Primero dijo que no le constaba “nada” que en su garage hubiese un coche marca “Jaguar” y después que “obviamente” sabía de su existencia. Y esa flagrante mentira ante la prensa –que se suma a las centenares de pruebas que evidencian que aceptó regalos de la “mafia Gurtel– hubiese supuesto ya su dimisión o cese fulminante en cualquier país civilizado. Hablamos de Ana Mato, ministra de Sanidad, a quien el último informe de la Oficina Nacional de Investigación del Fraude (ONIF) que fue entregado el pasado 26 de mayo al juzgado central de instrucción nº 5 de la Audiencia Nacional, saca de nuevo los colores: pese al silencio de la totalidad de los medios de comunicación, el informe revela que Ana Mato alquiló a cuenta de Gurtel cuatro automóviles en Sevilla, Málaga, Jerez de la Frontera y Santiago de Compostela. Y eso que ella había intentado distraer a la prensa diciendo que los coches no le llaman “absolutamente nada la atención”, afirmación que los periodistas también se tragaron. El mismo informe desvela además todos los datos sobre los otros 4 coches que la “mafia” Gurtel “depositó” en el garage del matrimonio Mato-Sepúlveda, por decirlo en la jerga justificativa de la ministra.
Los cuatro coches que alquiló la ministra están perfectamente localizados en sus fechas, modelos, precios y ciudades. Y los otros cuatro que usó el matrimonio Mato-Sepúlveda también dejan un curioso rastro, según los inspectores anti-corrupción. El BMW 523 i “se pagó en efectivo“. El marido de la ministra acudió al concesionario con 39.000 euros en billetes y puso uno encima de otro en caja, algo que llama la atención de los inspectores, sabedores de que los automóviles no suelen pagarse en “cash”.
Ana Mato apunta a su entonces marido, del que hoy está separada, pero le defiende al haber cambiado de coche como de zapatos “porque se lo podía permitir“. No obstante, el informe de Hacienda encuentra también algunas coincidencias en cuanto a las transmisiones de los coches que desvela el informe en toda su complejidad y que puede consultarse íntegramente en esta misma página. Y es que el capricho parecía guiar el estilo de vida de la pareja, pues incluso recibieron como regalo de la mafia Gurtel una enorme televisión de plasma que, al cabo del tiempo, devolvieron. El capo de la trama, Francisco Correa, quiso entonces recuperar el dinero de la tienda donde se adquirió y alegó que había pedido la televisión para “alquilar”. La estratagema no coló y el dueño del establecimiento comercial dijo que ya estaba sufragado el IVA del televisor.
El informe de Hacienda en poder del juez deja además un reguero de pruebas que evidencian como la actual ministra se corrompió. La trama Gurtel le pagaba viajes, hoteles, cumpleaños, etc… Y ella además tenía pasión por los coches: en todos los aeropuertos o estaciones del AVE alquilaba uno. Pagaba Gurtel, es decir, los ciudadanos a través de la empresa que contrataba a precios inflados o por servicios inexistentes en los ayuntamientos y autonomías del PP.
“Sin duda tenemos gastos compartidos, pero los coches no entraban en ese capítulo“, ha puntualizado Ana Mato al preguntarle los periodistas por los 4 coches de lujo que llegaron a su garage y echándole la culpa a su entonces marido Jesús Sepúlveda. El juez todavía no la ha llamado porque, como está aforada, esa delicada pregunta habría de hacérsela la sala segunda del Tribunal Supremo, si es que algún día se la formula. Las excusas que pone ella para alegar que no sabía nada inducen a risa, pero es que además el último informe de Hacienda es implacable: ella usaba también los coches de la Gurtel, solo que prefería el alquiler.
Mato ha considerado que “no tiene por qué dar explicaciones sobre esa cuestión” y que sólo debe responder de sus responsabilidades políticas: “Desde luego, mi vida familiar, mi vida privada, la que no tiene que ver con la política es mía y de mi familia y nunca voy a entrar en ello“, ha concluido. Sin embargo, ella hizo también beneficiaria de la trama Gurtel a sus tres hijos: fiestas de cumpleaños, billetes en primera clase, hoteles, regalos, etc, etc, etc.
Sus nombres aparecen en el sumario y en este último informe. Fue Ana Mato quien los mezcló con la política al hacerlos beneficiarios de un grave caso de corrupción que Mariano Rajoy, conocido por su habitual inmovilismo, se empeña en dejar impune y sin ni siquiera responsabilidades políticas, lo que la prensa internacional evalúa con la habitual jocosidad con que tilda de “corruptos” a los dirigentes políticos de los países del sur de Europa.
Frankfurter Allgemeine, el rotativo de mayor prestigio en Alemania, le dedicó incluso su editorial a la ministra española. Pero no por sus méritos o su gestión sino por su corrupción. El diario menciona a Ana Mato, señalada por la Policía como presunta receptora de regalos de la trama de corrupción Gürtel, y enumera los viajes, fiestas infantiles y coches de lujo presuntamente pagadas por la trama al matrimonio que formaban la ministra y el exalcalde de Pozuelo de Alarcón (Madrid), Jesús Sepúlveda. El editorial alemán critica que Ana Mato se resista a dimitir a pesar de las evidencias y que se esconda tras el pretexto de que era “su marido el que llevaba las cuentas”.
Según el periódico alemán, los políticos españoles “se niegan a hacer las maletas” cuando deberían hacerlo porque lo que “anida en ellos con todas sus fuerzas y lo único que les importa es la supervivencia en el puesto, aunque su imagen corra peligro de irse al infierno”. El rotativo destacaba la frase de Rajoy durante uno de sus últimos encuentros con su homóloga alemana, Angela Merkel, en el que admitió que en la trama Gurtel-Bárcenas “todo es falso, excepto algunas cosas”. Por ello los alemanes consideran que “la honestidad de Rajoy le jugó una mala pasada evitando la negación de lo obvio”. Frankfurter Allgemeine señala al actual presidente del Gobierno español como “un impedimento para la recuperación europea“. Y este último informe de Hacienda sobre Ana Mato y su marido, cuyo contenido él escucha como el que oye llover, así lo certifica.
Los coches que Ana Mato se encontró en el garaje de la vivienda que compartía con su marido, según el relato de la corrupción que hace ella:
Los coches que se aparcaban en el garaje de Ana Mato:
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