Roger Español encabezará las listas de Junts per Catalunya en el Senado. El independentismo está tan perdido que ya no ficha a sus candidatos por lo que tienen sino por lo que han perdido. En Cataluña habíamos visto muchas cosas. Pero aún no habíamos caído en la bajeza de que fuera un mérito ser tuerto.
Ni Junqueras, que ha explotado todas las posibles emotividades, se había atrevido a convertir en lema su ojo a media asta. A partir de ahora, hacer currículos en Cataluña será toda otra cosa. ¿Oiga, y a usted qué le falta? Apúntelo, apúntelo, que aquí celebramos derrotas.
Hablando de carencias, Albano Dante Fachin ha anunciado ya que le votará. «Estos inventos -decía Joan Puigcercós (ERC) de los espabilados de su época- terminan con Convergència». Como la vaca ciega del poema de Joan Maragall, «avanzando por el camino del agua», aquí tenemos a Español siendo el nuevo icono de la lástima provinciana. Esto es el independentismo: peor que el victimismo, su folklore; como si quisieran burlarse de sí mismos -si fuera yo quien me burlara de ellos, no lo sabría hacer mejor.
Al catalanismo sólo le gusta presumir de lo que ha perdido: por eso son tan flacas sus ganancias. El 11 de septiembre, el referéndum que no fue, y ahora el ojo ausente de Español para acabar de colorear el truculento relato. Y eso es todo lo que puede presentar a unas elecciones: un hombre que queriendo arrojar una valla en la Policía, pierde un ojo.
¡Qué oscuro despropósito! ¡Qué triste patria! ¡ Qué sórdido gusto por la derrota, y cada vez más sórdido! Éste es el contenido político de Junts per Catalunya, esto es lo que Puigdemont tiene que decirte. El ojo perdido de Roger Español es a la política lo que Pilar Rahola es a la literatura.
Hace tiempo, demasiado tiempo, que el catalanismo supura por defecto en lugar de crecer en el amor por la vida. Hace tiempo, demasiado tiempo, que los independentistas hacen de la necesidad virtud, que a la mediocridad le llaman patriotismo, que aceptan quincalla como Dante Fachin porque se han vuelto tan vagos y tan mezquinos y tan pequeños que cualquier autoexigencia les parece una forma de fascismo.
Roger Español, candidato al Congreso. Entre su long lost eye y su lanzamiento de valla. El catalanismo se insulta y se perjudica tanto que el Estado ya sólo puede asistir al espectáculo. Hay días que estoy tentado de llamar al juez Marchena y decirle: «Manolo, absuélvelos». Por dura que sea la sentencia, ellos encontrarán un modo mucho más atroz de humillarse.
Salvador Sostres ( ABC )
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