Mariano Rajoy asegura que el tesorero y senador, Luis Bárcenas (PP) lo engañó. Pero no a él solo: “No fui el único, señorías. El Tribunal Superior de Justicia de Madrid archivó la causa contra él, y en octubre de ese mismo año ratifica el archivo. Cuando vuelve a la Audiencia Nacional, el instructor decide reabrir la causa contra el extesorero. Todo aquello tenía muchos elementos dudosos”. También “la fiscalía señaló en un primer momento que no existían indicios suficientes para una imputación. Además, estaba muy reciente un episodio en el que una persona que hoy con toda justicia se sienta en el banco azul, el ministro de Industria, Energía y Turismo [José Manuel Soria], había experimentado en carne propia una injustificada persecución por acusaciones que después se revelaron como totalmente falsas”.
La tesis del presidente del PP, que expuso con detalle aprovechando un éxodo veraniego del 1 de agosto pero que recoge el Diario de Sesiones, es que Bárcenas también engañó a los fiscales. O algo peor: “No existían motivos claros para creer en la acusación y sí para pensar que estábamos ante un acoso injusto. Creí en la inocencia de esa persona, como creería en la de cualquiera de ustedes que se encontrara en un trance semejante, mientras los hechos no desvirtuaran esa presunción de inocencia”.
Y todo se debe al sistema procesal español, que está mal hecho: “en el sistema penal español los testigos que están obligados bajo juramento a decir la verdad si no lo hacen incurren en un delito, y pueden acabar en la cárcel. Al acusado sin embargo se le permite no declarar e incluso mentir en defensa propia. El acusado tiene derecho a mentir, a esconder la verdad, a negar los hechos, a fantasear, a transferir su culpa a otros, a rodearse de circunloquios, a inventar excusas, pretextos, justificaciones, en una palabra, tiene todo el derecho a defenderse como mejor le parezca, incluso a cambiar de versión cuantas veces quiera”.
“Eso es lo que está haciendo el señor Bárcenas, señorías, defenderse como mejor le parezca, poniendo el foco en el Partido Popular. ¿Por qué ha escogido ese camino? Eso es algo que yo no sé. Señorías, yo no puedo decirles otra cosa sino que son falsas sus acusaciones, son falsas sus medias verdades, y son falsas las interpretaciones de la media docena de verdades que emplea como cobertura de sus falsedades”.
“El juez determinará lo que proceda sobre cada una de las insinuaciones, pero ya les adelanto yo que en el Partido Popular ni se ha llevado una doble contabilidad ni se oculta ningún delito. ¿Se han pagado sueldos? Sí. ¿Se han pagado remuneraciones complementarias por razón del cargo? Sí. ¿Se han pagado anticipos o suplidos a justificar por gastos inherentes al desempeño del cargo? También, como en todas partes. Es de justicia”.
¿Por qué pagaba Bárcenas en metálico y en sobres? ¿No es un procedimiento habitual con el dinero negro? Rajoy tiene una explicación: “Se ha pagado por un trabajo, se ha pagado en blanco y se ha incluido el pago en la contabilidad. Ya es una responsabilidad individual declarar los ingresos privados a Hacienda, y de eso ni el señor Bárcenas ni nadie que no sea la Hacienda pública sabe nada. Por lo que a mí respecta yo les aseguro que siempre he declarado todos mis ingresos. Mis declaraciones de la renta y de patrimonio de los últimos diez años están a la vista de todo el mundo y me parece que tienen bastante más valor que un renglón escrito al vuelo en un papel arrugado”.
“Si todo lo que aparece en los papeles del señor Bárcenas tiene la misma consistencia que en lo que a mí se refiere, estamos ante una asombrosa e imaginativa colección de falsedades, como el tiempo y la justicia demostrarán. Lo que sí sabemos es que el único hecho probado hasta hoy es el del dinero que ha aparecido en las cuentas del señor Bárcenas en la banca suiza”, añade sobre los famosos “sobres” y cuentas helvéticas.
Según su relato, “esta es una historia que comenzó hace más de cuatro años, a principios de 2009, cuando un buen día nos enteramos de que al tesorero del Partido Popular lo habían imputado por el llamado caso Gürtel. El juez Garzón, que era el instructor, acusaba al señor Bárcenas de haber cobrado comisiones ilegales. Poco después supimos que la operación judicial había venido acompañada de una cacería [en la finca Cabeza Prieta de Torres (Jaén)] en la que, entre otros, participaron el juez instructor y el entonces ministro de Justicia [Mariano Fernández Bermejo], que tuvo que presentar la dimisión por este episodio. Estábamos en vísperas de varios procesos electorales en Galicia, en el País Vasco y en el Parlamento Europeo”. Eso fue lo que le indujo a pensar que era una persecución política en lugar de una simple investigación judicial sobre una trama mafiosa.
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