viernes, 18 de abril de 2008

Guión de un «expediente X»

El expediente reservado del «caso Torreblanca» es como un enorme mecano donde confluyen tantas piezas, farragosas y nada claras unas, otras aún quedan por encajar, que haría falta un equipo completo del CSI para desmontarlo.
Sin embargo, los datos que se han puesto sobre la mesa, proporcionados con cuentagotas a la oposición y a los medios de comunicación, permiten hacer una reconstrucción cronológica fidedigna de los principales hitos, gracias a la concienzuda investigación encomendada a la secretaria general del Ayuntamiento y remitida al fiscal jefe, José Antonio Martín-Caro. El voluminoso dosier, bajo custodia de la secretaria, fue realizado tras la captación de pruebas -algunas fueron borradas y hubo que recuperarlas-; expedientes de denuncia -falseados supuestamente algunos de ellos adrede- y una ronda de interrogatorios con los funcionarios implicados en los hechos.
Agosto de 2007
Aquí empezó todo. En plena canícula llega a la Comandancia de la Guardia Civil un anónimo que, con gran lujo de detalles, le pone al corriente de que una pareja de policías locales adscritos al servicio de disciplina urbanística -que se encarga de denunciar las construcciones ilegales en la ciudad- tiene un chalé ilegal en la calle Alfredo Kraus de Torreblanca, donde está prohibido edificar hasta que concluya su desarrollo urbanístico. Con el ánimo de facilitarle las pesquisas, a la carta adjuntó un plano y croquis de la finca en cuestión. Se trata de una parcela comprada y dividida en cuatro partes por efectivos municipales a finales de 1997. Dos de ellos -uno ya no es agente- tenían multa por edificar sin licencia. No ocurre así con el matrimonio referido y un escolta de la alcaldesa, Rosa Aguilar, que tiene una casita de 45 metros cuadrados. En estos últimos casos, la obra ilegal se realizó entre 2006 y 2007.
Septiembre
La investigación pone de manifiesto que a finales de este mes la patrulla de agentes de la Línea Verde encargada de denunciar los atropellos urbanísticos que se cometen en la urbanización de Torreblanca se personó en la citada parcela, pero que al no hallarse ningún propietario no pudo levantar acta de denuncia, como después hicieron constar.
27 y 28 de noviembre
La Guardia Civil remite una carta confidencial al jefe de la Policía Local, Antonio Serrano, inquiriéndole acerca de la pareja de agentes de inspección urbanística que se han saltado la norma que ellos mismos aplican contra otros infractores. Previamente, miembros de la Benemérita se personan en la parcela y le relatan que han visto un Citroën Xsara aparcado enfrente y se pregunta si es de uno de los miembros de su Cuerpo. Esto resultó ser una pista falsa. El mismo anónimo llegó a la Gerencia el 7 de diciembre y no actuó.
El mando cometió el error imperdonable de delegar la comprobación de los datos en manos de uno de los dueños del chalé, que actuó como juez y parte, al igual que su cónyuge. En lugar de abstenerse de gestionar el asunto, utilizaron su condición de policías de Disciplina Urbanística y la información privilegiada para obstaculizar la multa. Pese a tener interés personal y directo en la infracción, aprovechando que lo desconocía superior, el jefe de la unidad -que ha sido también expedientado-, gestionó la respuesta a la Guardia Civil. Le dejó en un sobre las actas de otro agente que sí fue denunciado con una leyenda manuscrita: «S... aquí tienes la denuncia y las fotocopias de las denuncias que se pusieron en su día».
El segundo fallo cometido por el intendente, al que se le atribuye una falta administrativa grave, fue autorizar a la propietaria de la obra un cambio de servicio sin informe y no percatarse de que era «ella la única agente casada con otro agente miembro de la unidad». Las diligencias concluyen que incurrió en «un exceso de confianza en sus subordinados y una cierta dejación de funciones».
21 de diciembre
El redactor de ABC, previo pago de una tasa, como cualquier ciudadano, recibe la contestación por escrito de la Gerencia Municipal de Urbanismo, que hace constar que ni el guardaespaldas ni la pareja de Torreblanca tienen expediente de infracción en la citada parcela.
27 de diciembre
Ese sábado la pareja de la patrulla de la Línea Verde destinada en Torreblanca se planta en la finca y rellena un boletín con las denuncias contra el chalé de sus compañeros -se conocían, puesto que trabajaban en la misma unidad- y el inmueble del escolta. Uno de los cónyuges del matrimonio quiso supuestamente enmascarar la responsabilidad de la obra ilegal, que endosó a su madre, tal y como avanzó ayer ABC. Según el informe resumido de las diligencias, éste pudo falsificar la firma de su progenitora ese mismo día. El 27 de diciembre es la fecha del boletín de denuncia por la obra ilegal.
11 de enero
El periodista de ABC contacta por teléfono con uno de los dueños del chalé ilegal de Torreblanca para ponerle al corriente de la información y darle derecho a réplica. Lo declinó. Ese mismo día se producía la primera modificación de los datos de carácter personal relativos a la infracción urbanística por su chalé ilegal. En estos hechos están implicados tanto uno de los propietarios como la patrulla de compañeros que le denunció.
12 de enero
El sábado, un día antes de publicar ABC la primera entrega de la saga, continúan las supuestas alteraciones del citado expediente de infracción por parte de los tres agentes, lo que provoca «la pérdida de los datos inicialmente recogidos y la introducción de nuevos». Esta tarea de sabotaje informático derivó en la supuesta fabricación de un nuevo expediente machacando el de otro ciudadano y alterando las fechas. En lugar del 27 de diciembre, se pudo poner la del 26 de septiembre.
14 y 15 de enero
Uno y dos días después de destapar ABC el caso y de anunciar el Ayuntamiento que abriría una investigación, siguen alterándose supuestamente los datos de la referida denuncia aprovechando claves de un superior que no se encontraba allí y que tenía acceso a información privilegiada y reservada sobre las actas. El resultado fue que más de 1.000 expedientes de Torreblanca fueron eliminados de un plumazo. Una tarea técnica ardua permitió recuperar el disco duro y localizar las fechas de los «duendes» informáticos. En ambos días los dos agentes encargados de denunciar obras en Torreblanca pudieron modificar el acta de infracción de un tercero y configurar otra cambiándole la fecha. Se trataba de la denuncia al guardaespaldas personal de la regidora, que firmó una familiar, copropietaria de la parcela. ¿Por qué se tomaron el trabajo de variar un expediente del alguien ajeno a ellos, a sabiendas de que podrían ser descubiertos? Es uno de los interrogantes sin respuesta. Huelga decir que el escolta no está expedientado ni apartado forzosamente de la tarea de vigilancia de la regidora.
17 de enero
El edil de Seguridad y Tráfico, José Joaquín Cuadra, firma la autorización de la apertura de las diligencias, pero la Junta de Gobierno Local no las aprueba hasta el viernes 25.
Febrero
El cotitular del chalé ilegal que responsabilizo a su madre reconoce en un escrito ante la Gerencia de Urbanismo que él es el propietario de la casa y quien debe abonar la multa impuesta por la Gerencia de Urbanismo.
14 de abril
La alcaldesa, en presencia de la secretaria general e instructora y otros miembros del gobierno, abre la caja lacrada que contiene el voluminoso dosier de la investigación. Lo hace público en una críptica rueda de prensa, donde no detalla los indicios de delitos detectados. A la mañana siguiente lo entrega al fiscal y acuerda en Junta de Gobierno expedientar a cinco efectivos por los hechos.

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