El Parlamento Europeo ha adoptado este jueves una resolución en la que expresa su “rechazo” y “lamenta” el papel de Marruecos en la reciente crisis diplomática de Ceuta. El texto, que ha sido aprobado con 397 votos a favor, 85 en contra y 196 abstenciones (de un total de 678 votos emitidos), manda un nítido mensaje europeo de respaldo a Madrid. El Parlamento le reclama a Rabat respeto ante la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño y le recuerda la inviolabilidad de las fronteras de los Estados miembro de la Unión Europea. La Eurocámara afirma que “Ceuta es una frontera exterior de la Unión cuya protección y seguridad concierne a la Unión en su totalidad”.
La institución europea ha expresado también su “plena solidaridad” con los ciudadanos de Ceuta y afirma que fueron ellos, junto a los miembros del Ejército español, las ONG y las fuerza de seguridad españolas, quienes impidieron que se produjera una “verdadera tragedia”, entre los migrantes que atravesaron a pie y nado la frontera. La mayoría de ellos, incide el texto, “eran nacionales marroquíes”. La institución aboga por una salida del conflicto mediante “el diálogo por canales diplomáticos”.
El hemiciclo con sede en Estrasburgo ha encontrado en la violación de los derechos de la infancia la fórmula más aglutinadora para sacar adelante el tirón de orejas al reino alauí por los episodios que se desarrollaron en Ceuta entre el 17 y el 18 de mayo. Aquellos días unos 9.000 marroquíes –entre ellos, “al menos 1.200 menores no acompañados”, según las cifras que aporta la propia resolución– irrumpieron de forma ilegal y repentina en Ceuta ante la pasividad de la policía de Marruecos. El Parlamento Europeo rechaza “la utilización por parte de Marruecos de los controles fronterizos y de la migración y, en particular, de menores no acompañados, como medio para ejercer presión política”, cuyas vidas han sido puestas “en peligro evidente”. El texto recuerda que a la mayoría de los menores “se les hizo creer erróneamente que grandes estrellas del mundo del fútbol jugaban un partido con entrada gratuita en la ciudad de Ceuta y que iban en una excursión escolar”.
Pero la Eurocámara no solo se fija en los hechos migratorios puntuales, sino que se adentra en el conflicto de fondo que late entre España y Marruecos, es decir las exigencias de Rabat respecto a la posición de España en el conflicto del Sáhara Occidental. Y ahí, el respaldo a Madrid sigue siendo nítido. El Parlamento “lamenta” la escalada en la crisis y señala que no debería poner en peligro “las relaciones estratégicas, pluridimensionales y privilegiadas de vecindad”. La resolución afirma que las relaciones entre la Unión Europea y Marruecos se basan en el Acuerdo de Asociación del año 2000 y en un “estatuto avanzado” concedido en 2008. Y recuerda que Marruecos es “el tercer mayor receptor de fondos de la Unión”.
El Parlamento Europeo considera que Rabat “desencadenó” los episodios “después de que el líder del Frente Polisario, Brahim Gali, fuera ingresado en un hospital español por razones humanitarias debido a su estado de salud como consecuencia del virus de la covid-19”. La institución reitera “la posición consolidada de la Unión en relación con el Sáhara Occidental”, que está basada “en el pleno respeto de la legalidad internacional”, de acuerdo con las Resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
La resolución, nacida a iniciativa del eurodiputado español Jordi Cañas (Ciudadanos), ha logrado poner de acuerdo a los principales grupos parlamentarios de los Veintisiete (populares, socialistas, liberales y verdes). Más de la mitad de las 29 intervenciones en el debate celebrado esta mañana han sido de parlamentarios españoles.
“Ceuta y Melilla son parte fundamental de España desde hace siglos”, ha abierto el turno de intervenciones el popular Juan Ignacio Zoido. “Sus fronteras son fronteras de toda la Unión”. Zoido ha rememorado sus tiempos como ministro del Interior para aludir a la importancia de la cooperación y la diplomacia: “Estamos obligados a entendernos”. Y, aunque ha reconocido que quizá pudo gestionarse de forma distinta la hospitalización del líder del Frente Polisario, esta “no justifica la respuesta por parte de Marruecos fuera de las vías diplomáticas establecidas”. Ha considerado la resolución como “buena para la Unión y buena para España”.
El socialista Ignacio Sánchez Amor, también coautor de la resolución, ha usado un tono mesurado en su intervención. “En toda relación entre vecinos y socios es normal que puedan surgir roces, problemas, diferencias de criterio, malentendidos”, ha apuntado desde Estrasburgo, mostrando preocupación por el hecho de que Marruecos haya recurrido a “formas de presión impropias de Estados amigos”. Pero ha enfatizado que la resolución, “constructiva y de consenso”, “se ciñe” a esa salida de la vía diplomática por parte de Rabat, que ha puesto “en riesgo a miles de personas, muchas de ellas menores”. La crisis, ha añadido, no es un mero asunto bilateral, sino un conflicto que atañe a toda la UE. El también socialista Juan Fernando López Aguilar ha insistido en rebajar la temperatura, al glosar “la letra contenida, escueta y equilibrada” del texto.
El impulsor de la resolución, Jordi Cañas, del grupo de los liberales de Renew, se ha expresado con mayor contundencia, aunque con “espíritu constructivo”, ha asegurado. “Esta entrada de inmigrantes estuvo permitida y activamente impulsada por Marruecos”, país del que Europa “no puede ni debe aceptar chantajes”. Cañas ha hecho un llamamiento a “desincentivar comportamientos inaceptables y exigir el respeto de estos derechos fundamentales”, pero ha recordado que rebajar las tensiones diplomáticas “no debe pasar por ignorar los derechos de los niños en el ensayo de una especie de marcha verde infantil”.
Ernest Urtasun, integrado en el grupo de los verdes, ha expuesto que el problema de fondo “es el futuro del Sahara Occidental, tras la decisión de [Donald] Trump”, que reconoció la soberanía marroquí sobre este territorio en disputa a cambio de que Rabat normalizara sus relaciones con Israel. “La Unión Europea siempre ha buscado una solución en el marco de la ONU y el derecho internacional”, ha reiterado. El europarlamentario de Vox, Jorge Buxadé, ha mostrado el rechazo de su grupo a la resolución y ha reclamado la suspensión de las ayudas a Marruecos: “Las fronteras europeas han sido atacadas”, ha protestado.
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