El partido de Pablo Iglesias vuelve a retratarse, esta vez en el Congreso
Podemos volvió a evidenciar sus compromisos con el régimen chavista: el partido de Pablo Iglesias no quiso apoyar una moción pidiendo libertad para los presos políticos venezolanos.
Las torturas denunciadas por la ONU y que Podemos no quiere condenar
Cuatro partidos de la extrema izquierda fueron los únicos que no siquieron respaldar esa iniciativa a favor de los derechos humanos: Podemos se abstuvo, y Bildu, ERC e Izquierda Unida votaron en contra. Haciendo acopio de un tremendo cinismo, el portavoz de exteriores de Podemos, Pablo Bustinduy, dijo que esa moción pretendía “alimentar una operación para desautorizar a una fuerza política”. Antes bien, Podemos se desautoriza a sí mismo al actuar como animadora de un régimen que viola los derechos humanos. La existencia de esas violaciones no es cosa que me invente yo, o que se saquen de la manga malvados rivales políticos para dejar mal a Podemos. En noviembre de 2014 el Comité de la ONU contra la Tortura denunció las torturas y abusos sufridos por los opositores venezolanos. En un informe basado en 30.000 denuncias presentadas entre 2011 y 2014 a causa de las medidas represivas del régimen venezolano, la ONU denunció “palizas, descargas eléctricas, quemaduras, asfixia, violación sexual y amenazas” a presos políticos en ese país. Una de las personas que fue objeto de ese maltrato fue la jueza María Lourdes Afiuni, que tras ser detenida por orden de Hugo Chávez por liberar a un preso político, fue violada por un agente de seguridad que salió impune. Todo esto, por lo visto, a Podemos le importa un bledo.
En 2014 Podemos votó en contra de una condena de la represión chavista
Como ya adelanto en el título de esta entrada, no es la primera vez que Podemos se niega a apoyar a los presos políticos venezolanos. En diciembre de 2014 Podemos votó en la Eurocámara contra una moción de condena de la represión en Venezuela, moción que fue aprobada con 476 votos a favor, 109 votos en contra y 49 abstenciones. En una muestra de lo poco que les importan los derechos humanos de esos presos, los eurodiputados de Podemos -entre ellos Pablo Iglesias- ni siquiera se dignaron a aparecer durante el debate. Su apoyo a un régimen tan vergonzoso e indefendible como el chavista no respondía sólo a causas ideológicas: Hugo Chávez financió con 7 millones la aparición de Podemos, como demuestra un documento publicado este mes.
Votó en contra de condenar el asesinato de un niño de 14 años
La situación se repitió en marzo de 2015, cuando Podemos votó en contra de una segunda moción para condenar los crímenes chavistas en la Eurocámara. Esta moción pedía al gobierno venezolano revocar el permiso a las fuerzas policiales para usar “fuerza potencialmente mortal, ya sea con armas de fuego o de otro tipo capaces de matar, en el control de manifestaciones de civiles”. Por lo visto, a Podemos eso de liarse a tiros contra manifestaciones de la oposición en Venezuela no le parece digno de condena. La moción también denunciaba que hay “civiles detenidos en una prisión militar”, algo “incompatible con las normas internacionales”, pero que a Podemos no le parece digno de condena si los presos políticos encarcelados no son de la cuerda ideológica de Pablo Iglesias, por lo que parece. Además, la iniciativa parlamentaria condenaba “la muerte por impacto de bala de Kluivert Roa”, un niño de 14 años asesinado por un policía chavista. Que Podemos se haya atrevido a votar contra una condena como ésta es algo que demuestra su bajeza moral.
Podemos, un caso de ultraizquierda típica
Por supuesto, que un partido de ultraizquierda se niegue a condenar las violaciones de derechos humanos de un régimen de ultraizquierda ya forma parte de la tradición de ese extremo del mapa político. IU, el BNG y el PCE lo vienen haciendo desde hace décadas para respaldar a la dictadura comunista cubana. Después de todas sus patrañas sobre la transversalidad, asegurando que ellos no eran izquierda sino los de abajo, lo que ya ha quedado claro es que Podemos es un partido de ultraizquierda típica, con devoción por terroristas como Otegi y por tiranos como Hugo Chávez, incapaz de condenar a los violentos que alberga en sus filas -incluso a condenados por agresión como Bódalo- y dispuesto a justificar cualquier barbaridad con tal de que la haya hecho un tipo de su misma ideología. Esto debería servir de aviso a muchos que les han votado, porque si algo caracteriza a los totalitarios es que no toleran la discrepancia ni tan siquiera en sus propias filas. Que luego no digan que no estaban advertidos de lo que podía pasar.
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