miércoles se le vio hundido en su escaño del Banco Azul de las Cortes, deslizándose ojeroso por el escurridero de sus supercherías, incapaz de aclarar la índole real de su clandestina reunión -envuelta en la neblina de la nocturnidad y alevosía del aeropuerto de Barajas- con la vicepresidenta de la narcodictadura venezolana, Delcy Rodriguez.
El viaje secreto de Delcy Rodríguez ha sido provechoso para Maduro. No sólo saboteó la venida de Guaidó, sino que logró que el Gobierno español lo degradara a jefe de la oposición.
Francisco Rosell ( El Mundo. )
No hay comentarios:
Publicar un comentario