Ana Escobar (EFE)
La vicepresidenta de la Generalitat Valenciana, Mónica Oltra, ha presentado su dimisión cinco días después de ser imputada por el presunto encubrimiento del caso de abuso de su exmarido a una menor tutelada. La presión desde su propio partido, Compromís, y desde sus socios de gobierno, tanto PSPV como Podem, ha llevado a Oltra a tomar la decisión de dejar sus cargos en el Gobierno valenciano. “Me voy con la cara bien alta y los dientes apretados”, ha asegurado Oltra, quien ha llegado a la sede de Compromís poco antes de que comenzara la ejecutiva en la que se iba a tratar su situación tras la imputación. Pese a que la presión ha llegado por varios flancos, Mónica Oltra ha significado, fundamentalmente, dos: los socialistas y los medios de comunicación. Así, ha dicho que se va para no ser responsable de la salida de Compromís de la Generalitat, tras la advertencia del presidente de la Generalitat, el socialista Ximo Puig, de destituirla si ella misma no adoptaba la decisión de dimitir. “No será por mí. No voy a comprometer el cambio que se inició en 2015”, ha dicho. El hecho de que haya decidido anunciar su dimisión sin comunicárselo previamente a Ximo Puig desvela la tensión y el malestar entre ambos: “No voy a ser su coartada para que expulse a Compromís del Gobierno”, ha insistido. Además, ha hablado de “de la infamia judicial y mediática”.
En una rueda de prensa improvisada y visiblemente afectada, Mónica Oltra ha mantenido su tesis de la cacería política: “Ganan los malos”, ha dicho. “Que nadie piense que es posible hacer política contra los poderosos. Los que van contra los poderosos se los van a cargar con denuncias falsas. Uno a uno”, ha advertido en referencia al origen de las querellas que la han llevado a los tribunales, presentadas por sectores de la ultraderecha.
Oltra no solo deja sus cargos en la Generalitat valenciana sino que también deja su escaño en las Cortes, lo que supone que pierde su condición de aforada y, por tanto, el caso volverá al juzgado de instrucción en el que comenzó a investigarse. “No necesito estar aforada. Si no soy digna de estar en el gobierno, menos lo soy de estar en la Cámara de representación popular”, ha indicado.
La comparecencia urgente de Oltra ha pillado a los miembros de la ejecutiva de Compromís en la sede del partido, donde se iba a celebrar la reunión. La atención a los medios se ha producido junto a más de una docena de integrantes de la coalición visiblemente afectados y escoltada los líderes de los partidos de la coalición: Águeda Micó por Més Compromís, Juan Ponce por los Verdes y Alberto Ibáñez por Iniciativa. Minutos después de acabar la comparecencia, varios miembros de la coalición seguían abrazados y llorosos.
Pese al apoyo público que la coalición (formada por Iniciativa, Més Compromís y Els Verds-Equo) ha manifestado por la líder de Compromís, la presión de algunos sectores de la propia formación y la posibilidad de que el presidente de la Generalitat, el socialista Ximo Puig, la destituyera si ella no adoptaba la decisión han podido más que la intención de la propia Oltra de mantenerse en el cargo.
El Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana imputó, hace cinco días, a la vicepresidenta autonómica por, supuestamente, encubrir el caso de abusos a una menor tutelada por el que fue condenado su exmarido en diciembre de 2019. La imputación se produjo después de que el juzgado que instruía el caso concluyera que había indicios de su participación en la elaboración de un expediente para obstaculizar la investigación sobre su expareja o incluso para proteger la carrera política de la propia Oltra. La vicepresidenta, que también es la titular del departamento de Políticas Inclusivas, del que dependen los centros de menores, y diputada, ha de ser juzgada por el Tribunal Superior, dada su condición de aforado.
La Fiscalía le acusa de los presuntos delitos de prevaricación, abandono de menores y omisión del deber de perseguir delitos y, aunque el tribunal señaló que “no existe prueba directa”, los tres magistrados consideraron que Oltra debía comparecer como imputada ante la existencia de unos “indicios plurales, que en principio hacen pensar que fueron orquestados” por la vicepresidenta.
La dimisión de Oltra deja un gran hueco en el Botànic para el que se perfila, fundamentalmente, una candidata: la diputada Aitana Mas (Crevillent, 1990). Se trata de un nombre que genera consenso en las principales corrientes de Compromís como la mejor solución posible ante esta situación.
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1 comentario:
buen articulo
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