El cabo Cristo Ancor Cabello Santana lo sabía. Sabía que un soldado tiene que obedecer y arriesgar su vida por los demás. Lo hizo y la perdió. Porque allí, en Afganistán, nuestros soldados -vulnerables gracias a un equipamiento obsoleto- están en la mira de los talibanes. Así lo denuncia el colectivo militar en Internet.Los militares en activo tienen por norma no hablar. Por eso, cuesta conocer el verdadero sentir después de la muerte de un compañero. Ancor Cabello, de 24 años, murió ayer tras explotar una mina al paso del vehículo en el que viajaba en una carretera de la localidad de Herat. Personas anónimas debaten en la red sobre las actuaciones de las Fuerzas armadas españolas y las decisiones del Gobierno.SIN DECISIONES ACERTADAS
Se quejan de la falta de equipo adecuado y de una escasa inversión en seguridad. Carencias que estarían en el origen del profundo malestar presente en el seno de las fuerzas armadas.
"La verdad es que el envío de helicópteros de ataque se está haciendo cada vez más urgente. Los Mangusta italianos son los únicos que operan en esa zona, y si los retiran o reducen su número, la situación de las tropas españolas puede ponerse muy difícil. Igualmente, sería bueno operar con aparatos propios ya que somos los que ostentamos el mando de la zona. Aunque no lo parezca", opina un internauta en uno de los foros especializados en temas militares. Y resume dos problemas.
La falta de decisión política para enviar unos helicópteros cuya función es bastante evidente. Los Puma y los Chinook pueden quedar muy bien en las fotos transportando ayuda humanitaria pero en un Tigre es evidente, hasta para el más profano en la materia, que no cabe ni una caja de madalenas. Su función es atacar y destruir al enemigo. Eso sí, sería bueno que se enviaran ahora que solo tenemos las versiones HAP (helicóptero de ataque y protección) y no los futuros HAD (helicóptero de ataque y destrucción).
Dificultad para su despliegue: ¡Sólo tenemos 6 puñeteros aparatos! El resto siguen en cadena de montaje y parece que aún tardaran bastante en llegar. A parte que los seis de los que disponemos no estarán operativos, como muy pronto, hasta comienzos de año. Si no me equivoco, ahora se estaba terminando el proceso de certificación, y los pilotos llevan currando con ellos cerca de 4 años desde que se entregó el primero. Y, a pesar que se está acelerando el proceso para alistarlos a la mayor brevedad, su envío es una decisión un tanto arriesgada. Tanto los aparatos como los pilotos aun no han sido probados en un teatro de operaciones real".
¿QUIÉN TIENE LA CULPA?
Un joven que no se identifica afirma que la mejor forma de apoyar a las tropas desplegadas consiste en darles el mejor equipo posible para cumplir su misión y en llamar a las cosas por su nombre: "Lo que no se asume es morir en una guerra y que por intereses políticos se diga que ha sido un atentado terrorista o de delincuentes comunes. Apoyar a los que allí están no significa impunidad para los responsbles directivos".Difiere con este comentarista, otro usuario que puntualiza que "la realidad es que nuestros soldados están en una guerra. Y hoy (por ayer) el enemigo nos ha causado una baja. Eso es lo importante. Es el momento de apoyar a nuestra gente allí. De hacerles llegar nuestra admiración y orgullo. De dar nuestro pésame a sus seres queridos y todo el apoyo a los que continúan allí".
En otro foro titulado "Saquen a nuestros soldados de Afganistán", un usuario recuerda a los numerosos artistas que gritaron en 2003 "No a la guerra" en Irak y se muestra muy crítico con la situación actual:
"Toda esa gente importante movilizándose, ¿y ahora?, 90 soldados han caído en Afganistán, los mandan de vuelta en aviones de 3 categoria, el equipamiento pésimo y ahora un vehículo de más de 30 años, haciendo la guerra en el siglo XXI, en esta mierda de vehículos han muerto 26 militares y todavía los tenemos alli. Hay que ofrecerles buen material para que tenga las minimas condiciones de seguridad y si no es así, hay que traerlos de vuelta a casa"
Y es que es una guerra en toda regla. Cristo Ancor lo sabía.
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