El Tribunal Constitucional ha dado el paso definitivo hacia la infamia y la vergüenza que supone legalizar la vida y existencia de ETA y su entorno. La sentencia por la que legaliza Sortu, junto con la absolución de D3M y Askatasuna, el Plan de Reinserción de etarras, la negativa a detener a etarras buscados y localizados y su constante permisibilidad para que los etarras y sus secuaces se sienten en las instituciones, son el fin de una carrera donde ya hay vencedores (los etarras) y vencidos (las víctimas del terrorismo y la sociedad española). Los políticos una vez más, han demostrado que venderían a su madre por un plato de lentejas o de votos, y nada les ha importado los muertos que la banda apila desde su fundación en los años 50. El PSOE pactó una hoja de ruta con ETA, que el PP sigue a pies juntillas, jaleándolo de declaraciones de firmeza frente al terrorismo de cara a la galería, pero que a la hora de la verdad, son sólo puestas en escena, posturitas para que parezca que se oponen, pero que en realidad en nada alteran los hechos. El Partido Popular ha abandonado las reivindicaciones tradicionales de cumplimiento íntegro de las penas sustituyéndolo por el Plan de Reinserción de etarras y la Vía Nanclares, tiene amnesia constante respecto a la ley e partidos, que llegó a ahogar a la banda hasta tenerla prácticamente noqueada, y bloquea a través de la Fiscalía dependiente de Gallardón cuantas iniciativas se presentan en la Audiencia Nacional para localizar y detener a terroristas perfectamente localizados y controlados por los servicios de información como Josu Ternera y De Juana Chaos, que son piezas fundamentales en la negociación ETA-Estado. En esta situación no son pocos los que dudan ya de si este Gobierno no esté también negociando con ETA, como sí lo hizo el PSOE. Pero sea como fuere, se siente a negociar o se intercambien información a distancia, lo cierto es que el actual gobierno de Rajoy está llegando incluso donde el PSOE no se atrevía.
Los políticos, han alcanzado el consenso de espaldas a la sociedad de dar carpetazo a ETA aunque sea a cambio de concederles todo cuanto pidan. Tanto Zapatero-Rubalcaba como Rajoy, quieren colgarse la medalla de ser quienes firmen el fin definitivo de ETA. Nada les importan las víctimas, a quienes ven más ahora como un problema para alcanzar sus fines. Nada les importan los muertos, algunos de ellos compañeros de partido suyos. Nada les importan los años de sufrimiento, de extorsiones, de opresión sobre una tierra de una banda que ha impuesto la ley del silencio y el mirar para otro lado como sistema de supervivencia, a golpe de tiro en la nuca y de bomba lapa. Lo único que les importa es esa medallita. Los políticos una vez más demuestran su rostro más asqueroso y vil, más mezquino y falto de valores, más abyecto y barriobajero. Y no sirve que nos digan que la sentencia es una decisión judicial y no de los políticos. No sirve porque el Tribunal Constitucional es un órgano elegido por los partidos entre sus más fieles seguidores y no entre los más brillantes de la judicatura, es un tribunal político y partidario, cuya renovación no han querido ni PP ni PSOE llevar a cabo para no cambiar los equilibrios entre partidarios de unos y otros para no alterar el resultado de esta sentencia que se esperaba como fundamental para avanzar en sus planes hacia la medallita. El mismo Tribunal Constitucional que permitió que Bildu se presentara a las elecciones y que dinamitó la Ley de Partidos que tanto PP como PSOE consideraban amortizada, y que ha devuelto a los etarras y sus secuaces a los bancos del Congreso de los Diputados. El mismo Tribunal Constitucional que decide sus sentencias no bajo criterios judiciales sino bajo criterios políticos y de ocasión del momento. La sentencia es una vergüenza y una muestra más de que mientras la sociedad avanza en una dirección los políticos, que se han convertido en una casta social aparte y sin conexión alguna con la ciudadanía, van en la contraria. Hoy más que nunca se demuestra que esta clase política está podrida, y se comporta al margen del sentir de los ciudadanos. Les importan sus privilegios, sus cochecitos oficiales, sus prebendas, su estatus quo, y los demás (los vivos y los muertos) les importamos un higo. Ahora sólo queda protestar, que las víctimas del terrorismo establezcan un rechazo frontal y unitario contra este tipo de decisiones y que la ciudadanía sepa y conozca que el gobierno y la oposición han traicionado a nuestros muertos, a sus familias y a toda la sociedad española. Sólo por eso, y hay más causas, hoy más que nunca hay que decir que los políticos, no nos representan.
RECORDATORIO:
Han pasado 212 dias desde que Mariano Rajoy ganara las elecciones generales con mayoría absoluta y se sigue sin detener ni a Josu Ternera ni a Iñaki de Juana Chaos aunque los tienen localizados. ¿Qué pasa Mariano?
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