domingo, 22 de noviembre de 2009

Prenafeta y Alavedra: Cataluña por Montera


La exclusiva casa de Prenefeta en Blanes. / La Gaceta

Los antiguos dirigentes de CDC han pasado de poseer mansiones y yates en la Costa Brava a la austera celda de Soto del Real. Prenafeta duerme en la litera de arriba y Alavedra en la de abajo.

Desde que Lluís Prenafeta y Macià Alavedra ingresaron en prisión por cobro de comisiones en operaciones inmobiliarias públicas del ayuntamiento socialista de Santa Coloma de Gramanet, cientos de lastimeras historias recorren Barcelona. Empezaron al tiempo que su detención y traslado al cuartel de la Guardia Civil de Sant Andreu de la Barca y, sobre todo, tras su traslado a la Audiencia Nacional.

Describían desconsolados momentos de la esposa de Lluís Prenafeta, arrodillada ante la Guardia Civil; o a la de Macià Alavedra, ya en la prisión de Soto del Real, sin poder entrar a ver a su marido porque nadie le dijo que debía llevar el libro de familia; o la caída del ex consejero con lesión en la rodilla cuando llegaba a la calle Génova conducido por efectivos del instituto armado.

Luego vino el homenaje de la Fundació Catalunya Oberta a los dos mártires del sector negocis de Convergencia, dirigido por el hijo de Prenafeta [Marc] y protagonizado por el presidente del Fútbol Club Barcelona, Joan Laporta. Y se puso en marcha la contraofensiva a la decisión carcelaria de Garzón.

A pesar de que muchos no daban un euro por el apoyo que pudieran recibir de Artur Mas, las actitudes públicas de CDC fueron impecables, defendieron la honorabilidad de los ex dirigentes, su presunción de inocencia e incluso Felip Puig daba la sensación de no lavarse las manos en el asunto —Felip Puig es una especie de masover (cuidador de finca agrícola) de los hijos del ex presidente Pujol—.

Así las cosas, y como en la federación nacionalista CiU se tienen el trabajo dividido, se hacía necesario ir a Madrid. Le tocó a Unió. Duran i Lleida tuvo que abandonar su elegantísimo aposento madrileño estable para ir a ver a José Luis Rodríguez Zapatero. Le hizo ver que la instrucción había sido canalla, que contiene grabaciones de hace dos años y que el trato del instructor Garzón “para con dos personas de 70 años, que superan la edad penal”, había sido monstruoso, lesivo de su honor, vejatorio. ¡Qué poco conoce Duran i Lleida a Garzón! Zapatero le aseguró que no tenía noticia de que Garzón fuera a ampliar la operación Pretoria a otros ayuntamientos catalanes; y se lamió la herida ante Duran sobre la base de que Pretoria tenía más coste electoral para Montilla que para CiU. A la salida, Zapatero cometió un error. Dijo que sólo sabía de una operación —contra el PP— en Murcia y que estaba a punto de desatarse. En otras palabras, la Fiscalía le informa de sus operaciones anticorrupción. ¿Quién sabe? Quizá sea el propio presidente quien las supervisa.

Por cierto, la operación se llevó a cabo unos días después en Águilas contra la hija del alcalde del PP. Sin embargo, los fiscales pincharon en hueso. La chica estaba tan limpia que no pudieron sacarla en el Telediario con las pulseras de metal.

Lea la noticia completa en LA GACETA.

No hay comentarios: