El independentismo ha levantado el pie del acelerador tras anotarse la "decapitación" de la jefa del CNI y la comparecencia del presidente en las Cortes. Pero hay una tercera prueba a superar.
Como todas las estrategias en el sanchismo están destinadas al más efímero plazo y a ir salvando los obstáculos que se presentan un día sí y otro también, Moncloa confía en que la entrega en bandeja de plata a Esquerra de la cabeza de la directora del CNI, Paz Esteban, -y pasado el mal trago de una sesión de control al Gobierno en el que Pedro Sánchez se ha convertido en el sparring de propios y extraños-, sirva para que la sociedad española pase página del bochornoso y esperpéntico Pegasusgate. Como tantas ocasiones antes, los asesores del presidente lo fían todo a "resistir".
A la espera del único evento que interesa en este momento a Sánchez: la cumbre decisiva de la OTAN en Madrid el próximo mes. La única razón por la que Margarita Robles se ha salvado de momento del tribunal del independentismo y de Podemos.
No obstante, al presidente aún le queda una emboscada más que le tiene preparada ese independentismo renacido y crecido. Primero fue imponerle una comparecencia monográfica en el Congreso que, como adelantó ESdiario, viene a ser en realidad una moción de confianza encubierta. Después ha sido el sacrificio de la directora de los servicios secretos.
Pero ahora Oriol Junqueras y Pere Aragonés aún tienen un conejo en su chistera. Según ha sabido este diario, la Generalitat pretende que el cara a cara entre Sánchez y Aragonés que este último impuso en su conversación de cuatro minutos del viernes en Barcelona se celebre en la Ciudad Condal.
Que, como ya hizo antes Quim Torra y el propio Aragonés, el inquilino de La Moncloa rinda pleitesía y escenifique en el Palau su petición de perdón por la "afrenta" del catalangate.
De hecho, Esquerra asume que hay que buscar una salida para "reconducir" sus relaciones con el Gobierno y considera que la anunciada reunión entre Sánchez y Aragonés "podría ser la vía para desencalllar la situación".
Desde la formación de Junqueras dicen confiar en que en ese próximo encuentro cara a cara -y que ERC quiere que sea en Barcelona- el presidente dé cumplidas explicaciones al mandatario catalán. Y, además, los de Junqueras defienden la necesidad de reactivar la mesa de diálogo sobre Cataluña.
Su portavoz en el Congreso, Gabriel Rufián, ha advertido este miércoles de que, además de esa cita pendiente entre Sánchez y Aragonés, "sobre todo sería bueno que la mesa de diálogo y negociación tenga una agenda y se pueda reunir".
Esperar que escampe, como los indultos
Mientras esto sucede, fuentes socialistas consultadas por ESdiario reconocen que la hoja de ruta adoptada en la Situatión Room de Moncloa es la misma que Sánchez adoptó cuando decidió indultar a los condenados del procés. Asumir que la medida iba a incendiar el país algunos días pero que después la ciudadanía dará la polémica por amortizada.
Estas mismas fuentes aseguran que Robles sale indemne “de momento” en esta crisis aunque su crédito está relacionado con los avanzados preparativos de la cita de Madrid y de la llegada de decenas de jefes de estado y de gobierno con Joe Biden a la cabeza.
Pedro Sánchez ha aceptado ya dos condiciones de ERC: la cabeza del CNI y una "moción de confianza". Pero habrá una tercera...
Pero en Ferraz y en el entorno presidencial hay además ahora otra prioridad, las elecciones andaluzas del 19-J a las que el PSOE de Juan Espadas llega lastrado por un candidato que no levanta pasiones, la traición al Sáhara de un partido que en Andalucía tiene estrechos lazos con el Polisario desde su propia militancia y la demostración de estas horas de hasta qué punto Sánchez es una marioneta política en manos de Oriol Junqueras y del Podemos teledirigido a distancia por Pablo Iglesias.
En Moncloa son bien conscientes de que hasta el 29 de junio en que comiencen a aterrizar los líderes mundiales, tanto ERC como Podemos y Bildu van a hostigar más aún al PSOE. Izquierda Unida y varios sectores morados están convocando ya a sus simpatizantes para reventar la cita de la Alianza.
Además, en la medianoche de ese 19-J a Sánchez le va a llegar a buen seguro un nuevo mazazo junto a las espectativas electorales del PSOE. Y dirigentes del partido, en especial los barones, están convencidos que tras la cumbre de la OTAN su líder estará obligado a tomar medidas drásticas.
Un año de la crisis de gobierno
En julio se cumplirá un año de la crisis del gabinete que acabó con el despido de Iván Redondo, Carmen Calvo y José Luis Ábalos. Y una nueva "revolución" para tomar impulso tras los hipotéticos réditos de la cumbre atlántica en términos de imagen precisaría de la colaboración de Yolanda Díaz para que Sánchez pudiera meter mano al ala morada del Consejo de Ministros.
En el sanchismo dos meses son una eternidad. Porque ahora tras el escándalo en el CNI solamente toca “resistir”. Aunque al líder socialista le espera antes una nueva humillación de sus acalistas.
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