Y a la tercera (encuesta), la vencida... para el PSOE de Zapatero
La "remontada" de la que alardean los socialistas tras los cambios en el Gobierno, es un espejismo.
Pintan bastos para los socialistas. En el día en que El País del casi siempre fiel Grupo PRISA dedica su portada a Mariano Rajoy -entrevistado por el director Javier Moreno y fotografiado por Marisa Flórez-, un medio obsesionado por colocarse en el medio y a menudo aliado de Zapatero como La Vanguardia, se larga una encuesta devastadora para el zapaterismo.Es el tercer sondeo consecutivo, posterior a la remodelación del Gobierno, que vaticina la debacle a los socialistas.
El sondeo del Instituto Noxa para La Vanguardia pronostica que el PP se quedaría a un escaño de la mayoría absoluta, CiU pasaría de diez a 15 escaños y el PNV, de seis a nueve, si se celebrasen ahora elecciones en España.
IU casi duplicaría el voto del 2008 y ERC perdería la mitad de sus votos.
La conclusión es escalofriante: la gestión de Zapatero, durante los siete años que ha estado en La Moncloa, ha fortalecido a los partidos nacionalistas y llevado al PSOE a una crisis más grave que la sufrida con Joaquín Almunia con el varapalo de la mayoría absoluta de José María Aznar.
Es el escenario que traza Julián Santamaría, el catedrático reputado al frente del Instituto Noxa y gurú de marketing político del felipismo, para quien el nuevo Gobierno no sólo no puede evitar sino aún agrava el hundimiento del PSOE.
MAYORIA ABSOLUTA POPULAR
La encuesta, realizada entre los días 25 y 28 de octubre sobre una muestra de 1.000 entrevistas, pone al PP en el umbral de la mayoría absoluta y convierte por ahora en un efecto óptico el espíritu de "remontada" que ha invadido a los dirigentes socialistas en los últimos días.
Concretamente, la ventaja del Partido Popular sobre el PSOE se eleva a casi diez puntos y supondría un cómputo de 175 escaños; es decir, a uno de la mayoría absoluta del Congreso. Eso sí, los populares sólo agregarían tres puntos a su voto del 2008.
Este horizonte electoral se explica por el naufragio del Partido Socialista, que pierde casi once puntos con respecto a su resultado de los comicios del 2008 y obtendría hoy 133 diputados (36 menos que hace casi tres años).
LA DEBLACLE SOCIALISTA
La debacle electoral socialista -un resultado peor que el de los comicios del 2000, cuando Aznar logró la mayoría absoluta- convive con un alza espectacular de las expectativas de los nacionalistas catalanes y vascos, que recuperarían el apoyo electoral que tenían antes del 2004.
CiU pasaría de diez a 15 escaños y el PNV, de seis a nueve. Al mismo tiempo, IU experimentaría también un avance muy significativo, pues sumaría cinco escaños a los dos actuales y casi duplicaría el voto del 2008.
El escenario electoral se completaría con una sensible alza del partido de Rosa Díez, que multiplicaría por cinco su cifra de votos y escaños, y con un nuevo retroceso de ERC, que perdería la mitad de sus votos y un escaño.
LA FIDELIDAD DEL VOTANTE DEL PP
En conjunto, esta expectativa electoral se explica por la elevada fidelidad de los votantes del PP, en paralelo a una sensible deserción del voto socialista.
Algunos indicadores ayudan a entenderlo. Así, por ejemplo, las preferencias de los ciudadanos sobre el partido ganador en las próximas elecciones del 2012 son claramente favorables al PP.
De hecho, mientras sólo un 70% de quienes votaron al PSOE en los comicios del 2008 desea ahora la victoria de este partido, casi el 93% de quienes lo hicieron al PP prefiere la victoria de los populares dentro de un año y medio.
Además, uno de cada diez votantes socialistas apuesta ahora por un triunfo del PP. Y al mismo tiempo, las expectativas sobre quién ganará los próximos comicios se inclinan inequívocamente en favor del Partido Popular.
En concreto, más del 65% de los consultados da por hecha la victoria de los populares en el 2012, mientras que sólo un 22% confía en un triunfo socialista. Incluso los propios electores del PSOE se muestran convencidos del triunfo del PP: casi el 60% de ellos cree que ganará Rajoy y únicamente un tercio espera que lo haga el candidato socialista.
En realidad, muestran más confianza en las posibilidades del PSOE los votantes de IU (el 42%) que los del propio Partido Socialista.
PÉRDIDA DE CREDIBILIDAD
Los otros indicadores son menos concluyentes aunque no dejan de reflejar el enorme deterioro de la credibilidad del Gobierno socialista.
Por ejemplo, hasta un 72% de los ciudadanos (once puntos más que en enero pasado) formula una valoración negativa de la gestión del Ejecutivo del PSOE. Y al mismo tiempo, sólo un 17% (cuatro puntos menos que en enero) juzga buena o muy buena la política del Gabinete socialista.
En este sentido, únicamente un tercio de los votantes del PSOE expresa una opinión positiva sobre la gestión socialista, mientras que casi la mitad de ellos la consideran mala.
Eso sí, la actuación del PP en la oposición no suscita mayor entusiasmo. Sólo un 15% de los ciudadanos juzga positiva la trayectoria de los populares -apenas tres puntos más que hace 10 meses-, mientras que un 69% (dos puntos menos) la cree mala o muy mala.
Incluso entre los votantes populares son una ligera mayoría quienes emiten una valoración negativa. Y entre el resto de los votantes las valoraciones son demoledoras: alrededor del 90% de los electores de IU y CiU expresan una opinión negativa sobre la actuación del PP.
Todo ello en un contexto de pesimismo creciente sobre la situación política española: hace un año la consideraban mala o muy mala un 71% de los ciudadanos; ahora ese porcentaje llega al 80%.
Los más pesimistas, eso sí, son los votantes del PP: un 95% de ellos la juzga negativa.
DESCONFIANZA EN ZAPATERO
El presidente Zapatero sólo inspira confianza al 20% de los ciudadanos, lo que supone diez puntos menos que en enero.
Y paralelamente, un 79% (diez puntos más) dice desconfiar ahora del líder del PSOE. Incluso más del 55% de los votantes del PSOE también desconfía de Zapatero.
Pero estos datos no son ningún consuelo para Mariano Rajoy, que mantiene casi intactos sus registros de hace un año: ahora confía en él un 17% de los consultados (un punto más que en enero) y desconfía un 82%.
Y lo mismo que en el caso de Zapatero y sus votantes, un 55% de los electores populares desconfía de Rajoy.
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