miércoles, 8 de junio de 2016

Los supersueldos y promesas incumplidas de Carmena, Kichi, Colau y Ribó

Los supersueldos y promesas incumplidas de Carmena, Kichi, Colau y Ribó
 
Venían prometiendo el oro, más trabajo y menos sueldo. Lo cierto, es que han dado empleo, sí, pero a familiares, han paralizado inversiones y la mayoría cobra más que Rajoy.

"Los alcaldes del cambio". Así les presentan en medios y arengas políticas entre Unidos Podemos y PSOE, que llegaron a la política con promesas de más trabajo, acabar con los desahucios, bajarse el sueldo y no emitir deuda municipal para mantener las arcas públicas dedicadas a acciones sociales.


Venían con el tesoro de la promesa y cosecharon un resultado suficiente para los socialistas les apoyaran en Madrid, Barcelona y Valencia. Sus promesas se incumplieron desde el primer día de tomar los bastones de bando. Ni han paralizado los desahucios que prometieron, mientras han cortado de raíz inversiones millonarias, que hubieran generado miles de puestos de trabajo. Los alcaldes del cambio venían con la promesa de no cobrar más de tres veces el Salario Mínimo Interprofesional.

Manuela Carmena, la alcaldesa de Madrid, no solo incumplió la promesa de bajarse el sueldo, sino que se lo subió en 1.000 euros respecto a su predecesora, Ana Botella, hasta los 101.000 euros al año. Asimismo, además de colocar a 44 familiares de Ahora Madrid en el Ayuntamiento, subió el sueldo de altos cargos. Luis Cueto, sobrino de Carmena, percibe 90.647,50 euros brutos; el sueldo del presidente del Pleno de Madrid, Mauricio Valiente, cobra ahora más de 98.000 euros, 20.000 más de lo que percibe Rajoy. Los asesores y cargos de confianza cobran 43.000 hasta los 90.000 euros.

Por otro lado, Carmena, de la mano con Carmona (líder del PSOE en Madrid), tumbaron  la "operación Chamartín", un gigantesco proyecto que habría dado 121.000 puestos de trabajo en una ciudad que tiene casi 500.000 parados. La inversión que se ha ido ahora por el desagüe alcanzaría los 6.000 millones. Ahora Madrid ha preferido otro proyecto, con la mitad de superficie y solo algunos edificios de 40 plantas, frente a los rascacielos que proyectaba Grupo Castellana Norte. Pero no es la única, también ha puesto numerosas trabas a otros inversores, como Wanda, que finalmente remodelará el Edificio España, pero mantiene en vilo la operación Campamento, entre otras.

Ada Colau, la alcaldesa que lideró la PAH, prometió bajar los sueldos y llevar las instituciones al pueblo. Lo cierto, es que la nueva casta recibe 100.000 euros al año, mientras que los asesores y tenientes de alcalde perciben 98.000 euros. También ha dado trabajo a familiares, como a su pareja,Adrià Alemany, quien se encarga de las relaciones políticas e institucionales de Barcelona en Comú. Tras conocerse el fichaje, Colau le justificaba porque cobraba menos. Las medidas de Colau contra el sector turístico han dejado 3.000 millones de euros menos en inversión hotelera y unos 10.000 puestos de trabajo. La moratoria hotelera, además, suspendió 35 proyectos.

Joan Ribó, el alcalde de Valencia, cobra 20.000 euros menos que Carmena, 82.602 euros brutos, pero más que Rajoy. También es un agente colocador, ya que su pareja fue contratada después de su llegada por el consejero de Educación, Vicent Marzà. Con Compromís en el poder se han perdido inversiones por valor de 1.000 millones de euros y la creación de 20.000 puestos de trabajo al poner trabas a Singapur ARC Resort, que no solo iba a invertir en Valencia, sino en Castellón y Sagunto.


José María González, 'Kichi', el polémico alcalde de Cádiz, cobra 2.500 euros mensuales, y prometió no cobrar más de 1.880 euros. Pese a que dona el excedente, lo cierto es que declara por el sueldo que percibe. Ha colocado a miembros de su partido en una convocatoria pública de cuatro plazas, y se excusó diciendo que eran los que tenían su confianza y capacitación. En Cádiz, una de las provincias más castigadas por el empleo, se han paralizado inversiones, mientras ciudadanos han irrumpido en los plenos para implorar trabajo. Kichi decidió expulsarles en vez de escucharles.

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