Ultraje a las víctimas: las calles y monumentos de responsables de la masacre de Paracuellos
La izquierda nos suele vender la imposición de su lectura sobre la historia reciente de España como “memoria histórica” o “memoria democrática”.
La izquierda ensalza a los responsables políticos de sus crímenes
Sin embargo, esa “memoria” se torna en amnesia en lo relativo a los crímenes cometidos por la izquierda durante la Segunda República y, concretamente, durante la Guerra Civil Española. Los partidos de izquierda no sólo someten al olvido a las víctimas de esos crímenes, sino que incluso ensalzan a los responsables políticos de esas atrocidades, dedicándoles calles y monumentos en distintos puntos de España: un ultraje puro y duro hacia las víctimas.
Entre esos responsables políticos, por acción y por omisión, cabe citar al entonces director general de Seguridad, Manuel Muñoz Martínez, miembro de Izquierda Republicana y afiliado a la masonería; al que en ese momento ocupaba el cargo de ministro de Gobernación, el socialista Ángel Galarza Gago, dirigente y diputado del PSOE; al entonces presidente del Consejo de Ministros, el socialista Francisco Largo Caballero, dirigente del PSOE y de la UGT; y especialmente el consejero de Orden Público de la Junta de Defensa de Madrid, el comunista Santiago Carrillo Solares, miembro de las Juventudes Socialistas Unificadas, que ocupó su cargo de consejero unas horas antes de que se iniciase la masacre y que, según muchos historiadores, fue uno de los principales responsables de la misma.
Los homenajes públicos a los responsables de la masacre de Paracuellos
Es algo escandaloso en un país democrático toparse con los siguientes homenajes a esos responsables políticos de una masacre en la que fueron asesinados unos 5.000 presos políticos, incluyendo 50 niños:
- Francisco Largo Caballero: tiene un monumento en Madrid, una avenida en Getafe y calles a su nombre en Madrid, Alcobendas (Madrid), Almería, Añover del Tajo (Toledo), Chauchina (Granada), Culleredo (La Coruña), Leganés (Madrid) y Macarena (Granada).
- Santiago Carrillo: tiene una avenida en Dos Hermanas (Sevilla), un paseo en Getafe (Madrid) y una calle en Gijón (Asturias). Hace dos años, los concejales de Vox pidieron retirar su nombre de la calle que tiene en Dos Hermanas, pero el PSOE y Podemos se opusieron y el PP y Ciudadanos se abstuvieron, por lo que la petición fue rechazada. Además, en 2010 el PSOE, el PP e Izquierda Unida apoyaron nombrarle “hijo predilecto” de Gijón. Así mismo, en 2012 el PP (entonces con mayoría absoluta) permitió con su abstención que se aprobase dedicarle una calle en la ciudad de Madrid. De momento aún no se ha materializado ese acuerdo, que recibió numerosas críticas.
- Ángel Galarza: tiene calles a su nombre en Zamora y Pontejos (Zamora). En 2020 Vox pidió la retirada de su calle en la capital zamorana “por exaltar la memoria de un criminal indigno de ese honor”.
No he encontrado calles ni monumentos dedicados a Manuel Muñoz Martínez.
El injusto trato al dirigente anarquista que intentó frenar esa matanza
Una mención especial se merece el injusto trato recibido por el anarquista Melchor Rodríguez, apodado el “Ángel Rojo”. Fue nombrado delegado de prisiones de Madrid tres días después de empezar la masacre. Intentó frenar la matanza y al no conseguirlo, dimitió a los cuatro días de ocupar el cargo. Hoy en día sólo tiene una calle en Madrid y un pequeño callejón sin salida en Sevilla, a pesar de ser una buena persona que intentó poner un poco de humanidad y de respeto por la vida entre tanto crimen. Él sí que merece tener a su nombre las calles y monumentos dedicados a los responsables políticos de esa masacre. Y digo esto desde la discrepancia con su ideología anarquista, pero desde mi respeto hacia su persona y mi admiración hacia todos los esfuerzos que hizo por salvar a las víctimas del Terror Rojo en la zona republicana.
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Foto: de izquierda a derecha, Francisco Largo Caballero, Santiago Carrillo y Ángel Galarza
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