O pensemos en el famosísimo portero del Athletic de Bilbao José Ángel Iríbar, campeón de la Eurocopa con España en 1964 y retirado en 1978, convertido en abierto simpatizante de Batasuna. Otro de los jugadores del Athletic Club de entonces, Endika Guarrochena, el hombre que con su gol dio la Copa del Rey de 1984 al Athletic, en aquella famosa final contra el Barcelona de Maradona, que acabó a palos, fue después concejal y activista de Batasuna. Por no mencionar que todos los presidentes del Athletic Club hasta la actualidad han sido del PNV. O cuando Arrate, que entonces era directivo del club y después fue presidente, se negó a hacer una condena y minuto de silencio por un atentado etarra, alegando que ello dividía a la sociedad vasca.

Y lo mismo ha seguido pasando en épocas más recientes cuando jugadores de ambos clubes como cuando 8 jugadores de la Real Sociedad, como Aramburu, Agirretxe, Labaka, Zurutuza, Bergara, Mikel Gónzález, entre otros apoyaron en 2011 una marcha en favor de los presos de ETA. O los lamentables abucheos al himno nacional de los aficionados del Athletic Club, junto con los del Barcelona en finales de Copa del Rey. Algo que no llevó a suspender esos partidos, como sí hizo el gobierno francés en una ocasión similar en que aficionados corsos silbaron el himno francés en París.

En definitiva, una sucesión de hechos lamentable, que por desgracia, la RFEF ha tolerado siempre. Claro que también es verdad que la RFEF como todo el mundo sabe ha estado presidida durante muchísimos años por un vasco, exjugador del Athletic Club, como Ángel María Villar.


Javier Navascués