El ex presidente catalán Carles Puigdemont pierde apoyos dentro de su partido, Junts Per Catalunya (JxCat) en su defensa cerrada de no hacer presidente del Gobierno al dirigente socialista Pedro Sánchez. Cada vez más hay voces internas que le instan a negociar, con condiciones, posibles acuerdos para garantizar un gobierno de la izquierda frente a PP y Vox y que pasarían por el entendimiento con el PSOE, aunque para eso se debería arrinconar al sector más unilateral e irredento de Junts que rechaza cualquier tipo de pacto con los que consideran los «partidos del 155».
De esta forma, Acció per la República, una organización de independientes de Junts per Catalunya, han reclamado un «frente común» con ERC para la negociación con el PSOE que también pasaría por una «posible reconstrucción del pacto de gobierno en la Generalitat», pese a que hace unos meses defendió la salida de Junts del Ejecutivo catalán. Además, instan a JxCat a «mantener el pulso» con sus dos principales exigencias, como son la autodeterminación y la amnistía, así como con alguna otra medida como «accediendo a votar la presidencia del Congreso a cambio de la aceptación del uso ordinario del catalán, euskera y gallego en las cámaras».
El uso de las lenguas cooficiales del Estado desde la tribuna parlamentaria es una vieja aspiración de las formaciones nacionalistas que han visto como desde la presidencia del Congreso se les llamaban al orden cuando las utilizaban de forma reiterada al defender propuestas en la última legislatura. Acció per la República recuerda que «sólo un precio muy alto y muy fácil de explicar puede justificar el voto favorable al candidato a la presidencia del Gobierno español. Además, aseguran que no se debe ver «una posible repetición electoral como una amenaza» y mantienen que, si se debe volver a las urnas, el presidente Puigdemont debería «recoser el movimiento independentista alrededor de una lista electoral abierta, transversal, integradora y de futuro, capaz de volver a hacer un pulso a un estado español caduco».
Acció per la República reclama que los «nacionalismos periféricos» deben «revalorizar sus escaños» para que no se produzca «la mayoría alternativa de la derecha», aunque añaden que «el apoyo al candidato socialista no puede ser fruto del miedo a la amenaza que supone Vox. Hay que llevar a PSOE y Sumar a una lógica de negociación política».
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