jueves, 9 de octubre de 2014

Una liga en autobús

En un Barça-Masnou habría tanta emoción como en los partidos que le organizaba Rodman a Kim Jong-Un
 
«Solo saben decir no y señalar la Ley». De eso se quejan los partidarios de la secesión cuando les niegan sus pretensiones. Pero aún se calla el argumento definitivo. El Barcelona (y el Español) serían equipos con Estado, pero sin liga, salvo que se reeditase el campeonato de Cataluña, una competición que, con origen en la Copa Macaya, ya existió a inicios de siglo XX. Pero es que entonces no había Primera división (comenzó en el 1928) y a algo tenían que jugar. El saldo para el FCB fue el siguiente: 1.356 goles a favor y 386 en contra. Un bodrio. La revista satírica Xut, que se editaba en Barcelona en los años treinta, tiene una viñeta que describe la excitación que producía esa liga. En un teatro de El Paralelo aparece una vedette con bigote (el Barça) seguida de vicetiples (el Masnou, el Europa, el Júpiter...) y una letrilla: «Aqui caic, allà m’aixeco / i vaig fent la bescambrilla, / procurant que amb l’Espanyol / hi hagi emoció y taquilla». Traducimos: «Aquí caigo, allí me levanto/y voy haciendo la bescambrilla,/procurando que con el Español/haya emoción y taquilla». La bescambrilla era un jueguecito de cartas en el que gana quien más puntos suma. Ya lo tenían claro.

Sin Tamudo no hay rival

En Escocia hay una dura competencia entre el Celtic y el Rangers, pero además tienen al Hibernian o al Aberdeen. En Cataluña, sin Tamudo, no queda contestación.
La rutina de ver un Barcelona-Masnou y luego un Olot-Barcelona retrata mejor que nada el fenómeno nacionalista de que nadie te lleve la contraria. Incluso en la Rumanía de Ceaucescu a veces perdía el Steaua. Pero ante la Pobla de Mafumet la posesión podría alcanzar el cien por cien. Habría tanta emoción como en los partidos de baloncesto que Rodman le organizaba a Kim Jong-Un y en los que siempre tenía que ganar Corea del Norte. Incluso la catalanidad de los rivales parecería en entredicho. El Barcelona tiene un efecto absorbente de lo catalán que no le deja serlo a nadie más. Cualquier equipo, ante el Barcelona, se madrileñiza. Meter al Europa en el Camp Nou sería como darle los decorados de Cecil B. DeMille a Ventura Pons y todos los desplazamientos los haría el Barça en autobús, como Josep Pla. Un equipo de coche de línea, comarcal, «petitet», sin Guruceta ni Central Lechera... ¿Daría para mantener al padre de Neymar?
Una liga así obligaría al Barcelona a convertirse en un equipo a la medida catalana. Además, correría el riesgo de descubrir cuántos de sus aficionados lo son, pura y simplemente, por no serlo del Madrid.
El mayor problema que Cataluña tiene para ser un país viable es qué hacer con el Barcelona.

Así sería la «Premier» catalana

[Equipo - Categoría - Habitantes]
1. Barcelona - Liga BBVA - 1.611.822
2. Español - Liga BBVA - 1.611.822
3. Gerona - Liga Adelante - 97.292
4. Llagostera - Liga Adelante - 8.200
5. Sabadell - Liga Adelante - 207.649
6. Nastic de Tarragona - Segunda B - 133.545
7. Lérida - Segunda B - 139.809
8. Badalona - Segunda B - 152.021
9. Reus - Segunda B - 106.790
10. Cornellá - Segunda B - 86.867
11. Sant Andreu - Segunda B - 152.598*
12. Hospitalet - Segunda B - 254.056
13. Olot - Segunda B - 33.981
14. Perelada - Tercera División - 1.245
15. Rubí - Tercera División - 74.468
16. Ascó - Tercera División - 1.650
17. Pobla de Mafumet - Tercera División - 3.210
18. Europa - Tercera División - 50.615*
19. Masnou - Tercera División - 22.595
20. Cerdañola del Vallés - Tercera División - 57.542
(*) Los habitantes se refieren a los barrios de Sant Andreu y Gracia
 

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