Los ingresos procedentes de simpatizantes de Podemos se han disparado. Y lo han hecho justo de tal forma que han permitido compensar las siempre controladas y sospechosas donaciones, que casi desaparecen de forma instantánea en las cuentas del partido de Iglesias. Así, la formación morada ingresa un millón en cuotas camufladas como voluntarias para eludir el control del Tribunal de Cuentas.
La escalada de las aportaciones de los admiradores particulares de la formación de Pablo Iglesias crecen tanto que en sólo un año la recaudación procedente de esta vía se ha disparado en nada menos que un 50%. Y, así, el partido morado que tanto ha criticado la financiación privada de los partidos políticos ha conseguido pasar de 2,8 millones de euros en ingresos privados procedentes de “afiliados, adheridos y simpatizantes” a nada menos que 4,2 millones. Es decir, que tras afirmar que los partidos no deben recibir más fuente de ingresos que los procedentes de las arcas públicas para evitar el “dopaje” electoral de aquellas formaciones que defienden a los “ricos y poderosos”, su cifra de ingresos privados ha crecido de 2016 a 2017 en 1,4 millones de euros: un 50%. Y lo ha hecho, además, de tal modo que ha permitido amortiguar el objeto de análisis preferido del Tribunal de Cuentas: las “donaciones y legados” que en 2016 alcanzaron nada menos que 1,614 millones de euros en la formación morada.
Los ingresos de Podemos han crecido pudiendo amortiguar el objeto de análisis preferido del Tribunal de Cuentas: las “donaciones y legados”
La radiografía de las cuentas podemitas no deja lugar a dudas. En 2016 la cifra total recaudada por el partido morado a través de sus “afiliados, adheridos y simpatizantes” se situó en 2.801 millones de euros. Un año más tarde, al cierre de 2017, ese volumen ha crecido de forma más que considerable: ha pasado a 4,196 millones de euros, es decir 1,394 millones de euros más.
Lo más llamativo dentro de este desglose de ingresos es que, una pequeña parte de esta escalada de recaudación procede de las famosas donaciones que los podemitas que ocupan cargo público aseguran realizar a las arcas de su formación. Esa partida crece desde los 2,801 millones de euros hasta los 3,224 millones, con un ascenso de los ingresos de 423.000 euros.
Cuotas de afiliados
Pero donde se encuentra el avance realmente importante de la cuenta de resultados de la formación de Pablo Iglesias es en una partida supuestamente proscrita por Podemos: las cuotas de los afiliados, porque, según ellos, no se debía cobrar por formar parte del partido de la “gente” porque suponía dejar fuera “a la gente pobre”, a los de menos ingresos o recursos.
Pues bien, pese a repetir esa frase lo cierto es que en las cuentas de 2017 ha aparecido ese concepto. Y ha aparecido con tal fuerza que aporta a las cuentas de Podemos casi un millón de euros: 944.534,58 euros.
Lo mejor de la descripción que realizan los propios equipos financieros de Podemos es que siguen negando las cuotas pese a registrarlas en las cuentas como la partida que más se dispara. Así, en sus documentos oficiales, ellos hablan de “cuotas voluntarias”.
“Cuotas voluntarias” de las que pasan a describir su marcha y concepto: “Si bien hasta el ejercicio 2016 se contemplaban todas las aportaciones recibidas por particulares como donaciones, a partir de este ejercicio incluimos en este epígrafe aquellas aportaciones que, pese a ser voluntarias al no existir en Podemos ninguna cuota de afiliación, por su periodicidad fija, que puede ser mensual, trimestral o anual, y compromiso de pago al estar registrados en nuestro portal de participación, se asemejarían mucho a lo que es una cuota”, aclaran en la documentación presentada y que, como la de todas las formaciones, será analizada por el Tribunal de Cuentas.
Pero los podemitas subrayan: “Si bien insistimos, es totalmente voluntaria [la aportación de las cuotas]”. Es más, lo remarcan para acto seguido dejar constancia de que efectivamente se parecen mucho a lo que todo el resto de formaciones llama cuotas de afiliados sin matices: “Son aquellas que el partido ingresa a través de recibo domiciliado, tarjeta de crédito o transferencias que se realizan mensualmente”. Hay que recordar que sobran los casos en los que el Tribunal de Cuentas ha mirado este tipo de ingresos espontáneos para comprobar la naturaleza de las aportaciones.
Las cuentas también reflejan otros datos llamativos. Datos que compensan, además, la subida. Se trata, por ejemplo de la partida que muestra las donaciones y legados, que baja 1,4 millones de euros, justo lo mismo que lo que suben las “cuotas voluntarias” y justo en el mismo año.
El resultado es sencillo: gracias a esta causalidad, el Tribunal de Cuentas tiene encima de su mesa unas cuentas con unos ingresos que no suben y que ya no despiertan su ansia de encontrar porquería en las donaciones: porque ya casi no hay. Ahora hay “cuotas voluntarias”, pese a no estar reguladas.
La escalada de las aportaciones de los admiradores particulares de la formación de Pablo Iglesias crecen tanto que en sólo un año la recaudación procedente de esta vía se ha disparado en nada menos que un 50%. Y, así, el partido morado que tanto ha criticado la financiación privada de los partidos políticos ha conseguido pasar de 2,8 millones de euros en ingresos privados procedentes de “afiliados, adheridos y simpatizantes” a nada menos que 4,2 millones. Es decir, que tras afirmar que los partidos no deben recibir más fuente de ingresos que los procedentes de las arcas públicas para evitar el “dopaje” electoral de aquellas formaciones que defienden a los “ricos y poderosos”, su cifra de ingresos privados ha crecido de 2016 a 2017 en 1,4 millones de euros: un 50%. Y lo ha hecho, además, de tal modo que ha permitido amortiguar el objeto de análisis preferido del Tribunal de Cuentas: las “donaciones y legados” que en 2016 alcanzaron nada menos que 1,614 millones de euros en la formación morada.
Los ingresos de Podemos han crecido pudiendo amortiguar el objeto de análisis preferido del Tribunal de Cuentas: las “donaciones y legados”
La radiografía de las cuentas podemitas no deja lugar a dudas. En 2016 la cifra total recaudada por el partido morado a través de sus “afiliados, adheridos y simpatizantes” se situó en 2.801 millones de euros. Un año más tarde, al cierre de 2017, ese volumen ha crecido de forma más que considerable: ha pasado a 4,196 millones de euros, es decir 1,394 millones de euros más.
Lo más llamativo dentro de este desglose de ingresos es que, una pequeña parte de esta escalada de recaudación procede de las famosas donaciones que los podemitas que ocupan cargo público aseguran realizar a las arcas de su formación. Esa partida crece desde los 2,801 millones de euros hasta los 3,224 millones, con un ascenso de los ingresos de 423.000 euros.
Cuotas de afiliados
Pero donde se encuentra el avance realmente importante de la cuenta de resultados de la formación de Pablo Iglesias es en una partida supuestamente proscrita por Podemos: las cuotas de los afiliados, porque, según ellos, no se debía cobrar por formar parte del partido de la “gente” porque suponía dejar fuera “a la gente pobre”, a los de menos ingresos o recursos.
Pues bien, pese a repetir esa frase lo cierto es que en las cuentas de 2017 ha aparecido ese concepto. Y ha aparecido con tal fuerza que aporta a las cuentas de Podemos casi un millón de euros: 944.534,58 euros.
Lo mejor de la descripción que realizan los propios equipos financieros de Podemos es que siguen negando las cuotas pese a registrarlas en las cuentas como la partida que más se dispara. Así, en sus documentos oficiales, ellos hablan de “cuotas voluntarias”.
“Cuotas voluntarias” de las que pasan a describir su marcha y concepto: “Si bien hasta el ejercicio 2016 se contemplaban todas las aportaciones recibidas por particulares como donaciones, a partir de este ejercicio incluimos en este epígrafe aquellas aportaciones que, pese a ser voluntarias al no existir en Podemos ninguna cuota de afiliación, por su periodicidad fija, que puede ser mensual, trimestral o anual, y compromiso de pago al estar registrados en nuestro portal de participación, se asemejarían mucho a lo que es una cuota”, aclaran en la documentación presentada y que, como la de todas las formaciones, será analizada por el Tribunal de Cuentas.
Pero los podemitas subrayan: “Si bien insistimos, es totalmente voluntaria [la aportación de las cuotas]”. Es más, lo remarcan para acto seguido dejar constancia de que efectivamente se parecen mucho a lo que todo el resto de formaciones llama cuotas de afiliados sin matices: “Son aquellas que el partido ingresa a través de recibo domiciliado, tarjeta de crédito o transferencias que se realizan mensualmente”. Hay que recordar que sobran los casos en los que el Tribunal de Cuentas ha mirado este tipo de ingresos espontáneos para comprobar la naturaleza de las aportaciones.
Las cuentas también reflejan otros datos llamativos. Datos que compensan, además, la subida. Se trata, por ejemplo de la partida que muestra las donaciones y legados, que baja 1,4 millones de euros, justo lo mismo que lo que suben las “cuotas voluntarias” y justo en el mismo año.
El resultado es sencillo: gracias a esta causalidad, el Tribunal de Cuentas tiene encima de su mesa unas cuentas con unos ingresos que no suben y que ya no despiertan su ansia de encontrar porquería en las donaciones: porque ya casi no hay. Ahora hay “cuotas voluntarias”, pese a no estar reguladas.
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