sábado, 4 de noviembre de 2017

Una pregunta para los separatistas: ¿algo de lo que habéis hecho ha mejorado Cataluña?

¿Qué clase de amor por su tierra es ése que lleva a uno a provocar su ruina?

 

     
Ayer se conocieron los datos del paro en octubre, y el dato más llamativo es que Cataluña lidera la destrucción de empleo en España, con su subida más fuerte en ese mes en los últimos 9 años.
Inversiones y turismo huyen de la inestabilidad creada por el separatismo
Las cifras del paro es una de las consecuencias visibles de la inseguridad jurídica, de la inestabilidad política y de la crispación social que ha generado el golpe separatista. Otro de los efectos es que más de 2.000 empresas han abandonado Cataluña desde el 1 de octubre, entre ellas los dos bancos catalanes: Caixabank y el Sabadell. Empeñado en engañar a los catalanes para hacerles creer que la independencia daría lugar a una Cataluña idílica en la que todos los problemas desaparecerían como por arte de magia, el separatismo dijo que esto no ocurriría, y hasta hace un mes negó una huida de empresas, pero la realidad es mucho más tozuda que el más fanático de los nacionalistas. Por otra parte, las reservas hoteleras en Cataluña se han desplomado y por primera vez en la historia los viajes del Imserso a esa comunidad no logran cubrir sus plazas.
Quieren arruinar la campaña navideña con una rastrera estrategia formulada por Lenin
Ni siquiera esta situación hace rectificar al separatismo. Ayer, Joan Tardá, portavoz de ERC en el Congreso de los Diputados, proponía no instalar luces navideñas en la región hasta lograr la puesta en libertad de los exmiembros del gobierno catalán que están en situación preventiva, unos políticos que han sido imputados por delitos de rebelión, sedición y malversación de caudales públicos: delitos graves que acarrean, cada uno por separado, penas de cárcel. El alumbrado navideño, además de una función ornamental, sirve para animar a la gente a salir a la calle y hacer compras en los días más oscuros del año. El efecto de la propuesta de Tardá sería hundir todavía más la economía catalana en unas fechas en las que muchos comercios suelen tener sus mejores ventas. Tardá lo sabe, por supuesto. Como el resto del separatismo y de la extrema izquierda, ERC apuesta por la rastrera estrategia de “cuanto peor, mejor”, una máxima formulada por Lenin para provocar miseria con el fin de sacar tajada política del descontento resultante. Una forma miserable y ruin de entender la política, buscando a propósito hacer daño al pueblo para hacerlo más receptivo a las consignas demagógicas de los políticos populistas.
España ayuda a Cataluña y los separatistas dicen que “España nos roba”
A veces me pregunto en qué piensan algunos al apoyar un proceso que está arruinando su propia tierra. A día de hoy Cataluña es la comunidad española más endeudada a causa de las políticas de despilfarro del gobierno catalán. También es la región con más deuda por habitante: a cada catalán le correspondería pagar 10.178 euros. A Cataluña le corresponde ya la cuarta parte de los 286.000 millones de euros que suma en total la deuda de todas las comunidades autónomas. Desde 2012 el gobierno ha inyectado 82.000 millones en la comunidad entre rescates e inversiones, pero eso no ha servido para que los separatistas agradezcan la ayuda del resto de España. Al contrario. Los mensajes de “España nos roba” han seguido lanzándose desde las filas separatistas para seguir extendiendo una mentira: que la culpa de los problemas de Cataluña es siempre de los demás españoles, y no de los propios gobernantes separatistas.
El auténtico objetivo del golpe separatista: que unos políticos corruptos eludan la cárcel
Esos políticos separatistas han conseguido situar a Cataluña como la comunidad española con más políticos corruptos procesados judicialmente y una de las regiones de la Unión Europea con más corrupción política. El volumen de dinero saqueado por el nacionalismo catalán ronda los 3.000 millones de euros. Una cantidad astronómica que demuestra que estos personajes no entienden el poder como un acto de servicio, sino como un negocio. Esos mismos políticos corruptos, que se han lucrado a costa de los catalanes durante años, son los que ahora piden la independencia para poder eludir la acción de la Justicia. De hecho, la Ley de Transitoriedad aprobada por los separatistas a comienzos de septiembre para iniciar su proceso independentista, una norma anulada por el Tribunal Constitucional, incluía una amnistía para los dirigentes separatistas implicados en casos de corrupción.
¿La culpa de los problemas de Cataluña es de los demás?
A la vista de los datos que acabo de citar, me he acordado de una película: “American History X” (1998). En ella el actor estadounidense Edward Norton interpretaba a Derek Vinyard, un miembro de una banda neonazi que es enviado a prisión por asesinar a un joven negro. En la cárcel le visita Robert Sweeney, director de su instituto -interpretado por el actor afroamericano Avery Brooks-, que tiene la esperanza de hacer cambiar al joven fanático. Hay una escena que me gusta especialmente. En una conversación entre Sweeney y el preso neonazi, el profesor negro le cuenta su propia experiencia:
Hubo un momento en el que culpaba a todo y a todos por el dolor y el sufrimiento y las maldades que me pasaban, que veía que le pasaban a mi pueblo. Culpaba a todos, culpaba a los blancos, a la sociedad… culpaba a Dios. No encontraba respuestas porque hacía las preguntas equivocadas. Hay que hacer las preguntas correctas.
“¿Cómo cuáles?”, le pregunta el joven neonazi. Y el profesor responde: “¿Algo de lo que has hecho ha mejorado tu vida?” El joven se queda sin saber qué contestar, y al cabo de unos segundos niega con la cabeza y le ruega ayuda al profesor, entre lágrimas.
Yo amo a España y le tengo un gran cariño a mi tierra gallega. Es aquí donde me gustaría morir y ser enterrado, cerca de mi Ría. Entiendo que alguien quiera lo mejor para su tierra, pero no entiendo que alguien se sienta más patriota por odiar a los demás y acusarles de todos los males posibles. La mejor forma de contribuir a hacer de tu tierra un lugar mejor no es culpar a los demás de tus problemas, sino trabajar para resolverlos. Igual que Robert Sweeney se lo preguntaba al joven Vinyard, hoy me gustaría preguntar a los partidarios de ese golpe separatista: ¿algo de lo que habéis hecho ha mejorado Cataluña? ¿Es hoy Cataluña más próspera? ¿Ha mejorado la convivencia, quizá? Más bien parece todo lo contrario. Cataluña sufre un clima de crispación social y una situación política que amenaza con hacerle perder su prosperidad y su verdadera libertad. ¿Es éste el paraíso que os prometieron, el paraíso con el que soñabais? ¿Queréis mejorar vuestra tierra arruinándola, excluyendo al que opina distinto, liquidando la libertad para disentar y tirando por la borda el prestigio de Cataluña? ¿Qué clase de “patriotas” son esos que quieren convertir vuestra tierra en una ruina y en una sociedad al borde del enfrentamiento civil?

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