El Gobierno que encabeza Sánchez, el político con más miedo a los periodistas que se recuerda, se sustenta en los indeseables pactos de su coalición social-comunista con los partidos que quieren romper España.
El hecho, ya de por sí rechazable en cualquier democracia que se precie, se vuelve especialmente perverso cuando vamos comprobando que sí existía una agenda oculta.
Solo así podemos explicar que Sánchez se vaya a reunir el próximo día 6 con Torra, cuando éste ya fue inhabilitado como parlamentario por la Junta Electoral Central, el Tribunal Supremo y el propio Parlamento autonómico de Cataluña.
Nunca nos gobernó nadie que despreciase más la ley y la verdad. Es un continuo desapego de la realidad, para crear ensoñaciones y ficciones que dejan asombrados a los ciudadanos.
Es el tic autoritario y dictatorial, con el que se abusa de la arbitrariedad en lugar de apoyarse en el armazón jurídico y legal del Estado democrático. Cataluña, Venezuela, Bolivia, presos etarras, reforma del Código Penal… demasiadas evidencias de que hay un pacto más allá de los papeles firmados. Huele a podrido como nunca en España.
El Astrolabio ( ABC )
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