viernes, 3 de mayo de 2019

Hachazo fiscal de ¡20.000 millones!, estaban avisados, que nadie se lamente

Pues nada, ya tenemos aquí la primera consecuencia inmediata, directa, en vena, del triunfo de Pedro Sánchez en las elecciones generales: una subida de impuestos de 20.000 millones de euros.
Nada nuevo bajo el sol, lo que ya se sabía y se avisó, que no era ninguna broma que el candidato socialista siguiera al frente del Gobierno. Así que pocos lamentos y aflojar el bolsillo, sobre todo la clase media, ese 40% de la población que no llega a los 60.000 euros y que tendrá que hacer frente a esta facturilla de nada que nos ha puesto Sánchez sobre la mesa.
Porque a los ricos de verdad, no se engañen, esto les da igual, tienen su Sicav y si no se llevan su dinero a Suiza, y hacen muy bien. No es agradable pagar las ínfulas de grandeza de una izquierda que, como se ha visto, tira el dinero en Planes E o en pagar sus campañas electorales, por poner un ejemplo.
Esto era lo que, a mi juicio, se tenía que haber evitado en estas elecciones, que nos lleven de nuevo a la ruina, a la subida del paro (ya lo han advertido hoy los autónomos, que el desempleo puede incrementarse un 40%)  y del déficit. Y sobre todo, que se acometa una reforma educativa que atente contra la concertada y la religión católica.
Cada momento político es distinto, a la hora de decidir a quién votar entre las opciones que más se acercan a lo que pensamos cada uno, y este, era la economía, el futuro del país y el prestigio exterior de España como país moderno, moderado y europeo.
Cuando no hay crecimiento económico, el trabajo se resiente y empieza una crisis más importante que la económica, la de valores y de la propia autoestima de la sociedad.
Todo el mundo estaba avisado, pero España ha elegido este camino, y hay que respetarlo.
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