miércoles, 14 de noviembre de 2012

UGT y CCOO harán huelga contra la reforma laboral mientras la aplican a sus empleados

Los sindicatos hacen ajustes de plantilla mientras los rechazan en las empresas.

En la web de UGT la primera de las “razones para ir a la huelga” que da ese sindicato es que “el gobierno abarata el despido mediante la reforma laboral y lo hace más fácil, más barato y más rápido”. La paradoja es que Cándido Méndez defendió el despido de dos empleadas de UGT Vigo, despido basado en esa misma reforma laboral.
 
¿El mismo argumento sirve para despedir en UGT pero no en una empresa?
 
Según informa La Voz de Galicia, Méndez dijo que esos despidos son “una decisión dura y difícil pero que hemos tomado porque la situación económica no nos deja otra alternativa”. Es curioso: Méndez justificó esos despidos con la misma razón que obliga a muchas empresas a despedir a parte de su plantilla, algo que -sin embargo- a UGT le parece fatal. La diferencia entre una empresa y el sindicato es que éste vive de la subvención, mientras que una empresa está sujeta a las leyes de mercado. Si descienden las ventas y no tiene dinero para sostener su plantilla, o echa a parte de sus empleados o quiebra y se van todos a la calle.
 
CCOO también se apunta a despedir a empleados al abrigo de la reforma laboral
 
En la misma situación que UGT, y también con sólo 20 días de indemnización por año trabajado para cada persona despedida, se halla el otro gran convocante de la huelga del 14 de noviembre. Comisiones Obreras despidió el mes pasado a 24 de sus empleados aprovechando la reforma laboral aprobada por el gobierno de Rajoy. Igual que en el caso de UGT, los despedidos han recurrido a la justicia. En la web de CCOO también hay un documento que incluye la reforma laboral como una de las razones para ir a la huelga. Igual que UGT, CCOO abomina en público de la reforma laboral mientras la aplica sin contemplaciones de puertas adentro.
 
UGT y CCOO apoyaron las políticas que nos han llevado a esta grave situación
 
Como sabe cualquiera que haya seguido las noticias de actualidad en los últimos años, muchas empresas se han visto forzadas a recurrir al despido igual que UGT y CCOO por culpa, en gran medida, de la desastrosa política de despilfarro y endeudamiento que apoyaron esos sindicatos durante el mandato de Zapatero. Esa política ha llevado a la administración a dejar sin pagar enormes deudas con empresas privadas. Algunas de ellas han tenido que echar el cierre. Otras han tenido que despedir a empleados no sólo a causa de esos pufos estatales, sino también de las constantes subidas de impuestos -iniciadas por el gobierno de Zapatero en 2008 y continuadas por el de Rajoy a pesar de sus promesas-, que han ido asfixiando cada vez más a un tejido productivo ya muy tocado por la caída de las ventas y del crédito. Lo más indignante es que dos de los causantes de esta situación ahora nieguen a las empresas los mecanismos de ajuste a los que recurren UGT y CCOO, como si no les bastase con tener privilegios tales como disponer de un ejército de liberados a su servicio -cuyos sueldos pagan las empresas- y contar con el millonario salvavidas de las subvenciones que pagamos todos los contribuyentes.

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