Les acusó de pedir 'venganza' por exigir Justicia: hoy ha repetido el lema
“Hoy no toca hablar de venganza”. Ésta ha sido la respuesta de Pablo Iglesias sobre un posible apoyo de Podemos al Pacto Antiyihadista firmado por el PP y el PSOE en febrero.
¿Qué le molesta de un pacto destinado a combatir el terrorismo yihadista?
Ese pacto se plasmó en la Proposición de Ley Orgánica por la que se modifica la Ley Orgánica 10/1995 (ver texto), con la que se implementaron diversas medidas para perseguir el terrorismo yihadista. Pablo Iglesias ha dicho hoy: “No nos sentimos identificados en los valores de ese pacto, pensamos que combatir al yihadismo implica defender los valores europeos”. Y ha insistido: “Hoy no toca hablar de venganza, eso sería caer en el juego del terrorismo, toca reivindicar la fortaleza de nuestro valores que se fundamentan en la libertad, la democracia y el respeto de los derechos humanos”. Me pregunto si Pablo Iglesias ha leído el texto de dicha reforma, y si nos podría explicar en qué vulnera la libertad, la democracia y los derechos humanos. Los únicos puntos de dicha reforma que afectan a cuestiones de opinión son los Artículos 578 y 579, que persigue el enaltecimiento y justificación de los delitos terroristas. ¿Eso le molesta a Pablo Iglesias, acaso?
¿Irán y Venezuela representan el concepto de democracia de Pablo Iglesias?
Por otra parte, ¿cómo se atreve Pablo Iglesias a hablar de democracia, de libertad y de derechos humanos después de haber asesorado a la dictadura bolivariana de Venezuela, incluso guiando la guerra sucia contra la oposición democrática? ¿Cómo se atreve a hablar de derechos humanos después de haber votado en la Eurocámara contra dos mociones de condena de los crímenes chavistas? ¿Su idea de la democracia y los derechos humanos se traduce en ser presentador de un programa en un canal de televisión propiedad de la República Islámica de Irán, país que condena a muerte a cristianos, lapida a adúlteras y ahora a homosexuales?
Quiere vencer a los terroristas con “grandezas de la democracia”
Además, Pablo Iglesias ha afirmado que “esto no se para con aviones ni misiles, sino con grandezas de la democracia”, y ha añadido que “las políticas belicistas no han servido para apagar incendios, sino para avivarlos”. Desde luego, con misiles y aviones no basta para derrotar al Estado Islámico: hace falta también una intervención terrestre. Pero al líder de Podemos incluso los aviones y los misiles le parecen demasiado. ¿Acaso pretende frenar a los terroristas del ISIS, que están masacrando a miles de personas, mostrándoles “grandezas de la democracia”? Mientras el ISIS decapita, quema vivos, fusila, ahora y aniquila de otras formas brutales a multitud de personas por su religión, por su orientación sexual o por cualquier otra circunstancia, ¿lo que pretende Pablo Iglesias es que nos sentemos a mirar esos crímenes sin hacer nada, a ver si algún día los del ISIS caen de la burra y se vuelven demócratas y tolerantes?
“Venganza”: la misma consigna que usó contra las víctimas de ETA
Que Pablo Iglesias confunda la Justicia con la venganza ya dice mucho del concepto que tiene él de la lucha contra el terrorismo. Pero además las hemerotecas le dejan en evidencia. Esto dijo Pablo Iglesias cuando la AVT rechazó el excarcelamiento del sanguinario etarra Bolinaga:
Máximo respeto a las víctimas pero que la AVT rechace la excarcelación de un enfermo terminal más parece venganza que compromiso con la paz
En 2013, en un programa de televisión de la Cuatro, volvió a arremeter contra las víctimas acusándoles de buscar “venganza”:
El derecho penal debe servir para proteger a la sociedad, no para satisfacer el deseo de venganza de víctimas y público @mananascuatro
El empeño populista de desarmarnos moral y culturalmente
Es muy revelador que Pablo Iglesias use sobre los atentados de anoche en París los mismos argumentos que ya empleó para descalificar a las víctimas de ETA. Aunque le pese a este personaje, uno de los deberes de la democracia es combatir al totalitarismo y al terrorismo en todas sus formas. Si Pablo Iglesias se cree que la civilización se defiende cruzándose de brazos ante los bárbaros que masacran a miles de inocentes, sólo puedo dar gracias de que no dependiese de tipos como él la posibilidad de derrotar al nazismo en la Segunda Guerra Mundial. De hecho, no es la firmeza contra el terrorismo lo que desean los terroristas, sino las políticas de apaciguamiento, es decir, que las sociedades democráticas cedan a su chantaje y les concedan lo que piden a cambio de una falsa paz basada en la cobardía, la injusticia y la impunidad para los criminales. Que Pablo Iglesias atribuya a la firmeza contra el yihadismo que este actúe es como culpar a la existencia de porteros de que se metan goles. Obviamente, combatir al yihadismo no nos garantiza que no vaya a haber atentados, pero cruzarnos de brazos y ceder es la mejor garantía de que el terrorismo campe a sus anchas. Si Pablo Iglesias no es partidario de esa firmeza es -y esto hay que decirlo sin rodeos y sin complejos- porque la extrema izquierda a la que él pertenece está empeñada en desarmar moral y culturalmente a Occidente, porque sólo en el vacío moral y cultural resultante tiene alguna posibilidad de arraigar su charlatanería totalitaria, que tanta miseria y opresión ha sembrado ya en buena parte del mundo.
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