martes, 12 de octubre de 2021

La Bandera

 En 1492, según los Sánchez, Echenique, Iglesias, Montero y Almodóvar, Franco se reunió con Isabel de Castilla y Fernando de Aragón en el Parador de los Reyes Católicos de Santiago y les ordenó: «Poned mi escudo en vuestra Bandera». Y los Reyes Católicos, lógicamente, obedecieron

Día de la Virgen del Pilar, Madre de la Hispanidad y Patrona de la Guardia Civil. Que luzca y presuma más alta que ningún otro día nuestra Bandera, con mayúscula, por ser la de todos. Tres potentes armadas se disputaban el Atlántico y el Mediterráneo en los siglos XVII y XVIII. Sus pabellones se confundían. La bandera de España, blanca con la cruz de Borgoña roja. La de Inglaterra, blanca, con la cruz completa en rojo dividiéndola en cuatro cuarteles. La de Francia, blanca con tres flores de lis azules en el centro. Se sucedieron en las batallas navales frecuentes errores por la confusión de las banderas en los días de calma. Las tres banderas de los contendientes caídas en el mástil y las tres , blancas. De ahí la decisión de crear una nueva bandera para la Real Armada. Carlos III la diseña eligiendo los colores de la Señera del Reino de Aragón y la Casa Condal de Barcelona, el rojo y el amarillo dorado, el gualda. «Para evitar los inconvenientes y perjuicios, que ha hecho ver la experiencia puede ocasionar la Bandera nacional, de que usa mi Armada naval y demás embarcaciones españolas, equivocándose a largas distancias o con vientos calmosos con las de otras naciones; he resuelto, que en adelante usen mis Buques de guerra de bandera dividida a lo largo de tres listas, de las que la alta y la baxa sean encarnadas, y del ancho cada una de la quarta parte del total, y la de en medio amarilla, colocándose en ésta el Escudo de mis Reales Armas reducido a los dos quarteles de Castilla y León con la Corona Real encima; y el gallardete con las mismas tres listas, y el Escudo a lo largo, sobre quadrado amarillo en la parte superior… No podrá usarse de otros Pavellones en los Mares del Norte por lo respectivo a Europa hasta el paralelo de Tenerife en el Océano, y en el Mediterráneo desde el primero del año de mil setecientos ochenta y seis; en la América Septentrional desde principio de julio siguiente; y en los demás Mares, desde primero del año de mil setecientos ochenta y siete. Trendréislo entendido para su cumplimiento. Señalado de mano de Su Majestad en Aranjuez, a veinte y ocho de mayo de mil setecientos ochenta y cinco. A D. Antonio Valdés»

De aquí nace nuestra Bandera. La «Bandera franquista», cuando aún faltaba más de un siglo para que Franco viera la luz en El Ferrol. Vigente desde el siglo XIX exceptuando los cinco años de la efímera y trágica Segunda República. El General Rojo, republicano, se quejó del gran error. «No fue un pequeño error tintar de morado la franja inferior de la bandera. Fue un error muy grave que dividió aún más a los españoles».

En efecto, un error grave y un error feo, porque la combinación de colores de la bandera usurpadora daba como resultado un conjunto horroroso y una bandera sin alma. La Primera República, la del cachondeo cantonal, mantuvo la Bandera de Carlos III cambiando tan sólo la Corona Real por la Mural. Durante los reinados de Isabel II, Alfonso XII y Alfonso XIII fue el escudo Real, redondo u ovalado, el protagonista de la Bandera. Durante la Guerra Civil en el bando Nacional y los 40 años de régimen autoritario, Franco le añadió la Cruz de San Juan de los Reyes Católicos, también muy franquistas, como las coincidencias de épocas demuestran. En 1492, según los Sánchez, Echenique, Iglesias, Montero y Almodóvar, Franco se reunió con Isabel de Castilla y Fernando de Aragón en el Parador de los Reyes Católicos de Santiago y les ordenó: 

- Poned mi escudo en vuestra Bandera. 

Y los Reyes Católicos, lógicamente, obedecieron.

Hoy, 12 de octubre, Día del Pilar, Madre de la Hispanidad y Patrona de nuestra admirada y querida Guardia Civil, que luzca y presuma más alta que ningún otro día nuestra Bandera, que es la de todos. Que lo es, lo demuestra que amparados en ella y durante el Reinado de Juan Carlos I, los españoles adversos a la Historia tienen la libertad de humillarla y esconderla. Pero la inmensa mayoría de los españoles, se emocionan al mirarla y la defenderán de los traidores, los ladrones, los terroristas, los separatistas y los analfabetos. Me temo que no puedo seguir porque intuyo que estoy definiendo al Gobierno.

¡Viva España y su Bandera!


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